San Miguel (arcángel)

San Miguel Arcángel, cuyo nombre en hebreo significa «¿Quién como Dios?» (Quis ut Deus), es uno de los príncipes más destacados entre los ángeles y ocupa un lugar central en la tradición y la liturgia católica. La Iglesia lo venera como el jefe de los ejércitos celestiales (Princeps militiae coelestis), el campeón del pueblo de Dios, y el protector de las almas en la hora de la muerte y en el juicio. Su figura está intrínsecamente ligada a la batalla espiritual contra Satanás y los espíritus malignos, un rol que la Escritura y la tradición cristiana han desarrollado a lo largo de los siglos, estableciéndolo como un poderoso intercesor y un modelo de fidelidad a Dios.
Tabla de contenido
El Nombre y la Identidad de Miguel
El nombre Michael (Miguel) es una pregunta retórica en hebreo: «¿Quién como Dios?»1. Este nombre se convirtió en el grito de guerra de los ángeles buenos durante la batalla celestial contra el enemigo y sus seguidores1.
La Iglesia Católica lo reconoce como un arcángel, un título que algunos Padres griegos, como San Basilio, y teólogos como Salmerón y Belarmino, interpretan como el príncipe sobre todos los demás ángeles1. La liturgia romana parece seguir esta tradición, refiriéndose a él como el Princeps militiae coelestis (Príncipe de la milicia celestial)1. Otros, como Santo Tomás de Aquino, lo sitúan como el príncipe del coro más bajo de los ángeles1. En la liturgia griega, se le llama Archistrategos o «más alto general»1,2.
Los Cuatro Oficios de San Miguel en la Tradición Católica
La tradición cristiana, basada en pasajes bíblicos y el desarrollo patrístico, atribuye a San Miguel Arcángel cuatro oficios principales1:
1. Combatir a Satanás
Este es quizás el papel más conocido de San Miguel. La Escritura lo registra explícitamente en el Libro del Apocalipsis: «Y hubo una gran batalla en el cielo, Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón» (Apocalipsis 12:7)1. Su función es defender la causa de la unidad de Dios contra la presunción del dragón, la «serpiente antigua», cuyo esfuerzo continuo es hacer creer a los hombres que Dios debe desaparecer para que ellos puedan ser importantes3.
La Iglesia invoca a San Miguel para que sea su «salvaguardia contra la maldad y las trampas del diablo»4,5. La oración tradicional a San Miguel, que fue recitada al final de la Santa Misa durante años, comienza con la súplica: «Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio» (San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla)6. En esta capacidad, se le pide que, por el poder de Dios, «eche al infierno a Satanás y a todos los espíritus malignos»4,5.
2. Rescatar las Almas de los Fieles
San Miguel tiene el oficio de rescatar las almas de los fieles del poder del enemigo, especialmente en la hora de la muerte1.
Su participación en el juicio y la salvación de las almas se refleja en la iconografía, donde a menudo se le representa sosteniendo una balanza en la que pesa las almas de los difuntos, o el libro de la vida1. Esta función se destaca en la liturgia tradicional, particularmente en el ofertorio de las Misas de difuntos, que pide que el «portaestandarte San Miguel los conduzca a la santa luz» (signifer S. Michael repraesentet eas in lucam sanctam)1,7.
3. Ser el Campeón del Pueblo de Dios y de la Iglesia
En el Antiguo Testamento, Miguel es identificado como el «gran príncipe, que defiende a los hijos de tu pueblo» (Daniel 12)1. Gabriel le dice a Daniel que Miguel es «uno de los principales príncipes» y «tu príncipe»1.
En el Nuevo Testamento, esta función se extiende a la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios. Por lo tanto, San Miguel es el patrono de la Iglesia1. En la Edad Media, también fue el patrón de las órdenes de caballería1. Su papel como líder de los ejércitos celestiales lo ha establecido modernamente como el patrono de los paracaidistas, ya que su descenso desde el cielo para proteger y combatir refleja la misión de estos soldados8. Los obispos, como hombres de Dios, son llamados a ser verdaderos «ángeles guardianes» de la Iglesia, haciéndose eco del papel protector de Miguel3.
4. Llamar y Conducir las Almas al Juicio
San Miguel tiene la misión de llamar a los hombres de la tierra y llevar sus almas al juicio1.
La tradición también lo asocia con la disputa sobre el cuerpo de Moisés, como se menciona en la Epístola de San Judas1,9. Según una antigua tradición judía, a la que alude San Judas, Miguel Arcángel disputó con el diablo por el cuerpo de Moisés. Satanás intentó revelar el lugar de la tumba para seducir al pueblo judío al pecado del culto a los héroes, pero Miguel ocultó la tumba1. En el curso de esta disputa, Miguel no se atrevió a pronunciar un juicio de maldición, sino que dijo: «El Señor te reprenda»9.
Vistas Bíblicas y Patrísticas
El nombre de San Miguel se registra cuatro veces en la Escritura1:
Daniel 10:13 sqq. y 12: Donde se le describe como «uno de los príncipes principales» y el gran príncipe que defiende al pueblo de Daniel1.
Epístola de San Judas (v. 9): Donde se menciona su disputa con el diablo sobre el cuerpo de Moisés1,9.
Apocalipsis 12:7: Donde lidera la batalla contra el dragón1.
Además de las menciones explícitas, los Padres de la Iglesia a menudo identifican a San Miguel en pasajes donde su nombre no se menciona directamente, atribuyéndole los siguientes roles1:
El querubín que custodiaba la entrada del paraíso después de la caída (Génesis 3:24)1.
El ángel que se interpuso en el camino de Balaam (Números 22:22 ss.)1.
El ángel que derrotó al ejército de Senaquerib (2 Reyes 19:35)1.
Vencimiento y Fiestas Litúrgicas
La Iglesia venera a los ángeles, y en particular a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, solicitando su pronta intercesión y experimentando su «ayuda misteriosa y poderosa»10,11.
Fiestas Principales
La Iglesia conmemora a los tres arcángeles en días específicos10,11:
29 de septiembre: Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael10,11. Esta fiesta ha sido observada con gran solemnidad desde al menos el siglo VI7. Originalmente, parece haber conmemorado la dedicación de una basílica en honor a San Miguel en la Vía Salaria, a seis millas al norte de Roma1,7.
8 de mayo: Fiesta de la «Aparición de San Miguel» (Apparitio S. Michaelis). Esta fiesta conmemora la victoria de los Lombardos sobre los napolitanos griegos en el año 663, atribuida a la intercesión de San Miguel, aunque se asocia popularmente con la aparición en su renombrado santuario en el Monte Gargano (Italia), ocurrida alrededor de los años 494 o 530-401.
Centros de Culto y Patronazgos
La devoción a San Miguel se manifestó tempranamente en el culto a los ángeles, especialmente en Frigia1.
Sanador y Protector: En Oriente, el culto de San Miguel se centró originalmente en su papel como sanador angélico1,7. La tradición relata que causó que brotara un manantial medicinal en Chairotopa, cerca de Colosas, donde los enfermos se curaban invocando a la Santísima Trinidad y a San Miguel1. En Roma, también se le atribuyó el papel de médico celestial, y una leyenda del siglo X relata su aparición sobre el Castillo de Sant’Angelo (Moles Hadriani) en 950, poniendo fin a una plaga1.
Mont-Saint-Michel: En Normandía, es el patrono de los marineros en su famoso santuario de Mont-Saint-Michel, donde se dice que apareció a San Auberto, obispo de Avranches, en el año 7081.
Patronazgo Militar: Aunque los primeros cristianos a menudo tenían mártires como patrones militares, la gloria original de San Miguel como patrono en la guerra le fue restaurada con la aparición en Monte Gargano1. Es el patrón de la Iglesia y de los soldados, incluyendo a los paracaidistas1,8.
Representación en el Arte
En el arte, San Miguel Arcángel es universalmente representado como un guerrero angélico1:
Está completamente armado con casco, espada y escudo1.
El escudo a menudo lleva la inscripción latina: Quis ut Deus (¿Quién como Dios?)1.
Se le muestra de pie sobre el dragón (Satanás), al que a veces atraviesa con una lanza1.
También puede sostener una balanza para pesar las almas o el libro de la vida, simbolizando su participación en el juicio1.
Conclusión
San Miguel Arcángel es un pilar de la fe en la intervención divina en la historia humana y en la batalla cósmica entre el bien y el mal. Su nombre, que es un desafío a la soberbia de Satanás, y sus oficios como guerrero, protector de las almas, y campeón de la Iglesia, lo convierten en una de las figuras celestiales más veneradas. La Iglesia anima a los fieles a honrarlo con la oración, invocándolo como amigo y protector para que guíe y defienda al Pueblo de Dios en su peregrinación hacia el cielo12.
Citas
San Miguel el arcángel, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Miguel Arcángel. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32 ↩33 ↩34 ↩35 ↩36 ↩37 ↩38 ↩39 ↩40 ↩41
Parte primera - La fe de la Iglesia - III. Creemos en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, y en nuestro salvador Jesucristo, y en el Espíritu Santo, el Señor, dador de vida - A. El creador y su creación - 3. La humanidad —la corona de la creación - 1) La caída de los ángeles, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 143 (2016). ↩
Memoria de los tres arcángeles, Papa Benedicto XVI. 29 de septiembre de 2007: Santa Misa con Ordenaciones Episcopales (2007). ↩ ↩2
Invocaciones - Invocación a San Miguel arcángel, Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales. Oraciones para la Protección Inmediata de los Poderes de la Oscuridad (2024). ↩ ↩2
Oración a San Miguel, Cistercienses Laicos del Sur de Florida. Oraciones Católicas para la Protección Contra el Mal (2023). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A los ciudadanos de Monte Sant’Angelo (24 de mayo de 1987) - Discurso, § 3 (1987). ↩
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 683. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Paracaidistas - Miguel el arcángel, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Paracaidistas (2024). ↩ ↩2
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 682. ↩ ↩2 ↩3
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo seis: Veneración de los santos y beatos - Santos ángeles, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 215 (2001). ↩ ↩2 ↩3
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo V: La veneración por la santa madre del señor - Los santos ángeles, Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (9 de abril de 2002), § 215 (2002). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 29 de septiembre de 1982 (1982). ↩