Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Trinitarianos

La Orden de la Santísima Trinidad y de la Redención de Cautivos, comúnmente conocida como los Trinitarios, es una orden religiosa católica fundada a finales del siglo XII por San Juan de Mata y San Félix de Valois. Su carisma original y distintivo se centró en la redención de cautivos cristianos de manos de los musulmanes, una obra de misericordia considerada de suma importancia durante la época de las Cruzadas. A lo largo de los siglos, la orden ha evolucionado para abordar nuevas formas de «cautiverio» y opresión, manteniendo siempre su dedicación a la glorificación de la Santísima Trinidad y la liberación humana a través de obras de caridad y evangelización.

Tabla de contenido

Orígenes y Fundación

La fundación de la Orden Trinitaria surgió de una profunda inspiración divina experimentada por San Juan de Mata1. Nacido en Provenza, San Juan de Mata estudió teología en París, donde obtuvo su doctorado y fue ordenado sacerdote1. Durante su primera Misa, en el momento de la consagración en 1193, tuvo una visión de Cristo Redentor sosteniendo a dos esclavos —uno blanco y otro de color— a quienes ofrecía la libertad redentora2. Esta visión lo impulsó a dedicar su vida a la liberación de los esclavos cristianos2.

Para reflexionar sobre esta revelación y desarrollar su proyecto, Juan de Mata se retiró al desierto de Cerfroid2. Allí se encontró con San Félix de Valois, un ermitaño que ya vivía en soledad y oración en el bosque de Gandelu, cerca de Soissons1,3. Juan compartió su plan con Félix, quien, a pesar de tener setenta años, se ofreció a unirse a la empresa1. Juntos, viajaron a Roma a finales de 1197 o principios de 1198 para obtener la aprobación papal1,3.

El Papa Inocencio III, convencido de que ambos hombres estaban guiados por el Espíritu Santo, concedió su aprobación a la nueva orden religiosa el 17 de diciembre de 1198, mediante la bula Operante divinae dispositionis clementia4,1,5. La orden fue nombrada «Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de Cautivos»3. El Papa encargó al obispo de París y al abad de San Víctor que redactaran la regla, la cual fue confirmada en la misma fecha1,3. Los religiosos fueron instruidos para vestir un hábito blanco con una cruz roja y azul en el pecho1. Cerfroid, el lugar del retiro de San Félix, se convirtió en la casa principal de la orden4,3.

Carisma y Misión Original

El carisma original de la Orden Trinitaria fue singular y de gran relevancia en su tiempo: la redención de cautivos4,5. Durante la época de las Cruzadas, muchos cristianos corrían el riesgo de caer en manos de infieles, y la liberación de estos cautivos era vista como una obra de misericordia fundamental4,1.

La regla primitiva de la orden estipulaba que los ingresos de cada casa se dividirían en tres partes: una para los monjes, otra para el sustento de los pobres y una tercera para el rescate de cautivos4. Esta división tripartita de los bienes refleja su dedicación a la Santísima Trinidad y su compromiso con la caridad y la liberación4,6. Los Trinitarios también se distinguieron por su humildad, prohibiendo a los monjes el uso de caballos en sus viajes, lo que les valió el nombre popular de «Frailes del Asno»4.

San Juan de Mata fue un incansable promotor de esta misión. En 1201, envió a dos miembros de la orden a Marruecos, quienes lograron redimir a 186 esclavos cristianos1. Al año siguiente, el propio San Juan viajó a Túnez y liberó a 110 cautivos más1. A pesar de sufrir persecuciones por parte de los infieles, su celo y éxito en exhortar a los esclavos a permanecer firmes en su fe fueron notables1.

La orden estableció hospitales para esclavos en lugares como Argel y Túnez en los siglos XVI y XVII7. Se estima que, desde su fundación hasta 1787, los Trinitarios redimieron a 900.000 esclavos7. Reyes como San Luis de Francia favorecieron a los Trinitarios, eligiéndolos como sus capellanes y llevándolos consigo en las Cruzadas4. Su convento en París, dedicado a San Maturino, les dio otro nombre popular en Francia: «Maturinos»4.

La Santísima Trinidad en la Espiritualidad Trinitaria

El nombre de la orden, «Orden de la Santísima Trinidad», subraya la centralidad del misterio Trinitario en su espiritualidad6. La fe en el Dios Uno y Trino —Padre, Hijo y Espíritu Santo— es el fundamento de la vida cristiana y de la misión de la Iglesia8.

La Iglesia Católica profesa la fe en un solo Dios en tres Personas divinas, sin confundir las Personas ni dividir la sustancia9,10. El Credo de Nicea-Constantinopla, una expresión fundamental de la fe Trinitaria, afirma la creencia en Dios Padre Todopoderoso, en un solo Señor Jesucristo, Hijo de Dios, y en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida11. Las tres Personas divinas son distintas entre sí por sus relaciones de origen, pero poseen la misma divinidad, gloria y majestad coeterna9,10.

Para los Trinitarios, la contemplación de la Trinidad no es solo un acto de fe, sino la fuente de su dinamismo de amor y su compromiso con la redención humana6. La historia de la salvación es la historia de cómo Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, se revela a la humanidad para reconciliarla y unirla a Sí mismo8. Los cristianos, a través del don del Espíritu Santo, están llamados a una familiaridad íntima con las tres Personas divinas, compartiendo su naturaleza divina8.

El bautismo cristiano se realiza en la «Trinidad increada», es decir, en las tres Personas coeternas, y es a través de esta inmersión en el misterio Trinitario que se confiere la vida eterna e inmortal12. La espiritualidad Trinitaria invita a sus miembros a vivir entre las personas como una epifanía de Cristo Redentor, siendo testigos creíbles del amor misericordioso y redentor de Dios13.

Evolución y Relevancia Actual

A lo largo de los siglos, la Orden Trinitaria ha experimentado mitigaciones y restauraciones de su regla primitiva4. La familia Trinitaria, que incluye ramas masculinas, femeninas (contemplativas y de vida activa), institutos seculares y asociaciones laicas, ha crecido y se ha extendido por todo el mundo, siempre motivada por su carisma original de glorificar a la Trinidad y trabajar por la redención humana6.

En el contexto moderno, el carisma Trinitario de liberación sigue siendo extraordinariamente relevante2. El Papa Juan Pablo II, en su mensaje al Ministro General de la Orden en 1998, señaló que la misión de los Trinitarios es «proclamar el misterio Trinitario, ayudando, como modernos apóstoles de la liberación para el hombre contemporáneo, a aquellos que corren el riesgo de permanecer prisioneros de formas de esclavitud menos visibles, pero no menos trágicas y opresivas»13.

Hoy en día, la misión de los Trinitarios se extiende a la defensa de la dignidad de cada ser humano, ofreciendo un servicio de misericordia y redención a los marginados y oprimidos en la sociedad13. Esto incluye a aquellos que sufren persecución o discriminación por su fe religiosa, su fidelidad a la conciencia o a los valores del Evangelio13. La orden también promueve el diálogo interreligioso entre el cristianismo y el islam, siguiendo las directrices del Concilio Vaticano II6.

La historia de la orden está enriquecida con ejemplos de santidad y martirio, que demuestran la fuerza de su carisma13. Los Trinitarios de hoy están llamados a una fidelidad renovada a su carisma, extrayendo de las fuentes frescas de su espiritualidad original y traduciendo su reflexión sobre el carisma Trinitario en un compromiso eclesial concreto5,13. Su acción será efectiva en la medida en que sigan los pasos de Jesús, adoptando su estilo de vida en un compromiso constante de proclamar la alegre y liberadora «noticia» del Reino a cada persona13.

Conclusión

La Orden de la Santísima Trinidad, fundada por San Juan de Mata y San Félix de Valois, ha mantenido a lo largo de ocho siglos un compromiso inquebrantable con la glorificación de la Trinidad y la liberación humana6. Desde la redención de cautivos en la antigüedad hasta la lucha contra las nuevas formas de opresión en la actualidad, los Trinitarios continúan siendo un testimonio vivo del amor misericordioso de Dios. Su espiritualidad, profundamente arraigada en el misterio Trinitario, los impulsa a ser defensores valientes de la dignidad humana y a proclamar la libertad del Evangelio en un mundo que aún necesita ser liberado de muchas formas de cautiverio.

Citas

  1. B8: San Juan de Mata, Co-Fundador de la Orden de la Santísima Trinidad (d.C. 1213), Alban Butler. Las Vidas de los Santos de Butler: Volumen I, § 291. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

  2. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Ministro General de la Orden de la Santísima Trinidad (Trinitarios) (7 de junio de 1998) - Discurso, § 2 (1998). 2 3 4

  3. San Félix de Valois, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §San Félix de Valois. 2 3 4 5

  4. Orden de Trinitarios, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Orden de Trinitarios. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  5. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Ministro General de la Orden de la Santísima Trinidad (Trinitarios) (7 de junio de 1998) - Discurso, § 1 (1998). 2 3

  6. Papa Juan Pablo II. A los miembros de la Orden de la Santísima Trinidad (26 de agosto de 1999) - Discurso (1999). 2 3 4 5 6

  7. Esclavitud y Cristianismo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Esclavitud y Cristianismo. 2

  8. Parte III: El mensaje cristiano - Significado y propósito de esta parte - Capítulo II: Los elementos más destacados del mensaje cristiano - El misterio del único Dios: Padre, Hijo, Espíritu Santo, Sagrada Congregación para el Clero. Directorio Catequético General, § 47 (1971). 2 3

  9. Congregación para la Doctrina de la Fe. Una nueva respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la validez del Bautismo (2008). 2

  10. Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 266. 2

  11. Capítulo 1. El símbolo para la salvación: Doxología y teología del dogma niceno - 1. Captar la inmensidad de las tres personas divinas que nos salvan: ‘Dios es amor’ – infinitamente, Comisión Teológica Internacional. Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador: 1700 Aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea (325-2025) (2025), § 8 (2025).

  12. Capítulo 2. El símbolo de Nicea en la vida de los creyentes: ‘creemos como bautizamos y rezamos como creemos.’ - 3. Profundizar en la predicación y la catequesis, Comisión Teológica Internacional. Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador: 1700 Aniversario del Concilio Ecuménico de Nicea (325-2025) (2025), § 57 (2025).

  13. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Ministro General de la Orden de la Santísima Trinidad (Trinitarios) (7 de junio de 1998) - Discurso, § 4 (1998). 2 3 4 5 6 7