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Veneración de imágenes

La veneración de imágenes en la Iglesia Católica es una práctica profundamente arraigada que distingue entre la adoración debida solo a Dios y la veneración o reverencia que se ofrece a las imágenes sagradas de Cristo, la Santísima Virgen María, los ángeles y los santos. Esta distinción teológica, establecida y reafirmada por concilios ecuménicos como el Segundo Concilio de Nicea y el Concilio de Trento, subraya que el honor dado a una imagen se refiere a la persona que representa, sirviendo como un medio para elevar la mente del fiel hacia el prototipo celestial. Lejos de ser idolatría, la veneración de imágenes es una expresión de fe que busca nutrir la vida espiritual de los creyentes, instruirlos en los misterios de la redención y animarlos a imitar las virtudes de los santos.

Tabla de contenido

Fundamentos Teológicos de la Veneración de Imágenes

La práctica católica de venerar imágenes se basa en profundos principios teológicos que la distinguen claramente de la idolatría. La Iglesia enseña que el honor rendido a una imagen pasa a su prototipo, y quien venera una imagen, venera a la persona que en ella está representada1.

La Encarnación como Justificación Principal

El fundamento principal para la veneración de imágenes radica en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios2,3. Al asumir una naturaleza humana visible, el Hijo de Dios introdujo una nueva «economía» de imágenes2. Si Dios mismo se hizo visible en la persona de Jesucristo, entonces es legítimo y provechoso representar su humanidad en imágenes. La Iglesia ha reconocido que en el cuerpo de Jesús, «vemos a nuestro Dios hecho visible y así somos arrebatados en el amor del Dios que no podemos ver»4. Las características individuales del cuerpo de Cristo expresan su persona divina, y sus rasgos humanos pueden ser venerados cuando se representan en una imagen sagrada4.

Distinción entre Adoración y Veneración

Un pilar fundamental de la doctrina católica es la clara distinción entre adoración (latría) y veneración (dulía o proskynesis)5,6,7.

Latría: Adoración solo a Dios

La latría (del griego latreia) es el culto supremo y la adoración que se debe exclusivamente a Dios5,6,7. Es el reconocimiento de la grandeza del Señor como Creador y Salvador, y la actitud primera del hombre que se reconoce como criatura ante su Creador8. Esta adoración no puede ser ofrecida a ninguna criatura, ya que hacerlo sería idolatría7,9.

Dulía y Hiperdulía: Veneración a las criaturas

La dulía (del griego doulia) es el honor o reverencia que se rinde a los santos y a los ángeles6,7. No es una adoración, sino un reconocimiento de su excelencia y de su amistad con Dios7,10. La hiperdulía es una forma eminente de veneración que se reserva a la Santísima Virgen María debido a su posición única en la economía divina y por manifestar la bondad de Dios de una manera más sublime que cualquier otra criatura6,11.

Cuando se veneran imágenes sagradas, el honor se considera relativo, es decir, no se dirige a la materia de la imagen en sí misma, sino a la persona que representa7,12,13. Besar una imagen, descubrirse ante ella o arrodillarse no es adorar el objeto material, sino adorar a Cristo o venerar a los santos cuya semejanza lleva la imagen12,14.

Desarrollo Histórico de la Doctrina

La doctrina sobre la veneración de imágenes se ha desarrollado y defendido a lo largo de la historia de la Iglesia, especialmente en respuesta a movimientos iconoclastas.

El Segundo Concilio de Nicea (787 d.C.)

El Séptimo Concilio Ecuménico, celebrado en Nicea en el año 787, fue crucial para la defensa y clarificación de la veneración de imágenes5,7,2. Este concilio condenó la Iconoclasia, que negaba la licitud de las imágenes sagradas, y afirmó la veneración de iconos de Jesucristo, la Santísima Madre de Dios, los ángeles y los santos5.

El Concilio de Nicea II definió que las imágenes sagradas, ya sean pinturas, mosaicos u otros materiales, deben colocarse en las iglesias, en los vasos sagrados, en las vestiduras, en las paredes, en las casas y en los caminos15,3. El objetivo es que, al verlas, los fieles sean elevados en su memoria y amor hacia los prototipos que representan, y les rindan salutación y veneración respetuosa (aspasmon kai timetiken proskynesin), pero no la verdadera adoración (alethinen latreian) que solo es debida a la naturaleza divina7,15,13. El concilio también estableció que el honor rendido a una imagen pasa a su prototipo, y quien venera la imagen, venera a la persona representada en ella15,13.

El Concilio de Trento (1545-1563)

En el siglo XVI, el Concilio de Trento reafirmó la doctrina de Nicea II frente a las objeciones de la Reforma Protestante7,14. La sesión XXV del Concilio de Trento (diciembre de 1543) decretó que las imágenes de Cristo, de la Virgen Madre de Dios y de los demás santos deben tenerse y conservarse especialmente en las iglesias, y se les debe dar el debido honor y veneración7,12,14.

El concilio explicó que este honor no se da porque se crea que hay alguna divinidad o poder en las imágenes, ni para pedirles algo directamente, ni para depositar la confianza en ellas como lo hacían los paganos con sus ídolos7,12,14. Más bien, el honor que se les muestra se refiere a los prototipos que representan, de modo que, al besar las imágenes, descubrirse ante ellas o postrarse, se adora a Cristo y se venera a los santos cuya semejanza llevan7,12,14.

El Concilio de Trento también enfatizó el valor pedagógico de las imágenes, señalando que a través de las historias de los misterios de la Redención representadas en pinturas u otras formas, el pueblo es instruido y confirmado en la fe14. Las imágenes también recuerdan los beneficios y dones concedidos por Cristo, los milagros realizados por Dios a través de los santos, y sus ejemplos de vida, animando a los fieles a dar gracias a Dios, imitar a los santos y cultivar la piedad14,16.

Prácticas de Veneración

La veneración de imágenes en la Iglesia Católica se manifiesta de diversas maneras, tanto en el ámbito litúrgico como en la piedad popular.

En la Liturgia

Las imágenes sagradas son parte integral del espacio litúrgico en las iglesias y hogares católicos17. Están destinadas a despertar y nutrir la fe en el misterio de Cristo17. A través del icono de Cristo y sus obras de salvación, es a Él a quien se adora17. A través de las imágenes sagradas de la Santísima Madre de Dios, de los ángeles y de los santos, se venera a las personas representadas17.

Las formas de veneración incluyen:

El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia señala que la veneración de imágenes es un aspecto importante de la piedad popular, y que los fieles rezan ante ellas, las decoran con flores, luces y joyas, las llevan en procesión y cuelgan exvotos en agradecimiento18.

Iconografía y Cánones

En la tradición oriental, la iconografía sigue cánones estrictos para asegurar que los rostros de Cristo, la Madre de Dios y los santos sean reconocibles en todas las instancias5. El icono es considerado la enseñanza de la Iglesia expresada en imágenes5.

Malentendidos y Abusos

A lo largo de la historia, la veneración de imágenes ha sido objeto de malentendidos y acusaciones de idolatría. La Iglesia ha sido constante en aclarar que no se adora la imagen en sí misma.

La Prohibición del Antiguo Testamento

La prohibición de hacer imágenes grabadas en el Antiguo Testamento (Éxodo 20:4) tenía como objetivo principal evitar la idolatría, es decir, la adoración de criaturas en lugar de Dios9. Sin embargo, esta prohibición era una ley divina positiva de la Antigua Alianza que no se aplica de la misma manera a los cristianos7. La Encarnación de Cristo transformó la relación con las imágenes, ya que Dios mismo se hizo visible.

La Importancia de la Catequesis

Para evitar abusos, es necesario que los fieles sean constantemente recordados de la doctrina de la Iglesia sobre la veneración de imágenes, tal como se enseña en los concilios ecuménicos y en el Catecismo de la Iglesia Católica18. El Papa Pío XII, en su encíclica Mediator Dei, censuró el celo inconsiderado de aquellos que proponen para la veneración en las iglesias una multitud de imágenes y estatuas sin razón justa, o que exhiben reliquias no autorizadas, ya que esto puede llevar la religión a la burla y disminuir la dignidad del culto19.

Conclusión

La veneración de imágenes en la Iglesia Católica es una práctica teológicamente sólida y espiritualmente enriquecedora. Fundamentada en el misterio de la Encarnación, permite a los fieles expresar su fe y devoción a Cristo, la Virgen María, los ángeles y los santos, sin caer en la idolatría. Al distinguir claramente entre la adoración debida solo a Dios (latría) y la veneración (dulía e hiperdulía) que se ofrece a las imágenes como medios para elevar la mente al prototipo, la Iglesia ha mantenido una tradición que instruye, inspira y santifica a sus miembros a través de la belleza y el significado de las representaciones sagradas. Esta práctica, reafirmada por concilios clave, sigue siendo un componente vital de la piedad católica, conectando lo visible con lo invisible y lo terrenal con lo celestial.

Citas

  1. Sección dos los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2132.

  2. Sección dos los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2131. 2 3

  3. Parte dos: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo seis: Veneración de los santos y beatos - Culto debido a los santos y a los beatos - Imágenes sagradas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 238 (2001). 2

  4. Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 477. 2

  5. Parte dos - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia—el lugar de la oración de la comunidad - 1. Iconos - A. La veneración de los iconos sagrados, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 591 (2016). 2 3 4 5 6 7 8 9

  6. Dulía, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Dulía. 2 3 4

  7. Veneración de las imágenes, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, § Veneración de las Imágenes. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17

  8. Sección uno la oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2628.

  9. Charles Morerod. Los Sentidos en la Relación del Hombre con Dios, § 15. 2

  10. Marie I. George. Consideraciones Tomistas sobre Si Debemos Reverenciar Seres Naturales No Racionales, § 6.

  11. Adoración, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Adoración.

  12. Invocación, veneración y reliquias de los santos, y sobre las imágenes sagradas, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1823 (1854). 2 3 4 5 6 7

  13. Concilio de Nicea II 787 - Ecumenico VII (contra los iconoclastas) - Definición de las imágenes sagradas y la tradición - Acción VII, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 601 (1854). 2 3 4 5

  14. El Concilio de Trento - La Vigésimo Quinta Sesión - Sobre la invocación, veneración y reliquias de los santos, y sobre las imágenes sagradas, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Vigésimo Quinta Sesión (1563). 2 3 4 5 6 7

  15. B3. El Segundo Concilio de Nicea, Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice. Iconografía y Liturgia, § 3 (2005). 2 3

  16. Papa Pío XII. Mediator Dei, § 167 (1947).

  17. Sección uno la economía sacramental, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1192. 2 3 4

  18. Parte dos: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo seis: Veneración de los santos y beatos - Culto debido a los santos y a los beatos - Imágenes sagradas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 239 (2001). 2

  19. Papa Pío XII. Mediator Dei, § 189 (1947).