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San Leandro

San Leandro
San Leandro (c. 534-596), que fue arzobispo de Sevilla al igual que su hermano menor, San Isidoro, aparece portando en su mano derecha un pliego de papel alusivo a su lucha contra la herejía arriana. Y según la tradición el rostro del santo está inspirado en el del licenciado Alonso de Herrera. Dominio Público.

San Leandro de Sevilla (c. 534–596 d.C.) fue una figura fundamental en la historia de la Iglesia en España, conocido principalmente por sus incansables esfuerzos en la conversión del pueblo visigodo del arrianismo a la fe católica. Obispo de Sevilla, su influencia se extendió a través de su elocuencia, sus escritos y su participación en concilios eclesiásticos. Hermano de otros santos prominentes como San Isidoro, San Fulgencio y Santa Florentina, Leandro dejó un legado duradero en la liturgia, la disciplina eclesiástica y la cultura de la España visigoda, siendo honrado como Doctor de la Iglesia en España.

Tabla de contenido

Vida Temprana y Familia

San Leandro nació alrededor del año 534 d.C. en Cartagena, en el seno de una distinguida familia romana1. Su padre, Severiano, pudo haber sido duque o gobernador de Cartagena, aunque San Isidoro simplemente lo describe como ciudadano de la ciudad2,1. La familia de Leandro era notable por su piedad e intelecto, y emigraron a Sevilla alrededor del año 554 d.C.1.

Leandro fue el mayor de cuatro hermanos que alcanzaron la santidad y la prominencia eclesiástica. Sus hermanos fueron San Isidoro, quien le sucedería como obispo de Sevilla, y San Fulgencio, obispo de Écija2,1,3. Su hermana, Santa Florentina, fue una monja que llegó a dirigir numerosos conventos4,1,5. Existe una tradición, aunque no confirmada, de que otra hermana, Teodosia, se casó con el rey visigodo Leovigildo1.

Desde joven, Leandro mostró una notable elocuencia y una personalidad cautivadora2. Se hizo monje benedictino en Sevilla, dedicando tres años a la devoción y el estudio2,1.

Obispo de Sevilla y Lucha contra el Arrianismo

Tras la muerte del obispo de Sevilla, Leandro fue elegido unánimemente para sucederlo, un cambio de condición que apenas alteró su austero modo de vida2,1. Como obispo, su principal objetivo fue combatir la herejía arriana, que había dominado España visigoda durante un siglo2.

El arrianismo negaba la consustancialidad de las Tres Personas de la Trinidad, una doctrina que Leandro defendió con fervor4. A través de su predicación y oraciones, logró numerosas conversiones2. Entre sus conversiones más significativas se encuentra la de Hermenegildo, el hijo mayor del rey arriano Leovigildo2,1,6. Leandro apoyó a la princesa Ingunda, esposa de Hermenegildo, en la conversión de su marido y lo defendió de las represalias de su padre1. Hermenegildo, al negarse a recibir la comunión de manos de un obispo arriano, fue martirizado por orden de su padre en el año 585 d.C.2,6.

Leovigildo exilió a varios prelados católicos, incluyendo a San Leandro y su hermano San Fulgencio2. Durante su exilio en Bizancio (579-582 d.C.), Leandro compuso importantes obras contra el arrianismo1. También se hizo amigo de San Gregorio Magno, entonces legado papal en la corte bizantina2,1. Esta amistad duradera es uno de los mayores honores de Leandro, y fue por sugerencia suya que San Gregorio escribió sus Morales sobre el Libro de Job2,1.

El Concilio de Toledo y la Conversión de los Visigodos

A pesar del exilio y la persecución, Leandro continuó su lucha por la fe verdadera2. Antes de su muerte en 589 d.C., el rey Leovigildo, arrepentido, mandó llamar a San Leandro y le confió a su hijo y sucesor, Recaredo, para que fuera instruido en la fe católica2. Bajo la guía de San Leandro, Recaredo se convirtió en un ferviente católico2,7.

En 589 d.C., San Leandro presidió el Tercer Concilio de Toledo, un evento decisivo para la historia de España4,8,1,7. En este concilio, la España visigoda abjuró oficialmente del arrianismo1. Se redactó una solemne declaración sobre la consustancialidad de las Tres Personas de la Trinidad, y se aprobaron veintitrés cánones relacionados con la disciplina eclesiástica y la reforma de las costumbres y la moral4. Leandro pronunció el sermón de clausura de este concilio1.

Al año siguiente, se celebró otro sínodo en Sevilla para consolidar la conversión de la nación a la verdadera fe4. Leandro también fue fundamental en la conversión de los suevos, otro pueblo de España que Leovigildo había pervertido2.

Legado y Obras

San Leandro fue un promotor incansable de la oración y la devoción, especialmente entre aquellos consagrados a Dios bajo una regla religiosa4. Su carta a su hermana Florentina, conocida como la Regla de la Vida Monástica, se centra principalmente en el desprecio por el mundo y la importancia de la oración4,1.

Una de sus contribuciones más significativas fue la reforma de la liturgia española4. En esta liturgia y en el Tercer Concilio de Toledo, se estableció que el Credo de Nicea se recitara en la Misa, en repudio de la herejía arriana. Esta práctica, ya presente en las Iglesias Orientales, fue adoptada más tarde por otras Iglesias Occidentales y finalmente por Roma4.

San Leandro sufrió de frecuentes enfermedades, en particular la gota, una dolencia que compartía con su amigo San Gregorio Magno4. Según una antigua tradición española, la famosa pintura de Nuestra Señora de Guadalupe fue un regalo del Papa a Leandro4.

De sus muchos escritos, solo han llegado hasta nosotros su Regla de la Vida Monástica y una homilía de acción de gracias por la conversión de los godos4,1. San Isidoro, su hermano y sucesor, escribió sobre él: «Este hombre de suave elocuencia y talento eminente brilló tanto por sus virtudes como por su doctrina. Por su fe y celo el pueblo gótico ha sido convertido del arrianismo a la fe católica»1,9.

Muerte y Veneración

San Leandro falleció en el año 596 d.C.4 o 600/601 d.C.1. Sus reliquias se encuentran en una capilla de la Catedral de Sevilla4. En España, es honrado litúrgicamente como Doctor de la Iglesia4. Su fiesta se celebra el 27 de febrero10.

La Iglesia Católica, al reconocer la imposibilidad de una investigación histórica exhaustiva después de tantos siglos, se adhiere a las tradiciones del pasado en lo que respecta a los santos de la época patrística y principios de la Edad Media. Aquellos que han sido honrados con la veneración de los fieles a través de martirologios y calendarios reciben un título honorífico, lo que se conoce como canonización equipolente11,12. Este tipo de reconocimiento no implica la infalibilidad de la Santa Sede en cuanto a hechos históricos específicos, pero afirma que los fieles pueden continuar legítimamente las prácticas de devoción establecidas a lo largo de los siglos11.

La influencia de San Leandro fue crucial para la unidad religiosa, la fe ferviente y la vasta cultura que sentaron las bases de la grandeza posterior de España1. Él y su hermano San Isidoro son recordados como figuras clave que favorecieron la unión de los pueblos y la superación de las divisiones causadas por la herejía arriana, presentando a la Iglesia católica como un espacio de libertad y un crisol de culturas8.

Citas

  1. San. Leandro de Sevilla, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San. Leandro de Sevilla. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21

  2. San. Leandro, obispo de Sevilla (d. C. 596), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 447. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

  3. San. Fulgencio, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San. Fulgencio.

  4. San. Baldomero, o Galmier (c. d. C. 660), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 448. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  5. B4: San. Isidoro, obispo de Sevilla, doctor de la Iglesia (d. C. 636), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 30.

  6. B13: San. Hermenegildo, mártir (d. C. 585), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 86. 2

  7. Sevilla, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sevilla. 2

  8. Papa Juan Pablo II. Ceremonia de bienvenida en Santiago de Compostela (19 de agosto de 1989) - Discurso (1989). 2

  9. San. Isidoro de Sevilla, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San. Isidoro de Sevilla.

  10. B27 de febrero, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 27 de febrero (1749).

  11. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 675. 2

  12. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 672.