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Cruz

San Juan

San Juan de la Cruz, nacido Juan de Yepes Álvarez, fue una figura central en la mística católica y uno de los reformadores de la Orden Carmelita, junto con Santa Teresa de Jesús. Doctor de la Iglesia, conocido como el «Doctor Místico», sus escritos profundizan en el camino de purificación del alma hacia la unión con Dios a través de conceptos como la Noche Oscura del Alma y la Ascensión del Monte Carmelo. Su vida estuvo marcada por la pobreza, la dedicación a los más necesitados, la persecución y un profundo amor por la vida contemplativa, dejando un legado espiritual y literario de incalculable valor para la Iglesia.

Tabla de contenido

Primeros Años y Vocación

Juan de Yepes Álvarez nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros, un pequeño pueblo cerca de Ávila, en la Vieja Castilla1,2. Su familia era extremadamente pobre; su padre, Gonzalo de Yepes, había sido desheredado por casarse con Catalina Álvarez, una humilde tejedora de seda2. Tras la temprana muerte de su padre, Juan, su madre y su hermano Francisco se trasladaron a Medina del Campo cuando él tenía nueve años2.

En Medina del Campo, Juan asistió al Colegio de los Doctrinos y realizó diversas tareas humildes para las hermanas del convento de la Magdalena2. Gracias a sus cualidades humanas y a sus buenos resultados académicos, fue admitido primero como enfermero en el Hospital de la Concepción y luego en el recién fundado Colegio de los Jesuitas de Medina del Campo2. Durante siete años, dividió su tiempo entre el servicio a los pobres y sus estudios con los jesuitas1. Ya en esta etapa temprana de su vida, practicaba una rigurosa mortificación corporal1.

A los dieciocho años, en 1563, ingresó en el noviciado de los Carmelitas en Medina, adoptando el nombre religioso de Juan de Santo Matías1,2. Al año siguiente, continuó sus estudios de humanidades y filosofía durante tres años en la prestigiosa Universidad de Salamanca2. Fue ordenado sacerdote en 15671,2.

La Reforma Carmelita y el Encuentro con Santa Teresa

Después de su ordenación sacerdotal, Juan regresó a Medina del Campo, donde celebró su primera Misa2. Fue en este momento crucial donde conoció a Santa Teresa de Jesús, quien había llegado a Medina para fundar un convento de monjas1,2. Teresa le expuso su plan de reforma del Carmelo, incluyendo la rama masculina de la Orden, y le pidió su apoyo2. Juan quedó tan cautivado por las ideas de Teresa que se convirtió en un ferviente defensor de su proyecto2.

Trabajaron juntos durante varios meses, compartiendo ideales y propuestas, con el objetivo de inaugurar la primera casa de Carmelitas Descalzos2. Esta se abrió el 28 de diciembre de 1568 en Duruelo, en una zona remota de la provincia de Ávila3,2. En esta primera comunidad masculina reformada, Juan y sus tres compañeros renovaron su profesión religiosa según la regla primitiva, y Juan adoptó el nombre de Juan de la Cruz, por el cual sería conocido universalmente4,2.

A finales de 1572, a petición de Santa Teresa, Juan de la Cruz se convirtió en confesor y vicario del Monasterio de la Encarnación en Ávila, donde Santa Teresa era priora4,2. Estos fueron años de estrecha colaboración y amistad espiritual que enriquecieron a ambos, y de este período datan las obras teresianas más importantes y los primeros escritos de Juan2.

Persecución y la Noche Oscura

La promoción de la reforma carmelita no fue un camino fácil y le causó a Juan un gran sufrimiento4,2. El episodio más traumático ocurrió en 1577, cuando fue apresado y encarcelado en el convento carmelita de la Antigua Observancia en Toledo, a raíz de una acusación injusta2. Juan había resistido la orden de regresar a su convento original en Medina, argumentando que su cargo provenía del nuncio papal y no de la orden3. Por ello, fue despojado de sus oficios y relegado a uno de los monasterios más pobres, donde enfermó gravemente5,1.

Durante su encarcelamiento de varios meses, el santo fue sometido a privaciones y restricciones físicas y morales2. Fue en este período de intensa tribulación donde compuso, entre otros poemas, el célebre Cántico Espiritual4,2. Finalmente, en la noche del 16 al 17 de agosto de 1578, realizó una audaz fuga y encontró refugio en el Monasterio de Monjas Carmelitas Descalzas de la ciudad2.

Santa Teresa y sus compañeras reformadas celebraron con gran alegría su liberación2. Después de un breve período de recuperación, Juan fue destinado a Andalucía, donde pasó diez años en varios conventos, especialmente en Granada2.

Últimos Años y Muerte

Juan de la Cruz ocupó cargos cada vez más importantes en su Orden, llegando a ser vicario provincial, y completó la redacción de sus tratados espirituales2. Posteriormente, regresó a su tierra natal como miembro del Gobierno General de la familia religiosa teresiana, que ya gozaba de plena autonomía jurídica2. Vivió en el Carmen de Segovia, ejerciendo el cargo de superior de la comunidad2.

En 1591, fue relevado de todas sus responsabilidades y destinado a la nueva provincia religiosa de México1,2. Mientras se preparaba para el largo viaje con diez compañeros, se retiró a un convento apartado cerca de Jaén, donde cayó gravemente enfermo1,2. Juan afrontó grandes sufrimientos con ejemplar serenidad y paciencia2.

Falleció en la noche entre el 13 y el 14 de diciembre de 1591, mientras sus hermanos recitaban Maitines4,2. Se despidió de ellos diciendo: «Hoy voy a cantar el Oficio en el Cielo»4,2. Sus restos mortales fueron trasladados a Segovia4,2.

Obras y Doctrina Mística

San Juan de la Cruz es considerado uno de los poetas líricos más importantes de la literatura española4,2. Sus obras principales son cuatro: Subida del Monte Carmelo, Noche Oscura del Alma, Cántico Espiritual y Llama de Amor Viva2,6.

La Noche Oscura del Alma

La Noche Oscura del Alma describe el proceso de purificación del alma, fundamental para alcanzar la unión con Dios5. San Juan de la Cruz distingue dos noches: la noche pasiva del sentido y la noche pasiva del espíritu5.

La Noche Pasiva del Sentido

Esta primera noche es una purgación de la parte sensual del alma, que busca despojarla de sus imperfecciones y prepararla para la unión con Dios5. Aunque es «amarga y terrible», es más común y viene a muchos5. Se caracteriza por la aridez espiritual, donde el alma se siente privada de toda devoción sensible y experimenta un disgusto por los ejercicios espirituales3. Durante esta etapa, el alma debe permanecer en paz y quietud, contenta con una «atención pacífica y amorosa hacia Dios»5.

La Noche Pasiva del Espíritu

Esta es la Noche Oscura por excelencia, más aflictiva y dolorosa que la anterior, y es la porción de muy pocos5. En esta noche, Dios infunde secretamente en el alma una sabiduría amorosa que la purifica de sus ignorancias e imperfecciones habituales, naturales y espirituales5,3. Esta contemplación mística es secreta porque se comunica y se infunde en el alma a través del amor, de manera oculta al entendimiento y a otras facultades7,5. El alma se siente herida por un fuerte amor divino y tiene una cierta realización y pregusto de Dios en medio de la oscuridad5. Esta purificación ciega el espíritu para luego iluminarlo con una luz más brillante e intensa5.

San Juan compara esta purificación espiritual con un leño que, al ser sumergido en el fuego, se transforma gradualmente hasta adquirir las propiedades del fuego mismo5. Los efectos de esta noche incluyen un encendimiento de amor espiritual y una poderosa iluminación divina que envuelve el alma en esplendores de gloria5,4.

La Subida del Monte Carmelo

La Subida del Monte Carmelo presenta el itinerario espiritual desde la perspectiva de la purificación gradual del alma, necesaria para escalar las cumbres de la perfección cristiana, simbolizadas por la cima del Monte Carmelo2. Esta purificación se propone como un camino que el ser humano emprende, colaborando con la acción divina, para liberar el alma de todo apego o afecto contrario a la voluntad de Dios2.

El Cántico Espiritual y la Llama de Amor Viva

En el Cántico Espiritual, San Juan describe el proceso de purificación del alma como una posesión gradual y gozosa de Dios, hasta que el alma logra sentir que ama a Dios con el mismo amor con que es amada por Él2. La Llama de Amor Viva continúa en esta perspectiva, describiendo con mayor detalle el estado de unión transformante con Dios2. El ejemplo que utiliza Juan es siempre el del fuego: así como el fuego consume la madera, el Espíritu Santo purifica y «limpia» el alma durante la noche oscura, hasta que con el tiempo la ilumina y la calienta como si fuera una llama2. La vida del alma es una continua celebración del Espíritu Santo que nos da un atisbo de la gloria de la unión con Dios en la eternidad2.

Reconocimiento y Legado

San Juan de la Cruz fue beatificado por el Papa Clemente X en 1675 y canonizado por Benedicto XIII en 17261,4,2,6. En 1926, el Papa Pío XI lo proclamó Doctor de la Iglesia, reconociendo la profundidad y autoridad de sus obras místicas2,6. Su fiesta se celebra el 14 de diciembre4.

Su doctrina se centra en el sufrimiento y el abandono completo del alma a Dios6. Se le considera un maestro espiritual consumado, no solo por el valor objetivo de sus observaciones, sino también porque sus escritos revelan la sublimidad de sus propias experiencias místicas5. La Iglesia ha reconocido la rectitud de su juicio y la luz que Dios le comunicó, llenando su entendimiento desde lo alto6.

El cuerpo de San Juan de la Cruz, que se ha mantenido incorrupto, fue trasladado a Segovia1,4. Un fenómeno notable asociado a sus reliquias es la aparición de imágenes de Cristo en la Cruz, la Santísima Virgen u otros santos, según la devoción del observador1.

San Juan de la Cruz dejó un legado imperecedero como guía para el camino de la santidad, un estado de perfección al que Dios llama a todos4. Sus escritos continúan siendo una fuente inagotable de inspiración y enseñanza para aquellos que buscan una unión más profunda con Dios.

Citas

  1. San Juan de la Cruz, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Juan de la Cruz. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  2. San Juan de la Cruz, Papa Benedicto XVI. Audiencia general del 16 de febrero de 2011: San Juan de la Cruz (2011). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43

  3. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 418. 2 3 4

  4. The Dicastery for the Causes of Saints. Giovanni della Croce (1542-1591) - Biografía (1726). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  5. Introducción, Juan de Yepes y Álvarez (San Juan de la Cruz). Noche oscura del alma, § Introducción (1579). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

  6. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 421. 2 3 4 5

  7. Capítulo 17 - Explica cómo esta oscura contemplación es secreta, Juan de Yepes y Álvarez (San Juan de la Cruz). Noche oscura del alma, §Libro II, Capítulo 17.2 (1579).