San Vladimir

San Vladimir el Grande, también conocido como Vladimiro o Volodomir, fue el Gran Duque de Kiev y de toda Rusia, y es célebre por ser el primer gobernante ruso en abrazar el cristianismo. Su conversión, que tuvo lugar alrededor del año 988 o 989, marcó un punto de inflexión decisivo en la historia de la Rus de Kiev, llevando a la cristianización masiva de su pueblo. Venerado como «igual a los apóstoles,» su vida es un testimonio de una profunda transformación personal, pasando de ser un príncipe pagano con una vida descrita como «nada digna de elogio» a un celoso promotor de la fe cristiana, estableciendo iglesias, monasterios y tribunales eclesiásticos. Su legado es fundamental para la identidad cristiana de Ucrania y Rusia, y su fiesta se celebra el 15 de julio.
Tabla de contenido
Primeros Años y Reinado Pagano
Vladimir nació en el año 956 y fue nieto de Santa Olga, quien ya había abrazado el cristianismo, aunque no logró convertir a su hijo y sucesor, Sviatoslav1,2. Sviatoslav, un pagano devoto de los dioses nórdicos, crio a Vladimir en la misma fe3,1. Vladimir era hijo de Sviatoslav y su favorita de la corte, Olga Malusha1.
Antes de su conversión, la vida de Vladimir estuvo marcada por la violencia y las costumbres paganas. En el año 972, tras la muerte de su padre, Sviatoslav había dividido su reino, otorgando el Gran Ducado de Kiev a Yaropolk y la tierra de los Drevlani a Oleg. Cuando la antigua capital rusa de Nóvgorod amenazó con rebelarse y ninguno de sus hermanos quiso ir, Sviatoslav concedió la soberanía al joven Vladimir1.
Sin embargo, estalló la guerra entre Yaropolk y Oleg, resultando en la conquista de Oleg por parte de Yaropolk. Temiendo un destino similar, Vladimir huyó a Escandinavia en busca de ayuda de los varegos. Mientras tanto, Yaropolk unió toda Rusia bajo su cetro. Años más tarde, Vladimir regresó con una gran fuerza, recuperó Nóvgorod y, en una campaña hacia el sur, tomó la ciudad de Polotzk, mató a su príncipe, Ragvald, y se casó con su hija Ragnilda, quien estaba prometida a Yaropolk. Posteriormente, asedió Kiev, y Yaropolk fue asesinado al rendirse a Vladimir, quien se proclamó gobernante de Kiev y de toda Rusia en el año 9801.
Como príncipe pagano, Vladimir tuvo múltiples esposas, incluyendo a Ragnilda, y numerosas concubinas, con quienes tuvo diez hijos y dos hijas. Se le describe como «brutal y sanguinario» y con un «deseo excesivo por las mujeres»1,4. Durante este período, erigió estatuas y santuarios a los dioses eslavos paganos en Kiev, como Perun, Dazhdbog, Simorgl, Mokosh y Stribog, entre otros1. También llevó a cabo diversas campañas militares, subyugando ciudades y pueblos vecinos1.
La Búsqueda de una Nueva Fe
A pesar de la fuerte tradición pagana, el cristianismo ya había estado progresando en secreto en la Rus de Kiev desde los tiempos de Santa Olga, influyendo en las ideas paganas1. Esta situación preparó el terreno para un cambio religioso significativo, similar a la conversión del emperador Constantino el Grande1.
En el año 987, Vladimir planeó una campaña contra el Imperio Greco-Romano, lo que despertó su interés por el cristianismo1. Según la Crónica de Néstor, Vladimir envió emisarios a países vecinos para investigar sus religiones1,5. Los emisarios informaron negativamente sobre los búlgaros (musulmanes), los judíos de Jazaria y los alemanes con sus «sencillas iglesias misioneras latinas»1,5. Sin embargo, quedaron impresionados por el solemne ritual griego de la Gran Iglesia (Santa Sofía) de Constantinopla, y recordaron a Vladimir que su abuela Olga había abrazado esa fe1,5.
Conversión y Bautismo
En el año 988, Vladimir sitió y tomó Jersón en Crimea, una ciudad dentro del Imperio Romano de Oriente, cortando su suministro de agua1,5. Tras esta victoria, envió embajadores al emperador Basilio II en Constantinopla, solicitando la mano de su hermana Ana en matrimonio y amenazando con marchar sobre Constantinopla si se negaban1,5. El emperador respondió que un cristiano no podía casarse con un pagano, pero que si Vladimir se convertía al cristianismo, la alianza sería aprobada. Vladimir, quien ya se sentía inclinado hacia las doctrinas cristianas, aceptó ser bautizado1,5.
Basilio II envió a su hermana Ana con una comitiva de funcionarios y clérigos a Jersón, donde Vladimir fue bautizado por el Metropolitano Miguel. Durante su bautismo, Vladimir tomó el nombre de Basilio1,5. Una leyenda cuenta que Vladimir había quedado ciego antes de la llegada de Ana y su séquito, y recuperó la vista al ser bautizado1. Después de su bautismo, se casó con la princesa Ana y repudió a sus esposas paganas1,4. Entregó Jersón a los griegos y regresó a Kiev con su nueva esposa1.
Algunos historiadores, como Karamsin, sugieren que Vladimir pudo haber sido bautizado en Kiev mucho antes, ya que existían comunidades cristianas y sacerdotes en la ciudad1,6. Sin embargo, se cree que Vladimir prefirió un bautismo de alto perfil con los enviados del emperador de Constantinopla para impresionar a su pueblo1.
Es importante destacar que la cristianización de la Rus de Kiev, bajo el liderazgo de Vladimir, ocurrió en un tiempo de plena unidad eclesial, antes del Gran Cisma de 10546,7. Aunque Vladimir adoptó los ritos litúrgicos y las ceremonias sagradas de la Iglesia de Oriente, la Iglesia de Kiev estaba en plena comunión con la Sede Apostólica de Pedro y con toda la Iglesia6,8,7. De hecho, hubo contactos directos entre Roma y Kiev; el Papa Gregorio V envió una misión a Vladimir en el año 988 con reliquias de santos como regalo para el nuevo gobernante cristiano6.
La Cristianización de la Rus de Kiev
Al regresar a Kiev, Vladimir se dedicó a la conversión de sus súbditos1. Ordenó que las estatuas de los dioses paganos fueran derribadas, despedazadas y algunas quemadas; el dios principal, Perun, fue arrastrado por el barro y arrojado al río Dniéper1,5. Luego, instó a todos sus súbditos a convertirse en cristianos1. El pueblo de Kiev se bautizó voluntariamente, incluso adentrándose en el río para ser alcanzados más rápidamente por el sacerdote1. Esta disposición sugiere que las doctrinas cristianas ya se habían difundido en secreto en Kiev, y la gente solo esperaba una oportunidad para reconocerlas públicamente1.
Vladimir estableció iglesias y monasterios en Kiev, Pereyáslav, Chernígov, Biélegorod, Vladimir en Volinia y otras ciudades1. En 989, erigió la gran Iglesia de Santa María la Siempre Virgen, conocida como la Catedral de los Diezmos (Desiatinny Sobor), y en 996, la Iglesia de la Transfiguración, ambas en Kiev1,9. También introdujo el diezmo como forma de sustento para el clero, una característica canónica que tomó del Occidente, ya que era desconocida en Bizancio en ese momento3,10.
El Nuevo Gobernante Cristiano
Después de su conversión, Vladimir abandonó su carrera militar y se dedicó al gobierno de su pueblo con mansedumbre y celo por la propagación de la fe cristiana1,4. Estableció escuelas e introdujo tribunales eclesiásticos1.
Su transformación personal fue notable. De un gobernante brutal y licencioso, se convirtió en un hombre de penitencia y caridad. Se dice que cuando caía en pecado por un momento de pasión, inmediatamente buscaba compensarlo con penitencia y limosnas4. Incluso tuvo escrúpulos sobre si, como cristiano, tenía derecho a castigar a ladrones o asesinos con la pena de muerte, lo que sorprendió a los eclesiásticos griegos, quienes apelaron a ejemplos del Antiguo Testamento y la historia romana para mostrar que el castigo de los malvados era deber de un príncipe cristiano10.
La conversión de Vladimir y la subsiguiente cristianización de la Rus de Kiev lo llevaron a ser venerado como el Apóstol de Rusia y «igual a los apóstoles» (Ravnoapostol)1,4,2. Aunque su conversión tuvo motivaciones políticas y económicas, su adhesión a la fe cristiana fue considerada sincera y completa4.
Legado y Muerte
La esposa de Vladimir, Ana, murió en 1011, habiéndole dado dos hijos, Boris y Gleb (también conocidos como Santos Román y David)1. Después de esto, su vida se vio turbada por la conducta de sus hijos mayores. Siguiendo la costumbre de sus antepasados, había dividido su reino entre sus hijos, dando Nóvgorod a su hijo mayor, Yaroslav1. Este último se rebeló contra él, negándose a prestar servicio o tributo. En 1014, Vladimir se preparó para marchar hacia el norte para someter a su hijo desobediente, pero cayó enfermo y murió en el camino el 15 de julio de 1015, en Berestova1,10. Se dice que antes de morir, distribuyó todas sus pertenencias personales entre sus amigos y los pobres10.
Su hijo Yaroslav el Sabio continuaría la obra de cristianización y consolidación del estado iniciada por Vladimir3.
San Vladimir es venerado el 15 de julio en los calendarios ortodoxo ruso y greco-católico rutenio1. Su figura es fundamental para la identidad cristiana de los pueblos eslavos orientales, y su legado es un testimonio de la difusión del cristianismo en Europa del Este. La devoción a la Madre de Dios también tiene profundas raíces en la tradición de Kiev, con iconos famosos como el de Vyshhorod (conocido hoy como el Icono de Vladimir)11.
Relaciones con Roma
A pesar de que la conversión de Vladimir situó a su pueblo bajo el Patriarcado de Bizancio, no fue particularista en sus relaciones eclesiásticas10. Intercambió embajadores con la corte apostólica de Roma y apoyó al obispo alemán San Bonifacio (Bruno) de Querfurt en su misión a los pechenegos10. La Iglesia de Kiev, en el momento de su bautismo, estaba en plena comunión con Roma, y se tiene constancia de misiones papales a Kiev6,8,7.
El Papa Pío XII, en su encíclica Orientales Omnes Ecclesias, señaló que San Vladimir, aunque adoptó ritos litúrgicos de la Iglesia Oriental, «perseveró en la unidad de la Iglesia Católica» y se esforzó por establecer relaciones amistosas con la Sede Apostólica8. Esto subraya la idea de que la separación de la Iglesia Ortodoxa Oriental no se consumó completamente hasta mucho después del exilio del Patriarca Cerulario de Constantinopla en 1054, y en diferentes lugares en distintos momentos12.
Conclusión
San Vladimir el Grande es una figura monumental en la historia del cristianismo y de los pueblos eslavos orientales. Su conversión, aunque compleja en sus motivaciones iniciales, lo llevó a una profunda transformación personal y a la dedicación de su vida a la propagación de la fe. Dejó un legado duradero de iglesias, instituciones y una fe arraigada que continúa hasta el día de hoy, siendo un ejemplo de cómo la gracia divina puede obrar incluso en los corazajes más duros para llevar la luz de Cristo a naciones enteras.
Citas
San Vladímir el Grande, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Vladímir el Grande. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32 ↩33 ↩34 ↩35 ↩36 ↩37
Papa Juan Pablo II. Con motivo del primer milenio del Bautismo de la Rus’ de Kiev en la Capilla de San Erasmo en la Basílica de San Pedro (1 de octubre de 1989) - Discurso (1989). ↩ ↩2
Vladímir, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, § Vladímir (2015). ↩ ↩2 ↩3
San Vladímir de Kiev (1015 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 114. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
La religión de Rusia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §La religión de Rusia. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Papa Juan Pablo II. A la Comunidad Ucraniana en Argentina (10 de abril de 1987) - Discurso (1987). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. 10 de julio de 1988: Liturgia en rito bizantino-ucraniano para el Milenio del Bautismo de San Vladímir, Gran Duque de Kiev - Homilía (1988). ↩ ↩2 ↩3
Papa Pío XII. Orientales Omnes Ecclesias, § 5 (1945). ↩ ↩2 ↩3
Clemente I, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Clemente I (2015). ↩
San David de Munktorp, obispo (c. 1080 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 115. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Primera parte - La fe de la Iglesia - III. Creemos en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, y en nuestro Salvador Jesucristo, y en el Espíritu Santo, el Señor, dador de vida - C. La Iglesia: un icono de la Santísima Trinidad - 4. La Iglesia: una nueva creación - B. Veneración de la Santísima Madre de Dios en la tradición kievita, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 314 (2016). ↩
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 644. ↩