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Cruz

Santa Narcisa de Jesús

Santa Narcisa de Jesús
Sta. Narcisa de Jesús Martillo Morán. Dominio Público.

Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán fue una laica ecuatoriana del siglo XIX, venerada en la Iglesia Católica por su vida de profunda santidad, oración intensa y dedicación al servicio de Dios y del prójimo. A pesar de haber recibido gracias extraordinarias, vivió una existencia de gran sencillez, trabajando como costurera y sirviendo como catequista. Su ejemplo de fe, mortificación y amor apasionado por Jesús la convierte en un modelo de perfección cristiana accesible para todos los fieles, especialmente para las mujeres latinoamericanas que enfrentan la migración y la búsqueda de sustento.

Tabla de contenido

Primeros Años y Vocación Temprana

Narcisa de Jesús Martillo Morán nació en 1832 en el pueblo de San José de Nobol, en la provincia de Guayas, Ecuador. Fue la sexta de nueve hijos de Pedro Martillo y Josefina Morán, terratenientes de profunda fe y gente sencilla. Su padre era conocido por su inteligencia y dedicación al trabajo, lo que les permitió alcanzar una buena posición económica. La familia era muy devota de Santa Mariana de Jesús y San Jacinto de Polonia, santos venerados en la región1.

A la edad de seis años, en 1838, Narcisa sufrió la pérdida de su madre. Con el apoyo de una maestra y su hermana mayor, adquirió diversas habilidades prácticas y artísticas. Aprendió a leer, escribir, cantar, tocar la guitarra, coser con gran maestría, tejer, bordar y cocinar. Poseía notables cualidades, con una particular inclinación por la música, y su oración a menudo se manifestaba en cantos íntimos y piadosos1. Desde temprana edad, al recibir el sacramento de la Confirmación, Narcisa sintió claramente en su corazón la llamada a una vida de santidad y entrega a Dios2,3,4,5.

Vida de Oración y Mortificación

Una característica distintiva de la vida de Santa Narcisa fue su profunda unión con Dios a través de la oración6,7. Dedicaba ocho horas diarias a la oración en soledad y silencio. Además, pasaba otras cuatro horas durante la noche en oración, utilizando instrumentos de penitencia como una corona de espinas y apoyándose sobre una cruz con clavos6,7. Algunos testigos afirmaron haberla visto en éxtasis en varias ocasiones, durante los cuales se sentía reconfortada por la presencia de Jesús6,7.

Su amor apasionado por Jesús la llevó a emprender un camino de intensa oración y mortificación, identificándose cada vez más con el misterio de la Cruz2,3,4,5. Se sabía que había hecho votos privados de virginidad perpetua, pobreza, obediencia, clausura, vida eremítica, ayuno a pan y agua, comunión diaria, confesión, mortificación y oración, los cuales mantuvo fielmente. Vivía en continua unión con Jesucristo y sus mortificaciones eran muy severas, llevando constantemente en su cuerpo los signos de la crucifixión del Señor8. Tenía una fe firme y una admirable esperanza, y los médicos se asombraban de cómo podía sobrevivir con tan poca comida8.

Para secundar dócilmente la acción del Espíritu Santo en su alma, Narcisa siempre buscó el consejo y la guía de sacerdotes buenos y expertos, considerando la dirección espiritual como uno de los medios más eficaces para alcanzar la santificación2,3,4,5.

Sencillez de Vida y Apostolado

A pesar de las abundantes y extraordinarias gracias recibidas, la existencia de Santa Narcisa transcurrió con gran sencillez2,3,4,5. Se dedicó a su trabajo como costurera y a su apostolado como catequista2,3,4,5. Su vida pura, piadosa, trabajadora y apostólica transmite un mensaje muy actual8.

Narcisa de Jesús es presentada como un modelo de virtud, especialmente para muchas mujeres de América Latina que, como ella, tuvieron que emigrar del campo a la ciudad en busca de trabajo y sustento6,7. En sus treinta y siete años de vida, marcados por continuas mortificaciones y duras penitencias corporales, se observa la constante aplicación de la sabiduría de la Cruz en cada circunstancia de su vida6,7. Estaba firmemente convencida de que el camino de la santidad pasa por la humillación y la abnegación, es decir, por sentirse crucificada con Cristo7.

Legado y Canonización

El cuerpo de Narcisa de Jesús permaneció flexible y exhalaba un buen perfume durante mucho tiempo después de su muerte, y se atribuyeron muchas gracias a su intercesión. Lima la aclamó como santa, al igual que la gente de Guayaquil y Nobol. Las hermanas dominicas del Patrocinio custodiaron la memoria de sus virtudes y su sepulcro con gran veneración, hasta que su cuerpo, que se encontró prácticamente incorrupto, fue trasladado a Guayaquil en 19558.

El proceso diocesano de canonización fue entregado a la Congregación para las Causas de los Santos en 1964. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 25 de octubre de 19928,1. Posteriormente, el 22 de agosto de 1998, se dedicó un Santuario en su honor en Nobol, donde actualmente se conserva su cuerpo incorrupto8.

Finalmente, el Papa Benedicto XVI la canonizó el 12 de octubre de 2008 en la Plaza de San Pedro1. La devoción a la «Niña Narcisa» evidencia la identificación espontánea del pueblo sencillo con esta mujer de la costa ecuatoriana8. Su fiesta se celebra el 8 de diciembre1.

Virtudes y Mensaje para Hoy

Santa Narcisa de Jesús nos muestra un camino de perfección cristiana accesible a todos los fieles2,3,4,5. Su vida es un ejemplo completo de una respuesta pronta y generosa a la invitación del Señor a participar en su amor2,3,4,5. A través de su testimonio, la Iglesia nos invita a seguir a Jesús en el camino de la cruz para heredar la vida eterna2,3,4,5.

Su ejemplo nos alienta, sus enseñanzas nos guían y consuelan, y su intercesión nos sostiene en las dificultades diarias, para que un día también podamos compartir con ella y con todos los santos la alegría del banquete eterno en la Jerusalén celestial2,3,4,5.

Citas

  1. Resumen biográfico, El Dicasterio para las Causas de los Santos. Narcisa de Jesús Martillo Morán (1832-1869) - Biografía (2008). 2 3 4 5

  2. Papa Benedicto XVI. Alfonsa dell’Immacolata Concezione (1910-1946) - Homilía (2008). 2 3 4 5 6 7 8 9

  3. Papa Benedicto XVI. María Bernarda (Verena) Bütler (1848-1924) - Homilía (2008). 2 3 4 5 6 7 8 9

  4. Papa Benedicto XVI. Narcisa de Jesús Martillo Morán (1832-1869) - Homilía (2008). 2 3 4 5 6 7 8 9

  5. Papa Benedicto XVI. Gaetano Errico (1791-1860) - Homilía (2008). 2 3 4 5 6 7 8 9

  6. Papa Juan Pablo II. Narcisa de Jesús Martillo Morán (1832-1869) - Homilía de beatificación, § 4 (2008). 2 3 4 5

  7. Papa Juan Pablo II. 25 de octubre de 1992: Beatificación de 122 mártires españoles y una laica ecuatoriana - Homilía (1992). 2 3 4 5 6

  8. El Dicasterio para las Causas de los Santos. Narcisa de Jesús Martillo Morán (1832-1869) - Una vida de santidad (2008). 2 3 4 5 6 7