San Josemaría Escrivá

San Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) fue un sacerdote español y fundador del Opus Dei, una prelatura personal de la Iglesia Católica. Su vida y obra estuvieron dedicadas a la predicación de la llamada universal a la santidad, enfatizando que todos los bautizados están llamados a la plenitud de la caridad y que la vida cotidiana, especialmente el trabajo ordinario, es un camino privilegiado para encontrarse con Dios y santificarse. Su enseñanza subraya la importancia de vivir una vida cristiana coherente, integrando la fe en todas las dimensiones de la existencia, desde las tareas profesionales hasta las relaciones familiares y sociales.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Vocación Sacerdotal
Josemaría Escrivá de Balaguer nació el 9 de enero de 1902 en Barbastro, una localidad de Aragón, España. Fue el segundo de cinco hijos de José Escrivá Corzán y Dolores Albás Blanc1. Creció en un ambiente familiar profundamente cristiano, marcado por la serenidad evangélica y un gran amor familiar1,2. Desde su adolescencia, Josemaría percibió la llamada de Dios a una vida de mayor entrega2.
Aunque su padre deseaba que fuera soldado, Josemaría optó por el sacerdocio. Estudió humanidades en Estadilla y luego derecho en la Universidad de Lérida, antes de continuar sus estudios teológicos en Alcalá. Fue ordenado sacerdote en 1983, a la edad de veintiocho años3. Poco después de su ordenación, comenzó a dedicarse a su misión fundacional, que abarcó 47 años de solicitud amorosa e incansable en favor de sacerdotes y laicos2.
La Fundación del Opus Dei
El 2 de octubre de 1928, Josemaría Escrivá fundó el Opus Dei en Madrid4,5. Durante un retiro, mientras meditaba sobre las mociones internas que había recibido de Dios en años anteriores, «vio» la misión que el Señor quería encomendarle: abrir en la Iglesia un nuevo camino vocacional4. Este camino se centraría en difundir la búsqueda de la santidad y la práctica del apostolado a través de la santificación del trabajo ordinario en medio del mundo, sin que las personas tuvieran que cambiar su lugar en la sociedad4. Meses después, el 14 de febrero de 1930, Dios le hizo comprender que el Opus Dei también debía extenderse a las mujeres4.
San Josemaría dedicó todas sus energías a cumplir esta misión, fomentando entre hombres y mujeres de todas lasferas sociales un compromiso personal de seguir a Cristo, amar al prójimo y buscar la santidad en la vida diaria4. No se consideraba un innovador, sino que estaba convencido de que Jesucristo es eternamente nuevo y el Espíritu Santo rejuvenece constantemente la Iglesia4. Consciente de la naturaleza sobrenatural de su tarea, cimentó su obra en la oración y la penitencia, en una gozosa conciencia de su filiación divina y en un trabajo incansable4.
Personas de diversas condiciones, especialmente estudiantes y profesores universitarios, empezaron a seguirle, despertando en ellos una genuina determinación de servir a todos y el deseo de colocar a Cristo en el corazón de todas las actividades humanas mediante un trabajo que santifica, y que santifica tanto a quien lo realiza como a aquellos para quienes se hace4. El objetivo que fijó para las iniciativas de los fieles del Opus Dei era elevar a Dios, con la ayuda de la gracia, cada realidad creada, para que Cristo reine en todos y en todo4.
Espiritualidad y Enseñanzas Clave
La vida espiritual y apostólica de San Josemaría Escrivá se fundamentó en la conciencia de ser, por la fe, hijo de Dios en Cristo2,6. De esta fe se nutrían su amor al Señor, su ímpetu evangelizador y su alegría constante, incluso en las grandes pruebas y dificultades que tuvo que superar2,6. Él enseñaba que «Tener la cruz es encontrar la felicidad, la alegría; tener la Cruz es identificarse con Cristo, es ser Cristo y, por eso, ser hijo de Dios»2,6.
La Llamada Universal a la Santidad
Una de las verdades fundamentales que San Josemaría predicó incansablemente fue la llamada universal a la santidad y al apostolado2,6. Cristo llama a todos a santificarse en la realidad de la vida cotidiana2,6. Esta enseñanza, que Juan Pablo II destacó en su homilía de beatificación, implica que el trabajo es también un medio de santificación personal y de apostolado cuando se vive en unión con Jesucristo2,6. El Hijo de Dios, al encarnarse, se ha unido en cierto modo a toda la realidad del hombre y a toda la creación2,6.
El Papa Juan Pablo II lo describió como «el santo de la vida ordinaria»7. Escrivá estaba convencido de que para quienes viven con una perspectiva de fe, todo es una oportunidad para encontrarse con Dios, y todo puede ser un incentivo para la oración7. Visto bajo esta luz, la vida diaria revela una grandeza inesperada, y la santidad está verdaderamente al alcance de todos7.
Santificación del Trabajo Ordinario
Para San Josemaría, las actividades cotidianas se convierten en un medio valioso para alcanzar la unión con Cristo8. Se transforman en el lugar y la materia de la santidad, el campo de juego para el ejercicio de las virtudes y un diálogo de amor que se expresa en obras8. El trabajo es transfigurado por el espíritu de oración, permitiendo que cada persona descubra la capacidad de permanecer en una relación contemplativa con Dios incluso mientras realiza las tareas más diversas8. La fábrica, la oficina, la biblioteca, el laboratorio, el taller o el hogar pueden convertirse en lugares de encuentro con el Señor8. Escrivá afirmaba que «encontramos al Dios invisible en las cosas más visibles y materiales»9.
Esta doctrina es particularmente relevante en una sociedad donde el afán desenfrenado por poseer bienes materiales puede convertirlos en ídolos y alejar de Dios6,10. San Josemaría recordaba que estas mismas realidades, criaturas de Dios y del ingenio humano, si se usan rectamente para la gloria del Creador y al servicio de los hermanos, pueden ser un camino para el encuentro de los hombres con Cristo6,10.
Amor a la Voluntad de Dios
Un criterio seguro de santidad, según el Fundador del Opus Dei, es la fidelidad en el cumplimiento de la voluntad divina hasta las últimas consecuencias7. San Josemaría vivió solo para lograr el plan de Dios para él7. Su espiritualidad se centra en la adopción filial por gracia, que moldea nuestra identidad como bautizados11. Esta filiación, que tiene un significado ontológico, debe transformarse en vida, viviéndose a través del ejercicio de las virtudes cristianas, especialmente las teologales11. Se alcanza plenamente cuando hay una perfecta unión de la propia voluntad con la voluntad del Padre11.
San Josemaría enseñaba que el amor a la voluntad de Dios va más allá de la mera resignación o conformidad12,11. La resignación es solo un primer paso, una aceptación externa11. La conformidad implica una sumisión religiosa, reconociendo el señorío de Dios11. Sin embargo, el amor a la voluntad de Dios implica una fusión de la voluntad propia con la divina, una expresión de la caridad sobrenatural11. Esto requiere reconocer la providencia omnipotente de Dios, creer que todas las cosas cooperan para el bien de quienes aman a Dios, y tener la certeza de que la voluntad del Padre es una voluntad que nos ama12.
Oración y Presencia de Dios
San Josemaría consideraba la oración como un arma extraordinaria para redimir el mundo, recomendando: «En primer lugar, oración; luego, expiación; en tercer lugar, mucho 'en tercer lugar', acción»13. Insistía en la necesidad de estar convencidos de que Dios está continuamente cerca de nosotros, como un Padre amoroso que nos ama más que todas las madres del mundo14. Este sentido de la filiación divina lleva consigo el sentido de la presencia de Dios14. Para él, el bullicio del mundo no impedía el diálogo contemplativo, sino que se convertía en un lugar de oración14.
Reconocimiento Eclesial y Canonización
El Opus Dei recibió el decretum laudis (decreto de alabanza) por parte de Pío XII el 24 de febrero de 1947, y la aprobación definitiva de la Iglesia el 16 de junio de 19504. Desde entonces, hombres y mujeres no católicos, e incluso no cristianos, pueden ser cooperadores del Opus Dei, ayudando en sus obras apostólicas con su trabajo, limosnas y oración4. La sede del Opus Dei se fijó en Roma para enfatizar su aspiración de servir a la Iglesia como la Iglesia desea ser servida, en estrecha unión con la Sede de Pedro y la jerarquía eclesiástica4.
San Josemaría Escrivá falleció el 26 de junio de 1975 en su habitación de trabajo, a causa de un paro cardíaco, ante una imagen de la Virgen a la que dirigió su última mirada4,13. En ese momento, el Opus Dei estaba presente en los cinco continentes, con más de 60.000 miembros de 80 nacionalidades4,13.
Tras su muerte, un gran número de fieles solicitó al Papa el inicio de su causa de canonización4,13. El 17 de mayo de 1992, el Papa Juan Pablo II lo beatificó en Roma, en una ceremonia a la que asistieron cientos de miles de peregrinos4,13. El milagro atribuido a su intercesión para la beatificación fue la curación de una monja carmelita, Sor Concepción Bouland, de una enfermedad incurable13.
El 21 de septiembre de 2001, la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos confirmó por unanimidad el carácter milagroso de una curación atribuida a Josemaría Escrivá4,13. Se trataba de la curación del Dr. Manuel Nevado Rey de una radiodermitis crónica grave en tercer estadio, una enfermedad profesional incurable, que desapareció en noviembre de 1992 después de que el doctor se encomendara a la intercesión del Beato Josemaría13.
El 26 de febrero de 2002, Juan Pablo II presidió un Consistorio Público Ordinario de Cardenales y estableció que la ceremonia de canonización del Beato Josemaría Escrivá tendría lugar el 6 de octubre de 20024,13. Así, San Josemaría Escrivá de Balaguer fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro13,9. Su fiesta litúrgica se celebra el 26 de junio13.
Legado
El legado de San Josemaría Escrivá reside en su insistencia en la santificación de la vida ordinaria y la llamada universal a la santidad7,9. Sus libros de espiritualidad, como Camino, Santo Rosario, Conversaciones con Mons. Escrivá, Es Cristo que Pasa, Amigos de Dios, Amor a la Iglesia, Via Crucis, Surco y Forja, han alcanzado millones de copias y continúan siendo una fuente de inspiración para muchos fieles4,13.
Su mensaje es un recordatorio de que la santidad no es un privilegio de unos pocos, sino una meta común para todos los cristianos, que se puede alcanzar en medio de las ocupaciones diarias y en el corazón de la vida ordinaria15,8. El Opus Dei, la institución que fundó, sigue difundiendo su carisma y espiritualidad en todo el mundo, animando a los fieles a buscar a Dios en su trabajo, en su familia y en sus relaciones sociales, transformando así el mundo desde dentro con el espíritu de Cristo5,16.
Citas
L’Osservatore Romano. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) - El pequeño Escrivá de Balaguer en su Barbastro natal (2002). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. 17 de mayo de 1992: Beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer y Josefina Bakhita - Homilía, § 3 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 418. ↩
La fundación del Opus Dei, Oficina de Prensa de la Santa Sede. Josemaría Escrivá de Balaguer (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19
Juan Pablo obispo, siervo de los siervos de Dios para perpetua memoria, Papa Juan Pablo II. Ut sit (1982). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) - Homilía de beatificación, § 3 (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Papa Juan Pablo II. Discurso de Juan Pablo II en alabanza de San Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei, § 2 (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Juan Pablo II. A los participantes en el Congreso celebrado con ocasión del primer centenario del nacimiento del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei (12 de enero de 2002) - Discurso, § 2 (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. 6 de octubre de 2002, Canonización de San Josemaría Escrivá de Balaguer, § 1 (2002). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Josefina Bakhita (1869-1947) - Homilía de beatificación, § 3 (2000). ↩ ↩2
Cardenal Georges Cottier, O.P. La oración y la estructura fundamental de la fe, § 3. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Cardenal Georges Cottier, O.P. La oración y la estructura fundamental de la fe, § 2. ↩ ↩2
Resumen biográfico, El Dicasterio para las Causas de los Santos. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) - Biografía (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
Cardenal Georges Cottier, O.P. La oración y la estructura fundamental de la fe, § 10. ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. A los peregrinos en Roma con motivo de la beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer (18 de mayo de 1992) - Discurso, § 2 (1992). ↩
Papa Juan Pablo II. Discurso de Juan Pablo II en alabanza de San Josemaría Escrivá, Fundador del Opus Dei, § 1 (2002). ↩