San Nereo
San Nereo es uno de los mártires cristianos del siglo I cuya vida y muerte están estrechamente vinculadas a la de su compañero San Achilleus y a la de la mártir Flavia Domitilla. Su culto se desarrolló en la Roma antigua, donde fue venerado como soldado pretoriano convertido al cristianismo y mártir bajo el reinado de Trajano. La fiesta litúrgica de San Nereo se celebra el 12 de mayo, y su memoria se conserva en la tradición litúrgica, en la arquitectura de las catacumbas de Domitilla y en la homilía del Papa Gregorio Magno.
Tabla de contenido
Vida y martirio
Contexto histórico
San Nereo vivió en el último siglo del Imperio Romano, una época marcada por la persecución de los cristianos bajo varios emperadores. Según la inscripción de San Damaso, Nereo y su compañero Achilleus eran soldados de la guardia pretoriana que, tras abrazar la fe cristiana, renunciaron a sus cargos militares y aceptaron el martirio como testimonio de su fe1.
Tradición de la muerte
Los relatos legendarios, aunque de origen posterior, sitúan a Nereo y Achilleus en la isla de Terracina, donde fueron decapitados durante la persecución de Trajano. La versión tradicional los describe como eunucos al servicio de la noble Flavia Domitilla, a quien acompañaron en su exilio y con quien compartieron el destino de la muerte por la fe1. La inscripción de Damaso encontrada en la catacumba de Domitilla confirma la existencia de un culto temprano a estos mártires y menciona su sacrificio como «despreciaron el mundo y lo pisotearon bajo sus pies cuando la paz, la riqueza y la salud le ofrecían sus encantos”2.
Culto y veneración
Relicarios y lugares de culto
El sepulcro de San Nereo se halló en la catacumba de Domitilla, en la vía Ardeatina, junto al de su compañero Achilleus. En el siglo IV se erigió una iglesia sobre sus tumbas, descubierta posteriormente por el arqueólogo de Rossi en 1874. Entre los hallazgos se conservó una piedra con la inscripción de San Damaso, que atestigua la veneración oficial de los mártires en la Roma patrística2.
Liturgia y fiesta
El 12 de mayo es el día litúrgico dedicado a San Nereo, San Achilleus y Santa Domitilla. En la homilía 28 del Papa Gregorio Magno, celebrada en la iglesia construida sobre sus tumbas, el pontífice elogió su valentía: «Estos santos, ante quienes estamos reunidos, despreciaron el mundo y lo pisotearon bajo sus pies cuando la paz, la riqueza y la salud le ofrecían sus encantos”1. La celebración incluye una Misa votiva que ha perdurado desde el siglo VII en el calendario romano, y la veneración de sus reliquias ha sido mantenida por los fieles a lo largo de los siglos.
Iconografía y representaciones
En el arte cristiano primitivo y medieval, San Nereo suele representarse con la cabeza decapitada, a veces acompañado de Achilleus, ambos portando la vestimenta de soldados romanos. Los pilares descubiertos en la catacumba presentan inscripciones que llevan el nombre de Achilleus, mientras que la figura de Nereo aparece en relieves que aluden a su muerte con la espada. Estas imágenes subrayan su condición de mártir soldado, símbolo de la entrega total a Cristo incluso en medio de la vida militar.
Legado y devoción contemporánea
El culto a San Nereo sigue vivo en la Roma contemporánea, donde la iglesia de San Nereo y San Achilleus sigue siendo un punto de peregrinación. Cada año, los fieles celebran su fiesta con procesiones y la exposición de reliquias, recordando el testimonio de los primeros cristianos que, a pesar de su posición privilegiada en la sociedad romana, eligieron la martirización por amor a Cristo. Su historia inspira a los soldados y a todos los que sirven al Estado a vivir la fe con integridad y valentía.