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Cruz

Santa Elena

Santa Elena, también conocida como Elena de Constantinopla, fue la madre del emperador romano Constantino el Grande. Es venerada en la Iglesia Católica por su profunda piedad y su papel fundamental en la historia del cristianismo, especialmente por su peregrinación a Tierra Santa en el siglo IV. Durante este viaje, se le atribuye el descubrimiento de la Vera Cruz, el madero en el que Jesucristo fue crucificado, y de otros importantes lugares sagrados. Su dedicación a la fe y su generosidad en la construcción de iglesias dejaron una huella duradera, consolidando su legado como patrona de los arqueólogos y un ejemplo de devoción cristiana.

Tabla de contenido

Primeros Años y Matrimonio

Elena nació alrededor de mediados del siglo III, posiblemente en Drepanum (más tarde conocida como Helenópolis) en el Golfo de Nicomedia1. Aunque de orígenes humildes, siendo referida por San Ambrosio como una stabularia o posadera, llegó a ser la esposa legítima de Constancio Cloro1. Su único hijo, Constantino, nació en Naissus, en la Alta Mesia, en el año 2741. Las crónicas medievales inglesas que la presentaban como hija de un príncipe británico carecen de fundamento histórico y probablemente surgieron de una mala interpretación de textos antiguos1,2.

En el año 292, Constancio, al convertirse en corregente de Occidente, repudió a Elena por razones políticas para casarse con Teodora, la hijastra del emperador Maximiano Hercúleo1,2. Sin embargo, su hijo Constantino permaneció fiel a ella1.

Conversión al Cristianismo y Título de Augusta

Tras la muerte de Constancio Cloro en 308, Constantino le sucedió y llamó a su madre a la corte imperial1. Le confirió el título de Augusta y ordenó que se le rindieran todos los honores como madre del soberano, acuñándose monedas con su efigie1. Fue la influencia de su hijo lo que la llevó a abrazar el cristianismo después de la victoria de Constantino sobre Majencio1,2. Eusebio de Cesarea, un historiador contemporáneo, atestigua su devoción, afirmando que bajo la influencia de Constantino, Elena se convirtió en una sierva de Dios tan piadosa que se podría pensar que había sido discípula del Redentor desde su infancia1,2. A pesar de su avanzada edad al convertirse (aproximadamente 63 años), su fervor y celo fueron notables, dedicándose a la caridad y a la extensión del cristianismo2.

Peregrinación a Tierra Santa y Descubrimiento de la Vera Cruz

Después de la victoria de Constantino sobre Licinio en 324, que lo convirtió en el único señor del Imperio Romano, Elena, a pesar de su avanzada edad (casi ochenta años), emprendió una peregrinación a Tierra Santa1,3,4. Su propósito era rendir homenaje a Dios y orar por la protección continua de su familia, así como venerar los lugares santificados por la presencia de Cristo1,2,4.

La tradición más conocida asociada a Santa Elena es el descubrimiento de la Vera Cruz. Se dice que, con la autoridad de su hijo, el emperador Constantino, y en colaboración con Macario, el obispo de Jerusalén, Elena supervisó la demolición del templo pagano de Venus que había sido erigido por el emperador Adriano sobre el lugar del Santo Sepulcro3,5,6. Tras la retirada de las ruinas y la excavación de la tierra contaminada, el «santísimo monumento de la Resurrección de Nuestro Señor brilló más allá de toda esperanza»5,6.

Cerca del sepulcro, se encontraron tres cruces, algunos clavos y una inscripción similar a la que Pilato ordenó colocar en la Cruz de Cristo3,5. Para discernir cuál de las tres era la Vera Cruz, el obispo Macario, según los relatos, hizo que una mujer noble que padecía una enfermedad terminal fuera tocada por cada una de las cruces3,7. La mujer se curó instantáneamente al tocar la tercera cruz, confirmando su autenticidad3,7. Algunas narraciones apócrifas también mencionan que un judío erudito llamado Judas reveló el paradero de las cruces bajo amenaza, y que la identidad de la verdadera cruz se determinó al resucitar a un muerto8.

Elena también dio instrucciones para que una parte de los clavos de la crucifixión fuera insertada en el casco real de su hijo para protegerlo de sus enemigos, y otra parte se utilizara para fabricar frenos de caballo3,7.

Construcción de Iglesias y Caridad

Durante su estancia en Tierra Santa, Elena mostró una piedad y benevolencia excepcionales1. Eusebio testifica que visitó iglesias con celo piadoso, hizo generosas donaciones y asistió a los pobres y necesitados1. En cumplimiento de los preceptos del Salvador, llevó mucho fruto en palabra y obra1.

Se le atribuye la construcción de varias iglesias importantes en los lugares sagrados de Palestina1,2:

Además de sus construcciones en Tierra Santa, la memoria de Elena en Roma está asociada principalmente con la Iglesia de Santa Cruz de Jerusalén (S. Croce in Gerusalemme), que se cree fue erigida por Constantino en el lugar de su residencia, el Palatium Sessorianum, a sugerencia de Elena y en honor a la Vera Cruz1. También se le atribuye la construcción de iglesias en otras ciudades del imperio donde residió después de su conversión, como Roma y Tréveris1,2.

Elena era conocida por su gran caridad hacia individuos y comunidades enteras, especialmente hacia los pobres y los que sufrían1,9. Se presentaba humildemente vestida entre las mujeres que oraban en la iglesia y adornaba los edificios sagrados con ricos ornamentos9. También invitaba a vírgenes consagradas a banquetes, sirviéndoles ella misma7. Liberó a muchos de la opresión, las cadenas y el destierro9.

Fallecimiento y Legado

Santa Elena falleció alrededor del año 330, a la avanzada edad de unos ochenta años1,3,9. Se cree que su muerte ocurrió en Oriente, y su cuerpo fue llevado a Roma, donde fue sepultado en la Via Labicana9. Aunque algunas tradiciones sugieren que sus restos fueron trasladados a Constantinopla y luego a la Abadía de Hautvillers en Francia, la evidencia apunta a su entierro en Roma1,9.

Su veneración como santa se extendió rápidamente, incluso en los países occidentales, a principios del siglo IX1. Su fiesta se celebra el 18 de agosto en el rito latino1,9, mientras que en el rito oriental se observa el 21 de mayo junto con su hijo Constantino, a quienes los bizantinos se refieren como «los santos, ilustres y grandes emperadores, coronados por Dios e iguales a los Apóstoles»9.

Santa Elena es considerada la patrona de los arqueólogos debido a su papel significativo en el descubrimiento de reliquias y sitios asociados con la fe cristiana primitiva, especialmente la Vera Cruz10. Su dedicación a desenterrar y honrar estos lugares sagrados se alinea con el trabajo de los arqueólogos, quienes buscan descubrir y preservar artefactos y lugares históricos10. Su legado es el de una figura que conectó el pasado con el presente a través de sus descubrimientos, convirtiéndola en una patrona adecuada para aquellos en el campo de la arqueología10.

El Papa Juan Pablo II, durante una visita pastoral a la Parroquia de Santa Elena en Roma, destacó su fe como preparación para el momento en que Constantino vio la señal de Cristo, la Cruz, con la inscripción «In hoc signo vincis» (Con este signo vencerás). Subrayó que, si bien la certeza histórica de estas palabras puede ser debatida, su significado es inmenso: el signo de la Cruz es verdaderamente el signo de la victoria11.

Días Festivos de la Cruz

La Iglesia celebra dos festividades principales relacionadas con la Cruz:

En resumen, Santa Elena es una figura fundamental en la historia de la Iglesia, cuya piedad, generosidad y, sobre todo, su papel en el descubrimiento de la Vera Cruz, la han convertido en un modelo de fe y un importante vínculo con los orígenes del cristianismo.

Citas

  1. Santa Elena, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Santa Elena. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25

  2. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 351. 2 3 4 5 6 7 8

  3. Capítulo 17. Elena, madre del emperador Constantino.— su celo en la erección de la santa iglesia, Teodoreto de Ciro. Historia Eclesiástica, §Libro I, Capítulo 17 (440). 2 3 4 5 6 7

  4. Sección V, John Henry Newman. Dos Ensayos Sobre Milagros Bíblicos Y Eclesiásticos: Ensayo II, § 192. 2

  5. Santo Sepulcro, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Santo Sepulcro. 2 3

  6. John Henry Newman. Dos Ensayos Sobre Milagros Bíblicos Y Eclesiásticos: Ensayo II, § 195. 2

  7. Libro I - Capítulo 17. La madre del emperador Elena, habiendo llegado a Jerusalén, busca y encuentra la cruz de Cristo, y construye una iglesia, Sócrates Escolástico. Historia de la Iglesia - Sócrates Escolástico, §Libro I - Capítulo 17 (439). 2 3 4 5 6 7

  8. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 226. 2

  9. San Alipio, obispo de Tagaste (c. 430 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 352. 2 3 4 5 6 7 8

  10. Arqueólogos - Elena de Constantinopla, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Arqueólogos (2024). 2 3

  11. Papa Juan Pablo II. Visita pastoral a la Parroquia de Santa Elena en Roma (17 de enero de 1993) - Discurso, §Al Consiglio Pastorale (1993).

  12. La cruz y el crucifijo en la liturgia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §La Cruz y el Crucifijo en la Liturgia. 2 3

  13. B3: El hallazgo de la santa cruz (c. 326 d.C.), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen II, § 224. 2 3