Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Sociedades de vida apostólica

Las Sociedades de Vida Apostólica son una forma de vida en la Iglesia Católica en la que sus miembros, sin votos religiosos, persiguen un fin apostólico específico y llevan una vida en común de hermanos o hermanas, buscando la perfección de la caridad a través de la observancia de sus constituciones. Aunque se asemejan a los institutos de vida consagrada, se distinguen por la ausencia de votos religiosos públicos, aunque algunos de sus miembros pueden asumir los consejos evangélicos mediante otros vínculos sagrados definidos en sus constituciones. Estas sociedades han producido numerosos frutos de santidad y apostolado, especialmente en el ámbito de la caridad y la evangelización.

Tabla de contenido

Definición y Características

Las Sociedades de Vida Apostólica son agrupaciones de fieles, tanto hombres como mujeres, que se dedican a un propósito apostólico o misionero particular1. A diferencia de los institutos religiosos, sus miembros no emiten votos religiosos públicos2,3. Sin embargo, viven una vida en común, siguiendo un estilo de vida específico y esforzándose por alcanzar la perfección de la caridad mediante la observancia de sus constituciones2,3.

Dentro de estas sociedades, algunos miembros pueden asumir los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) a través de un vínculo sagrado, según lo establecido en sus constituciones2,3. Esta característica las distingue de los institutos religiosos y los institutos seculares, aunque se asemejan a los institutos de vida consagrada en su búsqueda de la perfección de la caridad y su dedicación a un fin apostólico2,1,3.

El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica tiene la competencia de promover, alentar y regular la práctica de los consejos evangélicos tal como se viven en las formas aprobadas de vida consagrada, así como todos los asuntos relacionados con la vida y actividad de las Sociedades de Vida Apostólica en la Iglesia Latina4.

Distinción de Otras Formas de Vida en la Iglesia

Es importante diferenciar las Sociedades de Vida Apostólica de otras formas de vida en la Iglesia Católica:

Institutos de Vida Consagrada

La vida consagrada a través de la profesión de los consejos evangélicos es una forma estable de vida en la que los fieles se dedican totalmente a Dios, buscando la perfección de la caridad al servicio del Reino de Dios5. Los miembros de los institutos de vida consagrada profesan públicamente los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia mediante votos u otros vínculos sagrados, según las leyes propias de sus institutos5. Los institutos religiosos, por ejemplo, son sociedades en las que los miembros pronuncian votos públicos, ya sean perpetuos o temporales, y llevan una vida de hermanos o hermanas en común6. Las Sociedades de Vida Apostólica, si bien pueden vivir los consejos evangélicos, no lo hacen a través de votos religiosos públicos2,3.

Institutos Seculares

Los institutos seculares son sociedades, clericales o laicales, cuyos miembros profesan los consejos evangélicos, viviendo en una condición secular para el propósito de la perfección cristiana y el apostolado pleno7. Se distinguen de otras asociaciones por el nombre de Institutos o Institutos Seculares y se rigen por su propia constitución apostólica7. A diferencia de las Sociedades de Vida Apostólica, los miembros de los institutos seculares viven su consagración en el mundo, sin una vida comunitaria obligatoria en el mismo sentido que los institutos religiosos o las Sociedades de Vida Apostólica, aunque tienen una organización interna y un compromiso con los consejos evangélicos8.

Asociaciones de Fieles

En la Iglesia, existen asociaciones distintas de los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica9. En estas asociaciones, los fieles, ya sean clérigos, laicos o ambos, se esfuerzan en un empeño común por fomentar una vida más perfecta, promover el culto público o la doctrina cristiana, o ejercer otras obras de apostolado9. Ejemplos de esto incluyen iniciativas de evangelización, obras de piedad o caridad, y aquellas que animan el orden temporal con un espíritu cristiano9. Los miembros de los institutos de vida consagrada que presiden o asisten a asociaciones unidas a su instituto deben asegurarse de que estas asociaciones ayuden a las obras de apostolado existentes en una diócesis, cooperando con las asociaciones diocesanas bajo la dirección del ordinario local10.

Las Sociedades de Vida Apostólica, a diferencia de estas asociaciones, tienen una estructura y un reconocimiento canónico que las sitúa más cerca de los institutos de vida consagrada, aunque manteniendo su particularidad en la ausencia de votos religiosos públicos2,3.

Vida en Común y Apostolado

La vida fraternal, entendida como una vida compartida en el amor, es un signo elocuente de la comunión eclesial y se practica con especial cuidado en los institutos religiosos y en las Sociedades de Vida Apostólica, donde la vida comunitaria adquiere un significado especial11. La comunión que vivifica y reúne a la gran familia se vive concretamente en las comunidades locales individuales, que tienen la tarea de llevar a cabo la misión según las diferentes necesidades12.

El apostolado es inherente a la naturaleza misma de los institutos dedicados a obras de apostolado, y toda la vida de sus miembros debe estar imbuida de un espíritu apostólico13. Esta acción apostólica debe proceder siempre de una íntima unión con Dios y debe confirmarla y fomentarla13. Además, la acción apostólica, que se ejerce en nombre y por mandato de la Iglesia, debe llevarse a cabo en la comunión de la Iglesia13.

La vida en común en las Sociedades de Vida Apostólica es esencial para su identidad y misión. No solo es un medio para vivir la caridad, sino que también es un testimonio de la comunión eclesial11. La calidad de la vida comunitaria es fundamental para la eficacia de su apostolado. Las casas donde viven los miembros deben ser verdaderas escuelas de formación y crecimiento humano y espiritual, donde el amor de Dios se exprese en el servicio y la caridad, y en el perdón recíproco14,15.

En los últimos siglos, las Sociedades de Vida Apostólica han producido muchos frutos de santidad y apostolado, especialmente en el campo de la caridad y en la difusión del Evangelio en las misiones1. El espíritu de comunión y el compartir el propio carisma con los laicos son compromisos importantes para estas sociedades, a fin de enfrentar juntos los desafíos actuales14,15.

Consejos Evangélicos

Aunque los miembros de las Sociedades de Vida Apostólica no hacen votos religiosos públicos, en muchas de ellas se hace un compromiso explícito con los consejos evangélicos (castidad, pobreza y obediencia) a través de vínculos sagrados reconocidos oficialmente por la Iglesia1. El Código de Derecho Canónico establece que las cosas establecidas para los institutos de vida consagrada en relación con los consejos evangélicos se aplican a las sociedades de vida apostólica, sin perjuicio de la naturaleza de cada sociedad16.

Los consejos evangélicos, vividos en castidad, pobreza y obediencia, son una parte fundamental de la consagración a Cristo y de la disposición total al servicio de la humanidad y la sociedad17. La observancia fiel y plena de los consejos evangélicos, junto con la organización de la vida según la ley propia del instituto, es crucial para la perfección del estado de vida18.

La devoción al Corazón de Jesús, por ejemplo, ha sido una fuente de fuerza para el compromiso misionero y educativo de numerosas congregaciones religiosas, y también puede inspirar a las Sociedades de Vida Apostólica a crecer en dignidad y en el amor, el perdón y la justicia, con solidaridad hacia los pobres y rechazados19.

Ejemplos Notables

A lo largo de la historia, diversas Sociedades de Vida Apostólica han surgido para responder a las necesidades de la Iglesia y del mundo. Aunque los documentos proporcionados no listan ejemplos específicos de Sociedades de Vida Apostólica, sí mencionan la existencia de «muchas» de ellas1 y que han producido «muchos frutos de santidad y de apostolado»1.

Los institutos de vida consagrada, que son distintos pero comparten similitudes con las Sociedades de Vida Apostólica, han tenido un papel destacado en la propagación de la fe y la formación de nuevas iglesias, desde las antiguas instituciones monásticas hasta las órdenes mendicantes y las congregaciones más recientes17. Estos incluyen:

Aunque estos ejemplos corresponden a institutos religiosos, su espíritu apostólico y su vida en común son análogos a los de las Sociedades de Vida Apostólica, que también buscan encarnar el Evangelio en sus vidas y llevar la presencia viva de Jesús a su tiempo20.

Nuevas Formas de Vida Apostólica

El Espíritu Santo continúa inspirando nuevas formas de vida consagrada y apostólica, adaptándose a los desafíos de los tiempos actuales21. Estas «nuevas Fundaciones» a menudo presentan características novedosas en comparación con las tradicionales, como grupos mixtos de hombres y mujeres, clérigos y laicos, casados y célibes, todos persiguiendo un estilo de vida particular21. Se caracterizan por una intensa aspiración a la vida comunitaria, la pobreza y la oración, y su apostolado se centra en las demandas de la nueva evangelización21.

Es crucial un discernimiento sabio por parte de los obispos para evaluar la idoneidad de estas nuevas formas, asegurando que se basen en los elementos teológicos y canónicos esenciales propios de la vida consagrada21. Si bien estas nuevas asociaciones de vida evangélica no reemplazan a las instituciones existentes, son un don del Espíritu que permite a la Iglesia seguir a su Señor en una constante efusión de generosidad21.

Conclusión

Las Sociedades de Vida Apostólica representan una forma vital y dinámica de servicio en la Iglesia Católica. Aunque se distinguen de los institutos de vida consagrada por la ausencia de votos religiosos públicos, comparten un profundo compromiso con la vida en común, la búsqueda de la perfección de la caridad y la dedicación a un propósito apostólico específico. Su identidad única, reconocida y promovida por la Iglesia, ha sido una fuente de innumerables bendiciones, especialmente en el ámbito de la caridad y la evangelización. Al continuar adaptándose a las necesidades de los tiempos y manteniendo la fidelidad a sus carismas fundacionales, las Sociedades de Vida Apostólica seguirán siendo un signo elocuente de la comunión eclesial y un medio eficaz para la difusión del Evangelio.

Citas

  1. Introducción - Sociedades de vida apostólica, Papa Juan Pablo II. Vita Consecrata, § 11 (1996). 2 3 4 5 6

  2. Sección II. I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 930. 2 3 4 5 6

  3. Título III. Institutos seculares, Código de Derecho Canónico, § 731 (1983). 2 3 4 5 6

  4. V. Dicasterios - Dicasterio para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica - Art. 121, Papa Francisco. Praedicate Evangelium, §Art. 121 (2022).

  5. Título I. Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada, Código de Derecho Canónico, § 573 (1983). 2

  6. Título II. Institutos religiosos, Código de Derecho Canónico, § 607 (1983).

  7. La ley de los institutos seculares, Papa Pío XII. Provida Mater Ecclesia (2 de febrero de 1947), §Art. I (1947). 2

  8. Papa Pío XII. Provida Mater Ecclesia (2 de febrero de 1947), § 15 (1947).

  9. Capítulo I. Normas comunes, Código de Derecho Canónico, § 298 (1983). 2 3

  10. Capítulo I. Normas comunes, Código de Derecho Canónico, § 311 (1983).

  11. Capítulo II - I. Valores permanentes - Vida fraterna en el amor, Papa Juan Pablo II. Vita Consecrata, § 42 (1996). 2

  12. Comunidad religiosa y misión, Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Vida fraterna en comunidad, § 59 (1994).

  13. Capítulo V. El apostolado de los institutos, Código de Derecho Canónico, § 675 (1983). 2 3

  14. Papa Juan Pablo II. A los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús (24 de junio de 2002) (2002). 2 3

  15. Papa Juan Pablo II. A los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús (4 de julio de 2002) - Discurso (2002). 2 3

  16. Título III. Institutos seculares, Código de Derecho Canónico, § 732 (1983).

  17. Capítulo VI - Dirigentes y obreros en el apostolado misionero - La fecundidad misionera de la vida consagrada, Papa Juan Pablo II. Redemptoris Missio, § 69 (1990). 2

  18. Título I. Normas comunes a todos los institutos de vida consagrada, Código de Derecho Canónico, § 598 (1983).

  19. Capítulo cuatro - Una amplia corriente de la vida interior, Papa Francisco. Dilexit nos (24 de octubre de 2024) - Encíclica, § 150 (2024).

  20. Introducción - Vida religiosa apostólica, Papa Juan Pablo II. Vita Consecrata, § 9 (1996). 2

  21. Capítulo II - II. Continuidad en la obra del espíritu: Fidelidad en el curso del cambio - Nuevas formas de vida evangélica, Papa Juan Pablo II. Vita Consecrata, § 62 (1996). 2 3 4 5