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San Fructuoso

San Fructuoso es un nombre que resuena con santidad en la historia de la Iglesia, destacándose principalmente dos figuras veneradas: San Fructuoso de Tarragona, obispo y mártir del siglo III, y San Fructuoso de Braga, arzobispo y fundador de monasterios del siglo VII. Ambos hombres dedicaron sus vidas a Cristo, aunque en circunstancias y épocas muy diferentes, dejando un legado duradero de fe, liderazgo y sacrificio que sigue inspirando a los fieles hasta el día de hoy. Este artículo explorará sus vidas, martirios, obras y el culto que se les ha rendido a lo largo de los siglos, destacando su importancia en la tradición católica.

Tabla de contenido

San Fructuoso de Tarragona: Obispo y Protomártir

San Fructuoso de Tarragona fue un obispo y mártir que vivió en el siglo III, falleciendo el 21 de enero del año 2591,2. Es considerado el primer obispo de Tarragona del que se tiene registro, aunque se cree que hubo otros obispos antes que él cuyos nombres se han perdido3. Su martirio, junto con el de sus diáconos Augurio y Eulogio, ocurrió durante la persecución de Valeriano y Galieno4,2,5.

El Martirio de San Fructuoso y sus Diáconos

La persecución contra los cristianos se intensificó bajo el emperador Valeriano. En la noche del 16 de enero de 259, Fructuoso, junto con sus diáconos Augurio y Eulogio, fue arrestado y llevado a prisión1,2. El 21 de enero, fueron juzgados por el juez Emiliano1,2.

Durante el interrogatorio, Emiliano preguntó a Fructuoso si conocía el edicto de los emperadores2. Fructuoso respondió que no lo conocía, pero afirmó con firmeza que era cristiano2. Cuando Emiliano le informó que los emperadores ordenaban sacrificar a los dioses, Fructuoso declaró: «Adoro a un solo Dios, que hizo el cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos»2. Emiliano insistió si no conocía otros dioses, a lo que el santo replicó: «No»2.

El diálogo continuó, con Emiliano intentando disuadir a los diáconos. Dirigiéndose a Augurio, le pidió que no hiciera caso a lo que Fructuoso había dicho, pero el diácono afirmó que adoraba al mismo Dios Todopoderoso2. Luego, Emiliano preguntó a Eulogio si también adoraba a Fructuoso, a lo que Eulogio respondió: «No adoro a Fructuoso, sino al mismo Dios que él adora»2.

Cuando Emiliano preguntó a Fructuoso si era obispo, y este lo confirmó, el juez sentenció a los tres a ser quemados vivos1,2. Los mártires enfrentaron la prueba con valentía, orando y con las manos extendidas, entregando sus espíritus a Dios antes de que el fuego los consumiera por completo1,2,6. Se dice que las llamas, al principio, respetaron sus cuerpos, consumiendo solo las ataduras de sus manos y permitiéndoles extender los brazos en oración6.

Legado y Veneración

El martirio de San Fructuoso y sus diáconos dejó una profunda huella en la Iglesia. San Agustín los menciona en uno de sus sermones (273), y el poeta español Prudencio los celebró en un himno (Peristephanon, himno 6)1,6. La autenticidad de los relatos de su pasión es ampliamente aceptada por los críticos6.

El Papa Benedicto XVI, en 2008, destacó la estima particular que la Iglesia tiene por estos mártires, comparándolos con San Cipriano de Cartago y el Papa San Sixto II y sus diáconos4. También recordó las palabras de San Fructuoso que deben ser repetidas por todos los pastores: «Es necesario que tenga en mi mente a la Iglesia Católica de oriente a occidente»4. En 2009, con motivo del 1750 aniversario de su martirio, el Papa Benedicto XVI envió un mensaje al Arzobispo de Tarragona, enfatizando que el testimonio de los mártires sigue iluminando y fortaleciendo la fe de la Iglesia7.

La Iglesia de Perpiñán, en memoria de sus antiguos lazos con la metrópolis de Tarragona, honra a varios santos españoles, incluyendo a San Fructuoso y sus diáconos5. La festividad de San Fructuoso de Tarragona se celebra el 21 de enero1.

San Fructuoso de Braga: Arzobispo y Monje

Otro ilustre santo con el nombre de Fructuoso es San Fructuoso de Braga, un arzobispo que falleció el 16 de abril alrededor del año 6658,9. Su vida estuvo marcada por una profunda vocación monástica y un incansable celo por la fundación y organización de comunidades religiosas en la Península Ibérica.

Vida Monástica y Fundaciones

San Fructuoso era hijo de un general gótico y estudió en Palencia8. Tras la muerte de sus padres, se retiró como ermitaño a un desierto en Galicia8. Su santidad y ejemplo atrajeron a numerosos discípulos, lo que llevó a la fundación del monasterio de Complutum (Compludo), del cual fue el primer superior8. Más tarde, designó un abad y se retiró nuevamente al desierto, buscando una vida de mayor soledad8.

A lo largo de su vida, Fructuoso fundó nueve monasterios adicionales, incluyendo uno para ochenta vírgenes bajo la dirección de la abadesa Benedicta8. Su labor fue fundamental para el desarrollo del monacato en la España visigoda.

Se conservan dos reglas monásticas escritas por San Fructuoso8. La primera, de veinticinco capítulos, estaba destinada al monasterio de Complutum y contenía un apéndice con las fórmulas de consagración y los votos8. La segunda, conocida como la «regla común», se dirigía principalmente a los superiores de los monasterios y se refería a una unión de comunidades monásticas gobernadas por un abad-obispo8.

Episcopado y Legado

En el año 654, Fructuoso fue llamado a ocupar el obispado de Dumio, y el 1 de diciembre de 656, fue elevado al arzobispado de Braga8. Su vida como el más grande de los obispos monásticos españoles fue registrada por el abad Valerio, basándose en los relatos de sus discípulos8.

Las reliquias de San Fructuoso de Braga fueron trasladadas a Compostela en 11028. Su festividad se celebra el 16 de abril8,9. Se le representa con un ciervo, animal al que salvó de los cazadores y que le era devoto8.

Otros Santos Fructuosos y el Culto en la Iglesia

Es importante notar que el nombre Fructuoso aparece en otros contextos, como el de un monasterio Fructuariense mencionado en un sínodo romano del Papa Benedicto VIII en 1015, al que se le concedió un privilegio apostólico10. Esto demuestra la difusión del nombre y la devoción asociada a él en diferentes épocas y lugares.

La vitalidad cristiana de España, con su rica historia de santos y mártires, es un tema recurrente en los discursos papales. El Papa Juan Pablo II, en 1985, destacó la «maravillosa floración de la santidad franciscana» y la vocación misionera del pueblo español11,12. De manera similar, el Papa Juan XXIII, en 1959, al dirigirse a peregrinos de Tarragona, recordó que la sangre de los mártires, como la del Obispo Fructuoso y sus diáconos, «señaló una era de vitalidad cristiana»13.

Estos ejemplos subrayan cómo la vida de los santos, en particular la de los mártires, ha sido y sigue siendo un faro de fe y un estímulo para la Iglesia universal7. La devoción a San Fructuoso, ya sea el mártir de Tarragona o el monje de Braga, es un testimonio de la perdurable influencia de aquellos que vivieron y murieron por Cristo.

Conclusión

Las figuras de San Fructuoso de Tarragona y San Fructuoso de Braga nos ofrecen ejemplos inspiradores de fe inquebrantable, liderazgo espiritual y dedicación a Dios. El primero, como obispo y mártir, nos recuerda el costo del discipulado en tiempos de persecución y la valentía de confesar la fe hasta la muerte. El segundo, como arzobispo y fundador monástico, nos muestra el poder transformador de la vida consagrada y el impacto de la organización religiosa en la difusión del Evangelio. Ambos santos, a través de sus vidas y legados, continúan siendo pilares de la tradición católica, invitándonos a vivir con la misma fidelidad y celo en nuestros propios tiempos.

Citas

  1. San Fructuoso de Tarragona, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Fructuoso de Tarragona. 2 3 4 5 6 7

  2. San Fructuoso, obispo de Tarragona, mártir (d.C. 259), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volumen I, § 152. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  3. Tarragona, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tarragona.

  4. Papa Benedicto XVI. Carta al Card. Herranz, Enviado Especial en las celebraciones del 1750 aniversario del martirio del Obispo San Fructuoso y de los Diáconos Santos Augurio y Eulogio, protomártires de Tarragona (2008). 2 3

  5. Diócesis de Perpiñán, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Diócesis de Perpiñán. 2

  6. San Patroclo, mártir (d.C. 259?), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volumen I, § 153. 2 3 4

  7. Papa Benedicto XVI. Mensaje al Arzobispo de Tarragona con ocasión de la clausura del Año Jubilar conmemorativo del 1.750 aniversario del martirio del Obispo San Fructuoso y los diáconos San Augurio y San Eulogio (19 de enero de 2009) (2009). 2

  8. San Fructuoso de Braga, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Fructuoso de Braga. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

  9. B16 de abril, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 16 de abril (1749). 2

  10. I. Benedicti VIII papae epistola ad Brunonem Lingonensem episcopum. (año 1012). [Pérard, Recueil de plusieurs pièces curieuses servant à l' hist. de Bourgogne, París, 1664, fol., p. 172.], Papa Benedicto VIII. Epistolae et decreta (Papa Benedicto VIII), § 1.

  11. Papa Juan Pablo II. A los Padres Capitulares de la Orden de Frailes Menores (22 de junio de 1985) - Discurso (1985).

  12. Papa Juan Pablo II. A los peregrinos reunidos en Roma para la beatificación de tres religiosos jesuitas (7 de octubre de 1985) - Discurso (1985).

  13. Papa Juan XXIII. A los peregrinos de la Archidiócesis de Tarragona (21 de junio de 1959) - Discurso (1959).