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Cruz

San Zósimo

San Zósimo
Esta ilustración proviene de Las Vidas y Tiempos de los Papas de Chevalier Artaud de Montor, Nueva York: The Catholic Publication Society of America, 1911. Fue publicada originalmente en 1842. Dominio Público.

San Zósimo es un nombre que ha sido llevado por varios santos venerados en la tradición católica, destacando por sus vidas de piedad, servicio y, en algunos casos, martirio. Entre ellos se encuentran el Papa San Zósimo, un monje de Sicilia que llegó a ser obispo de Siracusa, un ermitaño del desierto, y un mártir cisterciense del siglo XVIII. Cada uno de estos individuos contribuyó a la Iglesia de maneras distintas, dejando un legado de fe que ha perdurado a través de los siglos.

Tabla de contenido

Papa San Zósimo (siglo V)

El Papa San Zósimo fue el 40.º obispo de Roma, cuyo pontificado transcurrió entre los años 417 y 4181. De origen griego, se sabe poco de su vida antes de su elección al papado el 18 de marzo de 4171.

Pontificado y Desafíos

Durante su breve pontificado, el Papa Zósimo enfrentó varios desafíos significativos. Uno de los más notables fue el pelagianismo, una herejía que negaba la necesidad de la gracia divina para la salvación y sostenía la capacidad humana de alcanzar la perfección moral por sí misma1.

Inicialmente, Zósimo fue abordado por Celestio, un seguidor de Pelagio, quien buscaba justificar su doctrina ante el nuevo Papa1. Celestio presentó una confesión de fe que, aunque hábilmente redactada, ocultaba las implicaciones heréticas de sus creencias. El Papa, influenciado por la astucia de Celestio, consideró que la condena de los obispos africanos había sido precipitada y escribió a ellos en este sentido, pidiéndoles que presentaran sus argumentos en Roma1. Poco después, Pelagio también envió una confesión de fe similarmente ambigua1.

Los obispos africanos, liderados por el Arzobispo Aurelio de Cartago, no tardaron en responder, celebrando un sínodo que envió una carta a Zósimo, demostrando que había sido engañado por los herejes1. Finalmente, tras una nueva carta sinodal del concilio africano del 1 de mayo de 418 y las acciones del emperador Honorio contra los pelagianos, Zósimo reconoció el verdadero carácter de la herejía. Emitió su Tractoria, en la que condenaba el pelagianismo y a sus autores, reafirmando así el dogma tradicional de la Iglesia y protegiendo la verdad contra el error1.

Otro conflicto importante durante su papado surgió con los obispos africanos en relación con el derecho de apelación a la Sede Romana por parte de clérigos condenados por sus obispos1. El caso del sacerdote Apiario de Sicca, quien apeló directamente al Papa tras ser excomulgado, generó un serio desacuerdo, ya que Zósimo basó su acción en un canon que erróneamente atribuyó al Concilio de Nicea, siendo en realidad del Concilio de Sárdica1. Este desacuerdo persistió incluso después de su muerte1.

Legado y Muerte

El Papa Zósimo también emitió decretos sobre el uso del manípulo por los diáconos, la dedicación de los cirios pascuales en las parroquias rurales y la prohibición a los clérigos de visitar tabernas1. Falleció el 27 de diciembre de 418 y fue sepultado en la iglesia sepulcral de San Lorenzo en Agro Verano1. Su memoria es recordada en la Iglesia por su firmeza final en la defensa de la ortodoxia frente al pelagianismo, a pesar de las dificultades iniciales. El Beato Zósimo es citado por el Papa Pío VI en su carta apostólica Auctorem fidei, donde se menciona su sabio consejo de que «las grandes cosas requieren un gran examen»2.

San Zósimo de Siracusa (siglo VII)

Otro San Zósimo fue un monje que se convirtió en obispo de Siracusa, Sicilia, y cuya vida se ubica alrededor del año 6603. Su biografía relata que de niño, la vida monástica no le resultaba del todo agradable, acostumbrado a una vida al aire libre en una granja3. En una ocasión, se escapó del monasterio de Santa Lucía después de que el abad Fausto le asignara una tarea desagradable3. Fue reprendido y, esa noche, tuvo un sueño en el que Santa Lucía se le apareció con un semblante amenazante, mientras la Virgen María intercedía por él, prometiendo en su nombre que no volvería a huir3.

Con el tiempo, Zósimo se reconcilió con la vida del claustro, dedicándose a la oración, la alabanza y la contemplación durante treinta años, viviendo casi olvidado3. Cuando el abad de Santa Lucía falleció, los monjes acudieron al obispo de Siracusa para que eligiera un sucesor. El prelado, tras examinar a todos, preguntó si no había otro monje en el convento. Fue entonces cuando recordaron a Zósimo, a quien habían dejado para cuidar el santuario3. Al verlo, el obispo exclamó: «He aquí a quien el Señor ha elegido»3.

Así, Zósimo fue nombrado abad y ordenado sacerdote pocos días después3. Se dice que gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y sucesores3. Cuando la sede de Siracusa quedó vacante en 649, el pueblo eligió a Zósimo, quien no deseaba la dignidad episcopal. Sin embargo, el Papa Teodoro decidió a favor de Zósimo y lo consagró3. Como obispo, se destacó por su celo en la enseñanza y su generosidad con los pobres3. Falleció alrededor del año 660, a la edad de casi noventa años3.

San Zósimo el Ermitaño (siglo VIII)

Existe también un San Zósimo que fue un ermitaño del desierto, cuya vida se narra en un texto antiguo titulado «Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo)»4,5,6,7,8,9. Este Zósimo vivió en el desierto durante cuarenta años, sin comer pan ni beber vino, y sin ver el rostro de ningún hombre5. Deseaba ver la forma de vida de los bienaventurados, y un ángel del Señor se le apareció para decirle que viajaría a su encuentro, pero no moraría con ellos5. El ángel le advirtió que no se enorgulleciera de su ayuno, pues la palabra de Dios es más que el pan, y el espíritu de Dios más que el vino5.

Zósimo emprendió su viaje, guiado por Dios, y después de cuarenta días su espíritu y cuerpo desfallecieron9. Tras tres días de oración, una bestia, un camello, se le acercó y lo llevó a través del desierto9. En su camino, encontró un río llamado Eumeles, cuyas aguas no podía cruzar9. Una voz desde el agua le dijo que nadie podía dividir sus aguas, y al mirar al cielo, vio una pared de nubes que le dijo que por ella no pasaba ni ave, ni viento, ni el sol, ni el tentador9.

Con la ayuda de los bienaventurados que encontró al otro lado del río, y por la oración conjunta, los árboles se inclinaron para llevarlo al otro lado6. Al regresar, un viento lo llevó de vuelta a su lugar de origen, y el camello lo transportó ochenta y cinco estaciones7. Satanás intentó tentarlo, pero un ángel lo protegió, diciendo que la gloria de su fe ataría a Satanás8. El ángel lo condujo de vuelta a su cueva, que se convertiría en un testimonio del desierto, un lugar de curación para los enfermos y una prueba para los demonios8. La historia de este Zósimo concluye con la visión de su alma, que brillaba siete veces más que el sol, y la aparición de siete palmeras y una fuente de agua curativa en el lugar de su enterramiento, obra de los ángeles de Dios4.

Beato Zosimo Maria Brambat (siglo XVIII)

En tiempos más recientes, la Iglesia ha reconocido a Zosimo Maria Brambat como uno de los mártires de Casamari10. Nació en Milán y entró en la Abadía de Casamari en 179211,12. Hizo su profesión simple como hermano converso el 20 de noviembre de 179511,12. Era conocido por su buen carácter y amabilidad con todos12.

Zosimo Maria Brambat fue uno de los seis religiosos profesos de la Congregación Cisterciense de Casamari que fueron martirizados en odio a la fe entre el 13 y el 16 de mayo de 1799, durante la invasión francesa de Italia10. El 13 de mayo de 1799, cuando los soldados franceses entraron en el monasterio, Zosimo los sirvió12. Fue agredido y herido mortalmente ese día, falleciendo tres días después, el 16 de mayo de 1799, mientras se dirigía a Boville Ernica con el deseo de recibir los últimos sacramentos11.

Fue beatificado por el Papa Francisco el 17 de abril de 2021, y su festividad se celebra el 16 de mayo10. Su martirio es un testimonio de fidelidad a la fe en tiempos de persecución, un ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por su fe13.

Otros Santos y Beatos con Nombres Similares

Es importante notar que el nombre «Zósimo» o «Zosimus» ha sido llevado por otros individuos venerados en la Iglesia, aunque no siempre se les conoce comúnmente como «San Zósimo» en el mismo sentido que los anteriores.

Conclusión

La figura de San Zósimo, en sus diversas encarnaciones a lo largo de la historia de la Iglesia, nos ofrece un rico tapiz de santidad. Desde el Papa que defendió la ortodoxia doctrinal, hasta el obispo monje que gobernó con sabiduría, el ermitaño que buscó la vida de los bienaventurados y el mártir que dio su vida por la fe, cada uno de ellos es un faro que ilumina el camino de la virtud cristiana. Sus historias nos recuerdan la diversidad de vocaciones dentro de la Iglesia y la constante llamada a la santidad, ya sea en el liderazgo, la contemplación o el martirio.

Citas

  1. Papa San Zósimo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa San Zósimo. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  2. Papa Pío VI. Auctorem fidei (1794).

  3. Santa Osburga, abadesa de Coventry, virgen (c. 1016 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 720. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  4. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 22 (700). 2

  5. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 1 (700). 2 3 4

  6. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 16 (700). 2

  7. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 17 (700). 2

  8. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 18 (700). 2 3

  9. Zósimo. Sobre la Vida del Bienaventurado (Zósimo), § 2 (700). 2 3 4 5

  10. Dicasterio para las Causas de los Santos. Simeone Cardon y 5 Compañeros: Decreto, §Resumen (2021). 2 3

  11. Dicasterio para las Causas de los Santos. Simeone Cardon y 5 Compañeros: Decreto, §Biografía (2021). 2 3

  12. Dicasterio para las Causas de los Santos. Simeone Cardon y 5 Compañeros: Decreto, §Decreto sobre el Martirio (2021). 2 3 4

  13. Papa Pío XII. Invicti Athletae, § 13 (1957).

  14. B27: Santos Zoilo y sus compañeros, mártires (¿304 d.C.?), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 656. 2

  15. San Zenón, obispo de Verona (371 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 81.