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Torre de Babel

La Torre de Babel es el relato bíblico que narra la tentativa humana de edificar una ciudad y una torre que alcanzara los cielos, motivada por el orgullo y el deseo de «hacerse un nombre». El episodio, situado en Génesis 11: 1‑9, ha sido interpretado por la tradición patrística y la Magisterio como una advertencia contra la soberbia y como una prefiguración de la verdadera unidad que el Espíritu Santo otorga a la Iglesia en Pentecostés. Su significado se extiende a la doctrina social de la Iglesia, a la reflexión sobre la diversidad cultural y a la crítica de los proyectos que buscan una unidad superficial basada en la uniformidad.

Tabla de contenido

Contexto bíblico

El relato en el Génesis

El texto de la Nueva Versión Revisada Estándar, edición católica describe que toda la humanidad hablaba una sola lengua y decidió construir una torre cuya cúspide llegara al cielo para «hacerse un nombre» y evitar la dispersión (Gn 11: 1‑4). Dios, al observar su proyecto, confunde las lenguas y dispersa a los pueblos por toda la tierra (Gn 11: 5‑9)1.

Significado inmediato

El autor bíblico señala que la unidad lingüística, sin la guía divina, se vuelve peligrosa: «nada les será imposible» (Gn 11: 6). La confusión de lenguas es, pues, una medida de justicia que impide la arrogancia humana de alcanzar el cielo por sus propios medios1.

Interpretación patrística

San Agustín y la soberbia del hombre

En sus Tractatus sobre Juan 1: 32‑33, Agustín explica que la construcción de la torre nace del intento de «abstenerse de la iniquidad» mediante la fortaleza de un edificio, pero que la verdadera causa es el orgullo que busca seguridad contra futuros diluvios2. En La Ciudad de Dios (lib. 16, cap. 4) el doctor de Hipona describe a Nimrod como el fundador de Babilonia y señala que la torre fue erigida «contra el Señor», manifestación de una «humildad falsa» que pretende elevarse por encima de Dios3,3. El mismo autor, en el capítulo 5, indica que Dios «descendió» para observar la obra humana y, a través de los ángeles, confunde sus lenguas, subrayando la humildad como antítesis del orgullo (cf. 1 Cor 3: 9)4.

La división de lenguas como castigo y señal

Agustín, en Sobre los Salmos (cap. 36), interpreta la división de lenguas como una medida preventiva para que «no se haga una unidad destructiva» y para que la humanidad aprenda a depender de la gracia divina5. En On Christian Doctrine (lib. III, cap. 36) repite que la dispersión lingüística es la consecuencia directa del intento de construir una «ciudad sin Dios» (Gn 11: 4)6.

Enseñanza de la Iglesia

El contraste con Pentecostés

El Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz (2004) señala que la confusión de lenguas en Babel es la antítesis del don del Espíritu en Pentecostés, donde la unidad se logra en la diversidad y no en la uniformidad impuesta7,7. El Papa Juan Pablo II, en su audiencia general de 1989, afirma que la multiplicación de lenguas pasa de ser símbolo de división a ser «el signo de la unidad espiritual» que el Espíritu Santo otorga a la Iglesia8.

Doctrina social y universalidad

En Fratelli Tutti (n.º 144), el Papa Francisco advierte que la «unidad» buscada en Babel era una unidad falsa, basada en la ambición y el orgullo, y que la verdadera universalidad debe respetar la riqueza cultural sin caer en la monotonía uniformadora9. El mismo documento subraya que la diversidad cultural es un «regalo» que enriquece la convivencia humana9. El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (2004) recuerda que la dispersión tras Babel muestra la necesidad de una unidad auténtica fundada en la dignidad y fraternidad de todos los pueblos10.

Aplicaciones contemporáneas

Crítica a los proyectos de «unidad» sin caridad

El Papa Francisco, en su audiencia de 2020, compara la torre con los actuales «rascacielos» que, aunque imponen una apariencia de cohesión, destruyen la comunidad y la biodiversidad, evidenciando la falta de solidaridad con la creación11. Asimismo, la Carta del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz advierte contra una «unidad aparente» que oculta divisiones y que, como Babel, conduce a la desintegración social y moral7.

El llamado a la verdadera comunión

El International Theological Commission (2025) destaca que la verdadera unidad del pueblo de Dios se realiza en Cristo, quien «destruye el muro de la hostilidad» y crea una nueva humanidad en la diversidad de lenguas y culturas, anticipando la plena comunión del nuevo Jerusalén12.

Relación con la liturgia y la vida de la Iglesia

La torre como símbolo en la homilía y la catequesis

Los Padres de la Iglesia utilizan la historia de Babel para ilustrar la humildad cristiana y la necesidad de depender del Espíritu Santo. En la liturgia de Pentecostés, la lectura de los Hechos de los Apóstoles (2: 1‑12) muestra la reversión del castigo de Babel: «todos los pueblos escucharon… en su propia lengua» (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1108)8.

Implicaciones para la evangelización

El mensaje de Babel impulsa a la Iglesia a respetar las lenguas y culturas locales al anunciar el Evangelio, siguiendo el ejemplo de los apóstoles Cirilo y Metodio, cuya labor misionera se basó en la traducción a lenguas vernáculas, evitando la imposición de una sola lengua litúrgica13.

Conclusión

La Torre de Babel constituye una narrativa fundamental para la fe católica, pues revela los peligros del orgullo humano y la ilusión de una unidad sin Dios. A través de la reflexión patrística y magisterial, la Iglesia muestra que la verdadera unidad se alcanza mediante la humildad, la caridad y la acción del Espíritu Santo, que transforma la diversidad de lenguas en un canto de comunión universal. Este relato sigue ofreciendo una valiosa guía para los desafíos contemporáneos: evitar proyectos que persigan una uniformidad superficial y promover, en cambio, una fraternidad auténtica basada en la dignidad de cada cultura y persona.

Citas

  1. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Génesis 11. 2

  2. Tratado 6 (Juan 1:32-33), Agustín de Hipona. Tratado 6 Juan 1:32-33, § 10 (420).

  3. Capítulo 4.— De la diversidad de lenguas y de la fundación de Babilonia, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 16, §Capítulo 4 (426). 2

  4. Capítulo 5.— De la bajada de Dios para confundir las lenguas de los constructores de la ciudad, Agustín de Hipona. La Ciudad de Dios - Libro 16, §Capítulo 5 (426).

  5. Agustín de Hipona. Exposiciones sobre los Salmos - Salmo 55, § 10 (420).

  6. Libro III - Capítulo 36.— La sexta regla de Ticonio, Agustín de Hipona. Sobre la Doctrina Cristiana, §Libro III. Capítulo 36 (426).

  7. Presupuesto - Conclusiones, Consejo Pontificio Justicia y Paz. Hacia una reforma del sistema financiero y monetario internacional en el contexto de una autoridad pública mundial (2011). 2 3

  8. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 12 de julio de 1989, § 7 (1989). 2

  9. Capítulo cuatro - Local y universal - Sabor local, Papa Francisco. Fratelli Tutti, § 144 (2020). 2

  10. A. Unidad de la familia humana, Consejo Pontificio Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, § 429 (2004).

  11. Catequesis: «sanar el mundo» - 5. Solidaridad y la virtud de la fe, Papa Francisco. Audiencia General del 2 de septiembre de 2020 - Catequesis: «Sanar el mundo» - 5. Solidaridad y la virtud de la fe (2020).

  12. Capítulo 3. Nicea como evento teológico y eclesial - 2. El evento de la sabiduría: Una nueva realidad para el pensamiento humano - 2.2 un evento cultural e intercultural, Comisión Teológica Internacional. Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador: 1700º Aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea (325-2025) (2025), § 88 (2025).

  13. V. Sentido católico de la Iglesia, Papa Juan Pablo II. Slavorum Apostoli, § 16 (1985).