Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

San Ubaldo

San Ubaldo
Dominio Público.

San Ubaldo Baldassini fue un obispo del siglo XII en Gubbio, Italia, conocido por su profunda humildad, caridad y celo reformador. Su vida estuvo marcada por una dedicación inquebrantable a Dios y al servicio de su pueblo, transformando la diócesis de Gubbio a través de su ejemplo de virtud y su liderazgo pastoral. Es venerado por numerosos milagros obrados tanto en vida como después de su muerte, y su culto sigue siendo muy popular, especialmente en su natal Umbría, donde es invocado como protector contra las influencias malignas.

Tabla de contenido

Vida Temprana y Formación Religiosa

Ubaldo Baldassini nació en Gubbio, Umbría, Italia, a principios del siglo XII, en el seno de una familia noble1,2. Siendo aún muy joven, quedó huérfano de padre y fue puesto bajo la tutela del prior de la iglesia catedral de su ciudad natal, donde recibió su educación1. Más tarde, se unió a la comunidad de canónigos regulares de la catedral1.

Con un deseo ardiente de servir a Dios con mayor regularidad y fervor, Ubaldo se trasladó al Monasterio de San Secondo en la misma ciudad, donde permaneció por varios años1. Su búsqueda de una vida más estricta lo llevó a visitar una ferviente comunidad de canónigos regulares en Viena, establecida por el Beato Pedro de Honestis, cuyas reglas habían sido aprobadas por el Papa Pascual II1. Ubaldo pasó tres meses con estos canónigos para aprender y comprender sus prácticas, con la intención de implementarlas entre sus propios canónigos en Gubbio, lo cual logró a su regreso1.

Durante este período, Ubaldo se distinguió por su gran regularidad, su pobreza —habiendo donado todo su vasto patrimonio a los pobres y a la restauración de monasterios—, su humildad, mortificación, mansedumbre y fervor1. Su reputación de santidad se extendió, y aunque se le ofrecieron varios obispados, los rechazó todos1.

Ministerio Episcopal en Gubbio

La sede episcopal de Gubbio quedó vacante, y la población envió a Ubaldo, junto con otros clérigos, a solicitar un nuevo obispo al Papa Honorio II1. Sin embargo, el Papa, reconociendo la santidad y las virtudes de Ubaldo, lo consagró obispo de Gubbio y lo envió de regreso a su ciudad1,2.

Como obispo, San Ubaldo se convirtió en un ejemplo perfecto de todas las virtudes cristianas para su pueblo y un poderoso protector en todas sus necesidades espirituales y temporales1. Su episcopado se caracterizó por una dulzura y paciencia notables, que lo hacían parecer insensible a las injurias y afrentas2. Un incidente ilustra esta virtud: cuando unos obreros que reparaban la muralla de la ciudad invadieron su viñedo, él les llamó la atención amablemente. El capataz, sin reconocerlo, lo empujó bruscamente, haciéndolo caer en un charco de mortero. Ubaldo se levantó, cubierto de cal y suciedad, y regresó a su casa sin una palabra de queja. Los testigos, indignados, pidieron castigo para el capataz, pero Ubaldo intervino en la corte, reclamando jurisdicción sobre el asunto por ser un eclesiástico. Luego, pidió al culpable que le diera el beso de la paz como signo de reconciliación y oró para que Dios perdonara sus transgresiones, ordenando su liberación3.

San Ubaldo también fue un defensor de su pueblo en momentos de peligro público. Cuando el emperador Federico Barbarroja, después de saquear Espoleto, amenazó con someter a Gubbio a un destino similar, Ubaldo salió a su encuentro y logró disuadir al tirano de su propósito3.

Milagros y Muerte

Durante los últimos dos años de su vida, el santo obispo sufrió una complicación de enfermedades dolorosas, las cuales soportó con heroica paciencia3. A pesar de su grave estado de salud, el día de Pascua de 1160, se levantó para celebrar la Misa, predicó y dio su bendición a su pueblo para no defraudarlos3. Fue llevado de nuevo a su lecho, del cual ya no se levantaría3.

San Ubaldo falleció en Pentecostés, el 16 de mayo de 11601,3. Mientras agonizaba, toda la población de Gubbio desfiló ante su lecho para despedirse de quien cada uno consideraba su padre en Dios3. Numerosos milagros fueron obrados por él tanto en vida como después de su muerte1,3. Su biografía, considerada excelente y fiable, fue escrita por el Beato Teobaldo, su sucesor inmediato en la sede episcopal1,2,3.

Canonización y Veneration

A solicitud del Obispo Bentivoglio, el Papa Celestino III canonizó a San Ubaldo en 11921. En el momento de su canonización, su cuerpo, que había sido enterrado inicialmente en la iglesia catedral, fue encontrado flexible e incorrupto1. Sus restos fueron trasladados a un pequeño oratorio en la cima de la colina que domina la ciudad1. En 1508, a petición del Duque de Urbino, los canónigos regulares construyeron una hermosa iglesia en ese lugar, que hasta el día de hoy es frecuentada por numerosos peregrinos que acuden a visitar las reliquias de su protector celestial1.

La devoción a San Ubaldo es muy popular en toda Umbría, especialmente en Gubbio, donde en cada familia al menos un miembro lleva su nombre1. La fiesta de su santo patrón se celebra con gran solemnidad por los habitantes de la región, con procesiones religiosas y civiles que evocan las famosas festividades medievales de Italia1.

El poder de San Ubaldo se manifiesta principalmente sobre los espíritus malignos, y los fieles son instruidos a recurrir a él «contra omnes diabolicas nequitias» (contra todas las maldades diabólicas), como se lee en el Oficio de su fiesta1.

Legado y Patronazgo

San Ubaldo es uno de los santos más venerados de Umbría, una región italiana conocida por su profunda fe y la presencia de figuras como San Benito y San Francisco de Asís, quienes exhortaron a la reflexión sobre las verdades eternas y el amor de Cristo Crucificado4,5. La vida de San Ubaldo, marcada por la convicción cristiana y la consagración total a Cristo, sigue siendo un modelo inspirador4.

Su memoria se celebra el 16 de mayo3. Es el patrono de la ciudad de Gubbio y es invocado como protector contra las tentaciones diabólicas y las enfermedades. La veneración de su figura destaca la importancia de la caridad, la humildad y la fortaleza en el ministerio episcopal y en la vida cristiana en general.

Citas

  1. San Ubaldo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Ubaldo. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21

  2. B16: San Ubaldo, obispo de Gubbio (d.C. 1160), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 329. 2 3 4

  3. San Peregrino, obispo de Auxerre, mártir (c. d.C. 261), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 330. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  4. Papa Juan Pablo II. A los peregrinos de Umbría (17 de mayo de 1980) - Discurso, § 3 (1980). 2

  5. Papa Juan Pablo II. A los peregrinos de Umbría (17 de mayo de 1980) - Discurso, § 1 (1980).