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San Damián de Molokai

San Damián de Molokai
Padre Damián, tomada en 1889, o a finales de febrero o en marzo, semanas antes de su muerte por William Brigham en una pared lateral de la iglesia católica de Santa Filomena en el asentamiento. Solo existen dos fotografías de la visita de Brigham: esta y la foto de grupo de Damián con los 64 chicos del asentamiento. Dominio Público.

San Damián de Molokai, nacido Jozef De Veuster, fue un sacerdote católico belga de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, cuya vida estuvo marcada por un servicio heroico a los leprosos de Molokai, Hawái. Su dedicación inquebrantable a los marginados, incluso hasta contraer la enfermedad él mismo, lo convirtió en un faro de caridad y esperanza. Este artículo explora su biografía, su misión en Hawái, el impacto de su trabajo y su eventual canonización, destacando cómo su ejemplo sigue inspirando la solidaridad y el amor al prójimo en el mundo contemporáneo.

Tabla de contenido

Primeros Años y Vocación Sacerdotal

Jozef De Veuster nació el 3 de enero de 1840 en Tremelo, Brabante, Bélgica, siendo el menor de siete hijos en una familia de comerciantes de maíz1. Sus hermanas mayores se hicieron monjas y su hermano Auguste (Padre Pamphile) se unió a la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María1. Aunque inicialmente se esperaba que siguiera una carrera comercial, una misión de los Redentoristas en 1858 lo llevó a discernir una vocación religiosa1.

Jozef ingresó al noviciado de los Padres de los Sagrados Corazones de Jesús y María en Lovaina, donde adoptó el nombre religioso de Damián, posiblemente en honor a San Damián, un médico y mártir del siglo IV1. A pesar de que sus superiores inicialmente dudaron de su aptitud para el sacerdocio debido a su falta de educación formal, su dominio del latín, aprendido de su hermano, les permitió reconsiderar1. Durante sus estudios, Damián oraba diariamente ante una imagen de San Francisco Javier, patrón de los misioneros, pidiendo ser enviado a una misión1. Su oportunidad llegó cuando su hermano, el Padre Pamphile, enfermó y no pudo viajar a Hawái como misionero, permitiendo que Damián tomara su lugar en 18631.

Misión en Hawái y el Asentamiento de Molokai

El 19 de marzo de 1864, Damián llegó a Honolulu, Hawái, y fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de ese mismo año1. Inicialmente, fue asignado a varias parroquias en la isla de Hawái1. Durante este tiempo, el Reino de Hawái enfrentaba una grave crisis de salud pública debido a enfermedades infecciosas como la lepra, la viruela, el cólera y la sífilis, introducidas por comerciantes y marineros extranjeros, a las que los nativos hawaianos no tenían inmunidad1.

La lepra, en particular, se extendió por las islas en las décadas de 1830 y 1840, y al considerarse altamente contagiosa e incurable, el rey Kamehameha V y la Legislatura Hawaiana promulgaron la «Ley para Prevenir la Propagación de la Lepra» en 18651. Esta ley estableció una cuarentena para los leprosos, enviando los casos más graves a un asentamiento en Kalawao, en la península de Kalaupapa, en la isla de Molokai1. Entre 1866 y 1969, aproximadamente 8,000 hawaianos fueron enviados a Kalaupapa1.

Las condiciones en el asentamiento eran deplorables. Aunque la Junta Real de Salud proporcionaba alimentos y suministros, carecía de personal y recursos para ofrecer atención médica adecuada1. Los documentos de la época indican que el Reino no pretendía que fueran colonias penales, pero la falta de recursos llevó a una situación de abandono1. En 1868, se reportaba que «prevalecía la conducta ebria y lasciva. La gente, normalmente tranquila y de buen carácter, parecía completamente cambiada»1.

El Voluntariado en Molokai

El obispo Louis Désiré Maigret de la diócesis de Honolulu reconoció la necesidad urgente de un sacerdote católico en el asentamiento de leprosos, a pesar del alto riesgo que implicaba la misión1. No quería enviar a nadie «en nombre de la obediencia», por lo que, después de mucha oración, cuatro sacerdotes se ofrecieron voluntariamente, entre ellos el Padre Damián1. El plan original era que los voluntarios se turnaran para asistir a los habitantes1.

El 10 de mayo de 1873, el Padre Damián llegó al aislado asentamiento de Kalaupapa, donde había 600 leprosos1. Fue presentado por el obispo Louis Maigret y rápidamente se dedicó a trabajar con ellos, construyendo una iglesia y estableciendo la Parroquia de Santa Filomena1.

Servicio y Compromiso con los Leprosos

El Padre Damián no solo ejerció como sacerdote, sino que se involucró profundamente en la vida de la comunidad. Curaba las úlceras de los residentes, construía un embalse, edificaba casas y muebles, fabricaba ataúdes y cavaba tumbas1. Seis meses después de su llegada, escribió a su hermano en Europa: «Me hago leproso con los leprosos para ganarlos a todos para Jesucristo»1.

Se dice que el Padre Damián fue un catalizador para un punto de inflexión en la comunidad. Bajo su liderazgo, se hicieron cumplir las leyes básicas, se mejoraron las chozas transformándolas en casas pintadas, se organizaron granjas y se establecieron escuelas1. Continuó difundiendo la fe católica, asegurando a los leprosos que, a pesar de lo que el mundo exterior pensara de ellos, eran preciosos a los ojos de Dios2. Su amor por Dios no lo alejó del mundo, sino que lo impulsó a amar a sus hermanos hasta el punto de dar su vida por ellos3. La certeza de que solo el amor y la entrega de uno mismo contaban fue su inspiración y la fuente de su felicidad3.

Reconocimiento y Enfermedad

El trabajo del Padre Damián en Molokai le valió el reconocimiento internacional. El rey David Kalākaua le otorgó el honor de «Caballero Comandante de la Real Orden de Kalākaua»1. La princesa heredera Lydia Liliʻuokalani, al visitar el asentamiento para entregar la medalla, se sintió tan conmovida por la situación de los residentes que no pudo leer su discurso, pero aclamó los esfuerzos de Damián1. Su fama se extendió por Estados Unidos y Europa, y protestantes estadounidenses y la Iglesia de Inglaterra recaudaron grandes sumas de dinero y enviaron suministros para su obra1.

En diciembre de 1884, mientras se preparaba para bañarse, Damián metió inadvertidamente el pie en agua hirviendo y no sintió nada, dándose cuenta de que había contraído lepra después de once años de servicio en la colonia1. A pesar de la enfermedad, intensificó sus esfuerzos1. En 1885, el leprológo japonés Masanao Goto lo trató con alimentos nutritivos, ejercicio moderado, fricciones frecuentes en las partes adormecidas, ungüentos especiales y baños medicinales, lo que alivió algunos de sus síntomas1.

Durante sus últimos años, el Padre Damián se dedicó a completar tantos proyectos como fuera posible, mejorando orfanatos y continuando su labor pastoral1. Cuatro voluntarios llegaron a Kalaupapa para asistirlo: el sacerdote belga Louis Lambert Conrardy, el soldado Joseph Dutton, el enfermero James Sinnett y la Madre (ahora Santa) Marianne Cope1. Conrardy asumió las responsabilidades pastorales, Cope organizó un hospital, Dutton se encargó de la construcción y mantenimiento, y Sinnett cuidó a Damián en las últimas etapas de su enfermedad1.

Muerte y Legado

El Padre Damián falleció de lepra el 15 de abril de 1889, a la edad de 49 años, después de 16 años de servicio en Hawái1. Fue enterrado bajo el mismo árbol de pandano donde había dormido por primera vez al llegar a Molokai1. En 1936, sus restos fueron trasladados a Bélgica por petición del rey Leopoldo III, y después de su beatificación en 1995, los restos de su mano derecha fueron devueltos a Hawái y reenterrados en su tumba original en Molokai1.

Después de su muerte, el Padre Damián fue objeto de controversia, con algunas críticas sobre su carácter. Sin embargo, el autor escocés Robert Louis Stevenson, quien visitó Molokai y habló con los residentes, defendió vigorosamente a Damián en una carta abierta, elogiando su heroísmo y su «honradez, generosidad y alegría»1. Mahatma Gandhi también citó el trabajo del Padre Damián como inspiración para sus campañas sociales en la India, afirmando que su ejemplo de dedicación a las víctimas de la lepra era una fuente de heroísmo1.

Canonización y Culto

En 1977, el Papa Pablo VI declaró al Padre Damián «venerable»1. Fue beatificado el 4 de junio de 1995 por el Papa Juan Pablo II, quien lo describió como un «ejemplo luminoso de cómo el amor de Dios no nos aleja del mundo»4,3. En 1999, fue incluido en el calendario litúrgico nacional de Estados Unidos1.

El 11 de octubre de 2009, el Padre Damián fue canonizado por el Papa Benedicto XVI, convirtiéndose en San Damián de Molokai1. Su fiesta se celebra el 10 de mayo, aunque en Hawái se conmemora el 15 de abril, día de su muerte1. Dos milagros fueron atribuidos a su intercesión póstuma: la curación de una religiosa francesa en 1895 de una enfermedad intestinal, y la remisión de un cáncer raro en una mujer hawaiana, Audrey Toguchi, después de orar en su tumba en Molokai1.

El legado de San Damián de Molokai continúa inspirando la solidaridad y el cuidado de los marginados. Su trabajo ha sido citado como un ejemplo de cómo la sociedad debe servir a los pacientes con VIH/SIDA1. El presidente Barack Obama, con motivo de su canonización, afirmó que Damián «dio voz a los sin voz y dignidad a los enfermos»1. Numerosas clínicas y centros para pacientes con VIH/SIDA llevan su nombre, así como escuelas y organizaciones benéficas1. Su vida y muerte son consideradas hechos proféticos, una denuncia contra las actitudes que violan los derechos humanos y un llamado a la esperanza para los marginados de todo tipo5.

Citas

  1. Padre Damián (Joseph de Veuster), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Padre Damián (Joseph de Veuster). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46

  2. Papa Juan Pablo II. Josef Daamian de Veuster (1840-1889) - Homilía de beatificación, § 4 (2009).

  3. Papa Juan Pablo II. 4 de junio de 1995: Beatificación del Siervo de Dios Damiano De Veuster, Misionero de la Congregación de los Sagrados Corazones en Bruselas - Homilía (1995). 2 3

  4. Papa Juan Pablo II. Josef Daamian de Veuster (1840-1889) - Homilía de beatificación, § 5 (2009).

  5. El Dicasterio para las Causas de los Santos. Josef Daamian de Veuster (1840-1889) - Mensajero de la Esperanza (2009).