Santa María Goretti

Santa María Goretti fue una joven campesina italiana que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX, canonizada por la Iglesia Católica como mártir de la pureza. Su vida, marcada por la pobreza y la fe, culminó en un acto de heroísmo al preferir la muerte antes que ceder a la agresión sexual, perdonando a su atacante antes de morir. Su historia es un poderoso testimonio de castidad, perdón y la gracia divina que actúa en los pequeños y humildes, sirviendo como un faro de esperanza y un modelo para los jóvenes en la Iglesia y en el mundo.
Tabla de contenido
Vida Temprana y Familia
María Goretti nació el 16 de octubre de 1890 en Corinaldo, en la región de Las Marcas, Italia, en una familia empobrecida1. Sus padres, Francesco y Assunta Goretti, le inculcaron una profunda fe cristiana y el respeto por sí misma y por los demás1. Debido a las dificultades económicas, la familia Goretti se vio obligada a emigrar, estableciéndose finalmente en Le Ferriere di Conca, en las Marismas Pontinas1. A pesar de la pobreza que le impidió asistir a la escuela, María creció en un ambiente familiar sereno y unido, donde la fe cristiana era el centro de su vida1.
La fe de María se manifestó de manera notable tras la muerte de su padre a causa de la malaria. En esos momentos difíciles, la pequeña María solía decir a su madre: «Madre, ten valor, Dios nos ayudará», mostrando una confianza inquebrantable en la providencia divina1. Esta educación sencilla pero profundamente arraigada en la fe fue fundamental para su desarrollo espiritual, y su madre atestiguó que María nunca le causó el menor disgusto voluntario2.
El Martirio de la Pureza
El 5 de julio de 1902, mientras los adultos de las familias Goretti y Serenelli estaban trabajando en los campos, María, que entonces tenía apenas doce años, se encontraba sola en casa3. Alessandro Serenelli, un joven de dieciocho años que vivía con su familia en la misma casa, la agredió e intentó violarla3. María se resistió valientemente, amonestándole con las palabras: «¡No, Dios no quiere, irás al infierno!»4,3. Su deseo era custodiar su castidad, un valor que había nutrido en su fe sencilla pero profunda3.
Enceguecido por la rabia, Alessandro la apuñaló repetidamente con un punzón, hiriéndola mortalmente3. María fue trasladada al hospital de Nettuno, donde falleció al día siguiente, el 6 de julio de 19024,1,3. Antes de expirar, la pequeña mártir perdonó a su agresor, expresando a su madre su íntimo deseo de que Alessandro también pudiera alcanzar el Paraíso3. Este acto de perdón en su lecho de muerte es un testimonio conmovedor de la fuerza de su fe y del espíritu de caridad que animaba a toda la familia Goretti1,5.
El Papa Juan Pablo II destacó que María Goretti eligió la muerte cuando no pudo defender su pureza virginal de ninguna otra manera, un acto de fortaleza que no podía provenir solo de su frágil naturaleza, sino que era un don del Espíritu Santo6,7.
Canonización y Legado
La santificación de María Goretti mediante el martirio por la defensa de su pureza fue reconocida por la Iglesia Católica4. El 27 de abril de 1947, María Goretti fue proclamada beata por el Papa Pío XII3,8. Tres años más tarde, el 24 de junio de 1950, el mismo Papa Pío XII la canonizó en la Plaza de San Pedro, en presencia de una multitud inmensa, incluyendo a su madre Assunta Goretti, entonces de ochenta y dos años, y a sus hermanos3,8. Este fue uno de los eventos de canonización más concurridos de la historia8.
Pío XII se refirió a ella como «la dulce pequeña mártir de la pureza»1,5,2. En su homilía de canonización, el Papa Pío XII la presentó como un ejemplo luminoso para los jóvenes, especialmente en un mundo que a menudo lucha por comprender la belleza y el valor de la castidad1. El 6 de julio se celebra su fiesta3.
El Perdón y la Conversión de Alessandro Serenelli
La historia de Santa María Goretti no estaría completa sin mencionar la extraordinaria conversión de su asesino, Alessandro Serenelli. Condenado a prisión, Alessandro se convirtió en 19103. Se relata que María Goretti se le apareció en sueños, recogiendo flores y ofreciéndoselas, lo que marcó un cambio profundo en él8. Tras cumplir su condena, en 1928, Alessandro pidió perdón a Assunta Goretti, la madre de María, y comulgó junto a ella3. Vivió el resto de su vida en un estado de arrepentimiento y expiación, llegando a ser jardinero en un convento capuchino1,8. Este acto de perdón, tanto de María en su lecho de muerte como de su madre, subraya la importancia de la misericordia en la enseñanza católica1.
Maestra de Castidad y Fortaleza
Santa María Goretti es un modelo de pureza y fortaleza, especialmente para los jóvenes. En una época marcada por el materialismo práctico y la violencia, su vida se convierte en un mensaje de esperanza5. Con su heroísmo silencioso, María Goretti enseña a redescubrir en Cristo el valor de la verdad que libera al hombre de la esclavitud de las realidades materiales, y a saborear la auténtica belleza y el bien que vence al mal6. Su ejemplo anima a todos los bautizados a la santidad, a defender la pureza del corazón y del cuerpo, y a luchar contra el mal y el pecado a través de la oración y la observancia de los mandamientos6.
La Iglesia ha reconocido el papel de la familia como el primer y fundamental lugar para la santificación de sus miembros, y el ambiente familiar de María le permitió asimilar una confianza inquebrantable en el amor providente de Dios1. Su martirio, que ocurrió a principios del siglo XX, fue visto como un presagio del «siglo de los mártires»1.
Devoción y Santuarios
La devoción a Santa María Goretti se ha extendido por todos los continentes, inspirando admiración y una sed de Dios1. El santuario de la Madonna delle Grazie en Nettuno, donde reposan sus restos mortales, es un destino constante de peregrinaciones3. La historia de María Goretti es única en la hagiografía, destacando la fuerza de la gracia divina que otorga a los indefensos la fuerza del martirio7,8.
Su vida es un recordatorio de que la virginidad, en el sentido moral, significa la reverencia por la integridad corporal sugerida por un motivo virtuoso, y puede existir incluso después de una violación corporal cometida contra la voluntad de una mujer9. El martirio de Santa María Goretti por la defensa de una virtud cristiana la hace tan mártir como si hubiera muerto por la fe cristiana8.
Citas
Papa Juan Pablo II. Mensaje al Obispo de Albano, con motivo del 1er centenario de la muerte de Santa María Goretti (6 de julio de 2002) (2002). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Papa Pío XII. Maria Goretti (1890-1902) - Homilía de beatificación (1950). ↩ ↩2
El Dicasterio para las Causas de los Santos. Maria Goretti (1890-1902) - Biografía (1950). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Papa Juan Pablo II. 1 de septiembre de 1979: Santuario de Nettuno - Homilía, § 3 (1979). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Al pueblo de Latina (29 de septiembre de 1991) - Discurso (1991). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. 29 de septiembre de 1991: Misa en el Estadio Municipal de Latina - Homilía (1991). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. Al clero y religiosos de la diócesis (29 de septiembre de 1991) - Discurso (1991). ↩ ↩2
B7: San Cirilo y San Metodio, arzobispo de Sirmium (d.C. 869 y 884), Alban Butler. Butler’s Lives of the Saints: Volumen III, § 33. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Virginidad, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Virginidad. ↩