San Cayetano
San Cayetano (nacido Gaetano) fue un sacerdote italiano del siglo XV y XVI, cofundador de la Orden de los Clérigos Regulares, conocidos como Teatinos. Su vida estuvo marcada por una profunda caridad, un celo incansable por la reforma del clero y una dedicación a los enfermos y los pobres. Es venerado en la Iglesia Católica y su fiesta se celebra el 7 de agosto. Se le conoce particularmente como el patrono de los que buscan empleo y de los desempleados, debido a su propia experiencia de dificultades financieras y su compromiso en ayudar a los necesitados.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Formación
San Cayetano nació en octubre de 1480 en Vicenza, territorio veneciano, siendo hijo de Gaspar, Conde de Thiene, y María di Porto1,2. A los dos años, su padre falleció en combate, dejando a su madre a cargo de Cayetano y sus dos hermanos2. Bajo el cuidado de su piadosa madre, Cayetano llevó una juventud estudiosa y ejemplar, destacándose por su bondad1,2.
Completó sus estudios en la Universidad de Padua, donde obtuvo el grado de doctor utriusque juris (doctor en derecho civil y canónico) en 1504, a la edad de veinticuatro años1,2. Sus prácticas de devoción no obstaculizaron sus estudios, sino que los santificaron, permitiéndole juzgar mejor la verdad2.
Carrera en Roma y Ordenación Sacerdotal
En 1506, Cayetano se trasladó a Roma, no buscando ascensos, sino por una fuerte convicción interna de que era necesario para alguna gran obra allí2. Allí, fue nombrado protonotario apostólico en la corte del Papa Julio II1,2. Desempeñó un papel importante en la reconciliación de la República de Venecia con el pontífice1.
Tras la muerte de Julio II en 1513, Cayetano rechazó la petición de su sucesor de continuar en su cargo y dedicó tres años a prepararse para el sacerdocio2. Fue ordenado sacerdote en 1516, a la edad de treinta y tres años1,2.
Celos Reformistas y Caridad Activa
Después de su ordenación, Cayetano regresó a Vicenza en 15182. Su celo estaba profundamente conmovido por las enfermedades espirituales que afectaban al clero de todas las clases en esos días de desorden político1. Al igual que San Agustín en tiempos anteriores, se esforzó por reformarlos instituyendo un cuerpo de clérigos regulares que combinaran el espíritu del monacato con los ejercicios del ministerio activo1.
En Roma, había refundado una cofradía llamada «del Amor Divino», una asociación de clérigos celosos y devotos dedicados a promover el honor de Dios y el bienestar de las almas2. En Vicenza, se unió al Oratorio de San Jerónimo, que seguía el plan del Oratorio del Amor Divino, pero estaba compuesto solo por hombres de las clases más bajas2. Esta circunstancia ofendió a sus amigos, quienes lo consideraron un reflejo sobre el honor de su familia, pero él persistió y ejerció su celo con gran fruto2.
Cayetano buscó y sirvió a los enfermos y pobres de toda la ciudad, cuidando a aquellos que padecían las enfermedades más repugnantes en el hospital de incurables, cuyas rentas aumentó considerablemente2. Sin embargo, su principal preocupación era la vida espiritual de los miembros de su oratorio, afirmando: «En este oratorio, tratamos de servir a Dios mediante el culto; en nuestro hospital, podemos decir que realmente lo encontramos»2.
Fundó un oratorio similar en Verona y, siguiendo el consejo de su confesor, Juan Bautista de Crema, un fraile dominico, Cayetano fue a Venecia en 15202. Allí, se alojó en el nuevo hospital de la ciudad y continuó con su estilo de vida, siendo un gran benefactor de esa casa y considerado su principal fundador2. Durante sus tres años en Venecia, introdujo la exposición del Santísimo Sacramento y promovió la comunión frecuente, escribiendo: «Nunca estaré contento hasta que vea a los cristianos acudir como niños pequeños a alimentarse del Pan de Vida, y con avidez y deleite, no con miedo y falsa vergüenza»2.
Fundación de los Teatinos
La corrupción generalizada y el declive de la religión en el clero de la época preocuparon profundamente a Cayetano2,3. En 1523, regresó a Roma para consultar con sus amigos del Oratorio del Amor Divino3. Acordaron que la reforma del clero solo podría lograrse reviviendo el espíritu y el celo de los santos pastores de los primeros tiempos, y para ello, concibieron un plan para instituir una orden de clérigos regulares modelada según la vida de los Apóstoles3.
Los primeros asociados de San Cayetano en este proyecto fueron Juan Pedro Caraffa, obispo de Theate (Chieti) y futuro Papa Pablo IV; Pablo Consiglieri; y Bonifacio da Colle1,3. La nueva congregación fue aprobada canónicamente por el Papa Clemente VII en 15241,3. Caraffa fue elegido primer superior general, y de su título episcopal, Theatensis, surgió el nombre de Teatinos para distinguir a estos clérigos regulares1,3.
El 14 de septiembre de 1524, los cuatro miembros originales hicieron su profesión en San Pedro, en presencia de un delegado papal, dejando a un lado sus vestiduras prelaticias3. Los principales objetivos de los Teatinos eran:
Predicar la sana doctrina al pueblo3.
Asistir a los enfermos3.
Restaurar el uso frecuente de los sacramentos3.
Restablecer en el clero el desinterés, la regularidad de vida, los estudios sagrados (especialmente de la Biblia), la predicación y el cuidado pastoral, y la adecuada dirección del culto divino3.
Su vida debía ser en común, bajo los votos habituales, y la pobreza era fuertemente enfatizada3.
Desafíos y Expansión de la Orden
El crecimiento de la orden fue lento al principio1,3. En 1527, durante el saqueo de Roma por el ejército del emperador Carlos V, la casa de los Teatinos, que entonces contaba con solo doce miembros, fue casi demolida, y los religiosos tuvieron que huir a Venecia1,3. Allí, Cayetano conoció a San Jerónimo Emiliani (fundador de los Somascos), a quien ayudó en el establecimiento de su Congregación de Clérigos Regulares1.
El mandato de Caraffa como superior expiró en 1530, y San Cayetano fue elegido en su lugar3. Aceptó el cargo con reticencia, pero no permitió que sus responsabilidades disminuyeran su energía para inspirar al clero con su propio fervor y devoción3. Su caridad se hizo especialmente notable durante una plaga y la consiguiente hambruna que azotaron Venecia3.
Al finalizar su período de tres años, Caraffa fue nombrado superior por segunda vez, y Cayetano fue enviado a Verona3. Posteriormente, fue llamado a Nápoles para establecer allí a los clérigos regulares1,3. A pesar de la oferta de una gran casa y propiedades por parte del Conde de Oppido, Cayetano se negó a aceptar tierras, afirmando que «Dios es el mismo en ambas ciudades» (refiriéndose a la generosidad de los venecianos frente a los napolitanos)3. Su ejemplo, predicación y labores en Nápoles resultaron en una mejora general y una exitosa oposición a la propagación del luteranismo por parte de tres apóstatas1,3.
Últimos Años y Muerte
San Cayetano pasó los últimos cuatro años de su vida en Nápoles, llevando una existencia «seráfica»1. Falleció en 1547, de dolor por las discordias de la ciudad, sufriendo en sus últimos momentos una especie de crucifixión mística1.
Canonización y Legado
San Cayetano fue beatificado por Urbano VIII en 1629 y canonizado por Clemente X en 16711. Su fiesta se celebra el 7 de agosto1.
Patronazgo
San Cayetano es reconocido como el patrono de los que buscan empleo y de los desempleados4,5. Esta asociación se debe a su propia experiencia de dificultades financieras y a su incansable dedicación a ayudar a los pobres y marginados4,5. Su fe inquebrantable y su confianza en la providencia divina durante tiempos difíciles, junto con sus esfuerzos por brindar trabajo y estabilidad a quienes lo necesitaban, lo llevaron a ser reconocido como un poderoso intercesor para quienes buscan empleo4.
También es considerado el patrono de los «odd lot dealers» (operadores de lotes impares), aquellos que negocian pequeñas cantidades de acciones, generalmente para pequeños inversores6. Esta conexión se deriva de su compromiso con la justicia social y su apoyo a quienes se encuentran en dificultades económicas, simbolizando su enfoque en la equidad y la ayuda a los vulnerables en el ámbito financiero6.
Aunque San José es tradicionalmente el patrono de los trabajadores7,8,9,10,11,12, San Cayetano se ha convertido en un intercesor específico para aquellos que buscan trabajo o están desempleados, debido a su vida dedicada a la caridad y la providencia.
El legado de San Cayetano es el de un reformador celoso, un modelo de caridad activa y un defensor de los más necesitados, cuya confianza en Dios sigue inspirando a muchos.
Citas
San Cayetano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Cayetano. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20
B7: San Cayetano, cofundador de los Clérigos Regulares Teatinos (A.D. 1547), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 276. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 277. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21
Buscadores de empleo - Cayetano, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Buscadores de empleo (2024). ↩ ↩2 ↩3
Desempleados - Cayetano, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Desempleados (2024). ↩ ↩2
Comerciantes de lotes impares - Cayetano, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Comerciantes de lotes impares (2024). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los representantes del mundo del trabajo de la Industria Naval en Castellammare di Stabia en la Solemnidad de San José (19 de marzo de 1992) - Discurso, § 3 (1992). ↩
Misa por los trabajadores, Papa Benedicto XVI. 19 de marzo de 2006, Misa por los Trabajadores (2006). ↩
Papa Juan Pablo II. A los trabajadores de las fábricas de papel Miliani di Fabriano (19 de marzo de 1991) - Discurso, § 5 (1991). ↩
Papa Juan Pablo II. A un grupo de peregrinos italianos de la Toscana (15 de marzo de 1997) - Discurso (1997). ↩
Papa Juan Pablo II. A los trabajadores de las empresas municipales de Roma (19 de marzo de 1999) - Discurso, § 1 (1999). ↩
Papa Juan Pablo II. A los empleados del Instituto Poligráfico Italiano y de la Casa de la Moneda del Estado en la solemnidad de San José (19 de marzo de 1994) - Discurso (1994). ↩