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Santa Ana

Santa Ana es venerada en la tradición católica como la madre de la Santísima Virgen María y, por consiguiente, la abuela de Jesucristo. Aunque la información sobre su vida no proviene de las Escrituras canónicas, sino principalmente de la literatura apócrifa, su figura ha sido objeto de una profunda devoción a lo largo de los siglos, especialmente en las Iglesias Orientales y, más tarde, en la Iglesia Latina. Su historia, a menudo entrelazada con la de su esposo San Joaquín, destaca por su paciencia, fe y la milagrosa concepción de María, quien estaba destinada a ser la Madre de Dios. Este artículo explorará los orígenes de su culto, las tradiciones asociadas a su vida, su papel en la piedad popular y la veneración litúrgica que recibe en la Iglesia Católica.

Tabla de contenido

Orígenes y Fuentes de Información

La mayor parte de lo que se conoce sobre Santa Ana y su esposo San Joaquín se deriva de textos apócrifos, principalmente el Protoevangelio de Santiago, que data aproximadamente del año 150 d.C.1,2. Otros textos como el Evangelio de la Natividad de María y el Evangelio del Pseudo-Mateo también contribuyen a la narrativa, aunque se basan directa o indirectamente en el Protoevangelio2. Es importante señalar que, debido a su origen apócrifo, estos relatos no son considerados canónicos ni históricamente infalibles por la Iglesia, aunque han influido significativamente en la tradición y la devoción1,2.

El Protoevangelio de Santiago

Según el Protoevangelio de Santiago, Ana (cuyo nombre en hebreo, Hannah, significa «gracia») y Joaquín eran una pareja piadosa y rica de Nazaret que sufría de esterilidad. La falta de hijos era considerada una deshonra en su cultura. En una ocasión, Joaquín fue rechazado al intentar ofrecer un sacrificio en el templo, bajo el pretexto de que los hombres sin descendencia no eran dignos2. Afligido, se retiró al desierto para ayunar y orar a Dios1,2.

Mientras tanto, Ana lamentaba su esterilidad y su «viudez» (en el sentido de la ausencia de su esposo y la desolación de su condición)3. Orando bajo un laurel, se le apareció un ángel que le anunció que concebiría y daría a luz, y que su descendencia sería reconocida en todo el mundo1,2,3. Ana prometió dedicar a su hijo al servicio de Dios1,2. Un ángel hizo la misma promesa a Joaquín, quien regresó con su esposa2. De esta unión, nació María, quien sería la Madre de Dios1,2.

Esta narrativa presenta un notable paralelismo con la concepción y nacimiento de Samuel, cuya madre también se llamaba Ana (1 Samuel 1)1,2. Este parecido ha llevado a algunos a sugerir una posible confusión o imitación en el relato apócrifo1.

Desarrollo del Culto

La veneración a Santa Ana se originó en Oriente y se extendió gradualmente a Occidente.

En la Iglesia Oriental

El culto a Santa Ana se remonta al siglo IV en Oriente2. El emperador Justiniano I (fallecido en 565) le dedicó una iglesia1,2. El canon del Oficio griego de Santa Ana fue compuesto por San Teófanes (fallecido en 817), con partes más antiguas atribuidas a Anatolio de Bizancio (fallecido en 458)2. Su fiesta se celebra en Oriente el 25 de julio, lo que podría conmemorar la dedicación de su primera iglesia en Constantinopla o la llegada de sus supuestas reliquias en el año 7102. El Calendario de Constantinopla, un documento litúrgico del siglo VIII, ya menciona su fiesta2. Los griegos también celebran una fiesta conjunta de San Joaquín y Santa Ana el 9 de septiembre2.

En la Iglesia Occidental

En la Iglesia Latina, la veneración a Santa Ana no se generalizó antes del siglo XIII, con la posible excepción del sur de Francia2. Sin embargo, su presencia en Roma está atestiguada por frescos del siglo VIII en Santa María Antiqua, que muestran representaciones de Santa Ana, lo que sugiere una influencia bizantina1,2. El Papa San León III (795-816) también ofreció un ornamento a Santa María la Mayor bordado con la Anunciación y las figuras de San Joaquín y Santa Ana1.

La difusión del culto en Occidente fue impulsada por la inclusión de su historia en la Leyenda Dorada de Jacobus de Voragine en el siglo XIII2. A partir de entonces, la devoción a Santa Ana se hizo inmensamente popular1,2. El Papa Urbano VI, a petición de fieles ingleses, emitió una bula en 1382 para la observancia de una fiesta anual en su honor, inicialmente solo para los obispos de Inglaterra1,2. Esta devoción se extendió por toda la Iglesia Occidental y fue extendida a la Iglesia Latina universal en 15842.

El 26 de julio se celebra la memoria de los Santos Joaquín y Ana, Padres de la Bienaventurada Virgen María, en el calendario litúrgico romano4. En esta fecha, la Iglesia ora a Dios, Padre de nuestros padres, que concedió a los Santos Joaquín y Ana la gracia de que de ellos naciera la Madre de su Hijo encarnado, pidiendo alcanzar la salvación prometida por sus oraciones4.

Tradiciones y Leyendas Posteriores

A medida que la devoción a Santa Ana crecía, también lo hicieron las leyendas y tradiciones que rodeaban su vida.

Las Bodas de Santa Ana

Una controversia notable surgió en el siglo XVI respecto a las supuestas múltiples matrimonios de Santa Ana. Algunas leyendas, como la difundida por el Padre Juan de Eck de Ingolstadt, afirmaban que Ana se casó tres veces: primero con Joaquín, luego con Cleofás, y finalmente con Salomás, teniendo descendencia en cada matrimonio2. Sin embargo, figuras como Baronius y Bellarmine defendieron la monogamia de Santa Ana, que es la posición aceptada por la Iglesia2.

Reliquias y Patronazgos

Existen diversas tradiciones sobre las reliquias de Santa Ana. Se dice que sus supuestas reliquias fueron llevadas de Tierra Santa a Constantinopla en el año 7102. En Occidente, la iglesia de Apt en el sur de Francia sostiene que el cuerpo de Santa Ana fue traído por San Lázaro, ocultado por San Auspicio (fallecido en 398) y redescubierto durante el reinado de Carlomagno2. En 1510, una supuesta cabeza de Santa Ana fue robada de Maguncia y llevada a Düren, en Renania2.

Santa Ana es la patrona de Bretaña, y su imagen milagrosa es venerada en Notre Dame d’Auray2,5. También es la patrona principal de la provincia de Quebec en Canadá, donde el Santuario de Santa Ana de Beaupré es muy conocido2. Es invocada como patrona de las mujeres en el parto y de los mineros2.

Significado Teológico y Espiritual

Aunque la información sobre Santa Ana es de origen apócrifo, su figura tiene un profundo significado teológico y espiritual en la Iglesia Católica.

La Abuela de Jesús

El Papa Francisco se ha referido cariñosamente a Santa Ana como la «abuela de Jesús», destacando su papel en la preparación de María para su misión divina6. Ella «enseñó» a María cómo ser madre, y a través de ella, la maternidad de María se extiende a toda la Iglesia y a todos los hombres7. Esta visión subraya la importancia de la familia y de los abuelos en la transmisión de la fe y los valores8.

La Gracia de Dios

El nombre «Ana» en hebreo significa «Dios ha dado gracia»7. San Juan Damasceno, al reflexionar sobre este significado, exclamó que «la naturaleza no se atrevió a preceder la semilla de la gracia» en la concepción de la Virgen María, sino que «permaneció sin su fruto para que la gracia produjera el suyo»7. Esto resalta la intervención divina en la vida de Ana y Joaquín, preparando el camino para la Inmaculada Concepción de María7.

Ejemplo de Fe y Paciencia

La historia de Ana y Joaquín es un testimonio de fe, paciencia y confianza en la providencia divina frente a la esterilidad y la deshonra social1,2. Su perseverancia en la oración fue recompensada con el don de María, quien a su vez traería la salvación al mundo1,2,4. Son un ejemplo de cómo Dios escucha las oraciones de los humildes y los afligidos.

Modelo para las Mujeres

Santa Ana es vista como un modelo para muchas mujeres, madres y abuelas, que se dedican al servicio de los demás y son el alma de la familia y la parroquia9. Se la representa introduciendo a María en las Sagradas Escrituras y en la esperanza de Israel, lo que subraya el papel de la mujer en la transmisión de la fe y la educación religiosa en el hogar9.

Conclusión

Santa Ana, la madre de la Santísima Virgen María, es una figura de inmensa importancia en la tradición católica, a pesar de que los detalles de su vida provienen de fuentes apócrifas. Su devoción, que se remonta a los primeros siglos en Oriente y se extendió vigorosamente en Occidente, resalta la fe, la paciencia y la gracia divina que operaron en su vida. Como la «abuela de Jesús», Santa Ana es un poderoso recordatorio de la santidad de la vida familiar y del papel fundamental de los padres y abuelos en la formación espiritual. Su legado perdura en la liturgia, en los santuarios y en el corazón de innumerables fieles que la invocan como patrona y modelo de confianza en Dios.

Citas

  1. B26: Santa Ana, matrona (siglo I a.C.), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volume III, § 193. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  2. Santa Ana, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Santa Ana. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32

  3. El nacimiento de María, la Santísima Madre de Dios, y gloriosísima Madre de Jesucristo, Autor desconocido. El Protoevangelio de Santiago, § 2 (150). 2

  4. Propio de los santos - 26 de julio - Santos Joaquín y Ana, padres de la Bienaventurada Virgen María - Memorial, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción al inglés según la Tercera Edición Típica), §Propio de los Santos (2011). 2 3

  5. Papa León XIV. Carta del Santo Padre al Enviado Especial para las celebraciones litúrgicas con motivo del 400 aniversario de las apariciones de Santa Ana en Auray (25-26 de julio de 2025), § 1.

  6. Santa Misa para la población local con motivo de la festividad de Santa Ana, patrona de Caserta (Parque del Palacio Real de Caserta), Papa Francisco. Santa Misa para la población local con motivo de la festividad de Santa Ana, Patrona de Caserta (Parque del Palacio Real de Caserta, 26 de julio de 2014) (2014).

  7. Visita a la parroquia de Santa Ana en el Vaticano, Papa Juan Pablo II. 10 de diciembre de 1978, Visita a la Parroquia de Santa Ana en el Vaticano, § 3 (1978). 2 3 4

  8. Vísperas marianas con los religiosos y seminaristas de Baviera en la basílica de Santa Ana en Altötting, Papa Benedicto XVI. 11 de septiembre de 2006: Vísperas Marianas con los religiosos y seminaristas de Baviera en la Basílica de Santa Ana en Altötting (2006).

  9. Visita pastoral a la parroquia de Santa Ana en el Vaticano, Papa Benedicto XVI. 5 de febrero de 2006, Visita pastoral a la Parroquia de Santa Ana en el Vaticano (2006). 2