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Santa Teresa de Lisieux

Santa Teresa de Lisieux
Detalle de santa Teresa del Niño Jesús en la fotografía tomada en el patio del monasterio de Lisieux el Lunes de Pascua, 15 de abril de 1895. Les archives du Carmel de Lisieux, Céline Martin, CC0

Santa Teresa de Lisieux, conocida también como Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, fue una monja carmelita francesa que, a pesar de su corta vida de 24 años a finales del siglo XIX, se convirtió en una de las santas más queridas y reconocidas de la Iglesia Católica. Su «pequeña vía» de infancia espiritual, basada en la confianza y el amor incondicional a Dios, ha iluminado a innumerables almas y su profunda doctrina espiritual le valió el título de Doctora de la Iglesia. Su autobiografía, Historia de un alma, es un testimonio conmovedor de su camino hacia la santidad, que enfatiza la importancia de realizar los pequeños deberes cotidianos con gran amor y abandono en la misericordia divina.

Tabla de contenido

Vida Temprana y Vocación

Marie Françoise Thérèse Martin nació el 2 de enero de 1873 en Alençon, Francia, siendo la menor de nueve hijos de Louis y Zélie Martin, ambos padres ejemplares que habían deseado consagrar sus vidas a Dios en la vida religiosa1,2. Cinco de sus hijas se hicieron religiosas, con cuatro de ellas ingresando al convento carmelita de Lisieux1.

Teresa creció en un ambiente de profunda fe, donde sus virtudes y aspiraciones espirituales fueron cuidadosamente cultivadas1,2. Desde muy joven, mostró una inteligencia aguda y una mente impresionable2. Su vocación religiosa se manifestó en su infancia, y a los quince años, solicitó permiso para ingresar al Carmelo1. A pesar de ser inicialmente rechazada por la superiora debido a su corta edad, viajó a Roma con su padre en 1887 para pedirle permiso directamente al Papa León XIII, quien celebraba su jubileo3,1,4,5. El Papa, aunque impresionado por su determinación, dejó la decisión en manos de la superiora1,5. Finalmente, el 9 de abril de 1888, Teresa Martin ingresó al convento carmelita de Lisieux a la edad de quince años, donde ya se encontraban dos de sus hermanas1,4,5.

La Vida Carmelita y la «Pequeña Vía»

Los once años de su vida religiosa estuvieron marcados por gracias significativas y un constante crecimiento en santidad1. En el Carmelo, Teresa abrazó la austera vida de la orden con el propósito de salvar almas, especialmente las de los sacerdotes católicos6. Su noviciado fue notable; su maestra de novicias testificó que Teresa sorprendió a la comunidad por su dignidad, inusual para una joven de quince años5. El Padre Pichon, S.J., quien dirigió un retiro para las monjas, afirmó que el Espíritu Santo la guiaba y que no recordaba haber tenido que advertirle sobre ilusiones5.

Fue en el Carmelo donde Teresa desarrolló y vivió su «pequeña vía» de la infancia espiritual, un camino que la llevó a una profunda comprensión del misterio de la Iglesia y la impulsó en su vocación apostólica y misionera4. Esta «pequeña vía» es un camino de santidad para todos, que se resume en la confianza y el amor incondicional a Dios7,8. Teresa creía que no era necesario realizar grandes acciones para alcanzar la santidad, sino que el amor heroico podía fluir del cumplimiento de las cosas más pequeñas y cotidianas6,9. Como ella misma escribió en su autobiografía, Historia de un alma: «No hay más que una cosa que hacer: arrojar a Jesús las flores de los pequeños sacrificios»9.

La «pequeña vía» de Teresa se basa en la convicción de que Dios nos ama inmensamente, y por eso podemos confiar en que Él nos capacitará para amarlo a cambio10. Es un camino de abandono en la bondad divina, donde la confianza en que Dios quiere hacernos santos es suficiente para que Él lo logre10. Ella no confiaba en sus propias energías para alcanzar la santidad, sino en la gracia de Dios6,10. Esta scientia amoris (ciencia del amor), como la llamó San Juan Pablo II, es la verdad de la fe que brilla en el amor, y Teresa la expresó principalmente en la historia de su vida11.

Sufrimiento y Muerte

Durante su vida religiosa, Teresa enfrentó diversas pruebas, incluyendo la enfermedad de su amado padre, Louis Martin, quien falleció en 18944,12. En la noche entre el Jueves Santo y el Viernes Santo de 1896, experimentó los primeros síntomas de la tuberculosis, la enfermedad que finalmente la llevaría a la muerte4,12. A pesar de sus sufrimientos físicos y pruebas espirituales, Teresa aceptó su enfermedad como una visita misteriosa del Esposo divino4,12. Durante los últimos dieciocho meses de su vida, su salud se deterioró y fue trasladada a la enfermería del convento12,4. En este tiempo, hizo tres declaraciones que han resonado en todo el mundo: «Nunca he dado a Dios nada más que amor, y con amor me pagará. Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas»; «Pasaré mi Cielo haciendo el bien en la tierra»; y «Mi 'pequeña vía' es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y la entrega absoluta»12.

Falleció el 30 de septiembre de 1897, a la edad de 24 años, con las palabras «¡Dios mío, te amo!» en sus labios, sellando así su vida de amor4,9.

Reconocimiento por la Iglesia

El impacto de Santa Teresa de Lisieux en la Iglesia fue rápido y profundo. La fama de su santidad y los numerosos milagros atribuidos a su intercesión llevaron a la introducción de su causa de canonización tan solo diecisiete años después de su muerte, el 10 de junio de 19141,7.

Legado y Doctrina Espiritual

La doctrina espiritual de Santa Teresa de Lisieux, a menudo resumida en su «pequeña vía», ha ayudado a extender el Reino de Dios. Su mensaje, que enfatiza la confianza en el amor misericordioso de Dios, la humildad de la infancia espiritual y el valor de las pequeñas acciones realizadas con amor, ha resonado en toda la Iglesia6,14.

Su autobiografía, Historia de un alma, publicada un año después de su muerte, tuvo un éxito inmediato y ha sido traducida a numerosos idiomas, difundiendo su devoción por todo el mundo11,1. En esta obra, Teresa nos enseña que la vida cristiana consiste en vivir plenamente la gracia del Bautismo en la entrega total de uno mismo al Amor del Padre, para vivir como Cristo, en el fuego del Espíritu Santo, su mismo amor por los demás11.

Teresa descubrió en el Evangelio la Misericordia Infinita de Jesús, viendo en ella un espejo donde todos los demás atributos divinos, incluso la Justicia, aparecen revestidos de Amor11. Su «ciencia del amor» no se opone al conocimiento académico, sino que lo complementa, siendo la «ciencia más elevada» que los santos extraen de la oración11.

La Iglesia ha reconocido la profundidad de su enseñanza, con varios Papas elogiando su doctrina. Pío X la consideró «la santa más grande de los tiempos modernos»3,13. Benedicto XV alabó su conocimiento de las realidades divinas3,13. Pío XII afirmó que Teresa penetró hasta el corazón mismo del Evangelio con su doctrina13. San Juan Pablo II, al declararla Doctora de la Iglesia, enfatizó que el Espíritu de Dios le permitió revelar directamente a la gente de nuestro tiempo el misterio fundamental del Evangelio3,13. Más recientemente, el Papa Francisco ha dedicado una Exhortación Apostólica a Santa Teresa, destacando su «pequeña vía de confianza y amor»3.

Su vida y enseñanzas continúan siendo una guía para todos, especialmente para aquellos que se sienten pequeños e imperfectos, recordándonos que la santidad es accesible a través de la confianza y el amor en las acciones más sencillas de la vida diaria11,6,10.

Citas

  1. St. Thérèse de Lisieux, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §St. Thérèse de Lisieux. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  2. B3: St Teresa de Lisieux, virgen (a.D. 1897), Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 16. 2 3

  3. Papa Francisco. «C’est la confiance»: Exhortación Apostólica del Santo Padre sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (15 de octubre de 2023), § 6 (2023). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  4. Papa Juan Pablo II. Divini Amoris Scientia, § 5 (1997). 2 3 4 5 6 7 8

  5. Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 17. 2 3 4 5

  6. Romanus Cessario, O.P. Los Canteros, § 3. 2 3 4 5 6

  7. Papa Juan Pablo II. Divini Amoris Scientia, § 2 (1997). 2 3 4 5 6

  8. B2. La pequeña vía de la confianza y el amor, Papa Francisco. «C’est la confiance»: Exhortación Apostólica del Santo Padre sobre la confianza en el amor misericordioso de Dios con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz (15 de octubre de 2023), § 15 (2023).

  9. Resumen biográfico, El Dicasterio para las Causas de los Santos. Teresa di Gesù Bambino (di Lisieux) (1873-1897) - Biografía (1925). 2 3 4 5

  10. Romanus Cessario, O.P. Los Canteros, § 4. 2 3 4

  11. Saint Teresa de Lisieux, Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 6 de abril de 2011: Santa Teresa de Lisieux (2011). 2 3 4 5 6 7 8

  12. Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen IV, § 19. 2 3 4 5 6 7 8

  13. Papa Juan Pablo II. Divini Amoris Scientia, § 10 (1997). 2 3 4 5 6 7

  14. Papa Juan Pablo II. Divini Amoris Scientia, § 8 (1997).