San Macario

El nombre Macario, que significa «bendecido» en griego, fue llevado por varios santos importantes en la historia de la Iglesia, destacando dos monjes nitrianos del siglo IV: San Macario el Egipcio (el Viejo) y San Macario de Alejandría (el Joven). Ambos fueron figuras centrales en el desarrollo del monacato primitivo en los desiertos de Egipto, conocidos por sus rigurosas austeridades, profunda espiritualidad y milagros. Aunque contemporáneos, sus vidas y enseñanzas, aunque a menudo entrelazadas o confundidas, presentan características distintivas que los hacen individualmente venerables en las tradiciones católica y ortodoxa. Este artículo explorará sus vidas, contribuciones y el legado que dejaron en la espiritualidad cristiana.
Tabla de contenido
Distinción entre los Macarios
Es crucial diferenciar entre los dos santos principales que llevan este nombre, ya que las narraciones históricas a veces los confunden debido a su contemporaneidad y el mismo nombre1,2,3. Palladio, un historiador de la Iglesia que vivió un tiempo bajo San Macario el Egipcio, afirmó conocer a ambos, lo que subraya su distinción2.
San Macario el Egipcio (el Viejo)
San Macario el Egipcio, también conocido como Macario el Grande, nació alrededor del año 300 d.C. y falleció en el 390 d.C.1,3. Fue uno de los anacoretas cristianos más célebres y un discípulo de San Antonio de Egipto3.
Vida en el Desierto de Scetis
A la edad de treinta años, Macario abandonó el mundo bajo la influencia de San Antonio y se retiró al vasto y solitario desierto de Scetis (actual Wadi el-Natrun, Egipto)1,4,3. Allí vivió sesenta años, convirtiéndose en el padre espiritual de innumerables personas santas que buscaron su dirección4. Fundó una colonia de monjes en Scetis, ejerciendo una gran influencia en el monacato naciente1,3. Esta comunidad era de tipo semi-eremítico, donde los monjes vivían en celdas separadas pero se reunían para el culto divino los sábados o domingos4,3. La comunidad se mantenía unida por un principio de ayuda mutua y la autoridad de los ancianos, quienes eran reconocidos como guías y modelos de perfección3.
Ordenación y Liderazgo
Diez años después de retirarse al desierto, fue ordenado sacerdote por un obispo egipcio para poder celebrar los divinos misterios para su comunidad4,3. La fama de su santidad atrajo a muchos seguidores, y su asentamiento monástico llegó a contar con miles de miembros en el momento de su muerte3. En el desierto de Nitria, un monasterio que lleva el nombre de San Macario perduró durante muchos siglos2.
Austeridades y Tentaciones
Las austeridades de San Macario eran extremas; generalmente comía solo una vez a la semana4. Su virtud fue a menudo probada por tentaciones. En una ocasión, fue tentado a abandonar el desierto e ir a Roma para servir a los enfermos en los hospitales, pero discernió que era un artificio de la vanagloria para atraer la atención del mundo5. Para combatir una tentación persistente, se arrojó al suelo en su celda, desafiando a los demonios, y luego cargó dos cestas de arena por el desierto, regresando libre de la tentación5. También buscó la contemplación celestial ininterrumpida, pero experimentó perturbaciones del diablo, lo que le hizo comprender que esta vida es un estado de prueba y que Dios a veces se retira para que las personas religiosas sientan su propia debilidad5.
Enfoque Espiritual
Macario el Egipcio insistió en la repetición del Kyrie eleison («Señor, ten piedad»), el núcleo de lo que más tarde se convertiría en la Oración de Jesús, especialmente cultivada por el hesicasmo1. También enseñó que en la oración no se necesitan muchas palabras elevadas, sino que se puede repetir con un corazón sincero: «Señor, muéstrame misericordia como mejor sabes» o «Oh Dios, ven en mi ayuda»6.
Milagros y Enseñanzas
Palladio, quien vivió con el santo desde el año 391, fue testigo ocular de varios milagros realizados por él5. San Macario también se destacó por sus enseñanzas prácticas. A un joven que le pidió consejo espiritual, le indicó que fuera a un cementerio a reprochar a los muertos y luego a halagarlos. Cuando el joven regresó sin recibir respuesta, Macario le dijo: «Entonces ve y aprende a no dejarte mover por el abuso ni por la adulación. Si mueres al mundo y a ti mismo, empezarás a vivir para Cristo»6. A otro le aconsejó: «Recibe de la mano de Dios la pobreza tan alegremente como las riquezas, el hambre y la necesidad tan fácilmente como la abundancia; entonces vencerás al Diablo y someterás tus pasiones»6.
Obras Atribuidas
Se le atribuyen cincuenta Homilías Espirituales y una «Epístola a los monjes», aunque su autoría no se puede afirmar con absoluta certeza1,3. Algunos manuscritos mencionan a un tal Simeón, por lo que a veces se les llama Macario-Simeón o Pseudo-Macario, con referencias textuales que sugieren Siria en lugar de Egipto1. No obstante, estas homilías son importantes para la teología y espiritualidad oriental, centrándose en una espiritualidad del corazón1. Gennadio de Marsella también menciona una carta de Macario el Egipcio dirigida a los monjes jóvenes, donde les enseñaba que el servicio perfecto a Dios se logra mediante el trabajo constante, la lucha contra los placeres de la vida y la imploración de la ayuda divina para alcanzar la pureza natural y la continencia7.
Fiesta Litúrgica
San Macario el Egipcio es conmemorado en el Martirologio Romano el 15 de enero, y en los calendarios litúrgicos bizantinos, el 19 de enero3.
San Macario de Alejandría (el Joven)
San Macario de Alejandría, también conocido como ho politikos (por su nacimiento en la ciudad o sus modales refinados), murió alrededor del año 405 d.C.3. Fue un contemporáneo más joven de Macario el Egipcio3.
Espíritu de Emulación Ascética
Macario de Alejandría se distinguió por su espíritu de emulación en las austeridades, buscando superar a otros monjes en sus prácticas ascéticas8,3. Palladio afirma que «siempre que oía de alguien que había realizado una obra de ascetismo, se encendía en deseos de hacer lo mismo»3.
Rigurosas Austeridades
Sus austeridades fueron extraordinarias. Durante siete años, vivió solo de vegetales crudos y frijoles, y en los tres años siguientes se contentó con cuatro o cinco onzas de pan al día, consumiendo solo una pequeña vasija de aceite al año8. Sus vigilias eran igualmente sorprendentes8. En una ocasión, como expiación por una falta, permaneció seis meses en un pantano, expuesto a los ataques de los mosquitos africanos3.
Visita a Tabennisi
La reputación del monasterio de Tabennisi, bajo San Pacomio, lo atrajo a este lugar disfrazado antes del año 3498. San Pacomio, al principio, pensó que estaba demasiado avanzado en años para sus rigurosos ayunos y vigilias, pero finalmente lo admitió con la condición de que observara todas las reglas8. Durante la Cuaresma, mientras los monjes se preparaban para ayunar, Macario, usando hojas de palmera empapadas en agua para mantenerse ocupado, pasó todo el tiempo sin comer, salvo unas pocas hojas de repollo verde los domingos. Este prodigio asombró a los monjes, y San Pacomio, al enterarse por revelación de que era el gran Macario, lo abrazó y le pidió sus oraciones5.
Encuentro con Macario el Egipcio
En una ocasión, los dos santos Macarios cruzaron el Nilo en una barca. Unos oficiales comentaron que, por su aspecto alegre, debían ser felices en su pobreza. Macario de Alejandría, aludiendo a su nombre (que significa «feliz» en griego), respondió: «Tenéis razón en llamarnos felices, porque ese es nuestro nombre. Pero si nosotros somos felices al despreciar el mundo, ¿no sois vosotros miserables que vivís esclavos de él?» Estas palabras tuvieron un efecto tan profundo en el tribuno que las escuchó que distribuyó su fortuna entre los pobres y abrazó la vida eremítica2.
Fiesta Litúrgica
San Macario de Alejandría es conmemorado en el Martirologio Romano el 2 de enero, y en los calendarios litúrgicos bizantinos, el 19 de enero3.
Legado y Espiritualidad
Ambos Macarios, a través de sus vidas de extrema ascesis y devoción, dejaron un profundo impacto en el monacato cristiano y la espiritualidad oriental. Sus ejemplos de humildad, paciencia, oración continua y desapego del mundo siguen siendo una fuente de inspiración.
La Oración del Corazón
La insistencia de Macario el Egipcio en la repetición del Kyrie eleison como núcleo de la futura Oración de Jesús resalta la importancia de la oración incesante y centrada en el corazón en la espiritualidad del desierto1. Esta práctica influyó significativamente en el hesicasmo, una tradición de oración contemplativa en la Iglesia Ortodoxa Oriental.
El Discernimiento Espiritual
Las enseñanzas de San Macario sobre el discernimiento, como su consejo al joven sobre la indiferencia a la alabanza y la crítica, demuestran una profunda comprensión de la psicología humana y la necesidad de morir al ego para vivir en Cristo6.
La Lucha contra las Pasiones
La vida de ambos santos ilustra la constante batalla contra las tentaciones y las pasiones. Sus métodos, desde la ascesis física hasta la oración y el trabajo manual, ofrecieron modelos para la purificación del alma y la búsqueda de la santidad5,6.
La Comunidad Monástica
Aunque vivían en celdas separadas, la estructura semi-eremítica de la comunidad de Macario el Egipcio, basada en la ayuda mutua y la autoridad de los ancianos, sentó las bases para formas posteriores de vida monástica, donde la soledad se equilibra con el apoyo comunitario3.
Conclusión
Los santos Macarios, figuras luminosas del desierto egipcio, encarnaron la búsqueda radical de Dios a través de la ascesis, la oración y la humildad. Aunque a veces sus historias se fusionan, sus vidas distintas ofrecen ejemplos ricos y variados de santidad monástica. San Macario el Egipcio, con su profunda influencia en la espiritualidad del corazón y la oración incesante, y San Macario de Alejandría, con su celo inigualable por la mortificación, continúan siendo pilares de la tradición monástica, recordándonos la posibilidad de una vida completamente dedicada a Dios en medio de las pruebas y tentaciones del mundo. Sus legados perduran en las iglesias orientales y occidentales, inspirando a los fieles a buscar una relación más íntima con el Creador.
Citas
Macario el Egipcio, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Macario el Egipcio (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
San Munchin, obispo (siglo VII), Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 36. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Macario, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Macario. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18
San Macario el Anciano (390 d.C.), Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 108. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 35. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 109. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Genadio de Marsella. Suplemento a De Viris Illustribus, §Capítulo 10 (480). ↩
San Macario de Alejandría (c. 394 d.C.), Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 34. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5