Subsistit in
El término subsistit in (en latín, «subsiste en») es una expresión clave en la eclesiología católica moderna, introducida por el Concilio Vaticano II en la constitución dogmática Lumen gentium. Se refiere a la afirmación de que la única Iglesia de Cristo, fundada por Jesús, subsiste de manera plena y concreta en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y los obispos en comunión con él, aunque elementos de santificación y verdad se encuentren también fuera de su estructura visible, impulsando hacia la unidad católica. Esta fórmula ha generado un amplio debate teológico, equilibrando la unicidad de la Iglesia con el reconocimiento ecuménico de realidades eclesiales en otras comunidades cristianas, y ha sido aclarada en documentos posteriores del Magisterio, como la declaración Dominus Iesus y las respuestas de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Tabla de contenido
Origen en el Concilio Vaticano II
El concepto de subsistit in surgió durante las deliberaciones del Concilio Vaticano II (1962-1965), específicamente en la elaboración de la constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium. Antes del concilio, documentos papales como las encíclicas Mystici Corporis Christi (1943) de Pío XII y Humani generis (1950) identificaban directamente la Iglesia de Cristo con la Iglesia Católica Romana mediante la expresión «es» (est). Esta identificación estricta subrayaba la exclusividad de la Iglesia Católica como el único cuerpo místico de Cristo.
Sin embargo, el Concilio Vaticano II optó por una formulación más matizada para armonizar la doctrina tradicional con el espíritu ecuménico del siglo XX. En el número 8 de Lumen gentium, se afirma: «Esta Iglesia, constituida y organizada como sociedad en el mundo actual, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por su sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él».1 Esta elección del verbo «subsiste» en lugar de «es» reflejaba la necesidad de reconocer que, pese a las divisiones entre los cristianos, la Iglesia de Cristo continúa existiendo plenamente solo en la Católica, pero que fuera de ella hay «muchos elementos de santificación y de verdad» que pertenecen por derecho a la Iglesia de Cristo y que tienden a la unidad católica.2
La decisión fue propuesta por el relator de la comisión teológica, el padre Sebastian Tromp, tras un largo debate, y obtuvo un amplio consenso entre los obispos. Este cambio no alteraba la doctrina esencial, sino que la expresaba de manera que facilitara el diálogo con las Iglesias separadas, sin renunciar a la afirmación de la unicidad de la Iglesia Católica.3
Contexto ecuménico del Concilio
El Concilio Vaticano II se celebró en un momento de renovado interés ecuménico, impulsado por el movimiento para la unidad de los cristianos promovido por el papa Juan XXIII y Pablo VI. Documentos como el decreto Unitatis redintegratio complementan Lumen gentium al describir a las comunidades eclesiales separadas como poseedoras de elementos que, aunque imperfectos, son instrumentos de salvación gracias a la gracia de Cristo.1 La fórmula subsistit in permite afirmar que la Iglesia de Cristo no se ha perdido en las divisiones históricas, sino que persiste en su integridad en la Iglesia Católica, mientras que las otras comunidades cristianas participan de su realidad de forma derivada.
Significado etimológico y filosófico
Etimológicamente, subsistit in deriva del latín sub-sistere, que significa «sostenerse debajo» o «mantenerse en pie por sí mismo». En la filosofía escolástica, influida por Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, subsistere se refiere a la existencia de un sujeto individual que se posee a sí mismo, en contraste con la mera accidentalidad o dependencia. Es un modo especial de esse (ser), donde la esencia se realiza en un supositorio concreto e independiente.4
En el contexto teológico, esta noción evoca el término griego hypostasis, usado en la cristología para describir la unión de las naturalezas divina y humana en la única persona de Cristo. De manera análoga, la Iglesia de Cristo es un sujeto único y trascendente que «subsiste» en la Iglesia Católica como su realización histórica plena. No se trata de una mera presencia (adest), que podría multiplicarse en otras iglesias, ni de una identidad total (est), que negaría cualquier valor a las realidades eclesiales externas.5
El teólogo Joseph Ratzinger (futuro Benedicto XVI) explicó que subsistit in resalta la singularidad no multiplicable de la Iglesia: existe como un sujeto concreto en la historia, pero el drama de la división introduce elementos eclesiales fuera de sus confines visibles, reflejando la contradicción del pecado humano.3 Esta distinción filosófica evita un relativismo eclesiológico, manteniendo que solo en la Iglesia Católica se encuentran todos los elementos instituidos por Cristo: la fe íntegra, los sacramentos completos, la sucesión apostólica y la gobernanza petrina.
Raíces en la tradición escolástica
La tradición metafísica, desde Suárez hasta Aquino, distingue entre el esse receptivo de las criaturas y su subsistentia, que implica un retorno a la propia esencia. En Suárez, por ejemplo, la subsistencia creada es un modo imperfecto de ser, completado por la existencia substantial, pero no infinito como en Dios.6,7 Aplicado a la eclesiología, esto significa que la Iglesia Católica no es solo una entre muchas iglesias, sino el sujeto único donde la Iglesia de Cristo se realiza en su totalidad, aunque con imperfecciones humanas en la historia.
Interpretaciones postconciliares
Tras el Concilio, la expresión subsistit in ha sido objeto de diversas interpretaciones, algunas controvertidas. La Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), en su declaración Dominus Iesus (2000), aclaró que con subsistit in se armonizan dos verdades: la Iglesia de Cristo existe plenamente solo en la Católica, y las otras comunidades poseen elementos de santificación cuya eficacia deriva de esa plenitud católica.2
En 2007, la CDF respondió a preguntas sobre aspectos de la doctrina eclesial, afirmando que «subsiste» indica la continuidad histórica y la permanencia de todos los elementos instituidos por Cristo en la Iglesia Católica. Se permite decir que la Iglesia de Cristo está presente en otras comunidades por sus elementos, pero solo la Católica subsiste como la «una» Iglesia profesada en el Credo.8 Esta interpretación rechaza visiones relativistas, como la del teólogo Leonardo Boff, quien sugería que la Iglesia de Cristo podría subsistir también en otras iglesias, lo cual la CDF calificó de opuesto al sentido conciliar.3
Debates teológicos contemporáneos
Algunos teólogos han visto en subsistit in una apertura al pluralismo eclesial, argumentando que refleja la tensión entre la unidad ideal y la realidad dividida. Sin embargo, documentos como las respuestas de 2007 enfatizan que no cambia la doctrina: las Iglesias orientales separadas son llamadas «Iglesias» por su sucesión apostólica y sacramentos válidos, pero carecen de la plena comunión con Pedro; las comunidades protestantes son «comunidades eclesiales» por defectos en la estructura sacramental.8 Esta distinción preserva la unicidad católica mientras fomenta el ecumenismo.
Implicaciones eclesiológicas y ecuménicas
La doctrina de subsistit in tiene profundas implicaciones para la identidad de la Iglesia Católica. Afirma su continuidad apostólica y su rol como «pilar y fundamento de la verdad» (1 Tm 3,15), pero también invita a la conversión ecuménica: los elementos fuera de la Iglesia Católica son «fuerzas que impulsan hacia la unidad católica».1 En el Código de Derecho Canónico Oriental (CCEO, c. 7), se retoma este principio para las Iglesias católicas orientales, incluidas en la subsistencia plena.1
Ecuménicamente, facilita el diálogo con ortodoxos y protestantes al reconocer su valor salvífico, sin equipararlos a la Iglesia plena. Como señaló Ratzinger, la diferencia entre subsistit y est encapsula el «drama de la división», donde la Iglesia es una en su ser, pero fragmentada en la historia por el pecado.3 Esto promueve una espiritualidad de reconciliación, alineada con encíclicas como Ut unum sint (1995) de Juan Pablo II.
Relación con la salvación y la misión
En términos de salvación, subsistit in implica que, aunque la Iglesia Católica es el medio ordinario de salvación, el Espíritu de Cristo actúa en otras comunidades como instrumentos. No obstante, la plenitud de los medios de gracia reside en la Católica, y la unidad plena es el objetivo escatológico.2 Esto refuerza la misión evangelizadora: invitar a todos a la comunión plena sin negar el bien existente en otros.
Críticas y controversias
La fórmula subsistit in no ha estado exenta de críticas. Tradicionalistas la ven como una dilución de la exclusividad católica preconciliar, temiendo un sincretismo. Por otro lado, progresistas la interpretan como un paso hacia un modelo eclesial más inclusivo, donde la Iglesia de Cristo se realiza en múltiples formas.
La CDF ha intervenido repetidamente para aclarar malentendidos, como en el caso de Boff en 1985, condenando interpretaciones relativistas que multiplican la subsistencia.3 En el mundo anglosajón y protestante, se ha debatido su compatibilidad con visiones denominacionales, pero documentos como Dominus Iesus reafirman la primacía católica sin cerrar puertas al diálogo.2
A pesar de estas tensiones, subsistit in representa un equilibrio magisterial que ha enriquecido la eclesiología, promoviendo una Iglesia «abierta al mundo» sin perder su identidad.
Referencias en el Magisterio posterior
Más allá de Lumen gentium, subsistit in aparece en textos como la encíclica Redemptoris missio (1990) de Juan Pablo II, que vincula la misión ad gentes con la unicidad eclesial, y en el Compendio del Catecismo (n. 165), que reitera la subsistencia en la Iglesia Católica.8 Bajo Benedicto XVI, las respuestas de 2007 consolidaron su interpretación ortodoxa, y el papa Francisco ha invocado el espíritu conciliar en exhortaciones como Evangelii gaudium (2013), enfatizando la unidad en la diversidad.
En el contexto actual, con el papa León XIV (elegido en 2025), esta doctrina sigue siendo central para el ecumenismo, especialmente en diálogos con Iglesias ortodoxas y comunidades evangélicas.
En resumen, subsistit in encapsula la visión dinámica de la Iglesia como misterio de comunión y unidad, fiel a la tradición mientras abierta al don de la reconciliación cristiana. Su estudio invita a una reflexión profunda sobre la identidad católica en un mundo dividido.
Citas
Subsistit in, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Subsistit in. ↩ ↩2 ↩3 ↩4
IV. Unicidad y unidad de la Iglesia, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dominus Iesus»: Sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia, § 16 (2000). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Algunas reflexiones sobre la subjetividad, la cristología y la Iglesia - 3. El sujeto de la Iglesia y el significado de la frase subsistit in, Joseph Card. Ratzinger. Deus locutus est nobis in Filio: Algunas reflexiones sobre la subjetividad, la cristología y la Iglesia, § 3 (1999). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
D. C. Schindler. La Palabra como el Centro de la Tarea Onto-Dramática del Hombre, §Communio: Revista Católica Internacional, vol. 46, n.º 1 (Primavera 2019). ↩
Roch Kereszty. El Cuerpo y la Esposa de Cristo: La Iglesia como un único Sujeto Trascendente, § 2. ↩
Disputación XXXI - Sección XIII - Qualis sit compositio ex esse et essentia, qualisve compositio sit de ratione entis creati - Quomodo esse creaturae sit esse receptum, Francisco Suárez. Disputationes metaphysicae, §Discusión XXXI, Sección XIII.16 (1597). ↩
Disputación XXXIV - De I substantia seu supposito eiusque a natura distinctione - Satisfit obiectioni contra positam assertionem, Francisco Suárez. Disputationes metaphysicae, §Disputación XXXIV, Sección IV.28 (1597). ↩
Respuestas a las preguntas, Congregación para la Doctrina de la Fe. Respuestas a algunas preguntas relativas a ciertos aspectos de la doctrina sobre la Iglesia. ↩ ↩2 ↩3
