San Mateo Evangelista

San Mateo, Apóstol y Evangelista, es una figura central en la tradición cristiana, reconocido principalmente como el autor del primer Evangelio canónico. Antes de su llamado por Jesús, era conocido como Leví, un publicano o recaudador de impuestos, una profesión despreciada en la sociedad judía de su tiempo. Su conversión ejemplifica la misericordia de Cristo, quien vino a llamar a pecadores, no a justos. Después de seguir a Jesús, Mateo se convirtió en uno de los Doce Apóstoles, testigo de la vida, milagros, muerte, resurrección y ascensión de Cristo. Su Evangelio, escrito originalmente en arameo, es fundamental para comprender la genealogía de Jesús y su misión como Mesías prometido a los judíos. La Iglesia lo venera como mártir y celebra su fiesta el 21 de septiembre en el rito latino, siendo considerado patrono de contadores y profesionales financieros.
Tabla de contenido
Identidad y Llamado
El nombre Mateo se deriva del hebreo Mattija, que significa «don de Yahveh»1. En los Evangelios, se le menciona cinco veces: una vez en el relato de su llamado por Jesús en Mateo 9:9, y cuatro veces en las listas de los Apóstoles1. Los evangelistas Marcos (2:14) y Lucas (5:27) lo identifican como Leví, hijo de Alfeo, sentado en el puesto de recaudación de impuestos1,2. Es probable que Leví fuera su nombre original y que Mateo le fuera dado por Jesús al llamarlo al apostolado1,2.
Mateo era un galileo que ejercía como recaudador de impuestos en Cafarnaúm para Herodes Antipas1,2. Esta profesión, aunque necesaria, era sumamente impopular entre los judíos, quienes veían a los publicanos como traidores y pecadores debido a su colaboración con la autoridad romana y la percepción generalizada de extorsión asociada a su oficio2,3. Los fariseos, en particular, los despreciaban y evitaban cualquier contacto social con ellos1,2.
El llamado de Mateo es un momento de profunda significación evangélica. Jesús, después de haber confundido a algunos escribas al curar a un paralítico, vio a Leví en su puesto de recaudación y le dijo: «Sígueme»2. Mateo se levantó y lo siguió, dejando atrás sus intereses y relaciones para abrazar una nueva vida como discípulo de Cristo2. Este acto de obediencia inmediata y radical es un testimonio de la gracia divina2. San Jerónimo sugiere que la majestad en el rostro de Jesús atrajo fuertemente a Mateo, mientras que San Beda observa que la llamada externa de la palabra de Cristo fue acompañada por un movimiento interno de la gracia2. Este evento ocurrió en el segundo año del ministerio público de Jesús, quien entonces lo adoptó en el grupo de los Doce Apóstoles2.
Ministerio Apostólico y Obra Evangélica
Tras su llamado, Mateo siguió a Jesús durante todo su ministerio terrenal, siendo testigo de su Pasión y uno de los que presenciaron su Resurrección en Galilea1. También estuvo presente entre los Apóstoles en la Ascensión y se retiró con ellos a la cámara alta en Jerusalén, orando en unión con la Santísima Virgen María1.
El Evangelio de San Mateo
La obra más destacada de San Mateo es el Evangelio que lleva su nombre, el primero de los cuatro Evangelios canónicos1,4. La tradición unánime de la Iglesia, confirmada por el testimonio de los Padres, códices evangélicos, versiones antiguas y listas de escritores eclesiásticos, sostiene que Mateo, el Apóstol de Cristo, es el verdadero autor de este Evangelio4.
Se cree que San Mateo escribió su Evangelio originalmente en la lengua nativa de los judíos de Palestina, el arameo2,5,4. Esta composición se realizó para la instrucción de los conversos judíos, probablemente antes de que los Apóstoles se dispersaran para predicar en otras naciones2,4. La Comisión Bíblica ha afirmado que el texto griego del Evangelio de Mateo, tal como lo conocemos, es sustancialmente idéntico al Evangelio escrito por el Apóstol en su lengua materna4.
El Evangelio de Mateo tiene un propósito dogmático y apologético claro: demostrar a los judíos que Jesús es el Mesías prometido por los profetas y descendiente de la casa de David4. Para ello, el Evangelista enfatiza la genealogía de Jesús, que comienza con Abraham y David, y presenta a Jesús como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento6. Aunque no siempre sigue un orden cronológico estricto en la narración de los hechos, su relato es históricamente veraz y no debe considerarse alterado por influencias proféticas o las condiciones de la Iglesia primitiva4.
Entre los pasajes de gran importancia teológica en su Evangelio, destacan aquellos que tratan sobre el primado de Pedro (Mateo 16:17-19), la forma del bautismo con la misión universal de los Apóstoles (Mateo 28:19-20), y la profesión de fe de los Apóstoles en Cristo (Mateo 14:33)4. Asimismo, el Evangelio de Mateo nos presenta las Bienaventuranzas, que constituyen una ley fundamental para el cristiano que busca vivir su vocación7.
Predicación Posterior
Después de la Ascensión de Cristo, las referencias sobre el ministerio posterior de Mateo son menos precisas y a menudo legendarias1. San Ireneo afirma que Mateo predicó el Evangelio entre los hebreos, y Clemente de Alejandría sugiere que lo hizo durante quince años1. Eusebio también sostiene que Mateo les entregó su Evangelio en su lengua materna antes de partir a otras tierras1.
Los antiguos escritores discrepan sobre los países evangelizados por Mateo, pero la mayoría menciona Etiopía (al sur del Mar Caspio, no la Etiopía africana), y algunos también Persia, el reino de los Partos, Macedonia y Siria1.
Martirio y Veneration
La mayoría de los testimonios antiguos indican que San Mateo sufrió el martirio, aunque Heracleón (citado por Clemente de Alejandría) sostuvo una opinión contraria1. El lugar y la forma exacta de su martirio son inciertos; no se sabe con certeza si fue quemado, apedreado o decapitado1. El Martirologio Romano simplemente declara que «San Mateo, que predicó en Etiopía, sufrió el martirio»1,6. Otras tradiciones, como el Hieronymianum, mencionan que sufrió en Persia, en la ciudad de Tarrium (posiblemente Tarsuana)6.
La Iglesia lo venera como mártir, aunque las circunstancias de su muerte son desconocidas6. Su fiesta se celebra en la Iglesia Latina el 21 de septiembre1,6, mientras que la Iglesia Griega lo conmemora el 16 de noviembre1.
Simbolismo
San Mateo es tradicionalmente representado con el símbolo de un hombre alado1, o un ángel, que los Padres de la Iglesia asocian con los cuatro seres vivientes mencionados por Ezequiel y en el Apocalipsis de San Juan6. San Jerónimo y San Agustín asignaron este símbolo a Mateo porque su Evangelio comienza con la genealogía humana de Cristo, destacando su encarnación6. A menudo se le representa con una lanza como emblema característico1.
Patronazgo
Debido a su profesión anterior como recaudador de impuestos, San Mateo es el patrono de los contadores, auditores, empleados de aduanas, banqueros, agentes de bolsa y profesionales financieros8. Su historia de conversión sirve como inspiración para aquellos en ocupaciones relacionadas con el dinero, demostrando que la gracia de Dios puede transformar cualquier vida y llamar a cualquiera a su servicio8.
Reliquias y Apócrifos
Existen diversas tradiciones sobre las reliquias de San Mateo, aunque su fiabilidad es cuestionable6. Por ejemplo, se ha afirmado que Santa Elena llevó reliquias de San Matías (otro apóstol) a Roma, y una parte a Tréveris, lo que ha generado confusión con las reliquias de San Mateo9. En cuanto a San Mateo, varias iglesias en Francia han reclamado poseer su cabeza, lo que subraya la dificultad de verificar la autenticidad de tales tradiciones6.
A lo largo de la historia, se le han atribuido varios escritos apócrifos1. Entre ellos, un documento latino titulado De Ortu beatæ Mariæ et infantia Salvatoris, supuestamente escrito en hebreo por San Mateo y traducido al latín por San Jerónimo, es en realidad una adaptación abreviada del Protoevangelio de Santiago, un apócrifo griego del siglo II1. Este pseudo-Mateo data de mediados o finales del siglo VI1. También existen narrativas apócrifas de su predicación y martirio, aunque carecen de valor histórico1,6.
Legado Espiritual
La vida de San Mateo es un poderoso recordatorio de la universalidad de la llamada de Cristo y de su misericordia1,2. Un publicano despreciado se convirtió en un Apóstol y Evangelista, cuya obra ilumina la verdad de Cristo para el mundo10. Su ejemplo nos enseña que nadie está más allá del alcance de la gracia divina y que, al igual que Mateo dejó todo para seguir a Jesús, también nosotros estamos llamados a dejar nuestras «casas de impuestos» personales para abrazar una vida de fe y servicio2.
San Mateo, como evangelista y testigo de Cristo, «difundió y difunde tanta luz en el mundo»10. Su Evangelio sigue siendo una fuente inagotable de enseñanza sobre la vida de Jesús, sus parábolas, sus milagros y, especialmente, el Sermón de la Montaña, que delinea el camino hacia la verdadera bienaventuranza7. La misión de San Mateo, y la de todos los Apóstoles, es la de anunciar el Evangelio de Cristo11. Esta misión, aunque específica para cada vocación, tiene la misma sustancia: difundir la Buena Nueva10.
Conclusión
San Mateo Evangelista permanece como un pilar fundamental de la Iglesia, no solo por su testimonio directo de Cristo como Apóstol, sino también por la inestimable contribución de su Evangelio. Su historia de conversión de recaudador de impuestos a seguidor de Jesús y, finalmente, a autor inspirado, resalta la capacidad transformadora de la gracia divina. Su legado nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vocación y a responder con generosidad a la llamada de Cristo, anunciando el Evangelio con nuestras vidas.
Citas
San Mateo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Mateo. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25
B21: San Mateo, apóstol y evangelista (siglo I), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 613. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Publicano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Publicano. ↩
Evangelio de San Mateo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Evangelio de San Mateo. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Tomás de Kempis. Instrucciones para religiosos, § 346. ↩
Santa Maura de Troyes, virgen (c. 850 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 614. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Papa Juan Pablo II. 29 de enero de 1984: Visita a la parroquia romana de San Marcos Evangelista - Homilía, § 2 (1984). ↩ ↩2
Contables - Mateo, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Contables (2024). ↩ ↩2
San Matías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Matías. ↩
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 21 de septiembre de 1983 (1983). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. 12 de octubre de 1984: Celebración de la Palabra en Santo Domingo - Homilía, §Prefacio (1984). ↩