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Cruz

San Simón

San Simón, también llamado Simón el Zelote o Simón el Cananita, es uno de los doce apóstoles elegidos por Jesucristo. Su figura aparece en los Evangelios sinópticos y en los Hechos de los Apóstoles, aunque los datos biográficos son escasos. Tradicionalmente se le reconoce como un ferviente judío que, antes de seguir a Cristo, vivía bajo la «zelosidad» de la Ley. Su vida posterior a la Ascensión, sus viajes misioneros, el modo de su martirio y su culto litúrgico han sido objeto de diversas tradiciones patrísticas y legendarias.

Tabla de contenido

Vida y origen

Nombres y significado

En los relatos evangélicos Simón recibe varios epítetos que sirven para distinguirlo de Simón Pedro. En Mateo 10:4 y Marcos 3:18 se le llama Cananita; en Lucas 6:15 y Hechos 1:13 se le designa Zelote1. El término zelote proviene del hebreo qānā que significa «ser celoso, ardiente», y alude a su intenso compromiso con la fe judía antes de su conversión2. Algunos autores patrísticos lo identifican con Nathanael de Cana, aunque esta asociación es materia de debate1.

Primeros años y llamado

Los Evangelios no ofrecen detalles sobre su vida anterior al llamado. La tradición sugiere que era hijo de Clopas, y en algunas fuentes se le vincula con la familia de los hermanos de Jesús, aunque sin evidencia histórica definitiva3. Lo que se sabe con certeza es que recibió el Espíritu Santo en Pentecostés como los demás apóstoles4.

Misión apostólica

Predicación en el mundo antiguo

Los relatos patrísticos describen a Simón como un viajero incansable que llevó el Evangelio a lugares tan lejanos como Egipto, la Franja del Mar Negro, la Persia, la Britania y la África del Norte1. La Passio Simonis et Judae menciona su labor en Persia, donde habría sido martirizado en la ciudad de Suanir (posiblemente en la región de Colchis)1.

Asociación con San Judas Tadeo

Según la tradición occidental, Simón y Judas Tadeo fueron enviados juntos a Persia después de predicar en Egipto y Mesopotamia, convirtiendo a innumerables pueblos antes de su martirio conjunto4,5. Esta asociación se refleja en la liturgia romana, donde ambos se conmemoran el 28 octubre1.

Martirio y muerte

Relatos de martirio

Los textos antiguos ofrecen varias versiones del fin de Simón. La más difundida indica que fue martirizado por decapitación o cortado en pedazos con una sierra, razón por la cual su atributo litúrgico es la sierra1. La Roman Martyrology señala que sufrió el martirio en Persia bajo el reinado de Claudio, junto a Judas Tadeo5. Otros testimonios, como los de Butler, relatan que murió crucificado en Jerusalén después de predicar en Samaria, aunque esta versión es menos aceptada en la tradición occidental4.

Edad y sepultura

Algunas fuentes patrísticas afirman que Simón vivió hasta los 120 años, desempeñando el episcopado de Jerusalén después de Santiago el Justo3. Sus restos se conservan en varios lugares: bajo el Altar de la Crucifixión en la Basílica de San Pedro, en Roma, y en otras iglesias de la cristiandad primitiva1.

Culto y veneración

Fiesta litúrgica

En la Iglesia Occidental se celebra su memoria el 28 de octubre, mientras que en la tradición oriental se conmemora el 10 de mayo1. La coincidencia de su fecha con la de Judas Tadeo ha favorecido la devoción conjunta de los dos apóstoles.

Patronazgo

San Simón es patrón de los curtidores (tanners), una asociación derivada de su atributo de la sierra, que simboliza el trabajo artesanal y la transformación del material bruto en algo útil, análogo a la conversión del pecador1.

Relicarios y arte

Los relicios atribuidos a Simón se encuentran dispersos desde Babilonia hasta Toulouse, con una importante presencia en la Basílica de San Pedro, donde se veneran bajo el altar de la Crucifixión1. En el arte cristiano se le representa frecuentemente con una sierra o, menos comúnmente, con una lanza, símbolos de su martirio.

Iconografía

Legado histórico y teológico

San Simón encarna la unidad de la Iglesia a través de la diversidad de sus orígenes y ministerios. Su apodo de Zelote subraya la transformación de un fervor nacionalista en un celo universal por Cristo. La tradición de su misión a los confines del mundo romano refuerza la visión apostólica de que el Evangelio está destinado a todas las naciones. Su martirio, con el uso de instrumentos de trabajo cotidiano, recuerda que la santidad puede surgir incluso de los oficios más humildes.

Bibliografía selecta

Citas

  1. San Simón el apóstol, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §San Simón el Apóstol. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  2. Simón y Judas, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 11 de octubre de 2006: Simón y Judas (2006).

  3. Sobre los doce apóstoles - Dónde predicó cada uno de ellos y dónde encontró su fin, Hipólito de Roma. Sobre los Apóstoles y Discípulos, § 11 (200). 2

  4. Ss. Anastasia y Cirilo, mártires (fecha desconocida), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volume IV, § 218. 2 3

  5. B28 de octubre, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 28 de octubre (1749). 2