San Sergio
El nombre Sergio ha sido llevado por varios santos venerados en la Iglesia Católica, cada uno dejando una huella distintiva en la historia y la fe. Entre los más prominentes se encuentran San Sergio I, Papa, conocido por su firmeza doctrinal y contribuciones litúrgicas; San Sergio de Radonezh, una figura central en el monasticismo ruso y la unificación de su pueblo; y los Santos Sergio y Baco, mártires, oficiales romanos que dieron testimonio de su fe en Siria durante la persecución de Diocleciano. Este artículo explorará las vidas y legados de estos santos, destacando su importancia en la tradición católica.
Tabla de contenido
San Sergio I, Papa
San Sergio I fue un Papa de origen sirio, hijo de un mercader antioqueno, que se crió en Palermo y fue ordenado por San León II1,2. Su pontificado, desde el 687 hasta el 701, estuvo marcado por desafíos doctrinales y significativas contribuciones litúrgicas2,3.
Elección y Primeros Desafíos
La elección de Sergio I al papado se produjo en circunstancias difíciles. Durante la enfermedad terminal del Papa Conón, el archidiácono Pascual ofreció un gran soborno al exarca imperial Juan para asegurar su propia sucesión. Aunque Pascual fue nominado por una facción, otra eligió al arcipreste Teodoro. Finalmente, la mayoría del clero y el pueblo rechazaron a ambos y eligieron canónicamente a Sergio, quien fue debidamente consagrado el 15 de diciembre de 6872,3. El exarca Juan, tras recibir el dinero que Pascual había ofrecido, también dio su aprobación a Sergio3.
Firmeza Doctrinal y el Concilio Quinisexto
Uno de los momentos más destacados del pontificado de San Sergio I fue su firme rechazo a firmar los decretos del Concilio Quinisexto (también conocido como Concilio in Trullo), convocado en Constantinopla en el año 6921,2. Este concilio, compuesto principalmente por obispos orientales, promulgó 102 cánones, algunos de los cuales mostraban hostilidad hacia Occidente y pretendían legislar para toda la Iglesia1. En particular, los cánones permitían a los sacerdotes y diáconos casados mantener a sus esposas después de la ordenación y buscaban equiparar al Patriarca de Constantinopla con el Papa de Roma2.
Cuando el emperador Justiniano II envió los actos del concilio para la aprobación papal, Sergio I se negó a firmarlos. En respuesta, el emperador envió a Zacarías, el comandante de su guardia, para llevar al pontífice «recalcitrante» a Constantinopla1,2. Sin embargo, los ciudadanos de Roma, apoyados por tropas de Rávena, se movilizaron en una violenta manifestación para proteger al Papa1. Zacarías, aterrorizado, buscó refugio con Sergio y se escondió en su cama. Sergio salió a calmar a la gente, quienes no se dispersaron hasta que Zacarías fue escoltado fuera de la ciudad1. Las graves consecuencias que este incidente podría haber tenido para Sergio se evitaron con la posterior deposición de Justiniano II en el 6951,2.
Relaciones con Inglaterra y Contribuciones Litúrgicas
San Sergio I mantuvo numerosas y fructíferas relaciones con Inglaterra. Bautizó al rey Caedwalla de los sajones occidentales en el 689, quien había «abandonado su corona por el Señor y su reino eterno» y fue enterrado en San Pedro tras su muerte en Roma1,2. En el 695, consagró a San Willibrord de Northumbria como obispo y lo animó en su misión en Frisia1,2. También concedió la confirmación de los privilegios de la abadía de Wearmouth y Jarrow a una delegación de monjes de San Ceolfrido y, en el 701, solicitó al Venerable Beda que viniera a Roma para ofrecer su consejo, aunque Beda nunca abandonó su monasterio1.
Además de sus asuntos eclesiásticos y políticos, Sergio I, como alumnus de la schola cantorum romana, estuvo activamente involucrado en la liturgia y su música1. Se le atribuye la dirección de que el Agnus Dei «fuera cantado por el clero y el pueblo en la fracción del Cuerpo del Señor» en la Misa1,2. También instituyó la observancia en la Iglesia Romana de cuatro fiestas marianas ya celebradas en Constantinopla: la Natividad de la Virgen, su Purificación (Candelaria), la Anunciación y su Dormición (Asunción)1.
San Sergio I falleció el 8 de septiembre del 701 y fue enterrado en San Pedro4,5.
San Sergio de Radonezh
San Sergio de Radonezh es considerado el más importante y resplandeciente de todos los santos rusos, una figura central en la renovación del monasticismo y la unificación de Rusia frente a la invasión tártara en el siglo XIV6.
Orígenes y Vocación Monástica
Nacido alrededor de 1315 cerca de Rostov, fue bautizado con el nombre de Bartolomé en una familia noble6. La invasión tártara del siglo XIII había devastado la cultura urbana del sur de Rusia, llevando a una degeneración de la vida monástica en las ciudades. En este contexto, hombres que buscaban una vida más perfecta comenzaron a retirarse a las vastas soledades de los bosques del norte, conocidos como pustiniky o «hombres del desierto»6. San Sergio es a menudo visto como el iniciador de este movimiento, aunque fue parte de un renacimiento monástico más amplio6.
Sergio de Radonezh se estableció en una celda en el bosque, y aunque inicialmente optó por una vida solitaria, pronto se unieron a él otros monjes. Él favorecía una vida cenobítica o comunal7. En 1354, esta reforma se implementó, apoyada por una carta del patriarca ecuménico de Constantinopla, Filoteo7. Sin embargo, la transición generó descontento entre algunos monjes, liderados por el propio hermano de Sergio, Esteban. Para evitar conflictos, San Sergio abandonó silenciosamente el monasterio y se estableció junto al río Kerzhach7. La comunidad original comenzó a decaer, lo que llevó al Metropolitano Alejo de Moscú a rogarle que regresara. Sergio lo hizo, después de nombrar un abad para el nuevo asentamiento en Kerzhach, y fue recibido con gran alegría por los hermanos de la Santísima Trinidad7.
Influencia Espiritual y Política
La personalidad de San Sergio no se caracterizaba por ser un predicador elocuente o un erudito, ni un sanador popular, aunque se registraron curaciones por sus oraciones8. Su atractivo residía en la calidad de su persona, la calidez de su atención amorosa y su confianza en Dios y en los hombres8. Al igual que muchos monjes a lo largo de la historia cristiana, Sergio consideraba el servicio directo a los demás como parte de su vocación monástica. Era buscado por personas de todas las clases como sanador de alma y cuerpo, amigo de los que sufrían, alimentador de los hambrientos, defensor de los desprotegidos y consejero de los indecisos8. Enfatizó la pobreza personal y corporativa, y la soledad, dentro de los límites de la vida comunitaria y la caridad fraterna8.
San Sergio también jugó un papel crucial en la unificación y liberación del pueblo ruso de la dominación tártara6. Entre 1367 y 1380, el Príncipe Dmitry Donskoy de Moscú se enfrentó a Khan Mamai, líder de los señores tártaros. Ante la decisión de una confrontación final, Dmitry buscó el consejo de San Sergio, quien lo bendijo y lo animó a ir contra los paganos en la fuerza del brazo de Dios7. Dmitry partió acompañado por dos monjes de Sergio que habían sido soldados. En un momento de duda, un mensajero de San Sergio le transmitió un mensaje de ánimo: «No temas, señor. Avanza con fe contra la ferocidad del enemigo. Dios estará contigo»7.
Así, el 8 de septiembre de 1380, se libró la Batalla de Kulikovo Polye, que tuvo una importancia decisiva para Rusia, comparable a Tours y Poitiers para Europa Occidental7. Los tártaros fueron derrotados y dispersados, y se dice que San Sergio, siendo un vidente, anunció la victoria a su comunidad una hora después de la batalla7. El historiador Kluchevsky afirmó que los rusos deben su liberación a la educación moral y la influencia espiritual de Sergio de Radonezh6.
Fallecimiento y Legado
San Sergio de Radonezh falleció el 25 de septiembre de 1392, probablemente a la edad de setenta y ocho años8. Poco antes de su muerte, tuvo una visión de la Santísima Madre de Dios con los apóstoles Pedro y Juan, quienes le aseguraron el futuro floreciente de su monasterio8. Seis meses antes de su deceso, vio su fin cercano, renunció a su cargo y nombró a su sucesor8. Recibió el Santísimo Cuerpo y Sangre, y con una oración en sus labios, entregó su espíritu al Señor8.
Su cuerpo fue sepultado en la iglesia principal de su monasterio, donde permaneció hasta la Revolución de 1917, cuando las reliquias fueron depositadas en un «museo antirreligioso». En 1945, se permitió a la Iglesia Ortodoxa Rusa reabrir el monasterio y las reliquias fueron restauradas8. La Iglesia Católica ha reconocido a San Sergio de Radonezh, junto con otros santos rusos, como un ejemplo de juicio práctico de la Santa Sede respecto a la consumación gradual de la separación de la Iglesia Ortodoxa Oriental6.
Santos Sergio y Baco, Mártires
Los Santos Sergio y Baco fueron mártires de la persecución de Diocleciano en Coele-Siria alrededor del año 3039,10. Su martirio está bien documentado por los martirologios más antiguos y la veneración temprana que se les rindió10.
Vida y Martirio
Sergius y Bacchus eran oficiales del ejército romano en la frontera siria; Sergio era primicerius (comandante de la escuela de reclutas) y Baco su subalterno9,10. Eran favoritos personales del emperador Maximiano debido a su valentía9,10. Sin embargo, este favor se convirtió en odio cuando confesaron su fe cristiana10.
Un día, cuando Maximiano entró en el templo de Júpiter para ofrecer sacrificios, notó que Sergio y Baco se quedaron afuera9. Se les ordenó entrar y participar en el sacrificio. Al negarse, fueron despojados de sus armas e insignias de rango, vestidos con ropas de mujer y así exhibidos por las calles9. Luego fueron enviados a Rosafa en Mesopotamia, donde el gobernador los hizo azotar tan severamente que San Baco murió bajo el látigo9,10. Su cuerpo fue arrojado a la carretera, donde, según la tradición, los buitres lo protegieron de los perros9.
San Sergio sufrió torturas aún mayores. Se le obligó a caminar una larga distancia con zapatos cuyas suelas estaban cubiertas de clavos afilados que le atravesaban los pies9,10. Finalmente, fue decapitado9,10.
Veneración y Legado
El lugar de sepultura de Sergio y Baco fue en la ciudad de Resaph, que en honor a Sergio fue renombrada Sergiópolis9,10. El emperador Justiniano I (527-565) restauró suntuosamente la ciudad en su honor y construyó iglesias en honor a Sergio en Constantinopla y Acre10. La iglesia de Constantinopla, ahora una mezquita, es una gran obra de arte bizantino10.
En Oriente, Sergio y Baco fueron universalmente honrados y se convirtieron en los protectores celestiales del ejército bizantino9,10. Desde el siglo VII, tienen una iglesia celebrada en Roma10. Una iglesia en el este de Siria, dedicada a estos dos mártires en el año 354, es uno de los primeros ejemplos conocidos de reconocimiento de la santidad9. Sus «actos» se conservan en latín, griego y siríaco9.
La extraordinaria popularidad de San Sergio en Oriente se evidencia no solo por el número de iglesias y santuarios dedicados en su honor, sino también por la prevalencia de Sergius como nombre bautismal, aunque en Rusia este nombre se debe ahora generalmente a San Sergio de Radonezh9. La fiesta de los Santos Sergio y Baco se celebra el 7 de octubre10.
Otros Santos de Nombre Sergio
Además de los mencionados, la historia de la Iglesia registra a otros santos con el nombre de Sergio:
San Sergio y Germán de Valaam: Venerados como monjes griegos que fundaron el gran monasterio ruso de Valaam en el lago Ladoga, evangelizando a los carelios. Su fundación se sitúa comúnmente entre el 973 y el 992, aunque una fecha más probable es 132911.
Papa Sergio II: Un Papa de noble cuna que reinó del 844 al 847. Su elección fue disputada, pero fue consagrado sin referencia al emperador Lotario4. Durante su pontificado, los sarracenos realizaron una terrible incursión en territorio romano4.
Estos ejemplos demuestran la rica tradición de santidad asociada al nombre Sergio, abarcando diversas épocas, geografías y formas de testimonio cristiano, desde el liderazgo papal y la renovación monástica hasta el martirio heroico.
Citas
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 514. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Papa San Sergio I, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa San Sergio I. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
San Disibodo (c. d.C. 674), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 513. ↩ ↩2 ↩3
Papa Sergio II, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Sergio II. ↩ ↩2 ↩3
B9 de septiembre, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 9 de septiembre (1749). ↩
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 644. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 646. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 647. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Ss. Sergio y Baco, mártires (d.C. 303?), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 62. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Sergio y Baco, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sergio y Baco. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Ss. Sergio y Germán de Valaam, abades (fecha incierta), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 666. ↩