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Cruz

San Romualdo

San Romualdo
Crucifixión de Jesús . Dominio Público.

San Romualdo (c. 950 – 19 de junio de 1027) fue un monje benedictino italiano, reformador monástico y fundador de la familia camaldolense, una congregación que combina la vida eremítica y cenobítica. Nacido en Ravena, abandonó una vida noble para buscar la perfección espiritual bajo la guía del ermitaño Marinus, influyó en la renuncia del dogo de Venecia Pietro Orseolo I, y estableció el famoso eremitorio de Camaldoli, donde formuló una regla de austeridad que marcó la vida monástica occidental. Su legado incluye numerosos monasterios, una rica tradición de oración y silencio, y una veneración que se celebra el 19 de junio como memorial opcional.1,2

Tabla de contenido

Vida temprana y llamado monástico

Orígenes y familia

Romualdo nació en una familia noble de Ravena, probablemente alrededor del año 950. Su padre, Sergio, fue un guerrero que, según la tradición, mató a un enemigo en un duelo, lo que provocó en el joven una profunda repulsión que lo llevó a buscar una vida distinta.1

Entrada al monaquismo

A los veinte años, horrorizado por la violencia de su familia, Romualdo huyó al monasterio de San Apollinare‑in‑Classe, recientemente reformado por San Maïeul de Cluny, donde ingresó en la vida religiosa. Insatisfecho con la moderación del monasterio, solicitó y obtuvo permiso para trasladarse a Venecia, donde se puso bajo la dirección del ermitaño Marinus, adoptando una vida de extrema severidad.1,2

Vida eremítica y peregrinaciones

Tiempo con el ermitaño Marinus

Bajo la tutela de Marinus, Romualdo experimentó un «gran avance en el camino de la perfección» y vivió en gran austeridad, recogiendo alrededor de él a numerosos discípulos. Durante este periodo, según la Butler’s Lives of the Saints, recibió una luz extraordinaria mientras recitaba los Salmos, que marcó una profunda transformación espiritual.2,1

Influencia sobre el Doge Pietro Orseolo

Alrededor de 978, el dogo de Venecia Pietro Orseolo I, consumido por la culpa de haber accedido al poder mediante el asesinato de su predecesor, buscó consejo en Romualdo y Marinus. Siguiendo su guía, renunció a su cargo y se retiró al monasterio de San Miguel‑de‑Cuxa en Cataluña, donde tomó el hábito benedictino. Esta renuncia es considerada uno de los ejemplos más notables de conversión inspirada por la santidad de Romualdo.1,2

Fundación de los monasterios y la Orden camaldolense

Camaldoli y la visión de Maldolus

En 1012, Romualdo llegó al distrito de Arezzo buscando un lugar para fundar una nueva eremita. Allí, el conde Maldolus le mostró una visión de monjes en hábitos blancos ascendiendo una escalera al cielo y le ofreció el terreno que hoy se conoce como Campus Maldoli o Camaldoli. Romualdo construyó allí una eremita de cinco celdas y, dos años después, el monasterio de Fonte Buono, destinado a servir de hospedería e infirmario para los ermitaños. Estas fundaciones constituyeron el núcleo de la Orden Camaldolense, que combina la vida solitaria y la comunitaria.3,3

Regla y carisma

Romualdo no dejó una regla escrita; su disciplina se transmitió oralmente y se caracterizó por una austeridad extrema: ayuno de pan y agua todos los días, silencio continuo y una vida centrada en la oración del Psalterio. En 1080, el prior Rudolph I redactó las primeras constituciones escritas, suavizando ligeramente la severidad pero preservando el ideal de triplex bonum —solitud, vida comunitaria y evangelización— que el propio Romualdo había promovido. El hábito blanco, introducido en Camaldoli, simboliza la pureza del llamado eremítico.3,4

Obras y milagros

Escritura y consejo espiritual

Romualdo redactó una profunda exposición de los Salmos, ofreciendo «admirables pensamientos» y predicciones que le valieron la reputación de profeta. Fue consultado por muchos que buscaban consejo inspirado por la sabiduría celestial. Además, intentó, con permiso papal, predicar el evangelio en Hungría, pero una enfermedad persistente le obligó a regresar a Italia, interpretada como la voluntad de Dios.2,1

Milagros y veneración postmortem

Tras su muerte en Val‑di‑Castro, numerosos milagros fueron atribuidos a su intercesión, y en 1032 se autorizó la construcción de un altar sobre su tumba. Su cuerpo permaneció incorrupto cuando fue examinado en 1466 y fue trasladado a Fabriano en 1481. En 1595, el Papa Clemente VIII fijó su fiesta el 7 de febrero (conmemorando la traslación de sus reliquias), aunque el Calendarium Romanum de 1969 estableció el 19 de junio, día de su muerte, como memorial opcional.1,2

Legado y devoción

Fechas litúrgicas y fiestas

Influencia en la Iglesia y la cultura

La tradición camaldolense ha perdurado mil años, destacándose por la hospitalidad de sus casas de huéspedes, la participación en debates humanísticos del Renacimiento y la contribución al Codex de Camaldoli durante la Segunda Guerra Mundial, documento fundamental para la Constitución de la República Italiana. Papas recientes, como Benedicto XVI y Juan Pablo II, han resaltado la relevancia del carisma de Romualdo en la vida monástica contemporánea, subrayando la importancia de la oración, el silencio y la evangelización.4,5,6

Bibliografía

Citas

  1. San Romualdo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Romualdo. 2 3 4 5 6 7

  2. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 282. 2 3 4 5 6

  3. Camaldulenses, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Camaldulenses. 2 3

  4. Vísperas con motivo de la visita del Arzobispo de Canterbury, Papa Benedicto XVI. 10 de marzo de 2012: Vísperas con motivo de la visita del Arzobispo de Canterbury (2012). 2

  5. Papa Benedicto XVI. Carta al Card. Giuseppe Bertello, Enviado Especial con motivo de las celebraciones del milenario de la Santa Ermita de Camaldoli (2012).

  6. Papa Juan Pablo II. A los Monjes Camaldulenses en la ermita fundada por San Romualdo en Camaldoli (17 de septiembre de 1993) - Discurso, § 4 (1993).