San Valero

San Valero, también conocido como San Valerio de Zaragoza, fue un obispo y mártir del siglo III‑IV, venerado en la Iglesia Católica como uno de los primeros defensores de la fe cristiana en la Hispania romana. Su vida, su testimonio de fe bajo la persecución del emperador Daciano y la posterior veneración de sus reliquias han dejado una huella profunda en la tradición litúrgica y patrimonial de la Iglesia española.
Tabla de contenido
Vida y ministerio
Orígenes y ordenación
San Valero nació en la provincia romana de Caesaraugusta (actual Zaragoza) a finales del siglo II o principios del III. Según la Enciclopedia Católica de Saragossa, fue ordenado obispo de Saragossa alrededor del año 290 y ejerció su ministerio durante el reinado del emperador Daciano, quien persiguió a los cristianos con dureza1.
Persecución y martirio
Durante la persecución de Daciano, el obispo Valero y su diácono, San Vinicio, fueron arrestados y llevados a Valencia. Allí, Valero fue exiliado a Enet, cerca de Barbastro, donde sufrió torturas y, finalmente, la muerte como mártir de la fe1. La tradición relata que sus restos fueron trasladados a Roda y, posteriormente, parte de sus reliquias —cabeza y brazo— llegaron a Saragossa cuando la ciudad fue reconquistada por los cristianos1.
Contexto histórico
La persecución de Daciano
El emperador Daciano (reinado 249‑257) instauró una serie de edictos que prohibían la reunión de cristianos y obligaban a los clérigos a renunciar a su fe bajo pena de muerte. En Hispania, la persecución alcanzó su punto álgido bajo la autoridad local del gobernador Daciano, quien ordenó la martirización de Valero y Vinicio como ejemplo de la intolerancia imperial1.
La Iglesia de Zaragoza en el siglo IV
A pesar de la represión, la comunidad cristiana de Zaragoza mantuvo su fe. Los obispos anteriores, como San Braulio y Tajón, habían asistido a los concilios de Toledo, consolidando la ortodoxia católica en la región. El testimonio de Valero se inscribe dentro de esta tradición de resistencia y defensa de la fe frente a las herejías y persecuciones1.
Veneración y culto
Relicarios y traslación de restos
Tras su muerte, los fieles trasladaron los restos de San Valero a varios lugares. La cabeza y el brazo fueron llevados a Saragossa, mientras que otras partes se conservaron en Roda y en la catedral de Valencia, donde su culto se mantuvo vivo durante la Edad Media1.
Fiesta litúrgica
La Calendario Romano celebra la memoria de San Valero el 22 de enero, coincidiendo con la fiesta de su diácono San Vinicio. En la liturgia española, su nombre aparece en los Leccionarios y en la Liturgia de las Horas, especialmente en los himnos dedicados a los mártires de la persecución de Daciano.
Patrones y devociones populares
San Valero es considerado patrón de Zaragoza y de los obispos que sufren persecución por la fe. En la tradición popular, se le invoca para obtener fortaleza espiritual y protección contra la opresión.
Legado teológico y cultural
Influencia en la hagiografía española
La vida de San Valero inspiró numerosos actas y pasiones medievales, que resaltan su valentía y su fidelidad al Evangelio. Escritores como Prudentio y San Eulogio citaron su ejemplo al describir la lucha contra la herejía y la persecución.
Monumentos y arte sacro
En la catedral de Zaragoza, se conservan obras de arte que representan a San Valero, incluyendo un retablo gótico y una escultura barroca que reflejan la devoción local. Asimismo, en la catedral de Valencia se hallan reliquias que atestiguan su presencia histórica en la ciudad.
Bibliografía y fuentes
Catholic Encyclopedia, Saragossa, que describe la vida, el martirio y la traducción de reliquias de San Valero1.
St. Vincent (Catholic Encyclopedia), que menciona a Valero como obispo de Saragossa y su papel en la persecución de Daciano2.