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San Egidio (San Giles)

San Egidio, también conocido como San Giles (Ægidius en latín), fue un abad cuya vida se desarrolló en el siglo VII y principios del VIII. Es venerado como un santo en la Iglesia Católica, y su culto se extendió ampliamente por toda Europa durante la Edad Media. Se le asocia con la vida eremítica, la humildad y los milagros, siendo un ejemplo de devoción espiritual y servicio a Dios en la soledad. Su figura es recordada el 1 de septiembre, día en que se celebra su festividad.

Tabla de contenido

Vida y Orígenes

San Egidio, cuyo nombre en latín es Ægidius, se cree que nació de una familia noble en Atenas a mediados del siglo VII1. Desde joven, se dedicó por completo a asuntos espirituales. Sin embargo, su noble cuna y su creciente reputación de santidad en su tierra natal se convirtieron en un obstáculo para su búsqueda de la perfección espiritual1. Por esta razón, decidió viajar a la Galia (la actual Francia), buscando un lugar donde pudiera vivir en mayor aislamiento y dedicarse a la contemplación1.

Retiro en la Galia

Una vez en la Galia, San Egidio se estableció inicialmente en una zona silvestre cerca de la desembocadura del río Ródano1. Posteriormente, se trasladó a las orillas del río Gard. Sin embargo, su fama de santidad lo siguió, atrayendo a muchas personas que buscaban su guía y sus oraciones1. Para encontrar la soledad que tanto anhelaba, se retiró a un denso bosque cerca de Nimes, donde pasó muchos años viviendo en una profunda reclusión1. Su única compañía en este retiro era una cierva1.

Este último refugio fue descubierto por los cazadores del rey, quienes habían perseguido a la cierva hasta su escondite1. El rey, quien según la leyenda era Wamba (o Flavio), rey de los visigodos, aunque históricamente debió ser un rey franco, ya que los francos habían expulsado a los visigodos de la región de Nimes mucho antes, desarrolló un gran respeto por el ermitaño1. El monarca deseaba colmarlo de honores, pero la humildad de San Egidio lo hizo inmune a todas las tentaciones mundanas1. No obstante, el santo accedió a aceptar discípulos y construyó un monasterio en el valle, el cual puso bajo la Regla de San Benito1. San Egidio falleció en este monasterio a principios del siglo VIII, dejando una gran reputación de santidad y milagros1.

Culto y Veneration

El culto a San Egidio se difundió rápidamente por toda Europa durante la Edad Media1. Innumerables iglesias y monasterios en Francia, Alemania, Polonia, Hungría y las Islas Británicas fueron dedicados a él, lo que atestigua la gran devoción que inspiró1. Numerosos manuscritos en prosa y verso conmemoraron sus virtudes y milagros, y una vasta multitud de peregrinos de toda Europa acudía a su santuario1.

Reliquias y Peregrinaciones

En 1562, las reliquias del santo fueron trasladadas en secreto a Toulouse para protegerlas de los excesos de los hugonotes que asolaban Francia en ese momento, lo que provocó una disminución de las peregrinaciones1. Sin embargo, con la restauración de una gran parte de las reliquias a la iglesia de San Egidio en 1862 y el descubrimiento de su antigua tumba en 1865, las peregrinaciones se reanudaron1.

Muchas ciudades poseen reliquias de San Egidio, incluyendo St-Gilles, Toulouse y otras ciudades francesas, así como Amberes, Brujas y Tournai en Bélgica; Colonia y Bamberg en Alemania; Praga y Gran en Austria-Hungría; y Roma y Bolonia en Italia1.

Iconografía

En el arte medieval, San Egidio es un tema frecuente y siempre se le representa con su símbolo característico: la cierva1.

Festividad

La festividad de San Egidio se celebra el 1 de septiembre1. En este mismo día, también se conmemora a otro San Egidio, un ermitaño italiano del siglo X, y a un Beato Egidio, abad cisterciense de Castaneda en la Diócesis de Astorga, España, fallecido alrededor de 12031.

Otros Santos y Beatos con Nombres Similares

Es importante distinguir a San Egidio, el abad del siglo VII, de otras figuras santas y beatas que comparten nombres similares:

Beato Egidio de Asís

El Beato Egidio de Asís fue uno de los compañeros originales de San Francisco de Asís, a quien San Francisco llamó «el Caballero de nuestra Mesa Redonda»2. Se unió a la pequeña comunidad franciscana en abril de 1209 y acompañó a San Francisco en sus predicaciones2. Realizó peregrinaciones a Santiago de Compostela en España y a Jerusalén para venerar los Lugares Santos2. Durante sus viajes, se esforzó por ganarse el sustento mediante el trabajo manual, realizando tareas como hacer cestas de caña, transportar agua, ayudar a enterrar a los muertos, cortar leña y recoger nueces2.

Sus «dichos» o «sentencias» son una colección de consejos breves y sabios sobre la perfección cristiana, apreciados por San Buenaventura y otros escritores ascéticos2. El Beato Egidio falleció en 1262, y su culto inmemorial fue confirmado por Pío VI. Su festividad se celebra el 23 de abril2.

Egidio Colonna (Giles de Roma)

Egidio Colonna, también conocido como Giles de Roma (Ægidius Romanus), fue un filósofo y teólogo escolástico nacido en Roma alrededor de 1247 y fallecido en Aviñón el 22 de diciembre de 13163. Ingresó en la Orden de los Ermitaños de San Agustín en Roma y estudió en París, donde fue discípulo de Santo Tomás de Aquino3. Fue el primer agustino en enseñar en la Universidad de París y obtuvo el título de Doctor fundatissimus por su profundo conocimiento3. En 1285, el rey Felipe III le confió la educación de su hijo, quien más tarde se convirtió en Felipe IV3.

Su doctrina fue tan influyente que en 1287, un decreto del capítulo general de los agustinos ordenó a todos los miembros de la orden aceptar y defender sus opiniones3. Fue elegido superior general de su orden en 1292 y, tres años después, el Papa Bonifacio VIII lo nombró Arzobispo de Bourges, Francia3. Egidio Colonna fue un prolífico escritor en filosofía y teología, siendo su obra principal el tratado De regimine principum, dedicado a su alumno Felipe IV3.

La Comunidad de Sant’Egidio

En tiempos más recientes, la figura de San Egidio ha inspirado la fundación de la Comunidad de Sant’Egidio, una asociación pública de laicos reconocida por la Santa Sede en 19864. Esta comunidad, que tuvo sus inicios en Roma, se dedica a la caridad, el servicio a los pobres y el diálogo4. El Papa Juan Pablo II se reunió con ellos en varias ocasiones, destacando su misión apostólica en las parroquias y barrios de Roma5,4.

La comunidad se apoya en Cristo a través de la oración diaria, que es el secreto de su compromiso en todas las direcciones4. Han trabajado en la reconciliación con los ancianos, a menudo marginados por la sociedad, y han ofrecido servicio a gitanos y extranjeros, promoviendo la hospitalidad y la fraternidad universal4. Su labor ecuménica y de diálogo es parte de la vocación de la Iglesia de Roma en su dimensión local y universal4.

Conclusión

San Egidio, el abad de origen ateniense que buscó la soledad en la Galia, es un testimonio de la búsqueda de la perfección espiritual y la humildad1. Su vida eremítica, su conexión con la naturaleza simbolizada por la cierva, y la difusión de su culto por toda Europa, lo consolidan como una figura importante en la historia de la Iglesia1. Aunque existen otras figuras con nombres similares, la historia y el legado de San Egidio, el abad, perduran a través de las iglesias, las peregrinaciones y la inspiración que ha brindado a comunidades modernas dedicadas a la caridad y el diálogo, como la Comunidad de Sant’Egidio1,4.

Citas

  1. San Gil, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Gil. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

  2. Bto. Egidio de Asís, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Bto. Egidio de Asís. 2 3 4 5 6

  3. Egidio Colonna, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Egidio Colonna. 2 3 4 5 6 7

  4. Papa Juan Pablo II. A la Comunidad de Sant’Egidio (6 de febrero de 1988) - Discurso (1988). 2 3 4 5 6 7

  5. Papa Juan Pablo II. A los jóvenes de la Comunidad de San Egidio (20 de julio de 1980) - Discurso (1980).