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Signos de los tiempos

Los signos de los tiempos son eventos y fenómenos en la historia humana que, por su impacto o extensión, definen una época y expresan necesidades y aspiraciones particulares de la humanidad en ese momento. La Iglesia Católica tiene la responsabilidad de discernir estos signos e interpretarlos a la luz del Evangelio para cumplir su misión de anunciar la verdad y responder a las preguntas fundamentales de cada generación sobre la vida presente y futura. Este concepto, arraigado en las enseñanzas de Jesús y desarrollado significativamente por el Concilio Vaticano II, invita a los fieles a una vigilancia constante y a una participación activa en la construcción del Reino de Dios en el mundo.

Tabla de contenido

Definición y Origen Bíblico

El término «signos de los tiempos» (signa temporum) se refiere a aquellos acontecimientos o fenómenos históricos que, debido a su magnitud o influencia, caracterizan una era y manifiestan las necesidades y anhelos específicos de la humanidad en ese período1. La expresión tiene sus raíces en las palabras de Jesús, quien reprendió a sus contemporáneos por saber interpretar el aspecto del cielo, pero no los signos de los tiempos (Mt 16,3-4)2. Esta amonestación resuena como una invitación para los cristianos a discernir la presencia y acción del Espíritu de Dios en la historia2.

La comprensión cristiana de los signos de los tiempos se relaciona con la novedad escatológica introducida por la venida del Logos entre nosotros (Jn 1,14)2. Aunque la venida gloriosa de Cristo es inminente y podría ocurrir en cualquier momento, los tiempos y las estaciones están fijados por la autoridad del Padre (Hch 1,7; Mc 13,32)3,4. Por lo tanto, los intentos de predecir el fin del mundo son engañosos5. Sin embargo, la historia avanza hacia su meta, y la Iglesia está llamada a estar vigilante y preparada4.

Interpretación en la Iglesia Católica

La Iglesia Católica, consciente de su historicidad y de su presencia en el mundo aunque no sea del mundo (Jn 17,11, 15, 18), no puede ser indiferente a lo que sucede en el mundo, sea bueno o malo1. El Concilio Vaticano II enfatizó la importancia de que la Iglesia «lea los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio»6,7. Esta tarea es crucial para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión de anunciar la verdad revelada y responder a las preguntas recurrentes de las personas sobre el sentido de la vida presente y futura6.

La responsabilidad de interpretar los signos de los tiempos implica una conciencia y comprensión de las aspiraciones, anhelos y a menudo los aspectos dramáticos del mundo actual6. Este discernimiento no solo busca entender el mundo, sino también profundizar la propia comprensión de Cristo y del Evangelio, ya que Cristo es el Salvador del mundo8. Es una oportunidad para que la Iglesia, como cuerpo de Cristo, profundice su conocimiento del Señor y de su amor, y de sí misma9.

El discernimiento requiere distinguir cuidadosamente entre los elementos compatibles con el Evangelio y aquellos que le son contrarios, entre las contribuciones positivas y los aspectos ideológicos8. La Iglesia, guiada por el Espíritu del Señor que llena el mundo entero, busca identificar en los acontecimientos, las necesidades y los anhelos del mundo actual lo que puede ser verdaderamente un signo de la actividad del Espíritu6.

Signos de los Tiempos en la Enseñanza de los Papas

Los Papas contemporáneos han profundizado en el concepto de los signos de los tiempos, aplicándolo a los desafíos y esperanzas de cada época.

San Juan Pablo II

San Juan Pablo II instó a una mejor apreciación y comprensión de los signos de esperanza presentes a finales del siglo XX, como los avances en ciencia, tecnología y medicina (siempre que respeten la dignidad humana), el creciente sentido de responsabilidad ambiental, y los esfuerzos por salvaguardar la paz, la justicia y superar el subdesarrollo y la violación de los derechos humanos10. Él subrayó que el Espíritu Santo nos asiste para leer estos signos y que la Iglesia debe proclamar la enseñanza moral y doctrinal «a tiempo y a destiempo»11. También destacó que la Iglesia es una fuerza dinámica en el camino de la humanidad hacia el reino escatológico, siendo signo y promotora de los valores evangélicos a través de su testimonio y actividades como el diálogo, la promoción humana, el compromiso con la justicia y la paz, la educación y la ayuda a los necesitados12.

En su encíclica Christifideles Laici, San Juan Pablo II invitó a mantener una mirada atenta sobre el mundo, con sus problemas y valores, su inquietud y sus esperanzas, sus derrotas y sus triunfos, para discernir los auténticos signos de la presencia y el propósito de Dios13.

Papa Francisco

El Papa Francisco ha exhortado a todas las comunidades a un «escrutinio siempre vigilante de los signos de los tiempos»14. Él considera que esta es una responsabilidad grave, ya que ciertas realidades actuales, si no se abordan eficazmente, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir14. Es necesario distinguir claramente lo que puede ser fruto del Reino de Dios de lo que va en contra de su plan14.

En Laudato Si', el Papa Francisco señala que, si bien la Iglesia no tiene una opinión definitiva sobre muchas cuestiones concretas y fomenta el debate entre expertos, es innegable que «nuestra casa común se está cayendo a pedazos»15. Él ve en los desastres naturales a gran escala y en las crisis sociales y financieras signos de que las cosas están llegando a un punto de ruptura, indicando que el sistema mundial actual es insostenible15. En Spes non confundit, el Papa Francisco reitera que debemos encontrar esperanza en los signos de los tiempos que el Señor nos da, reconociendo la inmensa bondad presente en el mundo y convirtiendo los anhelos del corazón humano por la presencia salvadora de Dios en signos de esperanza7.

Ejemplos Históricos y Contemporáneos

A lo largo de los siglos recientes, la historia ha sido testigo de importantes desarrollos sociales y culturales que pueden ser considerados signos de los tiempos8. Estos incluyen:

La Iglesia, en el pasado, a veces fue excesivamente cautelosa con estos movimientos, viendo solo las amenazas a la doctrina cristiana y descuidando su significado8. Sin embargo, gracias al sensus fidei del Pueblo de Dios, la visión clara de creyentes proféticos y el diálogo paciente de los teólogos con las culturas circundantes, estas actitudes han cambiado gradualmente8. Se ha logrado un mejor discernimiento a la luz del Evangelio, con una mayor disposición a ver cómo el Espíritu de Dios puede estar hablando a través de tales eventos8.

En la actualidad, los signos de los tiempos incluyen:

El Papel de la Iglesia en la Interpretación

La Iglesia no solo está llamada a leer los signos de los tiempos, sino también a interpretarlos y a actuar en consecuencia. Esta tarea es parte de su misión evangelizadora6. La Iglesia es el lugar donde se anuncia el Evangelio, se da testimonio de la justicia y la misericordia de Dios, y se participa en el drama de la vida humana1.

La Iglesia como «sal de la tierra» y «luz del mundo»

Jesús desea que sus discípulos sean la «sal de la tierra» y la «luz del mundo» (Mt 5,13-14)13. En este sentido, la Iglesia, al vivir según la mente de Cristo, acelera la venida del Reino de Dios, un «reino de justicia, amor y paz»19. Los cristianos no abandonan sus tareas terrenales, sino que las cumplen con rectitud, paciencia y amor19.

La Escatología y la Historia

La escatología, el estudio de las «últimas cosas», proporciona el marco para entender cómo la Iglesia interpreta los signos de los tiempos20. La promesa bíblica de la Segunda Venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el Juicio Final y la venida de la Jerusalén celestial, guía la comprensión de las acciones humanas y de los tiempos en que vivimos20. La Iglesia está convencida de que está tejiendo su vestido nupcial, cooperando activamente con la venida de Cristo en la historia21.

Aunque la Revelación ya está completa, su significado no ha sido completamente explicitado y la fe cristiana debe captar gradualmente su pleno sentido a lo largo de los siglos22. La Iglesia, especialmente durante el Adviento y la Cuaresma, y sobre todo en la Vigilia Pascual, relee y revive los grandes acontecimientos de la historia de la salvación en el «hoy» de su liturgia23.

La Esperanza Cristiana

La esperanza cristiana, anclada en la expectativa de «nuevos cielos» y «nueva tierra» (Ap 21,1), no disminuye la responsabilidad por el mundo actual, sino que la aumenta18,24. Los cristianos están llamados a contribuir con la luz del Evangelio a la construcción de un mundo más humano, en armonía con el plan de Dios18. La Eucaristía, con su tensión escatológica, impulsa a los fieles en su camino a través de la historia y siembra una semilla de esperanza viva en su compromiso diario18,25.

Conclusión

Los signos de los tiempos son una invitación constante a la Iglesia y a cada creyente a una vigilancia activa y un discernimiento profundo. No se trata de predecir el futuro, sino de reconocer la presencia del Espíritu Santo en los acontecimientos del mundo y responder a ellos a la luz del Evangelio2,7. La Iglesia, como «sal de la tierra» y «luz del mundo», tiene la tarea de interpretar estos signos para guiar a la humanidad hacia el Reino de Dios, que ya está presente y se espera en su plenitud13,12. Al hacerlo, la Iglesia no solo cumple su misión divina, sino que también ofrece esperanza y dirección a un mundo que busca significado y propósito7.

Citas

  1. Capítulo 2: Permanecer en la comunión de la Iglesia - 6. En diálogo con el mundo, Comisión Teológica Internacional. La teología hoy: perspectivas, principios y criterios, § 54 (2011). 2 3

  2. El Espíritu Santo como aquel que edifica el Reino de Dios, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 23 de septiembre de 1998, § 3 (1998). 2 3 4

  3. Sección 2 I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 673.

  4. Viaje apostólico a Madagascar, La Reunión, Zambia y Malawi - Celebración eucarística en Kwacha Park, Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico - Malawi: Celebración eucarística en «Kwacha Park» en Blantyre (5 de mayo de 1989) (1989). 2

  5. Segunda venida de Cristo al final de los tiempos, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 22 de abril de 1998, § 3 (1998).

  6. Capítulo 2: Permanecer en la comunión de la Iglesia - 6. En diálogo con el mundo, Comisión Teológica Internacional. La teología hoy: perspectivas, principios y criterios, § 51 (2011). 2 3 4 5

  7. Signos de esperanza, Papa Francisco. Spes non confundit - Bula de Convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025 (9 de mayo de 2024), § 7 (2024). 2 3 4

  8. Capítulo 2: Permanecer en la comunión de la Iglesia - 6. En diálogo con el mundo, Comisión Teológica Internacional. La teología hoy: perspectivas, principios y criterios, § 55 (2011). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11

  9. B3. Spes orans: razones para la esperanza - 3.1. El nuevo contexto, Comisión Teológica Internacional. La esperanza de salvación para los niños que mueren sin Bautismo, § 71 (2007).

  10. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 18 de noviembre de 1998 (1998).

  11. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de Indonesia en su visita ad Limina (7 de junio de 1980) - Discurso, § 6 (1980).

  12. Capítulo 2 - El Reino de Dios - La Iglesia al servicio del Reino, Papa Juan Pablo II. Redemptoris Missio, § 20 (1990). 2

  13. Introducción - Las urgentes necesidades del mundo actual: «¿por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada?», Papa Juan Pablo II. Christifideles Laici, § 3 (1988). 2 3

  14. Capítulo 2: En medio de la crisis del compromiso comunitario, Papa Francisco. Evangelii Gaudium, § 51 (2013). 2 3

  15. Capítulo 1 - VII. Una diversidad de opiniones, Papa Francisco. Laudato Si', § 61. 2 3

  16. Capítulo 1 - El Resucitado está siempre con nosotros - I. Desafíos y signos de esperanza para la Iglesia en Europa - Signos de esperanza, Papa Juan Pablo II. Ecclesia in Europa, § 11 (2003). 2 3

  17. Papa Francisco. Mensaje de Su Santidad el Papa Francisco para la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación [1 de septiembre de 2024] (27 de junio de 2024), § 5 (2024).

  18. Capítulo 1 - El misterio de la fe, Papa Juan Pablo II. Ecclesia de Eucharistia, § 20 (2003). 2 3 4 5

  19. Sección 1 La vocación del hombre: la vida en el Espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2046. 2

  20. Judith Wolfe. Mitos filosóficos del fin, § 2. 2

  21. B2. Criterios específicos - 2.2. Segundo criterio específico: El contraste - 2.5. El quinto criterio específico: La finalidad - 3) la plenitud escatológica de la venida de Cristo, Pontificia Comisión Bíblica. Biblia y Moral: Raíces bíblicas del obrar cristiano, § 145 (2008).

  22. Sección 1 «Creo» - «Creemos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 66.

  23. Sección 1 La economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1095.

  24. B5 - La Iglesia escatológica y el mundo material, Roch Kereszty. El Cuerpo y la Esposa de Cristo: La Iglesia como Sujeto Trascendente Único, §Communio: Revista Católica Internacional, vol. 46, n.º 2 (Verano 2019) (2019).

  25. Sección 2 Los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1404.