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Cruz

San Aquiles

San Aquiles, también conocido como San Aquiles o San Achilleus, es un mártir cristiano del siglo I cuya veneración se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Su culto, junto al de los mártires Nereo y Domitila, se desarrolló en Roma y está documentado en inscripciones paleográficas y en la tradición hagiográfica de la Iglesia.

Tabla de contenido

Vida y martirio

Orígenes y contexto histórico

San Aquiles habría sido un soldado de la guardia pretoriana que, bajo el reinado del emperador Trajano, abrazó la fe cristiana y sufrió persecución por negarse a ofrecer sacrificios a los dioses paganos. La evidencia epigráfica más fiable proviene de una inscripción atribuida al papa Damaso del siglo IV, la cual menciona a Nereo y a Aquiles como «martires» y confirma su condición de soldados cristianos1.

El relato tradicional

Según la Acta (aunque su historicidad es discutida), Aquiles y su compañero Nereo fueron recluidos en la casa de la noble Flavia Domitilla y, tras ser trasladados a la isla de Terracina, fueron ejecutados por decapitación durante la persecución de Trajano. Domitilla, por su parte, habría sido quemada viva por su negativa a sacrificar. La tradición señala que sus restos fueron depositados en la cripta de Domitilla, en la Via Ardeatina, y que una iglesia construida por San Gregorio Magno sobre sus tumbas albergó sus reliquias1.

Culto y veneración

Desarrollo del culto en Roma

El culto a San Aquiles se consolidó en el siglo IV, cuando el papa Damaso inscribió su nombre en una lápida funeraria, y posteriormente fue mencionado en los Martyrologios. En el año 800, el papa León III mandó erigir una nueva basílica sobre la tumba de los mártires, la cual fue restaurada por el cardenal Baronius en el siglo XVI, quien también trasladó algunas reliquias a la iglesia de San Adrián1.

Fiesta litúrgica

La fiesta de San Aquiles se celebra el 12 de octubre, coincidiendo con la conmemoración de Nereo y Domitila. En el Misal Romano se incluye una breve antífona que recuerda su valentía y su testimonio de fe.

Iconografía

En el arte cristiano, San Aquiles suele representarse como un joven soldado con la vestimenta típica de la guardia pretoriana, a veces portando una espada rota y una palma de mártir. En algunas imágenes se le muestra junto a Nereo, compartiendo la misma postura de entrega y fe.

Significado teológico

San Aquiles encarna el ideal del soldado cristiano que, al igual que San Pablo, «lucha la buena batalla» (2 Timoteo 2,3) y está dispuesto a sacrificar su vida por el Evangelio. Su testimonio refuerza la enseñanza de que la verdadera lealtad pertenece a Cristo, no a los poderes terrenales.

A lo largo de los siglos, los fieles han atribuido a San Aquiles intercesiones en casos de persecución y de defensa contra la opresión. En la Edad Media, se reportaron supuestos milagros de curación en la cripta de Domitilla, lo que fomentó peregrinaciones locales.

Influencia en la cultura y el arte

La figura de San Aquiles inspiró a varios autores medievales que, aunque a veces confundieron su historia con la del héroe griego Aquiles, destacaron su valor cristiano como modelo de virtud. Obras litúrgicas, himnos y sermones de San Gregorio Magno hacen referencia a su «desprecio del mundo y su trono bajo los pies»1.

Bibliografía y fuentes

Citas

  1. B12: Ss. Nereo, Aquileo y Domitila, mártires (siglo I?), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volumen II, § 288. 2 3 4