San Valentín

San Valentín es una figura venerada en la tradición católica, cuya conmemoración el 14 de febrero se asocia popularmente con el amor y el afecto. Sin embargo, la historia de San Valentín es compleja, ya que los martirologios antiguos mencionan al menos a tres mártires diferentes con este nombre, todos ellos asociados a la misma fecha. A pesar de las dificultades históricas para discernir los detalles precisos de sus vidas, la Iglesia ha mantenido su culto, reconociendo su testimonio de fe y martirio. Este artículo explorará la identidad de los diferentes San Valentines, el origen de las costumbres asociadas a su día y su significado en el contexto católico.
Tabla de contenido
Identidad de San Valentín
La conmemoración de San Valentín el 14 de febrero presenta desafíos para los historiadores de la hagiografía temprana, debido a la mezcla de verdad y ficción en los relatos tradicionales1. El Martirologio Romano del 14 de febrero menciona no uno, sino varios santos con este nombre, todos mártires decapitados1,2.
San Valentín de Roma
Uno de los mártires más conocidos es San Valentín, sacerdote en Roma, quien, según Alban Butler, asistió a los mártires durante la persecución bajo el emperador Claudio II1. Fue arrestado y, al negarse a renunciar a su fe, fue golpeado con garrotes y decapitado el 14 de febrero, alrededor del año 2701. Se dice que el Papa Julio I construyó una iglesia en su memoria cerca del Ponte Milvio, que durante mucho tiempo dio nombre a la puerta ahora conocida como Porta del Popolo, anteriormente Porta Valentini1. Sus reliquias se encuentran en gran parte en la iglesia de Santa Práxedes1. Su nombre es celebrado como el de un ilustre mártir en varios sacramentarios y martirologios antiguos1.
San Valentín de Interamna (Terni)
Otro San Valentín mencionado en los martirologios es el obispo de Interamna (la actual Terni), también mártir1,3. Este Valentín fue azotado, encarcelado y, al permanecer firme en su fe, fue decapitado por orden de Plácido, prefecto de la ciudad2. También sufrió el martirio en la Vía Flaminia, aunque a una distancia diferente de Roma que el sacerdote3. La conexión con Interamna de un San Valentín, mártir y obispo de esa ciudad, está atestiguada por el martirologio conocido como el Hieronymianum4. Es posible que Valentín, obispo de Interamna, fuera llevado a Roma después de su arresto y allí fuera ejecutado durante la persecución del emperador Claudio el Gótico, alrededor del año 2694. Aunque los relatos sobre ambos Valentines contienen elementos legendarios, la evidencia de un culto local temprano es sólida en ambos casos, lo que sugiere su existencia real1,4.
Otros San Valentines
Además de estos dos, la Enciclopedia Católica menciona un tercer San Valentín que sufrió en África con varios compañeros, del cual no se conocen más detalles3. También existe un San Valentín, obispo (c. 440 d.C.) del cual se sabe muy poco, aunque una biografía medieval de él se encuentra en los Acta Sanctorum, pero es considerada históricamente sin valor5. Este Valentín fue primero abad y luego obispo misionero en Recia. Sus restos fueron trasladados a Trento y luego a Passau5.
El Día de San Valentín y sus Costumbres
La popular costumbre de asociar el 14 de febrero con el amor y el envío de «valentines» tiene sus raíces en una creencia medieval extendida en Inglaterra y Francia3.
Origen de la Costumbre
La creencia popular, registrada en la literatura tan temprano como en la época de Chaucer, sostenía que el 14 de febrero, a mitad del segundo mes del año, las aves comenzaban a emparejarse4,3. Por esta razón, el día fue considerado especialmente consagrado a los amantes y una ocasión propicia para escribir cartas de amor y enviar «tokens» de afecto3. El envío de una misiva de algún tipo fue un desarrollo natural de esta elección4.
Referencias Históricas
Las literaturas francesa e inglesa de los siglos XIV y XV contienen alusiones a esta práctica3. Una de las referencias más tempranas a la costumbre de elegir un «Valentine» se encuentra en las Cartas Paston (nº 783)4. En febrero de 1477, Elizabeth Drews, deseando concertar un matrimonio para su hija con su pariente John Paston, le escribió: «Y, primo, el viernes es el Día de San Valentín y cada pájaro escoge a su pareja, y si os place venir el jueves por la noche, y disponeros a quedaros hasta el lunes, confío en Dios que hablaréis con mi marido, y rogaré para que podamos llevar el asunto a una conclusión»4,3. Poco después, la propia hija, Margery, le escribió una carta a John Paston dirigiéndose a él como su «Valentine»4,3.
Distinción entre Culto y Costumbre Popular
Es importante distinguir la veneración del mártir cristiano de las costumbres populares. Alban Butler menciona que, para abolir la «costumbre pagana lasciva y supersticiosa de que los muchachos sacaran los nombres de las muchachas, en honor de su diosa Februata Juno, el día 15 de este mes», varios pastores celosos sustituyeron los nombres de los santos en los billetes entregados en este día1. Sin embargo, la conexión de la práctica de enviar «valentines» con las observancias paganas en honor a Februata Juno es «excesivamente dudosa»1. La práctica de sustituir nombres de santos fue un recurso piadoso introducido en una fecha relativamente tardía1.
Significado Católico del Martirio
El culto a los mártires ha sido una parte integral de la tradición católica desde los primeros siglos6. Los fieles de una localidad, impresionados por la virtud, los sufrimientos o los milagros de alguien que vivió entre ellos, se convencían de que era querido por Dios y deseaban invocar su intercesión y rendirle honor6.
La Veneración de los Mártires
En los primeros siglos, los mártires eran los únicos que evocaban este entusiasmo popular6. Los cristianos atesoraban, como algo sobrenatural, la sangre, las cenizas y los huesos de sus mártires7. Por ejemplo, cuando San Cipriano fue decapitado, sus hermanos recogieron su sangre con paños7. Los Hechos de San Ignacio relatan que las «porciones más duras de las santas reliquias» fueron llevadas a Antioquía y depositadas en lino, legadas a la Iglesia como un «tesoro inestimable»7.
El Dies Natalis
Las comunidades cristianas se reunían en los lugares de enterramiento de los mártires para celebrar con alegría y gratitud el «cumpleaños de su martirio» (dies natalis), es decir, el día de su nacimiento a la vida eterna7. Esta era la primera etapa en lo que podría describirse como la evolución del proceso de canonización, que en sus inicios se asemejaba más a la beatificación moderna, otorgando una veneración local y restringida6.
San Valentín como Testigo de la Fe
Aunque los detalles de la vida de San Valentín son escasos y a menudo mezclados con la leyenda, su existencia como mártir es firmemente establecida en la tradición de la Iglesia1,4. Su martirio, ya sea como sacerdote en Roma o como obispo en Interamna, representa un testimonio de fe inquebrantable frente a la persecución. En un mundo que a menudo busca el amor en formas superficiales, la figura de San Valentín nos recuerda el amor más elevado: el amor a Cristo, por el cual estuvo dispuesto a dar su vida. Este amor es la caritas cristiana, que es paciente y bondadosa, no envidiosa ni jactanciosa, y que «todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta»5.
Conclusión
El Día de San Valentín, aunque popularmente asociado con el amor romántico, tiene profundas raíces en la tradición católica a través del martirio de al menos dos santos llamados Valentín. Su historia nos invita a reflexionar sobre el verdadero significado del amor, no como una emoción pasajera, sino como un compromiso radical con la fe y la verdad, incluso hasta el sacrificio de la propia vida. La Iglesia, al venerar a estos mártires, nos presenta ejemplos de amor divino que trascienden las costumbres culturales y nos guían hacia una comprensión más profunda de la caritas de Cristo.
Citas
B14: San Valentín, mártir (c. d. C. 269), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 347. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
B14 de febrero, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 14 de febrero (1749). ↩ ↩2
San Valentín, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Valentín. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 348. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
San Valentín, obispo (d. C. 440?), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 62. ↩ ↩2 ↩3
Apéndice II, Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 671. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
John Henry Newman. Un ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, § 414. ↩ ↩2 ↩3 ↩4