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San Juvenal

San Juvenal
Tríptico de San Juvenal. Panel derecho. Dominio Público.

El nombre San Juvenal se asocia con varias figuras santas en la tradición católica, destacando principalmente San Juvenal de Narni, quien es venerado como el primer obispo de Narni y patrón de la ciudad, y el Beato Juvenal Ancina, obispo de Saluzzo. Este artículo explora las vidas y legados de estos dos santos, diferenciando sus historias y contribuciones a la Iglesia, y examinando la veneración que reciben.

Tabla de contenido

San Juvenal de Narni (c. 376 d.C.)

San Juvenal de Narni es una figura venerable en la historia temprana del cristianismo en Italia, reconocido como el primer obispo de Narni, una ciudad en la región de Umbría1.

Orígenes y Episcopado

Se cree que Juvenal, quien también era sacerdote y médico, llegó a Narni desde Oriente. En Narni, fue acogido por una mujer llamada Filadelfia1. A petición de los habitantes cristianos, el Papa Dámaso estableció Narni como una diócesis independiente y consagró a San Juvenal como su obispo1.

Milagros y Protección de Narni

La biografía de San Juvenal incluye elementos legendarios que resaltan su santidad y el poder divino obrando a través de él1.

San Juvenal gobernó su diócesis durante siete años, falleciendo alrededor del año 376 d.C.1. San Gregorio Magno lo mencionó en varias ocasiones, refiriéndose a él como mártir, aunque es posible que lo haya confundido con otro santo del mismo nombre que sufrió el martirio en Benevento1. Las Iglesias de Terni, Narni y Amelia tienen una antigua tradición de fe, sellada por la sangre de mártires como San Valentino, San Juvenal y Santa Firmina. Estos nombres evocan tiempos difíciles en los que la adhesión a Cristo a menudo implicaba el sacrificio de la propia vida2.

Veneración y Reliquias

La catedral de Narni honra a San Juvenal como su patrón principal, y su oratorio y tumba original siguen siendo lugares de veneración en la ciudad1. En el siglo IX, el conde Adalberto de Toscana tomó Narni y trasladó los cuerpos de San Juvenal, San Casio y Santa Fausta a Lucca. Con el tiempo, parte de las reliquias fueron devueltas a Narni, donde aún se conservan en la catedral3. La diócesis de Narni, unida con Terni desde 1908, venera a San Juvenal como su primer obispo mártir4.

Beato Juvenal Ancina, Obispo de Saluzzo (1545-1604)

El Beato Juan Juvenal Ancina fue un distinguido obispo de Saluzzo, nacido el 19 de octubre de 1545 en Fossano, Piamonte5. Su vida fue un testimonio de erudición, piedad y servicio pastoral.

Juventud y Formación

Juvenal Ancina provenía de una familia noble de origen español. Fue bautizado con el nombre de Juan Juvenal en honor a San Juvenal de Narni, patrón de Fossano5. Aunque piadoso desde joven, inicialmente no tenía intención de seguir una carrera eclesiástica. Su padre deseaba que fuera médico, y Juvenal comenzó sus estudios a los catorce años en la Universidad de Montpellier, continuando luego en Mondovì y Padua5.

Fue un estudiante brillante, obteniendo su doctorado en filosofía y medicina en Turín a los veinticuatro años. En 1569, fue nombrado catedrático de medicina en Turín y desarrolló una extensa práctica privada, destacándose por tratar a los pobres sin cobrarles5. Se le conocía por su seriedad, dedicándose a la escritura de versos en latín e italiano, a menudo sobre asuntos de la Iglesia y el Estado5.

Un punto de inflexión en su vida ocurrió en 1572, mientras asistía a una Misa de réquiem en Savigliano. La secuencia del Dies Irae lo conmovió profundamente, haciéndole comprender la inevitabilidad del juicio después de la muerte y la necesidad de una vida más allá de la mera rectitud moral. A partir de entonces, se dedicó más intensamente a la oración y la meditación, buscando desapegarse de las cosas temporales5.

Vocación Religiosa y Sacerdocio

En 1575, Juvenal se trasladó a Roma como médico personal del conde Federico Madrucci, embajador del duque de Saboya. En Roma, se instaló cerca de la iglesia de Ara Coeli, en un lugar que le atraía por su proximidad a prisiones, hospitales y los pobres5. En Roma, estudió teología bajo la dirección de San Roberto Belarmino y se unió a la sociedad de San Felipe Neri, quien se convirtió en su director espiritual6.

Inicialmente, Juvenal consideró la vida cartuja, atraído por su austeridad y soledad, pero San Felipe Neri lo disuadió, sugiriéndole la recién fundada Congregación del Oratorio6. El 1 de octubre de 1578, Juvenal y su hermano, Juan Mateo, ingresaron al Oratorio. Cuatro años después, fue ordenado sacerdote6.

En 1586, fue enviado al Oratorio de Nápoles, la primera casa de la congregación fuera de Roma. Se destacó como predicador, logrando cautivar incluso a los exigentes napolitanos, quienes lo apodaron «el hijo del trueno»6. Una de sus conversiones más notables fue la de Giovannella Sanchia, una cantante conocida como «la Sirena», quien, conmovida por sus sermones sobre la belleza de la santidad, prometió cantar solo canciones sagradas6. Juvenal Ancina también era un gran amante de la música y promovió su uso en la liturgia, llegando a publicar un himnario llamado El Templo de la Armonía6.

Episcopado y Martirio

En 1596, tras el nombramiento de Baronio como cardenal, el Beato Juvenal fue llamado de Nápoles a Roma para ocupar su lugar en la comunidad del Oratorio. Temiendo ser elevado a alguna dignidad episcopal, huyó de Roma y pasó cinco meses deambulando7. Finalmente, regresó a Roma por orden imperativa y el peligro de ser nombrado obispo pasó temporalmente7.

Durante los siguientes cuatro años, trabajó con gran energía en Piamonte y estableció una estrecha amistad con San Francisco de Sales7. En 1602, el duque de Saboya pidió al Papa Clemente VIII que cubriera dos sedes vacantes en sus dominios, y el Papa encargó personalmente a Juvenal que aceptara una de ellas. Con las palabras «Es tiempo de obedecer y no de huir», fue consagrado obispo de Saluzzo el 1 de septiembre de 1602, por el Cardenal Borghese7.

Su episcopado estuvo marcado por dificultades. Al intentar tomar posesión de su sede, se encontró con que las acciones del duque de Saboya lo obligaban a comprometer los derechos de la Iglesia o romper con el príncipe. Se retiró a Fossano, escribió una carta pastoral y se dedicó a obras de caridad en su ciudad natal, donde se le atribuyeron dones sobrenaturales y milagros7. Después de cuatro meses, pudo tomar posesión de su catedral, donde instituyó por primera vez en Piamonte la devoción de las «Cuarenta Horas»7.

Hacia finales de 1603, el Beato Juvenal emprendió una visita pastoral por su diócesis, acompañada de curaciones y profecías. Tenía la costumbre de predecir correctamente la muerte de las personas y había predicho la suya propia7. Su profecía se cumplió pocas semanas después de su regreso a Saluzzo. Al enterarse de una relación inapropiada entre un fraile y una monja, los amonestó suavemente, advirtiéndoles que tomaría medidas enérgicas si continuaban7.

El 31 de agosto de 1604, en la fiesta de San Bernardo, mientras oficiaba y cenaba con los Franciscanos Conventuales (siendo el día del nombre de su iglesia), el fraile en cuestión envenenó el vino del obispo. Antes de Vísperas, Juvenal se sintió mal; cuatro días después, tuvo que guardar cama, y al amanecer del 31 de agosto, el Beato Juvenal Ancina falleció7. Un monje cartujo escribió que «murió por la virtud, por la religión, por Cristo, y por lo tanto una muerte de mártir»7.

Conclusión

Las vidas de San Juvenal de Narni y el Beato Juvenal Ancina ofrecen ejemplos inspiradores de fe, servicio y sacrificio dentro de la Iglesia Católica. Mientras que San Juvenal de Narni es recordado como un obispo pionero y protector milagroso de su ciudad en los primeros siglos del cristianismo, el Beato Juvenal Ancina se destaca como un erudito, predicador y pastor que enfrentó desafíos en su episcopado y murió por su compromiso con la moral cristiana. Ambos santos, a través de sus vidas y legados, continúan siendo fuentes de inspiración y veneración para los fieles.

Citas

  1. San Juvenal, obispo de Narni (c. A.D. 376), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 228. 2 3 4 5 6 7 8 9

  2. Papa Juan Pablo II. 19 de marzo de 1981: Visita pastoral a la diócesis de Terni (Italia) - Misa para las familias - Homilía, § 2 (1981).

  3. San Casio, obispo de Narni (A.D. 538), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 676.

  4. Narni y Terni, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Narni y Terni.

  5. Beato Juvenal Ancina, obispo de Saluzzo (A.D. 1604), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 457. 2 3 4 5 6 7

  6. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 458. 2 3 4 5 6

  7. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 459. 2 3 4 5 6 7 8 9 10