Tolerancia
La tolerancia se entiende como una virtud y una actitud que, si bien respeta la dignidad de la persona humana y su libertad, no implica indiferencia ante la verdad o la aprobación de la falsedad moral o doctrinal. La Iglesia Católica promueve un diálogo sincero y caritativo con aquellos que difieren en creencias o prácticas, buscando la unidad y el bien común, mientras se mantiene firme en la proclamación de la verdad revelada en Cristo. Este enfoque se fundamenta en la dignidad inherente de cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios, y en la convicción de que la verdad se impone por su propia fuerza, no por la coerción.
Tabla de contenido
Fundamentos de la Tolerancia en la Doctrina Católica
La enseñanza católica sobre la tolerancia se enraíza en varios principios fundamentales de su doctrina social y teología.
Dignidad de la Persona Humana
El Concilio Vaticano II, en la declaración Dignitatis Humanae, subraya que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa, lo que significa que nadie debe ser coaccionado para actuar en contra de sus propias creencias, ni en privado ni en público, dentro de los límites debidos1. Este derecho se basa en la dignidad inherente de la persona humana, que es un ser dotado de razón y libre albedrío, y por lo tanto, responsable de buscar la verdad y adherirse a ella1,2. La libertad religiosa no se fundamenta en una disposición subjetiva, sino en la naturaleza misma de la persona1.
El respeto por la dignidad humana exige que se distinga entre el error y la persona que yerra. Mientras que el error merece ser repudiado, la persona en error nunca pierde su dignidad3. Dios es el único juez de los corazones, y por ello, la Iglesia prohíbe juzgar la culpa interna de cualquier persona3. Este respeto se extiende a quienes piensan o actúan de manera diferente en asuntos sociales, políticos e incluso religiosos3.
Búsqueda de la Verdad y el Diálogo
La búsqueda de la verdad, especialmente la verdad religiosa, es un deber y un derecho de todo ser humano. Esta búsqueda debe realizarse de una manera que sea apropiada a la dignidad de la persona humana y su naturaleza social, a través de la investigación libre, la instrucción, la comunicación y el diálogo4. La verdad se adhiere mediante un asentimiento personal y no puede imponerse sino por la fuerza de su propia verdad5,4.
El diálogo es un instrumento natural para comparar puntos de vista y examinar desacuerdos, siempre con amor por la verdad, caridad y humildad6. La Iglesia fomenta la discusión y colaboración con miembros de otras religiones, buscando la solidaridad y promoviendo la unidad y la caridad al reflexionar sobre lo que se comparte en común7. Este diálogo no surge de preocupaciones tácticas, sino de un profundo respeto por lo que el Espíritu ha obrado en los seres humanos8. A través del diálogo, la Iglesia busca descubrir las «semillas del Verbo» y los «rayos de esa verdad que ilumina a todos los hombres» presentes en individuos y tradiciones religiosas8,9,10,11,12,13,14.
Distinción entre Tolerancia y Relativismo
Es crucial distinguir la tolerancia católica de una actitud de relativismo o indiferentismo. La Iglesia, si bien respeta lo verdadero y santo en otras religiones14, proclama sin cesar a Cristo como «el camino, la verdad y la vida», en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa10,12,14. La afirmación de que la salvación humana depende de la redención de Cristo no es un obstáculo para el diálogo, sino su base15.
El Papa Francisco, en Fratelli Tutti, señala que una falsa noción de tolerancia debe dar paso a un realismo dialógico. Esto implica que las personas deben ser fieles a sus propios principios mientras reconocen el derecho de otros a hacer lo mismo16. La resolución de conflictos a un nivel «superior» no significa sincretismo ni la absorción de una verdad por otra, sino preservar lo válido y útil en ambas partes, manteniendo la validez jurídica de los bienes jurídicos naturales y viendo al otro en su más profunda dignidad17. La tolerancia no implica una aceptación permisiva de comportamientos moralmente inaceptables, aunque la legislación a veces los tolere, nunca debe debilitar el reconocimiento de la forma auténtica de la familia, por ejemplo18.
La Tolerancia en la Práctica y el Diálogo Interreligioso
La Iglesia Católica ha promovido consistentemente la dignidad de cada persona y el derecho a la libertad religiosa, manifestando su fomento de la tolerancia y el respeto por otras religiones a través de numerosos programas de intercambio interreligioso7.
Respeto y Caridad
El respeto y el amor deben extenderse a quienes piensan o actúan de manera diferente3. Este amor y buena voluntad no deben llevar a la indiferencia ante la verdad y la bondad, sino que el amor mismo impulsa a los discípulos de Cristo a proclamar la verdad salvífica a todos3. Se nos pide perdonar las ofensas y amar a los enemigos, extendiendo la ley del amor a todos3.
El Papa Juan Pablo II enfatizó que la verdadera libertad religiosa no puede limitarse a la simple tolerancia de creyentes individuales o grupos religiosos19. En cambio, la Iglesia anima un diálogo respetuoso y constructivo con todos los que buscan el bien de la sociedad19.
Compromiso con el Bien Común
La tolerancia, en el sentido católico, está intrínsecamente ligada al compromiso con el bien común. El bien común se define como la suma total de las condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a sus miembros individuales lograr su propia perfección de manera más plena y fácil20,21. La protección y promoción de los derechos inviolables del hombre son deberes esenciales del gobierno, incluyendo la salvaguarda de la libertad religiosa de todos los ciudadanos22.
La cooperación fraterna entre creyentes y no creyentes en el compromiso compartido por la justicia y la paz se ve reforzada por un diálogo fructífero entre fe y razón23. La Iglesia está convencida de que en una sociedad verdaderamente pluralista y democrática, no debe haber conflicto entre la libre y pública profesión de la fe religiosa y las obligaciones de los ciudadanos para promover el bien común19.
Desafíos y Perspectivas Actuales
En un mundo donde proliferan formas de intolerancia fundamentalista, la Iglesia llama a vivir y enseñar el valor del respeto por los demás, un amor capaz de acoger las diferencias y la prioridad de la dignidad de cada ser humano sobre sus ideas, opiniones, prácticas e incluso pecados24. Un buen político, en este contexto, debe insistir en que se escuchen las diferentes voces, ya que los desacuerdos pueden generar conflictos, pero la uniformidad resulta asfixiante y conduce a la decadencia cultural24.
La Iglesia, a través de su doctrina social, busca iluminar las complejas situaciones de un mundo en rápido cambio, abordando imperativos como la reducción de desigualdades, la expansión de oportunidades educativas, el fomento del crecimiento sostenible y la protección del medio ambiente20. La dignidad humana, la solidaridad, la subsidiariedad y el bien común son principios fundamentales que ofrecen un marco para abordar estos desafíos25,20,26,27,21.
Conclusión
La tolerancia en la enseñanza católica es una actitud compleja y matizada que se distingue claramente del indiferentismo o el relativismo. Se fundamenta en un profundo respeto por la dignidad de cada persona humana, creada a imagen de Dios, y se expresa a través del diálogo caritativo y la búsqueda sincera de la verdad. Si bien la Iglesia se mantiene firme en la proclamación de la plenitud de la verdad revelada en Cristo, reconoce y valora los «rayos de verdad» presentes en otras religiones y culturas. Este enfoque promueve la coexistencia pacífica y la colaboración por el bien común, invitando a todos a un encuentro que enriquezca mutuamente, sin abandonar los propios principios, y siempre con el objetivo de construir una sociedad más justa y fraterna.
Citas
Concilio Vaticano II. Dignitatis Humanae, § 2 (1965). ↩ ↩2 ↩3
Concilio Vaticano II. Dignitatis Humanae, § 9 (1965). ↩
Parte I - La Iglesia y la vocación del hombre - Capítulo II - La comunidad del género humano, Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, § 28 (1965). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Concilio Vaticano II. Dignitatis Humanae, § 3 (1965). ↩ ↩2
Concilio Vaticano II. Dignitatis Humanae, § 1 (1965). ↩
Capítulo I - El diálogo como medio de resolver las divergencias, Papa Juan Pablo II. Ut Unum Sint, § 36 (1995). ↩
A los obispos de la Conferencia Episcopal de la India en su visita ad limina, Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de la India en su visita ad limina (17 de noviembre de 2003), § 5 (2003). ↩ ↩2
Capítulo V - Los caminos de la misión - Diálogo con nuestros hermanos y hermanas de otras religiones, Papa Juan Pablo II. Redemptoris Missio, § 56 (1990). ↩ ↩2
Capítulo 2: Permanecer en la comunión de la Iglesia - 6. En diálogo con el mundo, Comisión Teológica Internacional. La Teología Hoy: Perspectivas, Principios y Criterios, § 57 (2011). ↩
El diálogo es parte de la misión salvífica de la Iglesia, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 21 de abril de 1999, § 3 (1999). ↩ ↩2
III. Problemas actuales de la inculturación - El diálogo de las religiones, Comisión Teológica Internacional. Fe e Inculturación, § 12 (1988). ↩
El diálogo como búsqueda compartida, Congregación para la Doctrina de la Fe. 44.ª Jornada Mundial de la Paz - LA LIBERTAD RELIGIOSA, CAMINO HACIA LA PAZ, § 11 (2011). ↩ ↩2
La actitud de la Iglesia hacia los seguidores de otras religiones - II. Misión - A) Fundamentos - Se siembran las semillas, Dicasterio para el Diálogo Interreligioso. Diálogo y Misión (1984), § 26 (1984). ↩
Concilio Vaticano II. Nostra Aetate, § 2 (1965). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo siete - El diálogo interreligioso, especialmente en favor de la paz mundial, Papa Juan Pablo II. Pastores gregis, § 68 (2003). ↩
Capítulo seis - Una nueva cultura - La alegría de reconocer a los demás, Papa Francisco. Fratelli Tutti, § 221 (2020). ↩
Petar Popović. Los Derechos Humanos como Bienes Jurídicos Naturales y el Dominio Jurídico de los Principios de la Doctrina Social Católica, § 34. ↩
Petar Popović. Los Derechos Humanos como Bienes Jurídicos Naturales y el Dominio Jurídico de los Principios de la Doctrina Social Católica, § 33. ↩
Papa Juan Pablo II. Al nuevo Embajador de Singapur ante la Santa Sede (24 de enero de 1991) - Discurso (1991). ↩ ↩2 ↩3
A los participantes en la decimocuarta sesión plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, Papa Benedicto XVI. A los participantes en la decimocuarta Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales (3 de mayo de 2008) (2008). ↩ ↩2 ↩3
B6. Los principios de la doctrina social de la Iglesia como base para una cultura del cuidado, Papa Francisco. 54.ª Jornada Mundial de la Paz 2021 - Una Cultura del Cuidado como Camino hacia la Paz, § 6 (2021). ↩ ↩2
Concilio Vaticano II. Dignitatis Humanae, § 6 (1965). ↩
Capítulo cinco - La cooperación de la familia humana, Papa Benedicto XVI. Caritas in Veritate, § 57 (2009). ↩
Capítulo cinco - El ejercicio del amor político - Un amor que integra y une, Papa Francisco. Fratelli Tutti, § 191 (2020). ↩ ↩2
Un acercamiento a los cuatro principios: Dignidad humana, solidaridad, subsidiariedad y bien común, Russell Hittinger. La Coherencia de los Cuatro Principios Básicos de la Doctrina Social Católica: Una Interpretación, § 3. ↩
Thomas Massaro, S.J. Sobre la Continuidad de Caritas in Veritate, § 5. ↩
Russell Hittinger. La Coherencia de los Cuatro Principios Básicos de la Doctrina Social Católica: Una Interpretación, § 37. ↩