Séptima cruzada

La Séptima Cruzada (1248‑1254) fue la expedición militar liderada por el rey Luis IX de Francia con el objetivo de reconquistar los territorios cristianos perdidos en Tierra Santa, especialmente la estratégica ciudad de Damietta en Egipto. Convocada por el Papa Inocencio IV en el Concilio de Lyon (1245), la cruzada combinó la fe cristiana con la política real, marcando un hito en la historia de la cruzada papal y dejando profundas repercusiones tanto en la cristiandad occidental como en el mundo musulmán.
Tabla de contenido
Contexto histórico
Antecedentes políticos y eclesiásticos
Tras la caída de Jerusalén ante los sarracenos en 1244, la cristiandad se vio sumida en una crisis de confianza y urgencia por recuperar los lugares santos. El Concilio de Lyon (1245) proclamó formalmente la cruzada, aunque la falta de armonía entre el Papa Inocencio IV y el Emperador Federico II obstaculizó su desarrollo inicial1.
Luis IX, conocido como «el Santo Rey», tomó la cruz en diciembre de 1244 y, pese a una grave enfermedad, se preparó para la campaña mientras su madre, Blanca de Castilla, ejercía la regencia en Francia2.
Motivaciones religiosas y estratégicas
La defensa de los Santos Lugares y la liberación de los cautivos cristianos fueron los principales preceptos teológicos que justificaron la empresa, tal como se subraya en la enciclopedia católica: «la expedición organizada por los cristianos occidentales para conquistar y mantener Jerusalén y la Basílica del Santo Sepulcro»3.
Estratégicamente, el control de Damietta, una puerta de entrada al Nilo y a Egipto, se consideró esencial para ejercer presión sobre el sultanato mameluco y abrir paso hacia la Tierra Santa.
Desarrollo de la cruzada
Preparativos y salida de Francia
Luis IX partió de París el 12 de junio de 1248, cruzó el Mediterráneo y arribó a la isla de Chipre, donde recibió una embajada del gran kan mongol, lo que alimentó esperanzas de una alianza contra los musulmanes1.
En Cipro, el rey francés también consolidó alianzas con la orden de los franciscanos y dominicos, enviando emisarios a la corte mongola para explorar una posible cooperación militar.
Conquista de Damietta (1249)
El 7 de junio de 1249, el ejército cruzado tomó Damietta tras un asalto naval y terrestre, marcando la primera gran victoria de la campaña1.
Sin embargo, la ocupación resultó temporal; la presión mameluca y la falta de recursos logísticos obligaron a los cruzados a avanzar hacia el interior de Egipto.
Derrota en Mansurá y captura del rey
En diciembre de 1249, el hermano de Luis, Roberto de Artois, lideró una ofensiva imprudente en las calles de Mansurá, que culminó en una desastrosa derrota y la captura de gran parte del ejército cristiano4.
El 5 de abril de 1250, el propio Luis IX fue hecho prisionero, quedando aislado de Damietta y enfrentando una dura negociación con los mamelucos1.
Negociación y liberación
Los mamelucos exigieron la entrega de Damietta y el pago de un millón de bezantes como rescate. Luis aceptó los términos, renunciando a la ciudad y asegurando la liberación de los prisioneros cristianos, incluidos sus propios soldados y nobles1.
Tras su liberación, el rey regresó a Palestina, permaneciendo allí hasta 1254, donde reforzó las defensas de los enclaves cristianos como San Juan de Acre, Cesarea, Jaffa y Sidón1.
Consecuencias y legado
Impacto en la cristiandad occidental
La Séptima Cruzada reforzó la imagen de Luis IX como monarca sacro y modelo de realeza cristiana, pese a la derrota militar. Su piedad y dedicación al oficio divino fueron celebradas en la hagiografía medieval, como se refleja en la obra de Butler, que destaca su constancia en la oración incluso en cautiverio5.
La campaña inspiró movimientos populares posteriores, como la Cruzada de los Pastoreaux, que surgió en 1251 como una respuesta popular al fracaso de la cruzada oficial y al deseo de rescatar al rey cautivo6.
Repercusiones en el mundo musulmán
La captura y posterior liberación de Luis IX consolidó el poder de los mamélucos, quienes demostraron su capacidad para negociar con los reyes cristianos y mantener el control sobre Egipto y la costa del Levante.
La pérdida de Damietta y la derrota en Mansurá marcaron el fin de los intentos europeos de establecer una base permanente en Egipto durante el siglo XIII.
Significado teológico y eclesiástico
La cruzada subrayó la estrecha relación entre la autoridad papal y la monarquía cristiana, evidenciando cómo los papas utilizaban la idea de la cruzada como instrumento de unidad espiritual y política.
La experiencia de Luis IX sirvió de modelo para futuros pontífices, que seguirían promoviendo cruzadas como medio de defensa de la fe y liberación de los santos lugares.
Organización de la cruzada
Estructura militar y eclesiástica
Comandancia: Luis IX como Gran Maestre y su hermano Roberto de Artois como Comandante de la primera línea.
Ordenes militares: participación activa de los Franciscanos y Dominicos como capellanes y asesores espirituales, facilitando la celebración de la Misa y la confesión del ejército.
Financiación y logística
La financiación provino de impuestos reales, donaciones de la nobleza francesa y la recaudación de diezmos decretados por el Papa.
La logística incluyó la construcción de una flota en Alicante y la contratación de mercenarios genoveses para el transporte de tropas y suministros.
Evaluación historiográfica
Perspectiva tradicional
- Los historiadores clásicos, como Alban Butler, describen la cruzada como una muestra de la santa devoción del rey y su disposición a sacrificar su vida por la fe cristiana5.
Enfoque revisionista
- Estudios contemporáneos, como los de Jeffrey L. Morrow, analizan la cruzada dentro del marco del reinado davidiano de Luis IX, resaltando la intersección entre la reforma administrativa y la misión religiosa, más que un simple acto militar7.
Citas
Cruzadas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cruzadas. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
San Luis IX, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Luis IX. ↩
Cruzadas, las, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Cruzadas, Las (2015). ↩
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 400. ↩
Alban Butler. Vidas de los Santos de Butler: Volumen III, § 401. ↩ ↩2
Cruzada de los Pastores, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cruzada de los Pastores. ↩
Monarquía davídica, Jeffrey L. Morrow. Una vez no hubo Iglesia ni Estado: Reimaginando el orden social a la luz de la historia del siglo XIII, § 7. ↩