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San Esteban

San Esteban, conocido como el primer mártir cristiano y uno de los siete diáconos elegidos por los apóstoles, es una figura central en la historia de la Iglesia primitiva. Su vida, su valiente defensa de la fe y su muerte por lapidación, celebrada el 26 de diciembre, han inspirado la liturgia, la devoción y la teología católica a lo largo de los siglos. Este artículo repasa su origen, ministerio, martirio, culto y legado dentro de la tradición católica.

Tabla de contenido

Vida y ministerio

Orígenes y llamado al diaconado

Los relatos del Nuevo Testamento y la tradición patrística indican que Esteban era judío helenista de origen, probablemente nacido en Jerusalén y educado en la fe judía antes de abrazar el cristianismo1. Fue elegido entre los siete diáconos para atender la distribución de los recursos a las viudas y pobres de la comunidad, una respuesta a la creciente tensión entre judíos hebreos y helenistas2. Su nombramiento subraya la importancia del servicio caritativo como signo distintivo del ministerio diaconal.

Carácter y dones apostólicos

Los escritos de los Padres de la Iglesia describen a Esteban como «hombre lleno de fe y del Espíritu Santo» y dotado de una sabiduría y elocuencia extraordinarias, capaces de convencer a sus oyentes y de enfrentar a los opositores con autoridad espiritual1. Su capacidad para realizar «grandes señales y maravillas» reforzaba su testimonio y consolidaba su reputación entre los primeros cristianos1.

Martirio y muerte

El juicio ante el Sanedrín

Acusado de blasfemia contra la Ley y el Templo por proclamar que «Jesús destruirá este lugar», Esteban fue llevado ante el Sanedrín, donde presentó una extensa defensa histórica del pueblo de Israel (el discurso de los capítulos 7:2‑53 de Hechos)3. Su exposición culminó con una acusación directa a los presentes: «¡Dura cerviz y incircunciso de corazón!»3.

La visión celestial y la oración final

Mientras era arrastrado fuera de la ciudad, Esteban miró al cielo y vio «las puertas del cielo abiertas y al Hijo del Hombre a la derecha de Dios»1. En medio del asalto, pronunció sus palabras de entrega: «Señor Jesús, recibe mi espíritu» y, antes de morir, imploró: «Señor, no les pongas sin culpa a ellos»4,3. Estas oraciones, repetidas en la liturgia del Misal Romano, resaltan su amor perdonador hacia sus agresores4.

Consecuencias del martirio

La muerte de Esteban desencadenó la primera persecución contra la Iglesia de Jerusalén, provocando la dispersión de los cristianos y la expansión del Evangelio a Samaria y más allá5. Además, el joven Saulo (más tarde San Pablo) estuvo presente en la lapidación, lo que marcó el inicio de su transformación de perseguidor a apóstol2.

Culto y veneración

Fiesta litúrgica

El 26 de diciembre se celebra la fiesta de San Esteban, conocida como su «cumpleaños celestial» en el calendario romano martyrológico6. La Propersión del Misal incluye la aclamación «Señor Jesús, recibe mi espíritu» como parte central de la eucaristía de su día4.

Relicarios y devoción popular

Según la tradición, los restos de Esteban fueron descubiertos en el siglo V por el sacerdote Luciano y trasladados a la Basílica de San Esteban fuera de la Puerta de Damasco, donde permanecen como objeto de peregrinación1. La veneración temprana en Oriente y Occidente se consolidó a partir del siglo IV, y su figura se representa frecuentemente con una piedra en la mano y la mirada al cielo, símbolos de su martirio y visión celestial1.

Significado teológico y patrístico

Protomártir y modelo de fe

San Esteban es considerado el primer mártir (protomártir) de la Iglesia, cuyo testimonio anticipa el sacrificio de Cristo y establece el ideal de martirio por la fe. Su capacidad de perdonar a sus asesinos refleja la enseñanza cristiana del amor al enemigo, citada por el Papa Benedicto XVI en su audiencia de 20072.

Patrona de los diáconos

Junto a San Marino, Esteban es patrón de los diáconos, resaltando la importancia del servicio a los pobres y la administración de los bienes eclesiásticos como funciones esenciales del diaconado7. Su vida sirve de modelo para los diáconos contemporáneos, que buscan imitar su «fuerte fe y entrega al Espíritu Santo»2.

Legado y devoción contemporánea

Influencia en la evangelización

El martirio de Esteban desencadenó la dispersión de los cristianos, lo que facilitó la expansión del Evangelio a regiones como Samaria y Antioquía, y sentó las bases para la misión apostólica de San Pablo5. Su ejemplo de testimonio valiente sigue inspirando a los misioneros y a los laicos comprometidos con la difusión de la fe.

Celebraciones y oraciones actuales

En la liturgia actual, la oración «Señor Jesús, recibe mi espíritu» se recita en la Misa del 26 de diciembre, y numerosas comunidades organizan actos de caridad en honor a su ministerio diaconal. Además, su intercesión es invocada como defensora de los perseguidos y modelo de perdón.

San Esteban, como primer diácono y primer mártir, encarna la unión de servicio caritativo, defensa doctrinal y amor perdonador. Su vida y muerte continúan guiando la fe católica, recordándonos que el testimonio auténtico de Cristo a menudo implica sacrificio, pero también la esperanza de la gloria celestial.

Citas

  1. San Esteban, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Esteban. 2 3 4 5 6

  2. Esteban, el protomártir, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 10 de enero de 2007: Esteban, el Protomártir (2007). 2 3 4

  3. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 621. 2 3

  4. Propio de los santos - 26 de diciembre - San Esteban, el primer mártir - Fiesta, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción al inglés según la Tercera Edición Típica), §Propio de los Santos (2011). 2 3

  5. Hechos de los Apóstoles, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Hechos de los Apóstoles. 2

  6. B26 de diciembre, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 26 de diciembre (1749).

  7. Diáconos - Esteban, Marino, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Diáconos (2024).