San Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino, conocido como el Doctor Angélico y Doctor Común, fue un influyente filósofo y teólogo dominico del siglo XIII, cuya obra ha tenido un impacto duradero en la Iglesia Católica y la filosofía occidental. Su pensamiento se caracteriza por la armonización de la fe cristiana con la razón aristotélica, creando una síntesis que ha sido consistentemente propuesta por la Iglesia como un modelo para la teología y el estudio1,2. Fue canonizado en 1323 y declarado Doctor de la Iglesia Universal por San Pío V en 15673,4.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Vocación
Tomás de Aquino nació entre 1224 y 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en el Reino de Sicilia, en una familia noble y adinerada1,5. Su padre, Landulfo, era Conde de Aquino, y su madre, Teodora, Condesa de Teano3. Desde los cinco años, fue enviado a la Abadía de Montecassino para recibir su educación inicial, un lugar de gran importancia para el monacato occidental5.
Alrededor de 1239, se trasladó a la Universidad de Nápoles, donde estudió artes y ciencias. Fue en Nápoles donde sintió una fuerte atracción por la Orden de Predicadores (Dominicos), una orden recientemente fundada por Santo Domingo2,5. A pesar de la fuerte oposición de su familia, que deseaba que se convirtiera en un benedictino y posiblemente en abad de Montecassino, Tomás decidió ingresar a la orden dominica alrededor de los diecinueve años5. Su familia incluso intentó retenerlo en casa para disuadirlo de su vocación1.
Estudios y Desarrollo Intelectual
En 1245, Tomás fue enviado a París para estudiar teología bajo la guía de San Alberto Magno, con quien desarrolló una profunda amistad1,2. San Alberto, al reconocer el talento excepcional de Tomás, incluso lo llevó consigo a Colonia para fundar un studium teológico1. Durante este período, Tomás tuvo acceso a las obras completas de Aristóteles y sus comentaristas árabes, lo que fue fundamental para su desarrollo intelectual1.
Un logro crucial de Tomás fue su estudio exhaustivo de Aristóteles, obteniendo nuevas traducciones latinas de los textos griegos originales. Esto le permitió ir más allá de los comentaristas árabes y leer directamente las obras de Aristóteles. Comentó la mayor parte de la obra aristotélica, discerniendo lo válido de lo dudoso o rechazable, y demostrando la consonancia entre el pensamiento aristotélico y la Revelación cristiana1. De este modo, Tomás de Aquino demostró la armonía natural entre la fe cristiana y la razón, creando una síntesis que influiría en la cultura de los siglos venideros1.
Producción Literaria y Magisterio
Debido a sus excepcionales dotes intelectuales, Tomás fue llamado a París para ser profesor de teología en la cátedra dominica1. Su producción literaria fue asombrosa, abarcando comentarios sobre la Sagrada Escritura y las obras de Aristóteles, así como obras sistemáticas monumentales como la Summa Theologiae1,4.
La Summa Theologiae
La Summa Theologiae es considerada su obra más importante y la exposición más completa de la enseñanza teológica jamás ofrecida al mundo4. Tomás trabajó en ella durante cinco años, aunque nunca la terminó4. En el prólogo de la Summa, Tomás explica su propósito de presentar la verdad católica de una manera adecuada para los principiantes, abordando las deficiencias de los métodos de enseñanza de su tiempo que no seguían un «orden de aprendizaje» sino la «exposición de libros»6. Esta obra fue tan influyente que fue una de las tres obras de referencia colocadas sobre la mesa en el Concilio de Trento, junto con la Biblia y los Decretos Pontificios4.
Otras Obras Notables
Además de la Summa Theologiae, Tomás escribió la Summa contra Gentiles, una obra destinada a ayudar a los dominicos a predicar a musulmanes y judíos, concentrándose en cómo la doctrina cristiana podía presentarse a quienes no aceptaban la autoridad de la Biblia7,8. También escribió De rationibus fidei contra Saracenos, Graecos et Armenos, que aborda objeciones musulmanas específicas7. Otras obras incluyen De unitate intellectus contra Averroistas, donde refuta la doctrina de un intelecto único para todos los hombres9,10, y De aeternitate mundi, sobre la eternidad del mundo11.
En sus escritos, Tomás de Aquino subraya que la verdad de la razón no puede ser contraria a la verdad de la fe cristiana, ya que ambas provienen de Dios12. Argumenta que cualquier argumento contra las enseñanzas de la fe no procede lógicamente de los primeros principios de la naturaleza, sino que son razones probables o sofísticas12.
Carácter y Piedad
Tomás de Aquino fue conocido por su pureza de vida y la sublimidad de su pensamiento, lo que le valió el título de Doctor Angélico1,2. Cultivó la amistad, considerándola una de las manifestaciones más nobles del corazón humano y con algo divino, explicando que «la caridad es la amistad del hombre con Dios»1.
Se dice que era muy nervioso ante las tormentas, a menudo refugiándose en una iglesia cuando había relámpagos, de ahí la devoción popular a San Tomás como patrón contra las tormentas y la muerte súbita5. Su piedad personal se manifestaba en su devoción a los santos; se sabe que llevaba reliquias de Santa Inés y, en una ocasión, las usó para interceder por la curación de su compañero, Fray Reginaldo de Piperno13.
Muerte y Canonización
En 1274, Tomás de Aquino fue convocado por el Beato Papa Gregorio X para asistir al Segundo Concilio de Lyon13. Mientras viajaba hacia Lyon, enfermó y falleció en las primeras horas del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, a la edad de unos cincuenta años4,13.
San Alberto Magno, su antiguo maestro, al enterarse de su muerte, exclamó: «El hermano Tomás de Aquino, mi hijo en Cristo, la luz de la Iglesia, ha muerto. Dios me lo ha revelado»4. Tomás de Aquino fue canonizado por el Papa Juan XXII el 18 de julio de 13233,4,14. Sus restos fueron trasladados solemnemente a la iglesia dominica de Toulouse el 28 de enero de 1369, donde reposan en la catedral de Saint-Sernin3,4,13.
Legado y Reconocimiento Eclesiástico
El impacto de Santo Tomás de Aquino en la Iglesia ha sido inmenso. San Pío V lo proclamó Doctor de la Iglesia Universal en 15673,4. El Papa León XIII, en su encíclica Aeterni Patris de 1879, lo declaró «el príncipe y maestro de todos los doctores escolásticos» y lo propuso como un modelo de pensamiento y de la manera correcta de hacer teología1,3. En 1880, León XIII lo declaró patrono de todas las universidades, colegios y escuelas católicas4,15.
La Iglesia ha justificado consistentemente la propuesta de Santo Tomás como maestro del pensamiento y modelo de la teología1. Su enseñanza es considerada la más sólida y común, y la Orden Dominicana está especialmente obligada a seguirla14. Papas como Sixto V y Pío IX también han ordenado que sus obras sean citadas y utilizadas tanto en privado como públicamente en instituciones educativas y en todas las prácticas cristianas16,17.
La obra de Santo Tomás, especialmente la Summa Theologiae, sigue siendo una fuente fundamental para el estudio de la filosofía y la teología católica, ofreciendo una profunda comprensión de la relación entre la fe y la razón, y una exposición sistemática de la doctrina cristiana4.
Citas
Santo Tomás de Aquino, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 2 de junio de 2010: Santo Tomás de Aquino (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 2 de junio de 2010 (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Santo Tomás de Aquino, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Santo Tomás de Aquino. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 527. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
B7: Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia (d.C. 1274), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 524. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Centro San Pablo para la Teología Bíblica. Reseñas de Libros (Nova et Vetera, Vol. 5, Núm. 4), § 20. ↩
Prólogo, Tomás de Aquino. Razones para la Fe (De rationibus fidei), §Prólogo (1264). ↩ ↩2
Libro I: De Dios tal como es en sí mismo - Capítulo 2 - Del propósito del autor, Tomás de Aquino. Summa Contra Gentiles, §Libro I. Cap. 2 (1265). ↩
Tomás de Aquino. De unitate intellectus contra Averroistas (Sobre la unidad del intelecto contra los averroístas), §Capítulo 1 (1277). ↩
Tomás de Aquino. De unitate intellectus contra Averroistas (Sobre la unidad del intelecto contra los averroístas), §Capítulo 5 (1277). ↩
Tomás de Aquino. Sobre la Eternidad del Mundo (De aeternitate mundi) (1271). ↩
Libro I: De Dios tal como es en sí mismo - Capítulo 7 - Que la verdad de razón no es contraria a la verdad de la fe cristiana, Tomás de Aquino. Summa Contra Gentiles, §Libro I. Cap. 7 (1265). ↩ ↩2
Romanus Cessario, OP. Circa res. . . aliquid fit (Summa Theologiae II–II, q. 85, a. 3, ad 3): Aquino sobre el Sacrificio de la Nueva Ley, § 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. A la Pontificia Universidad del Angelicum (17 de noviembre de 1979) - Discurso, § 4 (1979). ↩
Papa Sixto V. Triumphantis Hierusalem (1590). ↩
Papa Pío IX. Dives In Misericordia Deus (1877). ↩