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Santa Rosa de Lima

Santa Rosa de Lima
Dominio Público.

Santa Rosa de Lima, nacida Isabel Flores de Oliva en 1586, fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo y es venerada como patrona de Perú, América Latina, las Indias y Filipinas. Su vida, marcada por una profunda piedad, austeridad y dedicación a Dios desde temprana edad, la llevó a unirse a la Tercera Orden Dominicana. A pesar de las dificultades familiares y la pobreza, se distinguió por su incansable trabajo, su caridad hacia los necesitados y sus intensas prácticas de penitencia, que ofrecía por la conversión de los pecadores y la salvación de las almas. Fue beatificada en 1668 y canonizada en 1671, dejando un legado de santidad y devoción que continúa inspirando a millones de fieles.

Tabla de contenido

Biografía y Primeros Años

Isabel Flores de Oliva nació el 20 de abril de 1586 en Lima, Perú, en el seno de una familia de origen español. Fue la décima de trece hijos de Gaspar de Flores y María de Oliva1. Desde su infancia, se destacó por su gran reverencia y amor por todo lo relacionado con Dios2. Su belleza era notable, y fue su nodriza, Marianna, de origen indígena, quien le dio el nombre de Rosa1. Este nombre fue confirmado durante su confirmación en 1597, después de que su rostro se viera transformado por una rosa mística2.

Desde muy joven, la vida de Rosa estuvo dedicada a la oración y la mortificación2. Desarrolló una profunda devoción al Niño Jesús y a su Santísima Madre, pasando horas ante su altar2. Su modelo de vida fue Santa Catalina de Siena, y se propuso imitarla en sus prácticas ascéticas1,2.

Vida Religiosa y Ascetismo

A pesar de las objeciones de sus padres, quienes deseaban que se casara, Rosa estaba decidida a hacer un voto de virginidad2. Llevó a cabo ayunos tres veces por semana y añadió penitencias secretas. Para combatir la vanidad, se cortó su hermoso cabello y usó ropa áspera, además de endurecer sus manos con el trabajo2. La familia de Rosa experimentó la pobreza debido al fracaso de los negocios de su padre, lo que la llevó a trabajar arduamente como sirvienta, en el huerto y como bordadora hasta altas horas de la noche1.

A la edad de veinte años, recibió el hábito de la Tercera Orden de Santo Domingo1,2. A partir de entonces, redobló la severidad y variedad de sus penitencias a un grado heroico2. Se le atribuyen mortificaciones y castigos corporales de todo tipo1. Constantemente usaba una corona de metal con púas, oculta por rosas, y una cadena de hierro alrededor de su cintura2. Pasaba días sin comida, salvo un trago de hiel mezclado con hierbas amargas. Cuando ya no podía permanecer de pie, buscaba reposo en una cama que ella misma había construido con vidrios rotos, piedras, tiestos y espinas, admitiendo que la idea de acostarse en ella la hacía temblar de pavor2. Este «martirio de su cuerpo» continuó durante catorce años sin relajación, pero no sin consuelo2.

En su hogar materno, creó una especie de refugio para los necesitados, donde asistía a niños y ancianos abandonados, especialmente a aquellos de origen indígena1. Sus días estaban llenos de actos de caridad e industria; su exquisito encaje y bordado ayudaban a sostener su hogar, mientras que sus noches las dedicaba a la oración y la penitencia2. Cuando su trabajo se lo permitía, se retiraba a una pequeña gruta que había construido con la ayuda de su hermano en su pequeño jardín, y allí pasaba sus noches en soledad y oración2. Con el consentimiento de su confesor y superando la oposición de sus padres, se le permitió más tarde convertirse prácticamente en una reclusa en esta celda, salvo por sus visitas al Santísimo Sacramento2.

Experiencias Místicas y Milagros

Durante su vida, el Señor se le manifestó con frecuencia, inundando su alma con una paz y alegría inexpresables, dejándola en éxtasis durante horas2. En estos momentos, ofrecía todas sus mortificaciones y penitencias en expiación por las ofensas contra la Divina Majestad, por la idolatría de su país, por la conversión de los pecadores y por las almas del Purgatorio2. Rosa fue examinada por una comisión mixta de religiosos y científicos que juzgaron sus experiencias místicas como verdaderos «dones de gracia»1.

Se le atribuyen numerosas conversiones y milagros. Uno de los más conocidos es la frustrada invasión de los piratas holandeses a Lima en 1615, un evento que se consideró un milagro atribuido a su intercesión1.

Muerte y Canonización

Santa Rosa de Lima falleció el 23 de agosto de 1617, a la edad de treinta y un años3,1,4. Su muerte ocurrió en la noche del 23 de agosto de 1617, después de haber renovado sus votos religiosos y repetido varias veces: «Jesús, sé conmigo»1. La inmensa multitud que participó en su funeral ya la consideraba una santa1. Después de su muerte, cuando su cuerpo fue trasladado a la Capilla del Rosario, se dice que la Virgen de la estatua ante la cual la santa había orado tantas veces, le sonrió por última vez, y la multitud presente gritó «¡milagro1.

Fue beatificada por el Papa Clemente IX el 15 de abril de 16681,2. Tres años después, el 12 de abril de 1671, fue canonizada por el Papa Clemente X en la Basílica Vaticana, convirtiéndose en la primera santa canonizada del Nuevo Mundo3,1,2,5,6,4.

Patronazgo y Legado

Santa Rosa de Lima es la patrona principal de Perú, de toda América Latina, de las Indias y de las Filipinas1,5,6,4. También es invocada como protectora de floristas y jardineros, contra las erupciones volcánicas, y en casos de heridas o para la solución de disputas familiares1. Su fiesta se celebra el 23 de agosto1. Anteriormente, se celebraba el 30 de agosto2,7.

Su santidad es un testimonio de la florecimiento de la vida cristiana en América, que con el paso de los años echó raíces hasta madurar en frutos selectos8. El Papa Pío XII la describió como «el primer lirio de los valles y la rosa de Jericó», el «primer capullo de santidad en toda América»9. Su ejemplo de dedicación a Dios a través de la oración, la penitencia y el servicio a los demás continúa siendo un modelo heroico de vida cristiana6.

Un Año Jubilar conmemoró los 400 años de la muerte de Santa Rosa con el lema: «400 años intercediendo por ti», en referencia a las miles de oraciones que la Santa ha recibido y concedido a lo largo de cuatro siglos1. Su figura es un recordatorio de que la gracia es el fruto de la paciencia, como ella misma gustaba de repetir: «Si los seres humanos supieran lo que es vivir en gracia, ningún sufrimiento los asustaría y con gusto sufrirían cualquier dificultad, porque la gracia es el fruto de la paciencia»4.

Citas

  1. Resumen biográfico, El Dicasterio para las Causas de los Santos. Rosa da Lima (1586-1617) - Biografía (1671). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

  2. Santa Rosa de Lima, La Prensa de la Enciclopedia. Enciclopedia Católica, §Santa Rosa de Lima. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

  3. Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 449. 2

  4. Reflexión sobre varios santos, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 20 de agosto de 2008: Reflexión sobre varios Santos (2008). 2 3 4

  5. Dicasterio para las Causas de los Santos. Maria Troncatti: Omelia nella beatificazione (24 novembre 2012), § 2 (2012). 2

  6. Capítulo II - Los frutos de la santidad en América, Papa Juan Pablo II. Ecclesia in America, § 15 (1999). 2 3

  7. B30: Santa Rosa de Lima, virgen (d.C. 1617), Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 448.

  8. Papa Juan Pablo II. 3 de febrero de 1985: Misa para las familias en el Hipódromo de Monterrico en Perú - Homilía, § 2 (1985).

  9. Ai cattolici convenuti da tutto il Perú nella città di Arequipa per il congresso eucaristico, Papa Pío XII. Mensaje radiofónico En este solemne con motivo del Congreso Eucarístico de Arequipa (27 de octubre de 1940) (1940).