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San Eligio

San Eligio
Kath. Pfarrkirche St. Michael, Ebersbach, Gemeinde Ebersbach-Musbach, Landkreis Ravensburg Hl. Eligius. Dominio Público.

San Eligio, conocido en francés como Eloi, fue un obispo franco del siglo VII, nacido alrededor del año 590 en Chaptelat, cerca de Limoges, Francia, y fallecido el 1 de diciembre de 660 en Noyon. Antes de su episcopado, se destacó como un talentoso orfebre y maestro de la ceca real, sirviendo a los reyes Clotario II y Dagoberto I. Su notable honestidad y habilidad en la metalurgia le valieron una posición influyente en la corte, donde utilizó su prestigio para obras de caridad, como el rescate de cautivos y la fundación de monasterios. Posteriormente, fue consagrado obispo de Noyon-Tournai, dedicándose con fervor a la evangelización de las poblaciones paganas en su diócesis y combatiendo prácticas supersticiosas. Es venerado como patrono de orfebres, joyeros, herreros y otros trabajadores del metal.

Tabla de contenido

Vida Temprana y Carrera como Orfebre

San Eligio nació en una familia romana, siendo sus padres Eucherio y Terrigia, en Chaptelat, cerca de Limoges, Francia, alrededor del año 5901. Su padre, al reconocer su talento excepcional, lo envió como aprendiz del renombrado orfebre Abbo, quien era el maestro de la ceca en Limoges1.

Más tarde, Eligio se trasladó a Neustria, donde trabajó bajo la supervisión de Babo, el tesorero real. Su habilidad fue tal que el rey Clotario II le encargó la creación de un trono de oro adornado con piedras preciosas1,2. La honestidad de Eligio en esta tarea impresionó profundamente al rey, ya que con los materiales proporcionados, Eligio fabricó dos tronos en lugar de uno2. Este acto de integridad le valió el nombramiento como maestro de la ceca en Marsella y un lugar en la casa real1,2.

Tras la muerte de Clotario en 629, su sucesor, Dagoberto I, designó a Eligio como su consejero principal1. La fama de Eligio creció rápidamente, y los embajadores solían visitarlo antes de presentarse ante el rey1. Su nombre aparece en varias monedas de oro acuñadas en París y Marsella durante los reinados de Dagoberto I y su hijo, Clodoveo II2.

Integridad y Caridad en la Corte

A pesar de la corrupción de la corte, Eligio mantuvo su virtud y se distinguió por su generosidad2. Aunque vestía magníficamente, a veces con sedas y adornos de oro y piedras preciosas, también destinaba grandes sumas a la caridad2. Se decía que cuando alguien preguntaba por su casa, la respuesta era: «Vaya a tal calle, y es donde vea una multitud de pobres»2.

Un incidente notable de su vida en la corte fue cuando Clotario le ofreció el juramento de lealtad. Eligio, con una ternura de conciencia, se excusó repetidamente, temiendo jurar sin la suficiente necesidad o lo que podría ser llamado a hacer o aprobar2. El rey, al final, reconoció que el espíritu concienzudo de Eligio era una garantía de fidelidad más segura que los juramentos de otros2.

Eligio aprovechó su influencia para obtener limosnas para los pobres y para rescatar a cautivos romanos, galos, bretones, sajones y moros que llegaban diariamente a Marsella1. Fundó varios monasterios y, con el consentimiento del rey, envió a sus sirvientes a dar sepultura digna a los cuerpos de los malhechores ejecutados1.

Entre sus colaboradores más fieles se encontraba un sajón llamado Tillo, quien fue uno de sus siete discípulos y es también venerado como santo2. Eligio también buscó la compañía de hombres piadosos en la corte, como Sulpicio, Bertario, Desiderio y Audoeno (San Audeno), quienes también llegaron a ser obispos y santos2.

Episcopado y Obra Misionera

A la muerte de Dagoberto en 639, la reina Nantilde asumió el gobierno, y Eligio, junto con su amigo Dado, dejó la corte para entrar al sacerdocio1. El 13 de mayo de 640, tras el fallecimiento de Acaro, obispo de Noyon-Tournai, Eligio fue elegido su sucesor con la aprobación unánime del clero y el pueblo1,3. Fue consagrado obispo junto a su amigo San Audeno, quien se convirtió en obispo de Ruan, en el año 6413.

Como obispo, Eligio demostró la misma diligencia y celo que había mostrado como laico3. Su diócesis, especialmente la parte de Tournai, estaba compuesta en gran medida por paganos1,3. Eligio se dedicó a la conversión de los flamencos, los habitantes de Amberes, los frisones, los suevos y las tribus bárbaras de la costa1,3. A pesar de ser reviled por los habitantes de Amberes, Gante y Courtrai, quienes lo consideraban un «romano» extranjero, perseveró en su misión3. Cuidó de los enfermos, los protegió de la opresión y empleó todos los medios que la caridad le sugería para superar su obstinación3. Gradualmente, los bárbaros se fueron ablandando, y algunos se convirtieron; cada año, en Pascua, bautizaba a aquellos que había llevado al conocimiento de Dios durante los doce meses anteriores3.

San Eligio predicaba al pueblo cada domingo y día festivo con incansable celo3. Se le atribuye un sermón en el que combate las prácticas paganas de su tiempo, así como una homilía sobre el Juicio Final1. En uno de sus discursos, advirtió a sus oyentes contra supersticiones como las observancias del 1 de enero y el 24 de junio, la abstención del trabajo por respeto al jueves o al mes de mayo, el uso de amuletos, la adivinación y la observación de presagios3. En su lugar, instaba a la oración, la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, la unción en tiempos de enfermedad y la señal de la cruz, junto con la recitación del Credo y el Padre Nuestro3.

Fundaciones y Promoción del Culto a los Santos

Durante su episcopado, Eligio fundó y dotó un monasterio para vírgenes en Noyon, trayendo a su protegida, Santa Godeberta, de París para dirigirlo1,3. También estableció un monasterio para monjes fuera de la ciudad, en el camino a Soissons3. Fue muy activo en la promoción del culto a los santos locales3. Después del hallazgo del cuerpo de San Quintín, el obispo Eligio erigió una iglesia en su honor, a la que se unió un monasterio bajo la regla irlandesa1. También descubrió los cuerpos de San Piato y sus compañeros, y en 654 trasladó los restos de San Fursey, el célebre misionero irlandés1.

Eligio también construyó la basílica de San Pablo y restauró la de San Marcial en París1. Erigió varias iglesias en honor a las reliquias de San Martín de Tours, el santo nacional de los francos, y San Dionisio, elegido patrón por el rey1.

Muerte y Veneración

San Eligio falleció el 1 de diciembre de 660, después de haber gobernado su rebaño durante diecinueve años1,4. Se dice que tuvo una premonición de su muerte y se la anunció a su clero4. La noticia de su enfermedad hizo que Santa Batilde partiera de París, pero llegó la mañana después de su muerte4. Aunque se hicieron preparativos para trasladar su cuerpo a su monasterio en Chelles o a París, el pueblo de Noyon se opuso enérgicamente, y los restos de su pastor permanecieron con ellos4. Posteriormente fueron trasladados a la catedral, donde gran parte de ellos aún se conservan4.

San Eligio fue durante mucho tiempo uno de los santos más populares de Francia, y su fiesta se celebraba universalmente en el noroeste de Europa durante la Baja Edad Media4.

Patrocinio

San Eligio es el santo patrón de una amplia gama de profesiones, principalmente relacionadas con el trabajo del metal y la artesanía, debido a su destacada carrera como orfebre y maestro de la ceca real1,5,6.

Se le representa comúnmente en el arte cristiano con el atuendo de obispo, un báculo en la mano derecha y una iglesia en miniatura de oro cincelado en la palma de la izquierda1. También se le invoca en favor de los herradores y los caballos, debido a leyendas populares asociadas a su nombre4.

Legado

La vida de San Eligio nos ofrece una visión cercana de la práctica cristiana durante el período merovingio4. Su biografía, Vita S. Eligii, atribuida durante mucho tiempo a San Audeno, es un documento extenso que probablemente incorpora escritos de Audeno, pero fue compilado y complementado más tarde por un monje de Noyon4,2.

Las homilías atribuidas a San Eligio, aunque algunas de autenticidad dudosa, muestran su esfuerzo por combatir las supersticiones y las prácticas paganas, y por instruir a su pueblo en la fe cristiana1,3. Su dedicación a la caridad, su integridad en la corte y su celo evangelizador como obispo lo establecen como una figura ejemplar en la historia de la Iglesia.

Citas

  1. San Eligio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Eligio. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23

  2. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 460. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  3. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 461. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  4. Bto. Bentivoglia (A.D. 1232), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 462. 2 3 4 5 6 7 8 9

  5. Trabajadores del metal - Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Trabajadores del metal (2024). 2 3

  6. Numismáticos - Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Numismáticos (2024). 2

  7. Joyeros - Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Joyeros (2024). 2

  8. Orfebres - Clara de Asís, Dunstán, Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Orfebres (2024).

  9. Papa Pablo VI. A un grupo de orfebres, joyeros, relojeros y plateros italianos (4 de noviembre de 1966) - Discurso (1966).

  10. Talabarteros - Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Talabarteros (2024).

  11. Soldados de los Ingenieros Mecánicos Eléctricos Reales - Eligio, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Soldados de los Ingenieros Mecánicos Eléctricos Reales (2024).