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Cruz

San Gerardo de Caposele

San Gerardo de Caposele, hermano laico de la Congregación del Santísimo Redentor, vivió en el siglo XVIII en la región de Campania, Italia. Conocido por su profunda piedad, su vida de mortificación y su don de la profecía, realizó numerosos prodigios y curaciones que atrajeron a miles de fieles. Su influencia se extendió más allá de su comunidad, inspirando a sacerdotes y laicos a buscar la santidad a través de la humildad y la entrega total a Dios. Fue venerado como santo por su vida ejemplar y su intercesión milagrosa, y su fiesta se celebra el 30 de octubre.

Tabla de contenido

Biografía

Primeros años y vocación

Gerardo nació en una familia humilde en la zona de Caposele, cerca de Nápoles. Desde joven mostró una gran devoción y una inclinación natural hacia la vida religiosa, aunque sin haber recibido educación formal. Su carácter sencillo y su deseo de servir lo llevaron a acercarse a la comunidad fundada por San Alfonso Liguori, donde encontró un camino para vivir su fe de manera radical1.

Ingreso a la Congregación

A los veintidós años, Gerardo ingresó como hermano laico bajo la dirección del padre Sportelli, y posteriormente bajo la guía del padre Cafaro. Se distinguió por su constancia en la confesión diaria, la asistencia a la exposición del Santísimo Sacramento y la mortificación de la carne, practicando el ayuno y la flagelación con gran fervor1. Su vida estuvo marcada por una profunda unión con Dios a través de la meditación, a la que dedicaba varias horas cada día1.

Vida en Caposele

Servicio y caridad

En la casa de Caposele, Gerardo desempeñó todo tipo de trabajos, desde cocinero hasta portero, siempre con la intención de hacer la voluntad de Dios en cada tarea1. Su fama de santidad se extendió rápidamente; los campesinos abandonaban sus labores para recibir su bendición, y más de trescientos fieles lo acompañaban cuando se desplazaba, derramando oraciones sobre su cabeza2.

Obras de caridad

Gerardo atendía a los enfermos y necesitados, ofreciendo consuelo espiritual y curaciones físicas. Curó a una joven enferma mediante la señal de la cruz y la fe, y a un extranjero que sufría de ciática mediante la intercesión de la Virgen María3. También ayudó a un hombre pecador a arrepentirse, guiándolo a la confesión y a una vida de penitencia4.

Don de la profecía y prodigios

Curaciones milagrosas

Numerosos testimonios relatan curaciones instantáneas: una niña que se recuperó tras la oración de Gerardo, un mulo que volvió a la vida al tocarlo con un rosario entregado por él, y un sacerdote que fue liberado de una hernia dolorosa tras su intercesión4,5.

Bilocación y visión profética

Gerardo fue famoso por su capacidad de bilocación, apareciendo simultáneamente en Caposele y en otros lugares para asistir a los necesitados6. También profetizó el fin de los sufrimientos de su superior, el padre Margotta, y la noticia se confirmó al día siguiente, demostrando su don de discernimiento espiritual7.

Otros prodigios

Entre los relatos destacan su capacidad para calmar tormentas, su fuerza sobrenatural al rescatar a un náufrago, y la aparición de una luz celestial que acompañó su muerte, lo que consolidó su reputación como hombre de Dios8.

Espiritualidad y práctica ascética

Gerardo vivía una vida de humildad, pobreza y modestia, combinada con una constante recollection y unión a Dios9. Practicaba la mortificación física, a menudo flagelándose y usando una corona de espinas, y se entregaba a largas jornadas de oración, incluso en medio de la enfermedad10. Su amor por la Virgen María era intenso; recomendaba a los enfermos hacer la señal de la cruz sobre su pecho y confiar en su intercesión3.

Influencia y legado

Impacto en la comunidad religiosa

Gerardo se convirtió en un modelo de santidad para sacerdotes y laicos. Teólogos como el padre Francis Pepe lo consideraban un «coadjutor» en la distribución de indulgencias y en la guía espiritual de los penitentes9. Su amistad con San Alfonso Liguori fue descrita como una relación puramente espiritual, donde ambos se asistían mutuamente en la búsqueda de la perfección cristiana1.

Testimonios posteriores

Después de su muerte, numerosos escritos y cartas difundieron sus milagros, y su fama llegó a Nápoles, donde fue objeto de gran admiración y de relatos de bilocación y profecías cumplidas6. Su vida inspiró a generaciones de religiosos a imitar su entrega total y su confianza en la providencia divina.

Veneración

Beatificación y canonización

Gerardo fue proclamado beato por la Iglesia Católica, y su culto se extendió rápidamente en la región de Campania. La fiesta litúrgica se celebra el 30 de octubre, día en que se recuerda su entrada al Redentorismo y sus prodigios.

Santuarios y devoción popular

En Caposele se conserva su tumba, lugar de peregrinación donde los fieles ofrecen oraciones y agradecimientos por los favores recibidos. Se le invoca para la curación de enfermedades, la protección contra peligros y la guía espiritual.

Bibliografía

Citas

  1. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 396. 2 3 4 5

  2. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 339.

  3. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 399. 2

  4. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 464. 2

  5. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 467.

  6. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 136. 2

  7. Capítulo iv. Nuevos prodigios obrados por el hermano Gerardo en Caposele, Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 397.

  8. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 385.

  9. Antonio Maria Tannoja. Las Vidas de los Compañeros de San Alfonso Liguori, § 379. 2

  10. Haud tenui (11 de diciembre de 1904), Papa Pío X. Haud tenui (11 de diciembre de 1904) (1904).