Santa Juana de Valois

Santa Juana de Valois (1464-1505) fue una reina de Francia y fundadora de la Orden de la Anunciación de la Santísima Virgen María, conocida como las Anunciadas. Su vida estuvo marcada por profundas humillaciones, incluyendo el rechazo de su padre, el rey Luis XI, debido a su complexión frágil y deformidad, y la posterior anulación de su matrimonio con el rey Luis XII. A pesar de estas adversidades, Juana encontró consuelo en una profunda devoción a la Santísima Virgen María y dedicó su vida a la oración, la penitencia y el servicio a los demás, demostrando una extraordinaria humildad y fe. Fue canonizada en 1950 por el Papa Pío XII.
Tabla de contenido
Primeros años y humillaciones
Juana de Valois nació en 1464, hija del rey Luis XI de Francia y de Carlota de Saboya1,2. Desde su nacimiento, fue objeto de aversión para su padre, quien la detestaba debido a su sexo, su pequeña estatura y su cuerpo deforme1,2. Fue enviada a vivir con tutores en un solitario castillo campestre, donde se le privó de las ventajas correspondientes a su rango y de comodidades básicas1. Esta vida de intensa soledad y abyección la llevó a buscar consuelo en Dios, desarrollando una temprana y tierna devoción a la Santísima Virgen María1. Se dice que recibió una promesa sobrenatural de que algún día fundaría una familia religiosa en honor a Nuestra Señora, siendo los misterios de la Anunciación e Encarnación, tal como se presentan en el Ángelus, su gran deleite1.
Matrimonio y anulación
Por razones políticas, Luis XI obligó a Juana a casarse con su primo segundo, Luis, Duque de Orleans, en 14761,2. Este matrimonio fue una fuente de aún mayores sufrimientos para Juana, ya que el duque la odiaba y la insultaba públicamente de todas las formas posibles1. A pesar de ello, Juana lo amó tiernamente, atribuyéndole virtudes que no poseía. Cuando su esposo cayó en desgracia y fue encarcelado, ella se esforzó por mitigar sus sufrimientos y lograr su liberación1,2.
Sin embargo, al ascender Luis al trono de Francia como Luis XII tras la muerte de Carlos VIII, solicitó la anulación de su matrimonio con Juana en Roma1,2. Alegó que el matrimonio era inválido por falta de consentimiento y por no haberse consumado1. En 1498, el matrimonio fue declarado nulo2. Esta anulación representó la culminación de las humillaciones de Juana, quien se vio públicamente repudiada como esposa y reina1.
Fundación de la Orden de las Anunciadas y vida religiosa
A pesar de la injusticia, Juana aceptó el veredicto sin quejas, dando gracias a Dios por dejarla libre para servir a la Santísima Madre, como siempre había esperado hacer al fundar una orden religiosa1. Fue nombrada Duquesa de Berry y se le otorgó esa provincia para gobernar1,2. Se trasladó a Bourges, la capital, donde cumplió sus deberes como gobernante con estricta conciencia y tierno cuidado por el bienestar de sus súbditos1.
En 1500, con la ayuda de su director espiritual franciscano, Gilbert Nicolas (también conocido como Beato Gabriel María), Juana fundó la Orden de la Anunciación de la Santísima Virgen María, o las Anunciadas1,2. Esta orden, dedicada a la oración y la penitencia, tenía como regla principal imitar las virtudes de María, tal como se muestran en los Evangelios1,2. Las primeras postulantes fueron once niñas de una escuela en Bourges2. La reina rechazada encontró finalmente la felicidad dedicándose a esta obra1. Hacia el final de su vida, Juana tomó los votos, se quitó su anillo de bodas, que había llevado hasta entonces, y vistió el hábito debajo de su ropa1.
A lo largo de su vida, a pesar de su mala salud y constante sufrimiento, realizó mucha penitencia corporal y dedicó muchas horas a la oración1. Hasta su muerte, oró incesantemente por su esposo, y dejó como legado a su orden el deber de la oración constante por el alma de él, así como por las de su padre y hermano1.
Muerte y canonización
Juana de Valois falleció el 4 de febrero de 1505 en Bourges3,1,2. Su muerte fue lamentada por sus hijas espirituales y por todo su pueblo1. Numerosos milagros, especialmente de curación, siguieron a su muerte1.
En 1514, el Papa León X permitió a las Anunciadas honrarla con un oficio especial1. El Papa Benedicto XIV la proclamó Beata el 21 de abril de 1742 y extendió su culto por toda Francia3,1. Aunque el proceso de canonización se había iniciado en 1614, debido a diversas demoras y obstáculos, no fue hasta el 28 de mayo de 1950 que fue canonizada por el Papa Pío XII en la Basílica Vaticana3,2. Su fiesta se celebra el 4 de febrero3.
Legado
La vida de Santa Juana de Valois es un testimonio de cómo la fe y la humildad pueden transformar el sufrimiento en una fuente de gracia y servicio a Dios. A pesar de haber sido despreciada y repudiada, su espíritu indomable y su profunda devoción mariana la llevaron a fundar una orden religiosa que continúa hasta el día de hoy, manteniendo una vida contemplativa2. Su ejemplo de paciencia, caridad y entrega total a la voluntad divina la convierte en un modelo de santidad para los católicos.
Citas
Santa Juana de Valois, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Santa Juana de Valois. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25
Santa Juana de Francia, matrona, fundadora de las Anunciadas de Bourges (a.D. 1505), Alban Butler. Las vidas de los santos de Butler: Volumen I, § 267. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Resumen biográfico, El Dicasterio para las Causas de los Santos. Giovanna di Valois (1464-1505) - Biografía (1950). ↩ ↩2 ↩3 ↩4