San Diego de Alcalá

San Diego de Alcalá, conocido en español como San Diego, fue un hermano lego de la Orden de los Frailes Menores que vivió en el siglo XV. Nació de padres humildes en San Nicolás del Puerto, España, y dedicó su vida a la vida religiosa, destacándose por su celo, prudencia y santidad. A lo largo de su vida, desempeñó diversas funciones dentro de la orden franciscana, incluyendo la de guardián en las Islas Canarias, y fue reconocido por su intercesión milagrosa, especialmente durante su tiempo como enfermero en Roma. Fue canonizado por el Papa Sixto V en 1588, y su fiesta se celebra el 12 de noviembre.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Vocación Religiosa
San Diego de Alcalá nació de padres pobres en San Nicolás del Puerto, España, aunque la fecha exacta de su nacimiento es incierta. Desde joven, sintió un llamado a la vida religiosa y fue puesto bajo la guía de un ermitaño en su ciudad natal1. Este período formativo lo preparó para su futura entrega a Dios.
Posteriormente, solicitó la admisión en la Orden Franciscana en el convento de Arizafa, donde fue aceptado como hermano lego1. Su humildad y devoción ya eran evidentes en esta etapa temprana de su vida religiosa.
Servicio en las Islas Canarias y Regreso a España
En 1445, San Diego fue elegido guardián de la comunidad franciscana en la isla canaria de Fuerteventura1. Este nombramiento fue notable, ya que era una excepción a las reglas ordinarias que un hermano lego fuera nombrado superior. Sin embargo, su gran celo, prudencia y santidad justificaron plenamente la elección por parte de los religiosos de Castilla1. Permaneció como superior en Fuerteventura hasta 1449, demostrando sus capacidades de liderazgo y su profunda espiritualidad.
En 1449, fue llamado de regreso a España1. Desde allí, viajó a Roma para asistir a la canonización de San Bernardino de Siena en 14501. Durante su estancia en Roma, cumplió el humilde oficio de enfermero en el convento de Ara Coeli1. Sus biógrafos registraron numerosas curaciones milagrosas atribuidas a su piadosa intercesión mientras atendía a los enfermos1.
Últimos Años y Muerte
Finalmente, San Diego fue llamado de nuevo a España y sus superiores lo enviaron a Alcalá de Henares1. Alcalá, una ciudad de importancia histórica a 21 millas de Madrid, fue también el lugar de nacimiento de Cervantes y de Catalina de Aragón2. En Alcalá, San Diego pasó los últimos años de su vida en penitencia, soledad y los deleites de la contemplación1.
En 1463, San Diego enfermó en Alcalá. En sus últimos momentos, pidió un cordón franciscano, se lo puso alrededor del cuello y, sosteniendo un crucifijo en sus manos, pidió perdón a todos sus hermanos reunidos junto a su lecho3. Fijando sus ojos en el crucifijo, repitió con gran ternura las palabras del himno a la cruz: «Dulce lignum, dulces clavos, dulce pondus sustinet», y falleció pacíficamente el 12 de noviembre3.
Canonización y Legado
Numerosos milagros fueron atribuidos a San Diego durante su vida, y muchos más a través de su intercesión después de su muerte3. El rey Felipe II, en agradecimiento por un milagro en favor de su hijo, solicitó la canonización del santo3. San Diego de Alcalá fue canonizado por el Papa Sixto V en 15881,3. Su fiesta se celebra en la orden franciscana el 12 de noviembre1.
La canonización de San Diego en 1588 fue motivo de gran alegría en España3. Aunque no existe una biografía medieval de San Diego, las crónicas franciscanas posteriores, como la de Fray Marcos de Lisboa (fallecido en 1591), proporcionan abundante información sobre su vida3. Entre las biografías individuales se pueden mencionar Vida del S. Fray Diego (1602) de Moreno de la Rea, y algunos esbozos más modernos3.
Conexión con la Universidad de Alcalá
Es interesante notar que el convento franciscano de San Diego en Alcalá de Henares es mencionado en relación con los orígenes de la Universidad de Alcalá4. En el siglo XV, antes de la fundación formal del Colegio de San Ildefonso por el Cardenal Cisneros, la gramática se enseñaba de manera irregular en el convento franciscano de San Diego4. Esto subraya la presencia y la influencia de la orden franciscana en la vida intelectual y religiosa de Alcalá, una ciudad que también acogió a San Diego en sus últimos años2.
Otros Santos de Nombre «Diego»
Es importante distinguir a San Diego de Alcalá de otros santos o beatos con el nombre de Diego. Por ejemplo, existe el Beato Diego José de Cádiz, un fraile capuchino nacido en 1743, conocido por sus elocuentes sermones y su trabajo apostólico en España, especialmente en Andalucía5. También se menciona a un «joven Diego» en una homilía del Papa Juan Pablo II, refiriéndose a Diego Luis de San Vitores Alonso, un misionero que dejó todo para dar testimonio del amor de Dios en tierras lejanas6. Estas distinciones son importantes para evitar confusiones en la hagiografía católica.
Conclusión
San Diego de Alcalá es recordado como un modelo de humildad, celo y devoción en la tradición franciscana. Su vida, marcada por el servicio a Dios y al prójimo, especialmente a los enfermos, y su profunda vida de oración y contemplación, lo llevaron a ser reconocido como un santo. Su legado perdura a través de su intercesión y el ejemplo de una vida entregada a la fe.
Citas
San Didacus, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Didacus. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
Madrid-Alcalá, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Madrid-Alcalá. ↩ ↩2
Santos Arcadio y sus compañeros, mártires (a.D. 437), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 332. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Universidad de Alcalá, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Universidad de Alcalá. ↩ ↩2
B25: La Anunciación de la Santísima Virgen María, comúnmente llamada Día de Nuestra Señora, Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 688. ↩
Papa Juan Pablo II. 6 de octubre de 1985: Beatificación de tres Siervos de Dios: Diego Luis de San Vitores Alonso, José María Rubio y Peralta y Francisco Gárate Araguren - Homilía (1985). ↩