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Cruz

San Quirino de Sescia

San Quirino de Siscia fue un obispo y mártir del siglo IV, venerado en la Iglesia Católica por su firmeza en la fe durante la persecución de Diocleciano. Su historia es un testimonio de valentía y devoción, y sus reliquias son objeto de veneración en varias localidades. Este artículo explorará su vida, martirio, el culto a sus reliquias y su legado en la tradición católica.

Tabla de contenido

Vida y Ministerio

San Quirino fue obispo de Siscia, una ciudad que hoy se conoce como Sisak en Croacia1,2. Su ministerio tuvo lugar en las provincias danubianas durante el reinado del emperador Diocleciano, un período marcado por intensas persecuciones contra los cristianos2. Las «actas» que relatan su juicio, sufrimientos y muerte son consideradas sustancialmente genuinas, aunque han sido objeto de amplificaciones e interpolaciones por copistas posteriores2.

Cuando se enteró de que había órdenes para su arresto, Quirino abandonó la ciudad, siguiendo el mandato de Jesús de huir de una ciudad cuando se es perseguido2. Sin embargo, fue perseguido, capturado y llevado ante el magistrado Máximo2.

Juicio y Martirio

Durante su interrogatorio, Quirino fue cuestionado sobre su intento de escape. Él respondió que simplemente obedecía a su Maestro, Jesucristo, el Dios verdadero, quien había dicho: «Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra»2. El magistrado Máximo le preguntó si no sabía que las órdenes del emperador lo encontrarían en cualquier lugar y que el Dios que él llamaba verdadero no podría ayudarlo. A esto, Quirino declaró: «Dios está siempre con nosotros y puede ayudarnos»2. Afirmó que Dios estuvo con él cuando fue capturado y que lo fortalecía y hablaba a través de sus labios2.

Máximo observó que Quirino hablaba mucho y posponía obedecer los mandatos de los soberanos, instándolo a leer los edictos y cumplir con ellos2. Quirino se negó, protestando que no podía consentir lo que sería un sacrilegio. Exclamó que los dioses que servían los paganos no eran nada, mientras que su Dios, a quien servía, estaba en el Cielo, la tierra, el mar y en todas partes, siendo superior a todo porque lo contiene todo en sí mismo, y todas las cosas fueron creadas y subsisten por Él solo2. El juez declaró que debía estar en su segunda infancia para creer tales fábulas y le ofreció incienso para sacrificar2.

Quirino respondió que los dolores amenazados serían una gloria para él, y Máximo ordenó que fuera golpeado3. Incluso mientras se ejecutaba la sentencia, se le instó a sacrificar y se le prometió que si lo hacía, sería nombrado sacerdote de Júpiter3. El mártir, impávido, exclamó: «Estoy ejerciendo mi sacerdocio aquí y ahora ofreciéndome a Dios»3. Añadió que se alegraba de ser golpeado, que no le dolía, y que con gusto soportaría un trato mucho peor para animar a aquellos sobre quienes había presidido a seguirlo por un camino corto hacia la vida eterna3.

Como Máximo no tenía autoridad para dictar una sentencia de muerte, decidió enviar a Quirino al gobernador de Pannonia Prima, Amancio3. El obispo fue llevado por varias ciudades a lo largo del Danubio hasta llegar a Sabaria (actual Szombathely, Hungría)3. Ante Amancio, Quirino reafirmó su confesión de fe, diciendo: «He confesado al Dios verdadero en Siscia, nunca he adorado a ningún otro. Lo llevo en mi corazón, y ningún hombre en la tierra logrará separarme de Él»3.

Amancio, aunque reacio a torturar y destruir a alguien de su venerable edad, y a pesar de sus promesas y amenazas, no pudo mover al santo3. Por lo tanto, el gobernador no tuvo más opción que condenarlo3. Quirino fue sentenciado a muerte y arrojado al río Raab con una piedra atada al cuello3,1,4. No se hundió inmediatamente y se le escuchó pronunciar palabras de oración o exhortación antes de desaparecer de la vista3. Su cuerpo, arrastrado un poco río abajo, fue rescatado por los cristianos3. El martirio de San Quirino tuvo lugar en el año 3091,4.

Culto y Reliquias

La fama de San Quirino fue tal que sus alabanzas fueron cantadas por figuras prominentes como San Jerónimo, Prudencio y Fortunato2. Un himno en su honor escrito por Prudencio aún existe1.

A principios del siglo V, debido a la incursión de los bárbaros en Pannonia, los habitantes huyeron a Italia y llevaron consigo los huesos de San Quirino1,3. Sus restos fueron trasladados a Roma y enterrados en una cámara abovedada cerca de la Iglesia de San Sebastián en la Vía Apia1,3. En 1140, sus reliquias fueron trasladadas a la Basílica de Santa María en Trastevere3.

La fiesta de San Quirino de Siscia se celebra el 4 de junio1,4. En 2009, el Papa Benedicto XVI envió una carta a un Cardenal para las celebraciones del 17º centenario del martirio de San Quirino, destacando su ejemplo como un pastor que dio su vida por sus ovejas para testificar la verdad del Evangelio a través del martirio4. El Papa animó a la devoción ferviente hacia San Quirino para que intercediera por la diócesis de Veglia (Croacia) y por todos los hombres en Croacia y el mundo4.

Otros Santos del Nombre Quirino

Es importante señalar que existen varios mártires con el nombre de Quirino mencionados en el Martyrologium Hieronymianum y en los martirologios históricos de la Alta Edad Media1. Las festividades de estos santos aún se encuentran en el catálogo de santos de la Iglesia Romana1.

La figura de San Quirino de Siscia, sin embargo, se distingue por la autenticidad de sus actas de martirio y su particular veneración como obispo mártir.

Citas

  1. Ss. Quirino, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Ss. Quirino. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  2. S. Quirino, obispo de Siscia, mártir (308 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 476. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  3. S. Metrófanes, obispo de Bizancio (c. 325 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 477. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  4. Papa Benedicto XVI. Carta al Enviado Especial en las celebraciones por el 17º centenario del martirio del Obispo S. Quirino (2009) (2009). 2 3 4 5