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Cruz

Sacramentos de curación

Los sacramentos de curación en la Iglesia Católica son el Sacramento de la Penitencia (también conocido como Reconciliación o Confesión) y el Sacramento de la Unción de los Enfermos. Instituidos por Jesucristo, estos sacramentos tienen como propósito principal continuar su obra de sanación y salvación dentro de la Iglesia, especialmente para aquellos miembros que han sido debilitados por el pecado o la enfermedad. A través de ellos, los fieles reciben la gracia de Dios para restaurar su relación con Él y con la Iglesia, y para encontrar fuerza y consuelo en medio del sufrimiento físico y espiritual.

Tabla de contenido

Los Siete Sacramentos de la Iglesia

La vida litúrgica de la Iglesia Católica se centra en el sacrificio eucarístico y en los siete sacramentos1. Estos sacramentos son el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía, la Penitencia, la Unción de los Enfermos, el Orden Sacerdotal y el Matrimonio1. Dentro de esta estructura sacramental, la Iglesia distingue los sacramentos de iniciación cristiana, los sacramentos de servicio y los sacramentos de curación1.

Jesucristo, considerado el médico de nuestras almas y cuerpos, quien perdonó los pecados del paralítico y le devolvió la salud física, quiso que su Iglesia continuara su obra de curación y salvación, incluso entre sus propios miembros, mediante el poder del Espíritu Santo2. Este es el propósito fundamental de los dos sacramentos de curación: la Penitencia y la Unción de los Enfermos2. Estos sacramentos fueron instituidos porque la nueva vida en Cristo, recibida a través de los sacramentos de iniciación cristiana, puede verse debilitada o incluso perdida a causa del pecado3. Por tanto, Cristo deseó que la Iglesia prosiguiera su ministerio de sanación y salvación a través de ellos3.

Sacramento de la Penitencia y Reconciliación

El Sacramento de la Penitencia, también conocido como Reconciliación o Confesión, permite a los bautizados reconciliarse con Dios y con la Iglesia4. Es un sacramento de curación porque, al acudir a la confesión, el fiel busca sanar su alma y su corazón, y ser curado de sus faltas5. La imagen bíblica que mejor ilustra el profundo vínculo entre el perdón y la curación es el episodio del paralítico perdonado y sanado, donde Jesús se revela como médico tanto de las almas como de los cuerpos5.

La Materia y Forma del Sacramento

En el Sacramento de la Penitencia, a diferencia de otros sacramentos que tienen un signo material perceptible como el agua en el Bautismo o el crisma en la Confirmación, la «materia» está constituida por los actos del penitente6. Estos actos incluyen el arrepentimiento sincero por los pecados, la confesión de los mismos al sacerdote y la disposición a cumplir la penitencia impuesta6. Santo Tomás de Aquino explicó que la materia próxima de este sacramento son los actos del penitente, mientras que los pecados son la materia remota, no para aprobación, sino para detestación y destrucción6. La «forma» del sacramento son las palabras de absolución pronunciadas por el sacerdote, quien actúa en la persona de Cristo y de la Iglesia7.

La contrición, o el dolor por el pecado, es el acto más importante del penitente7. Si esta contrición es sobrenatural, incluirá, al menos implícitamente, la voluntad de hacer todo lo que Dios requiere para el perdón, incluyendo la confesión a un sacerdote y la disposición a hacer reparaciones a través de actos de penitencia6. La confesión de los pecados al sacerdote es un acto físico y concreto que asegura la sacramentalidad de la Penitencia7. En este encuentro, el penitente reconoce que ha herido a la Iglesia al destruir la gracia eclesial del Bautismo por el pecado7.

Efectos de la Reconciliación

A través de la Penitencia, no solo se produce la reconciliación con Dios después de haberle negado con la propia vida, sino también con el cuerpo eclesial8. Este sacramento permite al cristiano retomar su camino de fe8. La gracia santificante, que es el don gratuito de la vida de Dios infundido por el Espíritu Santo en el alma, tiene como fin sanar del pecado y santificar9.

Sacramento de la Unción de los Enfermos

El Sacramento de la Unción de los Enfermos es el segundo sacramento de curación. Su significado está intrínsecamente ligado a su cualidad de signo que expresa la curación completa de la persona y la benevolencia del Padre celestial ofrecida al hombre, afectado en el cuerpo y en el alma por la enfermedad y el pecado10. Esta curación es obra de Cristo, el médico de nuestras almas y cuerpos10. El aceite con el que se unge a los enfermos simboliza la medicina espiritual ofrecida por la misericordia divina al hombre afligido por las innumerables miserias de la vida10.

Fundamentos y Propósito

La enfermedad y la muerte, consecuencias del pecado, pueden llevar a la angustia, al aislamiento y, a veces, a la desesperación o la rebelión contra Dios11. Sin embargo, también pueden conducir a una mayor madurez, ayudando a distinguir lo esencial de lo no esencial y a volverse hacia Dios11. En el Nuevo Testamento, la compasión de Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones eran un signo claro de que «Dios ha visitado a su pueblo» (Lc 7, 16)11. Jesús siempre exigió fe a los enfermos11.

Este sacramento no es solo para aquellos que están a punto de morir, sino para cualquiera que se encuentre en peligro de muerte por enfermedad o vejez12,13. Su propósito no es únicamente preparar para la muerte, sino también fortalecer en el tiempo de la enfermedad12. Por esta razón, la Iglesia anima a los enfermos y ancianos a no esperar hasta el último momento para pedir el sacramento y buscar su gracia12.

Rito y Efectos del Sacramento

El Sacramento de la Unción de los Enfermos se confiere mediante la unción con aceite y la oración de los presbíteros12,14. La fe que debe acompañar la unción expresa la confianza de los creyentes en el Señor10. A través de la imposición de manos del sacerdote, la unción con aceite y las oraciones, se otorga una nueva gracia12.

Los efectos de este sacramento incluyen:

El Ministro del Sacramento

El ministro propio y único del sacramento de la Unción de los Enfermos es el sacerdote16,13. La teología católica ha encontrado en la Epístola de Santiago (5:14-15) el fundamento bíblico para este sacramento: «Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados»14.

La Unción de los Enfermos y la Imposición de Manos

La imposición de manos es una ceremonia simbólica muy antigua, presente tanto en el uso profano como sagrado, que busca comunicar a otro algún favor, cualidad o excelencia, principalmente de tipo espiritual, o delegar a alguien en un cargo18. En el Nuevo Testamento, Jesús utilizó este rito para sanar a los enfermos y bendecir a los niños19. Los apóstoles también lo usaron para conferir el Espíritu Santo a los recién bautizados en la Confirmación y para ordenar ministros19,20.

Aunque las rúbricas actuales del Sacramento de la Unción de los Enfermos no prescriben explícitamente la imposición de manos como un rito separado, la oración que precede inmediatamente a la unción contiene las palabras «por la imposición de nuestras manos»18. Es posible que la imposición de manos esté contenida en las unciones mismas, de manera similar a como ocurre en la administración de la Confirmación18.

De hecho, en la Confirmación, la imposición de manos, junto con la unción con el crisma, es central21,22. El obispo, al administrar el sacramento, impone su mano sobre la frente del confirmando mientras unge con el crisma y pronuncia las palabras: «Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo»22. Este gesto es inseparable de la oración y expresa la invocación a Dios para que derrame su Espíritu20.

Conclusión

Los sacramentos de curación, Penitencia y Unción de los Enfermos, son expresiones de la continua misericordia y sanación de Cristo en su Iglesia. Ofrecen a los fieles la oportunidad de restaurar su relación con Dios y con la comunidad eclesial, así como de encontrar consuelo y fortaleza en el sufrimiento. A través de estos sacramentos, la Iglesia acompaña a sus miembros en sus momentos de fragilidad, recordándoles que la gracia de Dios es más fuerte que cualquier pecado o enfermedad, y que en Cristo, incluso el sufrimiento puede ser una ocasión para crecer en unión con el Señor y manifestar su gloria23.

Citas

  1. Sección uno la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1113. 2 3

  2. Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1421. 2

  3. Parte segunda. Capítulo dos - Los sacramentos de curación. ¿Dónde se celebra la liturgia? , Promulgado por el Papa Benedicto XVI. Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, § 295 (2005). 2

  4. Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 980.

  5. Audiencia General del 19 de febrero de 2014, Papa Francisco. Audiencia General del 19 de febrero de 2014, § Introducción (2014). 2

  6. Frederick L. Miller. La Penitencia como Sacramento del Sacrificio de la Cruz, § 2. 2 3 4

  7. Frederick L. Miller. La Penitencia como Sacramento del Sacrificio de la Cruz, § 4. 2 3 4

  8. B2. El carácter dialógico de la economía sacramental de la salvación - 2.2. La fe y los sacramentos de la fe - E) el organismo sacramental, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre la Fe y los Sacramentos en la Economía Sacramental, § 74 (2020). 2

  9. Sección uno la vocación del hombre la vida en el Espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2023.

  10. Capítulo XII - Unción de los enfermos - 92. El significado del sacramento, Congregación para las Iglesias Orientales. Instrucción para la Aplicación de las Prescripciones Litúrgicas del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, § 92 (1996). 2 3 4

  11. Sacramentos de curación: Reconciliación y unción - II. El sacramento de la unción, Penitenciaría Apostólica. Discurso del Card. James Francis Stafford con ocasión de la Conferencia General Anual de la 'Society for Catholic Liturgy' (2006). 2 3 4

  12. Papa Juan Pablo II. A los enfermos, ancianos y personas con discapacidad en Wellington (23 de noviembre de 1986) - Discurso, § 5 (1986). 2 3 4 5 6 7

  13. Papa Pablo VI. Sacram Unctionem Infirmorum (1972). 2 3 4 5 6

  14. Comentario, Congregación para la Doctrina de la Fe. Nota sobre el Ministro del Sacramento de la Unción de los Enfermos (2005). 2

  15. La santificación del sufrimiento humano, Romanus Cessario, O.P. La Unción de los Enfermos: La Santificación del Sufrimiento Humano, § 8. 2 3

  16. La unción de los enfermos y el realismo sacramental, Romanus Cessario, O.P. La Unción de los Enfermos: La Santificación del Sufrimiento Humano, § 4. 2 3

  17. Romanus Cessario, O.P. La Unción de los Enfermos: La Santificación del Sufrimiento Humano, § 5. 2

  18. Imposición de manos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Imposición de Manos. 2 3

  19. Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 699. 2

  20. Santa Misa con ordenaciones sacerdotales, Papa Benedicto XVI. 27 de abril de 2008: Santa Misa con Ordenaciones Sacerdotales (2008). 2

  21. Siervo de los siervos de Dios para perpetua memoria, Papa Pablo VI. Orden de la Confirmación (1971).

  22. Confirmación, o crismación, Papa Francisco. Audiencia General del 30 de mayo de 2018 (2018). 2

  23. B2. El carácter dialógico de la economía sacramental de la salvación - 2.2. La fe y los sacramentos de la fe - E) el organismo sacramental, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre la Fe y los Sacramentos en la Economía Sacramental, § 75 (2020).