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San Pablo de Tarso (Apóstol)

San Pablo de Tarso (Apóstol)
Dominio Público.

San Pablo, originalmente conocido como Saulo de Tarso, es una figura fundamental en la historia del cristianismo y es reconocido universalmente como el Apóstol de los Gentiles. Su vida, marcada por una dramática conversión, transformó su celo de perseguidor de la Iglesia en una pasión incansable por difundir el Evangelio a través del Imperio Romano. Sus extensas epístolas, que constituyen una porción significativa del Nuevo Testamento, establecieron los pilares de la teología cristiana, particularmente en lo que respecta a la justificación por la fe, la naturaleza de la gracia, y la comprensión de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo. Su legado se extiende desde la doctrina hasta la liturgia, siendo venerado junto a San Pedro como co-patrono de la Iglesia de Roma y fuente inagotable de inspiración para la misión y la vida cristiana.

Tabla de contenido

1. Vida temprana y la conversión en el camino a Damasco

San Pablo nació en Tarso de Cilicia (actual Turquía), una ciudad que fue capital administrativa de la región y un importante cruce de culturas: romana, griega y judía1. Nacido judío de la Diáspora, su nombre de origen era Saulo, y era ciudadano romano1. Aprendió el griego y, siguiendo la tradición familiar, un oficio manual, probablemente el de «fabricante de tiendas» (skenopoios)1.

Alrededor de los 12 o 13 años, Saulo se trasladó a Jerusalén para recibir una educación rabínica bajo la tutela de Gamaliel el Viejo, siguiendo las normas más estrictas del fariseísmo1. Este profundo apego a la ortodoxia y a la Ley Mosaica lo llevó a ver el naciente movimiento de los seguidores de Jesús de Nazaret como una amenaza a la identidad judía1. Por esta razón, se convirtió en un ferviente perseguidor de la Iglesia2,3.

El encuentro con Cristo Resucitado

El punto de inflexión en la vida de Saulo ocurrió en el camino a Damasco, a principios de los años 30 d.C., adonde se dirigía con la intención de arrestar a los cristianos4. En este camino, una visión divina lo derribó y lo cegó momentáneamente, un evento que marcó el inicio de su conversión3,1.

San Pablo mismo describió este suceso no solo como una visión4, sino como una iluminación, una revelación y una vocación en el encuentro con el Cristo Resucitado4. Este evento fue un acto de gracia divina, no el resultado de una reflexión o desarrollo de pensamiento personal4. A partir de este momento, Saulo, que luego adoptaría el nombre de Pablo, se definió explícitamente como «apóstol por vocación» o «apóstol por la voluntad de Dios»4. Todo aquello que antes consideraba valioso, lo consideró «pérdida y basura» en comparación con el conocimiento de Cristo4. De perseguidor de la Iglesia, fue tocado por la gracia de Dios y se transformó en el incansable Apóstol de los Gentiles2.

2. Viajes misioneros y la difusión del Evangelio

Tras su conversión, la vida de Pablo se dedicó por completo al servicio de Jesucristo y su Evangelio4. Su apostolado se caracterizó por una amplitud universal, dedicándose a anunciar la salvación ofrecida por Cristo Crucificado y Resucitado a todos, sin excepción, especialmente a los paganos4. La tradición divide su actividad apostólica en tres grandes viajes misioneros, además de un cuarto viaje como prisionero a Roma1.

El primer viaje misionero

El primer viaje misionero lo llevó a Chipre y luego a Asia Menor5. En Chipre, convirtió al procónsul Sergio Paulo, y fue en este contexto donde Saulo comenzó a ser llamado Pablo, su nombre gentil5. Continuó predicando en ciudades como Antioquía de Pisidia, Iconio y Listra, donde fue apedreado y dado por muerto por enemigos judíos5.

El segundo y tercer viaje

El segundo gran viaje misionero (c. 49-52 d.C.) lo llevó a través de Frigia, Macedonia, y luego a Grecia, donde predicó en Corinto5,1. En este periodo, San Pablo desarrolló sus ideas sobre la justificación y la universalidad de la salvación2.

El tercer viaje misionero (c. 55-57 d.C.) comenzó en Antioquía, el núcleo original de la Iglesia de los Gentiles, y lo llevó a Éfeso, donde permaneció dos años con un ministerio que tuvo efectos fructíferos en toda la región1. Desde Éfeso, escribió las Cartas a los Tesalonicenses y a los Corintios1.

El viaje a Roma y el martirio

El largo viaje de Pablo, narrado en los Hechos de los Apóstoles, lo llevó finalmente a Roma, el centro del mundo conocido, donde su testimonio de Cristo sería coronado con el martirio2. Fue arrestado en Jerusalén y, como ciudadano romano, apeló al César, siendo enviado a Roma bajo escolta militar1. La tradición antigua establece que Pablo sufrió el martirio cerca de Roma, en un lugar llamado Aquae Salviae (actualmente Tre Fontane), hacia el final del reinado de Nerón6. El lugar de su sepultura está marcado por la espléndida Basílica de San Pablo Extramuros6,7.

3. Contribuciones teológicas fundamentales

La labor de Pablo no solo fue intensa en la predicación, sino también en la reflexión teológica sobre el mensaje del Evangelio, aplicando sus enseñanzas a las diversas situaciones que encontraba2. Su teología es profundamente cristocéntrica y se enfoca en la salvación de todos los hombres a través de Cristo y en Cristo6.

Justificación por la fe y la gracia

La enseñanza central de San Pablo es la doctrina de la justificación, la cual es uno de los temas dominantes en sus Cartas8. Pablo establece una oposición irreducible entre dos caminos alternativos hacia la justicia: uno basado en las obras de la Ley y otro fundado en la gracia de la fe en Cristo8.

La Iglesia como el Cuerpo de Cristo

San Pablo es la fuente principal para la comprensión de la Iglesia como el Cuerpo Místico de Cristo11,12. En sus epístolas, enfatiza que la esencia de la fe cristiana es una teología de la mutua inhabitación: vivir la nueva vida en Cristo es, en última instancia, ser conformado a Cristo al rendirse a la unidad orgánica ofrecida y efectuada solo en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia11.

Esta doctrina de la unidad y la comunión es fundamental:

«Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros» (Rom 12:4-5)12.

Esta unión con Cristo es tan profunda que el creyente es asimilado a su cuerpo glorificado12. La vida cristiana es, por lo tanto, una conformatio Christi (conformación a Cristo)13.

4. Epístolas y legado literario

El legado literario de San Pablo incluye al menos trece cartas que forman parte del Nuevo Testamento. Estas epístolas abordan cuestiones doctrinales, éticas y pastorales, y han sido objeto de estudio constante a lo largo de los siglos2.

Las cartas paulinas más destacadas son:

El estilo literario de Pablo se caracteriza por su claridad, profundidad teológica y su retórica antitética, especialmente evidente en Gálatas, donde no deja espacio para la indecisión entre la esclavitud a la Ley y la libertad en Cristo14.

5. Veneración y festividades

San Pablo es venerado como uno de los pilares de la Iglesia primitiva, siendo considerado Patrono de los misioneros y de los escritores.

La Solemnidad de San Pedro y San Pablo

La fiesta litúrgica de San Pablo se celebra el 29 de junio, de forma conjunta con la de San Pedro, en la Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo6. Esta fecha conmemora el aniversario de su muerte o de la traslación de sus reliquias6. La tradición más antigua sostiene que ambos sufrieron el martirio «al mismo tiempo» (kata ton auton kairon) en Roma, aunque no necesariamente el mismo día del mismo año6,15.

Basílica de San Pablo Extramuros

La Basílica de San Pablo Extramuros en Roma es uno de los cuatro templos mayores de la ciudad y se erige sobre el lugar donde se venera la memoria del Apóstol de los Gentiles7. Este lugar es un destino de peregrinación de especial importancia7. El propio San Pablo fue martirizado en el lugar conocido como Aquae Salviae (Tre Fontane), a poca distancia de la Basílica6,16.

6. Legado e influencia

La influencia de San Pablo en la Iglesia Católica y en la teología occidental es incalculable. Su ejemplo de conversión y servicio ha inspirado a innumerables fieles a lo largo de la historia2.

Su mensaje principal es la necesidad de poner a Jesucristo en el centro de la vida, de modo que la identidad del creyente esté marcada esencialmente por el encuentro y la comunión con Cristo y su Palabra4. Su teología de la gracia y la unidad del Cuerpo de Cristo continúan siendo pilares de la doctrina cristiana, influenciando a Padres de la Iglesia y Doctores medievales, y siendo la base para la comprensión del Mystici Corporis (Cuerpo Místico)11.

La universalidad de su misión, que requirió ni la circuncisión ni la sumisión a la Ley Mosaica para los gentiles, sentó las bases para el alcance global de la Iglesia, uniendo a judíos y romanos en la familia abrahámica, traída a la existencia no por la Ley, sino por el Amor17.

Citas

  1. San Pablo (2) vida de san Pablo antes y después de Damasco, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 27 de agosto de 2008: San Pablo (2). Vida de San Pablo antes y después de Damasco (2008). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  2. Papa Juan Pablo II. 29 de junio de 1999, Santos Pedro y Pablo, § 3 (1999). 2 3 4 5 6 7

  3. Papa Juan Pablo II. 29 de junio de 2002: Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo, § 2 (2002). 2

  4. Pablo de Tarso, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 25 de octubre de 2006: Pablo el Apóstol (2006). 2 3 4 5 6 7 8 9

  5. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 674. 2 3 4

  6. San Pablo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Pablo. 2 3 4 5 6 7

  7. Papa Benedicto XVI. Motu Proprio «La Antigua y Venerable Basílica» para la Basílica de San Pablo Extramuros y para su complejo extraterritorial (31 de mayo de 2005), § 1 (2005). 2 3

  8. San Pablo (13): La doctrina de la justificación: De las obras a la fe, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 19 de noviembre de 2008: San Pablo (13). La Doctrina de la Justificación: de las Obras a la Fe (2008). 2 3 4

  9. La nueva perspectiva de San Pablo, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 8 de noviembre de 2006: La nueva perspectiva de San Pablo (2006). 2

  10. San Pablo (14): La doctrina de la justificación: La enseñanza del Apóstol sobre la fe y las obras, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 26 de noviembre de 2008: San Pablo (14). La Doctrina de la Justificación: La Enseñanza del Apóstol sobre la Fe y las Obras (2008). 2 3

  11. David Vincent Meconi, S.J. El don supremo: La morada transformadora de Cristo y el cristiano, § 6. 2 3

  12. David Vincent Meconi, S.J. El don supremo: La morada transformadora de Cristo y el cristiano, § 11. 2 3

  13. Michael J. Gorman, Daniel A. Keating, et al. Reseñas de Libros (Nova et Vetera, Vol. 10, Núm. 1), § 3.

  14. Barclay sobre el cuerpo deificante en Gálatas y Romanos, David Vincent Meconi, S.J. El don supremo: La morada transformadora de Cristo y el cristiano, § 12.

  15. San Casio, obispo de Narni (a.D. 538), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 676.

  16. Papa Benedicto XVI. Motu Proprio «La Antigua y Venerable Basílica» para la Basílica de San Pablo Extramuros y para su complejo extraterritorial (31 de mayo de 2005), § 10 (2005).

  17. David Vincent Meconi, S.J. El don supremo: La morada transformadora de Cristo y el cristiano, § 14.