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Saduceos

Los saduceos fueron una de las principales sectas del judaísmo del Segundo Templo, caracterizados por su adhesión estricta a la Torá escrita y por negar doctrinas como la resurrección de los muertos, la existencia de ángeles y espíritus, y la tradición oral. Surgidos entre la élite sacerdotal y aristocrática, se opusieron frecuentemente a los fariseos y entraron en conflicto directo con Jesús en el Nuevo Testamento, quien refutó sus errores apelando a las Escrituras y al poder de Dios. Su influencia decayó tras la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 d.C., y su pensamiento ha sido interpretado por la tradición católica como un ejemplo de error doctrinal que subraya la fe en la vida eterna.1,2,3,4

Tabla de contenido

Orígenes e historia

Surgimiento en el período del Segundo Templo

Los saduceos emergieron como grupo distinguido en el judaísmo durante el período helenístico, aproximadamente en el siglo II a.C., aunque algunas tradiciones los sitúan cerca de la época de Juan el Bautista.3 Su nombre deriva posiblemente de Zadok, el sumo sacerdote bajo el rey Salomón, lo que sugiere un linaje sacerdotal. Se presentaban como los «justos» (tzadikim en hebreo), en contraste con otros grupos, y formaban parte de la aristocracia laica y religiosa vinculada al Templo de Jerusalén.1,2

A diferencia de los fariseos, que representaban al pueblo piadoso y observante de tradiciones orales, los saduceos estaban integrados en la élite política y económica. Controlaban el Sanedrín y los cargos sumos sacerdotales, colaborando a veces con las autoridades romanas para mantener su poder. Esta posición privilegiada les permitía influir en la administración del Templo, pero también les granjeó el rechazo popular por su aparente alejamiento de las prácticas devocionales más estrictas.4,5

Composición social y política

La secta saducea estaba compuesta principalmente por sacerdotes, levitas de alto rango y familias nobles. Hipólito de Roma describe su bastión en la región de Samaria, donde enfatizaban una vida virtuosa orientada a dejar descendencia en la tierra, sin expectativas ultraterrenas.4 Su enfoque pragmático los hacía menos ascéticos que los esenios y más acomodados al poder temporal, lo que les permitió prosperar bajo el dominio seléucida y romano.6

En el contexto judío, competían con fariseos y esenios por la interpretación de la Ley mosaica. Eusebio de Cesarea los lista entre las herejías judías opuestas al mesianismo, junto a galileos, hemorobaptistas y samaritanos.7

Creencias y doctrina

Negación de la resurrección y realidades espirituales

La doctrina saducea más conocida es su rechazo rotundo a la resurrección de los muertos, así como a la existencia de ángeles y espíritus. Según los Padres de la Iglesia compilados en la Catena Aurea, los saduceos consideraban que el alma perecía con el cuerpo, equiparándola a mera vitalidad animal.1,2,8 Esta posición eliminaba la motivación para una vida recta más allá de lo terrenal, ya que negaban providencia divina en asuntos individuales y recompensas póstumas.4

«Los saduceos… niegan que haya resurrección no solo de la carne, sino que suponen que el alma no continúa después de la muerte. El alma la consideran nada más que mera vitalidad».4

Adheridos exclusivamente a los cinco libros de Moisés (Pentateuco), rechazaban los profetas y cualquier tradición oral, interpretando la Ley de forma literal y sin alegorías.5 Tertuliano los compara con epicúreos por su materialismo, viendo en ellos precursores de herejías cristianas que desdeñan la resurrección corporal.9

Visión del matrimonio y la vida familiar

Para los saduceos, el cumplimiento de la Ley se realizaba en la procreación y la herencia familiar, interpretando el levirato (Dt 25,5-10) como medio para perpetuar la estirpe sin referencia a lo escatológico. Hipólito nota que veían la «resurrección» cumplida en dejar hijos en la tierra, negando cualquier juicio post mortem.4 Esta perspectiva contrastaba con la esperanza farisea en la vida futura.10

Los saduceos en el Nuevo Testamento

Confrontación con Jesús sobre la resurrección

El Evangelio relata un episodio clave donde saduceos cuestionan a Jesús con un caso hipotético: una mujer casada sucesivamente con siete hermanos, preguntando «en la resurrección, ¿de cuál será mujer?» (Mt 22,23-33; Mc 12,18-27; Lc 20,27-40). Pretendían ridiculizar la resurrección mediante la ley del levirato.1,2,8,11

Jesús responde: «Erráis por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios. Porque en la resurrección no tomarán esposa ni marido, sino que serán como ángeles de Dios en el cielo» (Mt 22,29-30). Apela a Éxodo 3,6: «Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. No es Dios de muertos, sino de vivos», afirmando la resurrección y refutando su incredulidad.12

«En la resurrección… serán iguales a los ángeles; y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección».8

Este diálogo, comentado por Crisóstomo y otros, destaca la ceguera espiritual saducea.13 Juan Pablo II lo vincula a la teología del cuerpo, mostrando que el matrimonio pertenece a «este mundo» y cesa en la vida eterna.11

Rol en la Pasión de Cristo

Saduceos, junto a fariseos, formaban el Sanedrín que juzgó a Jesús (Jn 11,47-53). Su sumo sacerdote, Caifás, profetizó pragmáticamente sobre la muerte de Jesús para salvar la nación.6

Relación con otros grupos judíos

GrupoCreencias claveDiferencia con saduceos
FariseosResurrección, ángeles, tradición oralSaduceos rechazan todo lo no escrito en Torá
EseniosAscetismo, vida comunitaria, inmortalidad del almaSaduceos materialistas y elitistas
SamaritanosCulto en Gerizim, negación resurrecciónSimilitudes doctrinales, pero rivalidad territorial3

Los fariseos los acusaban de laxitud ritual; saduceos, de innovación farisea.5,6

Declive y legado histórico

Tras la destrucción del Templo en 70 d.C., los saduceos perdieron su base de poder sacerdotal y desaparecieron como grupo. Flavio Josefo confirma su extinción, absorbidos o marginados por el fariseísmo rabínico.6 Clemente de Roma ve en ellos un cisma diabólico para obstaculizar la fe en Cristo.3

Perspectiva católica sobre los saduceos

La Iglesia Católica interpreta a los saduceos como ejemplo de error racionalista que ignora el poder divino y las Escrituras plenas. El Catecismo cita su diálogo con Jesús para afirmar la resurrección: «¿No es por esto por lo que estáis equivocados, por no entender ni las Escrituras ni el poder de Dios (Mc 12,24).12

Tertuliano y Agustín advierten contra «saduceos cristianos» que niegan la resurrección corporal.9,14 En homilías patrísticas, su derrota por Cristo ilustra la victoria de la fe sobre el escepticismo.1,2,8

Su historia enseña la primacía de la Revelación sobre la razón sola, y la esperanza en la vida eterna como motor de santidad.

Citas

  1. Capítulo 22, Tomás de Aquino. Catena Aurea sobre Mateo, § 3. 2 3 4 5

  2. Capítulo 12, Tomás de Aquino. Catena Aurea sobre Marcos, § 3. 2 3 4 5

  3. Sectas judías, Clemente de Roma. Reconocimientos de Clemente, §Libro I. Capítulo 54. 2 3 4

  4. Capítulo 24. Los saduceos, Hipólito de Roma. Refutación de Todas las Herejías - Libro 9, § 24 (235). 2 3 4 5 6

  5. Capítulo 13. Las sectas judías, Hipólito de Roma. Refutación de Todas las Herejías - Libro 9, § 13 (235). 2 3

  6. Judaísmo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Judaísmo. 2 3 4

  7. Hegesipo y los eventos que menciona, Eusebio de Cesarea. Historia de la Iglesia (Eusebio de Cesarea), §Libro IV. Capítulo 22. 6.

  8. Capítulo 20, Tomás de Aquino. Catena Aurea sobre Lucas, § 4. 2 3 4

  9. Capítulo 2. Los saduceos judíos, un vínculo entre los filósofos paganos y los herejes respecto a esta doctrina. Se afirmó su importancia fundamental. El alma se considera superior al cuerpo, en la estimación hereíca, respecto a su estado futuro. Sin embargo, su extinción fue sostenida por un lucano, Quintus Septimius Florens Tertuliano (Tertuliano). Sobre la Resurrección de la Carne, §Capítulo 2. 2

  10. Juicio divino, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Juicio Divino.

  11. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 11 de noviembre de 1981 (1981). 2

  12. Sección dos i. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 993. 2

  13. Mateo XII, 15, Juan Crisóstomo. Homilía 70 sobre Mateo, § 2.

  14. Capítulo 36. Refutación de Cristo a los saduceos y afirmación de la doctrina católica, Quintus Septimius Florens Tertuliano (Tertuliano). Sobre la Resurrección de la Carne, §Capítulo 36.