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Sociedad de María

La Sociedad de María, conocida comúnmente como los Maristas, es una familia de institutos religiosos católicos fundada en el siglo XIX en Francia, inspirada en la devoción a la Virgen María. Surgida en el contexto de la Restauración postrevolucionaria, esta congregación se centra en la evangelización, la educación cristiana y la misión ad gentes, con un carisma mariano que enfatiza la humildad, la sencillez y el servicio a los más necesitados. Compuesta por varias ramas —como los Padres Maristas, los Hermanos Maristas, las Hermanas Maristas y los Misioneros Maristas de la Sagrada Familia—, la Sociedad de María ha extendido su labor a lo largo de los continentes, destacando en la formación de la juventud y la proclamación del Evangelio en regiones remotas. Su espiritualidad, arraigada en la figura de María como modelo de fe y entrega, ha producido santos y beatos, y sigue siendo un pilar de la vida consagrada en la Iglesia católica contemporánea.

Tabla de contenido

Historia

Orígenes y fundación

La Sociedad de María tiene sus raíces en el Lyon francés de principios del siglo XIX, un período marcado por las secuelas de la Revolución Francesa y la necesidad de revitalizar la fe católica en una sociedad secularizada. El germen de la congregación surgió en 1816 entre un grupo de seminaristas del seminario de Saint-Irénée en Lyon, quienes, ante la oportunidad de la Restauración borbónica, soñaron con una sociedad religiosa dedicada a la Virgen María para reevangelizar Francia y el mundo.1 Entre estos jóvenes, destacaba Jean-Claude Colin, un sacerdote tímido y reflexivo nacido en 1790 en Saint-Bonnet-le-Troncy, quien se convertiría en el verdadero artífice de la fundación pese a su inicial reserva.2

Colin, ordenado sacerdote en 1816, inició su labor como vicario en la parroquia de Cerdon, en el departamento del Ain. Allí, redactó las primeras reglas provisionales de la sociedad, inspiradas en la devoción mariana y en la necesidad de una presencia apostólica discreta pero efectiva. El grupo inicial incluía figuras como Marcellin Champagnat, futuro fundador de los Hermanos Maristas, y Pierre Chanel, primer santo de la familia marista. Sin embargo, las autoridades eclesiásticas de Lyon mostraron frialdad hacia el proyecto, lo que obligó a Colin a esperar hasta que Cerdon pasara a la jurisdicción de la nueva diócesis de Belley en 1823.1 El obispo Mgr. Devie autorizó entonces a Colin y a unos pocos compañeros a formar una banda misionera para las zonas rurales olvidadas, donde su celo pastoral pronto dio frutos, extendiéndose incluso a la dirección del seminario diocesano.

La tensión surgió cuando el obispo quiso limitar la sociedad a un instituto diocesano, mientras Colin aspiraba a una congregación de alcance universal. Esta visión profética se materializó en 1836, cuando el papa Gregorio XVI, en busca de misioneros para Oceanía, aprobó definitivamente la Sociedad de Mary como instituto religioso con votos simples y un superior general.1 El 24 de septiembre de ese año, Colin fue elegido superior general, y se celebraron las primeras profesiones, incluyendo las de Chanel, Colin y Champagnat. Así, la Sociedad de María nació formalmente como una orden de sacerdotes misioneros, con un énfasis en la devoción a la Virgen como «sí» perfecto a Dios.

Es importante distinguir esta Sociedad de María (de Lyon, o Maristas) de la homónima fundada en 1817 por Guillaume Joseph Chaminade en Burdeos, conocida como los Marianistas o Sociedad de María de París, que también profesa un carisma mariano pero con énfasis en la educación y laicos consagrados.3 Ambas comparten devoción mariana, pero sus orígenes y estructuras difieren, y la Iglesia las distingue oficialmente.

Desarrollo y expansión

Bajo el liderazgo de Colin (1836-1854), la Sociedad de María creció rápidamente pese a las dificultades internas y externas. En Francia, los maristas se dedicaron a misiones parroquiales desde residencias dispersas, y con la restauración de la libertad educativa en el siglo XIX, entraron en la enseñanza secundaria, inspirados en métodos pedagógicos como los expuestos en la obra Teoría y práctica de la educación cristiana de Montfat (1880).1 También asumieron la dirección de seminarios diocesanos y profesorados en institutos católicos superiores. Sin embargo, las casas francesas sirvieron principalmente como base para las misiones exteriores.

El primer gran campo de apostolado fue la Vicaría Apostólica de Oceanía Occidental en 1836, que abarcaba Nueva Zelanda, las Islas Amigas, Fiyi, Nueva Caledonia y otras regiones del Pacífico.1 Bajo el obispo Pompallier, los maristas evangelizaron Wallis en 1837, logrando conversiones rápidas gracias a figuras como Pierre Chanel, martirizado en Futuna en 1841 y canonizado en 1954 como primer santo marista.4 La expansión continuó bajo sucesores como Julien Favre (1854-1885), Antoine Martin (1885-1905) y Jean-Claude Raffin (1905 en adelante), extendiéndose a Europa, América, Asia y África.

En el siglo XX, la Sociedad enfrentó expulsiones en Francia (1903) y otros países, pero su vitalidad se mantuvo. El papa Juan Pablo II elogió su labor en visitas pastorales, como en la parroquia romana de SS. Nome di Maria en 1987, destacando su «misión con María» en la educación juvenil y el apostolado parroquial.5 Hoy, con cuatro superiores generales en su historia inicial y una estructura provincial global, la Sociedad cuenta con miles de miembros y ha sido reconocida por su contribución a la santidad, como en la canonización de Marcellin Champagnat en 1999.6

Ramas de la Familia Marista

La Sociedad de María no es un instituto único, sino una familia espiritual interconectada, unida por el carisma de Colin y la devoción a María. Sus ramas surgieron de la visión original de integrar sacerdotes, hermanos, hermanas y laicos en una sola misión.

Padres Maristas (Sociedad de María propiamente dicha)

Los Padres Maristas (siglas S.M.) forman el núcleo sacerdotal, dedicado a la predicación, las misiones y la dirección espiritual. Fundados en 1836, profesan votos de pobreza, castidad y obediencia, con un énfasis en la humildad y la dependencia de María. Su labor incluye parroquias, seminarios y misiones en 70 países, con un enfoque en la formación de vocaciones y la evangelización cultural.1 Colin, beatificado en proceso, los guió con un estilo paternal y discreto, recordando que «la Virgen María ha confiado a cada uno un mandato para la salvación de los hermanos».5

Hermanos Maristas de las Escuelas

Impulsados por Marcellin Champagnat (1798-1840), canonizado en 1999, los Hermanos Maristas (FMS) se fundaron en 1817 en Lavalla para la educación cristiana de la juventud rural pobre. Champagnat, compañero de Colin en el seminario, quedó impactado por la muerte de un joven ignorante de Dios, lo que lo llevó a crear escuelas gratuitas donde «hacer conocer y amar a Jesucristo» era el lema.6 Inspirados en el «modo de obrar de María» —sencillez, espíritu de familia y amor al trabajo—, los hermanos se dedican a la enseñanza en escuelas, colegios y centros juveniles, priorizando a los marginados y huérfanos. Hoy, operan en más de 80 países, colaborando con laicos en la «gran familia marista». El papa Juan Pablo II alabó su intuición profética en la audiencia de 1985, destacando su rol en un mundo sin alma.7

Otras ramas

Esta estructura familiar, aprobada por la Iglesia, permite una colaboración sinérgica, como se vio en la misión oceánica donde hermanos y padres trabajaron juntos.6

Carisma y espiritualidad

El carisma marista se define por la devoción a María, vista no solo como intercesora, sino como modelo de fe silenciosa y entrega total. Colin describió la sociedad como «un ejército oculto» bajo el manto de la Virgen, enfatizando la humildad, la obediencia y la confianza providencial.2 La espiritualidad se nutre de la oración mariana —rosario, consagración— y de una pedagogía que ve en cada joven un hijo de Dios, como enseño Champagnat: «No puedo ver un chico sin desearle dar a conocer el amor de Cristo».6

Influida por el contexto postrevolucionario, esta espiritualidad promueve la reevangelización discreta, evitando confrontaciones y priorizando el testimonio de vida. Santos como Chanel (mártir en Oceanía) y Champagnat ejemplifican este espíritu: Chanel con su martirio por la fe en 1841, y Champagnat con su dedicación incansable pese a la tuberculosis.4 El papa Juan Pablo II, en 2001, recordó cómo los maristas prolongan la «maternidad de María» en la Iglesia, educando en el fervor cristiano.8

Misión y obras

La misión principal de la Sociedad de María es la evangelización integral, con énfasis en la educación cristiana como vía privilegiada. Desde sus inicios, los maristas han gestionado escuelas, colegios y universidades en regiones desfavorecidas, formando no solo intelectualmente, sino espiritualmente a generaciones de jóvenes.1 En parroquias y misiones, promueven el apostolado mariano: legiones de María, rosarios comunitarios y fiestas marianas, como en la parroquia romana de SS. Nome di María.5

En el mundo actual, abordan desafíos como el desempleo juvenil y la secularización, colaborando con laicos para una «educación que valga la pena vivir».7 Su obra misionera en Oceanía, Asia y África incluye inculturación del Evangelio y cuidado de los pobres, fieles al mandato de Gregorio XVI. En España, los maristas llegaron en el siglo XIX, fundando escuelas en Andalucía y Cataluña, y hoy mantienen presencia en educación y pastoral juvenil.

Presencia mundial

Con más de 1.200 padres y 4.000 hermanos en 2023, la Sociedad de María opera en unos 80 países.1 Europa (Francia, España, Italia) es su cuna, pero el Pacífico (donde evangelizaron islas remotas) y América Latina (con provincias en México, Brasil y Argentina) son bastiones clave. En Asia (Japón, China) y África (Nueva Caledonia, Solomon), mantienen misiones pioneras. En Estados Unidos, desde 1849 en Cincinnati, dirigen decenas de escuelas.3 La sede general de los padres está en Roma, mientras los hermanos tienen la suya en Roma también, fomentando la unidad familiar.

Figuras notables

La Sociedad de María continúa su legado, adaptándose a los tiempos con un compromiso inquebrantable por la Virgen y el Evangelio.

Citas

  1. Sociedad de María (Padres Maristas), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sociedad de María (Padres Maristas). 2 3 4 5 6 7 8

  2. Jean-Claude-Marie Colin, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Jean-Claude-Marie Colin. 2

  3. Sociedad de María de París, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sociedad de María de París. 2

  4. El Dicasterio para las Causas de los Santos. Pietro Chanel (1803-1841) - Biografía (1954). 2

  5. Papa Juan Pablo II. 1 de marzo de 1987: Visita pastoral a la parroquia de «SS. Nome di Maria» de Roma - Homilía, § 7 (1987). 2 3

  6. El Dicasterio para las Causas de los Santos. Marcellin Joseph Benoît Champagnat (1789-1840) - Biografía (1999). 2 3 4

  7. Papa Juan Pablo II. A los participantes en el Capítulo General de los Hermanos Maristas de las Escuelas (26 de octubre de 1985) - Discurso, § 4 (1985). 2

  8. Papa Juan Pablo II. A los Institutos de la Familia Marista (17 de septiembre de 2001) - Discurso, § 2 (2001). 2