Santa Eulalia
Santa Eulalia es una de las vírgenes mártires más veneradas en España, con una devoción que se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Aunque tradicionalmente se han reconocido dos santas con este nombre, Santa Eulalia de Mérida y Santa Eulalia de Barcelona, la opinión académica actual tiende a considerar que se trata de una única figura histórica, la mártir de Mérida, cuya leyenda se duplicó y se adaptó a Barcelona. Su historia, marcada por la valentía en la fe durante la persecución de Diocleciano, ha sido transmitida a través de himnos antiguos y relatos hagiográficos, inspirando a generaciones de fieles.
Tabla de contenido
Orígenes de la Veneración
La veneración de Santa Eulalia se atestigua desde el siglo IV, con el poeta cristiano Prudencio dedicándole un himno en honor a su martirio en Mérida1. Este himno es una de las fuentes más antiguas y significativas sobre su vida y pasión. La difusión de su culto llegó hasta África, donde San Agustín pronunció una homilía en su día festivo1. En el siglo IX, el poema francés más antiguo que se conserva, la «Cantilène de Sainte Eulalie», narra su historia, demostrando la amplia extensión de su devoción1.
Santa Eulalia de Mérida
Santa Eulalia de Mérida es la más célebre de las vírgenes mártires españolas, cuya pasión se sitúa alrededor del año 304 d.C. durante las persecuciones de Diocleciano1.
Vida y Martirio
Según los relatos, Eulalia tenía solo doce años cuando se emitieron los edictos imperiales que obligaban a todos a ofrecer sacrificios a los dioses romanos1. Su madre, consciente del fervor de su hija por el martirio, la llevó al campo para protegerla. Sin embargo, Eulalia logró escapar durante la noche y llegó a Mérida antes del amanecer1.
Al presentarse ante el juez Daciano, lo reprendió por intentar destruir almas al obligarlas a renunciar al único Dios verdadero. Daciano intentó primero persuadirla con halagos y sobornos, y luego la amenazó, mostrándole los instrumentos de tortura. Le dijo: «De esto te librarás si tan solo tocas un poco de sal e incienso con la punta de tu dedo»1. En un acto de desafío, Eulalia pisoteó el pastel preparado para el sacrificio y escupió al juez1.
Como consecuencia, dos verdugos comenzaron a desgarrar su cuerpo con garfios de hierro, y se aplicaron antorchas encendidas a sus heridas. El fuego prendió en su cabello, y Eulalia fue asfixiada por el humo y las llamas1. Prudencio narra que una paloma blanca pareció salir de su boca y volar hacia el cielo, lo que aterrorizó a los verdugos y los hizo huir1. La nieve cayó y cubrió su cuerpo y todo el foro donde yacía, hasta que sus reliquias fueron sepultadas por los cristianos cerca del lugar de su martirio1.
Culto y Veneration
Sobre el lugar de su martirio se edificó una iglesia y se levantó un altar antes de que Prudencio escribiera su himno. El poeta menciona que «los peregrinos vienen a venerar sus huesos, y ella, cerca del trono de Dios, los contempla y protege a quienes le cantan himnos»1. Su veneración se extendió ampliamente, siendo mencionada por Beda en su himno en honor a Santa Etheldreda y por San Aldhelm1.
Santa Eulalia de Barcelona
En el Martirologio Romano, Santa Eulalia de Barcelona se menciona por separado el 12 de febrero y es profundamente venerada en toda Cataluña bajo diversas formas de su nombre, como Aulaire, Aulazie u Olalla1,2. Es la patrona de la catedral y la ciudad de Barcelona, así como de los marineros3,4.
Evidencia Histórica y Conflación
Los Acta de su vida y martirio fueron copiados a principios del siglo XII por Renallus Grammaticus3. La principal fuente histórica para Santa Eulalia de Barcelona es un himno latino de mediados del siglo VII escrito por Quirico, obispo de Barcelona3. Este himno es idéntico al de Prudencio para la fiesta de Santa Eulalia de Mérida, y fue preservado en la Iglesia Visigoda a través de la Liturgia Mozárabe3.
Aunque algunos han puesto en duda la existencia de dos santas distintas con el mismo nombre, existen razones para creer en su individualidad3. Quirico de Barcelona y Oroncio de Mérida estuvieron presentes en el décimo concilio de Toledo en el año 6563. Oroncio ya había fundado un convento de monjas cerca de la basílica de la mártir de su ciudad episcopal en el 6513. Quirico hizo lo mismo para la basílica y el sepulcro de la mártir de Barcelona, donde deseaba ser enterrado3.
Las inscripciones en muchos altares visigodos muestran que contenían reliquias de «Santa Eulalia», aunque no distinguen entre la mártir de Barcelona y la de Mérida, excepto por el contexto3. Una inscripción transpirenaica encontrada en Montady, cerca de Béziers, menciona una basílica dedicada a los mártires San Vicente, Santa Inés y Santa Eulalia (de Barcelona)3.
El cuerpo de la mártir de Barcelona reposó fuera de los muros de la ciudad en la iglesia de Santa María del Mar hasta el 23 de noviembre de 874, cuando fue trasladado a su catedral por el obispo Frodoinus3. Una inscripción conmemorativa de este acto se conserva en el Museo Provincial de Barcelona3. San Eulogio, al defender a los mártires de Córdoba por su confesión espontánea de la fe cristiana ante los magistrados musulmanes, citó el ejemplo de Santa Eulalia de Barcelona, refiriéndose a los antiguos Acta de su martirio3. La existencia de una antigua iglesia y monasterio en Córdoba con el nombre de la mártir de Barcelona también confirma su personalidad distinta3.
Debate sobre la Duplicidad
A pesar de la veneración separada, la opinión competente actual se inclina a creer que hubo una sola Santa Eulalia, la mártir de Mérida5. Se considera que la historia de Barcelona es un desarrollo posterior que incorporó muchas características de la leyenda anterior1,5. El intento de Z. García Villada de reivindicar la existencia independiente de la mártir de Barcelona se considera sesgado por el conservadurismo patriótico5. La Catholic Encyclopedia reconoce que, aunque hay razones para no dudar de la existencia de dos santas, la identidad de los himnos de Prudencio y Quirico para ambas mártires es notable3.
Fiesta Litúrgica
El día festivo de Santa Eulalia se celebra el 12 de febrero1,2.
Patronazgo
Santa Eulalia es la patrona de la ciudad de Barcelona y de los marineros3,4. También es la patrona principal de Toledo, donde tres antiguas iglesias están dedicadas a ella en los supuestos sitios de su tumba, su prisión y su casa6.
Representaciones Artísticas
La iconografía de Santa Eulalia a menudo la representa con los instrumentos de su martirio, como los garfios de hierro o las antorchas. La paloma blanca que, según la leyenda, salió de su boca es un símbolo recurrente de su pureza y su ascenso al cielo1.
Conclusión
Santa Eulalia, ya sea como la única mártir de Mérida o como dos figuras distintas, representa la inquebrantable fe y valentía de los primeros cristianos frente a la persecución. Su legado perdura a través de siglos de veneración, himnos, iglesias y la devoción popular, recordándonos el poder del testimonio cristiano.
Citas
Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir (d.C. 304?), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 534. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17
B12 de Febrero, Papa Benedicto XIV. El Martirologio Romano, § 12 de Febrero (1749). ↩ ↩2
Santa Eulalia de Barcelona, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Santa Eulalia de Barcelona. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16
Barcelona, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Barcelona. ↩ ↩2
San Gregorio III, papa (d.C. 741), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 535. ↩ ↩2 ↩3
Santa Leocadia, virgen y mártir (d.C. 304?), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 528. ↩