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San Nicolás de Bari

San Nicolás de Bari
Retrato de medio cuerpo mostrando a San Nicolás de Mira. Primera mitad del siglo XIII. 82×56.9 cm. Dominio Público.

San Nicolás de Bari, también conocido como San Nicolás de Mira, es una de las figuras más veneradas en la Iglesia Católica y Ortodoxa, cuya vida y legado han trascendido siglos y culturas. Aunque los detalles históricos precisos sobre su vida son escasos, su testimonio de fe y caridad ha generado una devoción universal, convirtiéndolo en un punto de encuentro entre Oriente y Occidente. Su culto se ha difundido ampliamente, especialmente a través de la ciudad de Bari en Italia, donde se custodian sus reliquias, y donde su figura sigue atrayendo a peregrinos de todas partes del mundo en busca de su intercesión y ejemplo de vida cristiana.

Tabla de contenido

Orígenes y Vida de San Nicolás

San Nicolás fue obispo de Myra, una ciudad en Licia, Asia Menor, durante el siglo IV1,2. Nació en Pátara, también en Licia2. Aunque la historia ha conservado pocos hechos concretos de su vida, su profunda testimonio de Dios ha perdurado a través de la memoria del pueblo de Dios, el culto litúrgico de la Iglesia, el arte sacro y las costumbres populares de muchas naciones1.

Se dice que en su juventud peregrinó a Egipto y Palestina. Poco después de su regreso, fue nombrado obispo de Myra. Durante la persecución de Diocleciano, fue encarcelado, pero fue liberado tras la ascensión de Constantino al poder2. Existe alguna duda sobre su presencia en el Concilio de Nicea, ya que su nombre no figura en las listas antiguas de obispos asistentes2.

El Culto y la Devoción a San Nicolás

La popularidad de San Nicolás es inmensa, tanto en la Iglesia griega como en la latina2. Su culto es antiguo en la Iglesia griega y particularmente fuerte en Rusia2. Ya en el siglo VI, el emperador Justiniano I mandó construir una iglesia en su honor en Constantinopla, y su nombre aparece en la liturgia atribuida a San Crisóstomo2.

En Occidente, su culto parece haberse iniciado con la traslación de sus reliquias a Bari en 10872. Sin embargo, en Alemania, su devoción comenzó antes, probablemente bajo Otón II, debido a que su esposa Teófano era griega2. El obispo Reginaldo de Eichstätt (f. 991) escribió una biografía métrica, «Vita S. Nicholai»2. A lo largo de los siglos, su popularidad no ha disminuido2.

San Nicolás como Puente entre Oriente y Occidente

La figura de San Nicolás ha sido un punto particular de encuentro entre Oriente y Occidente a lo largo de los siglos1. Esta función ha adquirido un nuevo significado en tiempos de crecientes esfuerzos ecuménicos1. La Iglesia de Bari, al haber unido su nombre al del gran obispo oriental, está especialmente preparada para servir de puente entre ambas tradiciones, aportando una contribución decisiva a la ansiada plena unión de las Iglesias hermanas en la paz de Cristo3. El Año Nicolaiano, que conmemoró el IX centenario de la traslación de sus reliquias, tuvo una connotación claramente ecuménica, reavivando el deseo de la plena unidad entre los cristianos4,5.

El Papa Juan Pablo II, durante su visita a Bari en 1984, destacó la función de la ciudad como «puente natural hacia el Oriente» y su singular misión religiosa de intensificar los contactos ecuménicos con las Iglesias cristianas de Oriente6,7. San Nicolás es un estímulo en este camino ecuménico, siendo un constructor de unidad durante su vida al edificar la Iglesia de Myra sobre la roca firme que es Cristo4.

La Traslación de las Reliquias a Bari

En 1087, mercaderes italianos robaron el cuerpo de San Nicolás en Myra y lo llevaron a Bari, Italia2. Este evento marcó un hito en la difusión de su culto en el mundo occidental2. Las celebraciones del IX centenario de esta traslación en 1987 generaron un gran entusiasmo y la ferviente participación de numerosos fieles, quienes mantienen una profunda devoción hacia su santo patrón5.

Las reliquias de San Nicolás se conservan hasta el día de hoy en la Basílica de San Nicolás en Bari2. De ellas, se dice que fluye una sustancia aceitosa, conocida como Maná de San Nicolás, muy valorada por sus propiedades medicinales2.

San Nicolás: Testigo de la Divina Providencia y la Caridad

San Nicolás es recordado como un antiguo testigo del único Evangelio de Cristo3. Su caridad mansa y comprensiva ha hecho que su figura sea querida y amada en todo el mundo3. Los peregrinos que acuden a Bari buscan en él un testimonio de Dios, un Dios de Jesucristo, un Dios de la Providencia1.

La liturgia dominical permite encontrar una respuesta a la pregunta sobre quién es el Dios al que San Nicolás dio testimonio: es el Bien Supremo y la Fuente de todo bien6. El Salmo 62, 2-3 resalta esta verdad: «Solo en Dios reposa mi alma; / de él mi esperanza. / Él solo es mi roca y mi salvación, / mi roca de defensa: no podré vacilar»6. Dios no solo es el Bien infinito en sí mismo, sino que desea el bien para el hombre, siendo el Bien definitivo y la «salvación» del ser humano6.

El misterio de la Redención nos habla de la Divina Providencia, del amor de Dios que «tanto amó al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él… tenga vida eterna» (Jn 3, 16)8. Este amor es la medida definitiva y sobreabundante de la Providencia8. San Nicolás, al fijarse en Dios como fuente de todo bien, fue bueno él mismo, hizo el bien a los demás y fue verdaderamente «un hombre para los demás»; fue ministro de Cristo y administrador de los misterios de Dios8. Su testimonio nos invita a buscar primero el Reino de Dios y su justicia, especialmente en un tiempo donde la jerarquía evangélica de valores a menudo se ve amenazada por el apego a lo terrenal8.

Patronazgos y Legado

San Nicolás es patrón de Grecia, Rusia, el Reino de Nápoles, Sicilia, Lorena, la Diócesis de Lieja, y muchas ciudades en Italia, Alemania, Austria y Bélgica, así como de Campen en los Países Bajos, Corfú en Grecia y Moscú en Rusia2. Es invocado como patrón de marineros, comerciantes, panaderos, viajeros y niños, entre otros2.

En Alemania, Suiza y los Países Bajos, existe la costumbre de que San Nicolás sea el proveedor secreto de regalos para los niños el 6 de diciembre, día de su fiesta2. En Estados Unidos y otros países, la figura de San Nicolás se ha asociado con Santa Claus, quien distribuye regalos en Nochebuena2. Sus representaciones artísticas son tan diversas como los milagros que se le atribuyen2.

Conclusión

San Nicolás de Bari, obispo de Myra, permanece como un faro de fe y caridad en la tradición católica. A pesar de la escasez de datos biográficos, su influencia se manifiesta en la devoción universal, su papel como puente ecuménico entre Oriente y Occidente, y su ejemplo de vida centrada en Dios. Su testimonio de la Divina Providencia y su generosidad continúan inspirando a los fieles a buscar el Reino de Dios y a vivir una vida de servicio a los demás. La ciudad de Bari, custodio de sus reliquias, sigue siendo un centro vital de peregrinación y un símbolo de la unidad cristiana, bajo la intercesión de este gran santo.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. 26 de febrero de 1984: Visita a Bari (Italia) - Homilía, § 1 (1984). 2 3 4 5

  2. San Nicolás de Mira, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Nicolás de Mira. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

  3. Papa Juan Pablo II. Discurso con ocasión del IX centenario del traslado de las reliquias de San Nicolás (6 de julio de 1987) - Discurso, § 3 (1987). 2 3

  4. Papa Juan Pablo II. Discurso con ocasión del IX centenario del traslado de las reliquias de San Nicolás (6 de julio de 1987) - Discurso, § 2 (1987). 2

  5. Papa Juan Pablo II. Discurso con ocasión del IX centenario del traslado de las reliquias de San Nicolás (6 de julio de 1987) - Discurso, § 1 (1987). 2

  6. Papa Juan Pablo II. A un grupo de peregrinos de Bari (28 de abril de 1984) - Discurso (1984). 2 3 4

  7. Papa Juan Pablo II. A las autoridades y a la población de la zona de San Paolo (26 de febrero de 1984) - Discurso (1984).

  8. Papa Juan Pablo II. 26 de febrero de 1984: Visita a Bari (Italia) - Homilía, § 6 (1984). 2 3 4