Veneración de reliquias

La veneración de reliquias es una práctica arraigada en la tradición católica, que implica honrar los restos físicos o los objetos asociados con los santos y beatos. Esta veneración se distingue fundamentalmente de la adoración, que es exclusiva de Dios. A lo largo de la historia de la Iglesia, las reliquias han sido consideradas testimonios de la santidad y de la acción de Dios a través de sus siervos, sirviendo como puntos de conexión espiritual para los fieles y fomentando la esperanza en la resurrección.
Tabla de contenido
Definición y Tipos de Reliquias
En el contexto católico, una reliquia se refiere a los restos corporales de un santo o beato, o a objetos que estuvieron en contacto directo con ellos o con Cristo1. La palabra ucraniana para reliquias, moshchi, que significa «fuerza» o «poder», subraya la creencia en el poder milagroso de Dios que se manifiesta a través de la fragilidad de la muerte humana2.
Tradicionalmente, las reliquias se clasifican en varias categorías:
Reliquias de primera clase: Son los cuerpos, o partes notables de los cuerpos, de los santos y beatos. Estos restos son considerados significativos porque fueron templos del Espíritu Santo y se espera que sean glorificados en la resurrección1,3.
Reliquias de segunda clase: Incluyen objetos que pertenecieron a los santos, como ropa, manuscritos o artículos personales1.
Reliquias de tercera clase: Se refieren a objetos que han tocado el cuerpo o la tumba de un santo, como aceites, telas o imágenes1.
Es importante destacar que las reliquias de los siervos de Dios y los venerables (cuyas causas de beatificación y canonización están en curso) no pueden recibir culto público hasta que sean elevados a los altares mediante la beatificación o canonización3.
Fundamentos Teológicos de la Veneración
La veneración de reliquias se basa en una profunda teología que reconoce la santidad de la persona y la acción de Dios en ella, incluso después de la muerte.
Dulia y Latría: Una Distinción Crucial
La Iglesia Católica hace una distinción clara entre la latría, que es la adoración reservada solo a Dios, y la dulia, que es la veneración u honor que se rinde a los santos4,5. La veneración de reliquias se enmarca dentro de la dulia relativa, un honor que se dirige a los objetos materiales (como huesos o prendas) pero que no se detiene en ellos, sino que se extiende a los santos que conmemoran6. San Agustín y Santo Tomás de Aquino enfatizaron esta diferencia fundamental, señalando que la dulia y la latría están tan distantes como la criatura y el Creador4.
La Virgen María recibe una veneración especial llamada hiperdulia, que es un grado eminente de dulia, debido a su posición única en la economía divina4,5,7.
El Cuerpo como Templo del Espíritu Santo
Una de las razones fundamentales para venerar las reliquias es que los cuerpos de los santos fueron templos vivos del Espíritu Santo durante su vida terrenal8,1,3. Como miembros de Cristo, los santos tuvieron al Espíritu Santo morando y obrando en ellos9. Por lo tanto, honrar sus restos mortales es un acto de respeto hacia la santidad que Dios les concedió y hacia el instrumento de su santidad3.
Además, los cuerpos de los santos están destinados a ser resucitados en gloria en el último día, conformándose al cuerpo glorioso de Cristo9,8,10,11,12. Esta esperanza en la resurrección es un elemento clave en la veneración de reliquias11.
Conexión con la Intercesión de los Santos
La veneración de reliquias está directamente asociada con la creencia en la intercesión de los santos. Los santos, que reinan junto con Cristo en el cielo, ofrecen sus oraciones a Dios por el pueblo13. A través de las reliquias, los fieles buscan la intercesión de los santos, reconociendo que las bendiciones provienen de Dios a través de Jesucristo13,14. La unidad de la Iglesia, tanto en la tierra como en el cielo, se fortalece a través de esta comunicación de bienes espirituales11.
Historia y Desarrollo de la Veneración de Reliquias
La veneración de reliquias tiene una larga historia en la Iglesia, que se remonta a los primeros siglos del cristianismo.
Orígenes en la Iglesia Primitiva
Desde los primeros siglos, los cristianos veneraron las reliquias de los santos, especialmente las de los mártires2. Se celebraba la Eucaristía sobre las tumbas de los mártires, lo que simbolizaba la unión de los vivos y los muertos en Cristo2,14. Estos lugares y las reliquias enterradas eran considerados sagrados, más valiosos que el oro o las joyas2. Un ejemplo bíblico que prefigura esta veneración es el milagro de la resurrección de un hombre a través de los restos del profeta Eliseo (2 Reyes 13:21)2,15.
San Juan Crisóstomo, por ejemplo, expresó un profundo deseo de tocar el cuerpo de San Pablo, deseando ver los restos de sus labios, manos, ojos y pies, reconociendo cómo fueron instrumentos de la gracia de Dios2,15. Él enseñó que Dios nos dejó los cuerpos de los mártires para que sus huesos sagrados nos recordaran continuamente sus virtudes, y que las reliquias de los mártires ahuyentan a los demonios15.
Concilios y Normativas Eclesiásticas
A lo largo de la historia, varios concilios ecuménicos y documentos de la Iglesia han afirmado y regulado la veneración de reliquias:
Concilio de Nicea II (787 d.C.): Este concilio afirmó que las reliquias son dignas de veneración, distinguiéndola de la adoración debida solo a Dios. También restableció la tradición de instalar reliquias en la consagración de iglesias y amenazó con la deposición a los obispos que abandonaran esta práctica13.
Concilio de Letrán IV (1215 d.C.): Este concilio introdujo especificaciones sobre las prácticas lícitas asociadas con las reliquias, prohibiendo su exhibición fuera de su estuche o su venta. También estipuló que las reliquias recién descubiertas no debían ser veneradas sin la aprobación papal, buscando frenar los abusos y las «ficciones vacías»13.
Concilio de Trento (1545-1563 d.C.): El Concilio de Trento instruyó a los obispos y maestros a educar diligentemente a los fieles sobre la intercesión, invocación y honor de las reliquias13. Afirmó que los cuerpos de los santos y mártires son un lugar de bendiciones, y que a través de ellos se manifiestan muchas bendiciones de Dios a la gente13,11.
Concilio Vaticano II (1962-1965 d.C.): La Constitución Sacrosanctum Concilium reafirmó la tradición de honrar a los santos y de venerar sus auténticas reliquias e imágenes1,11. Lumen Gentium destacó la unidad de la Iglesia peregrina en la tierra y la Iglesia gloriosa en el cielo, y cómo la intercesión de los santos fortalece la comunicación de bienes espirituales11.
Normativa Canónica Actual
El Código de Derecho Canónico de 1983 establece diversas normas para la veneración y custodia de las reliquias:
Prohibición de venta: Está absolutamente prohibido vender reliquias sagradas16.
Permiso de la Sede Apostólica: Las reliquias de gran importancia y otras reliquias veneradas con gran reverencia por el pueblo no pueden ser enajenadas válidamente ni transferidas permanentemente sin el permiso de la Sede Apostólica16.
Trato reverente: Los objetos sagrados, incluidos los relicarios, deben ser tratados con reverencia y no pueden ser utilizados para fines profanos o inapropiados17.
Autenticidad: Las reliquias de los beatos y santos no pueden ser expuestas a la veneración de los fieles sin un certificado adecuado de la autoridad eclesiástica que garantice su autenticidad3.
Conservación: Las reliquias significativas deben conservarse en urnas selladas y en lugares que garanticen su seguridad, respeten su carácter sagrado y fomenten su culto3. Los fragmentos pequeños y los objetos de contacto deben conservarse en estuches sellados si es posible, evitando la superstición y el comercio ilícito3.
Colocación en altares: Se mantiene la antigua tradición de colocar reliquias de mártires u otros santos bajo un altar fijo, según las normas litúrgicas18,14. Esto simboliza la unión del sacrificio de los miembros con el Sacrificio del altar y la comunión de toda la Iglesia con el Sacrificio de Cristo14. Sin embargo, las reliquias no deben exponerse sobre la mensa del altar, que está reservada para el Cuerpo y la Sangre de Cristo14.
Veneración pública: Solo se permite la veneración pública de los siervos de Dios que la autoridad de la Iglesia ha inscrito en la lista de los santos o beatos19.
Formas de Veneración y Prácticas Populares
La veneración de reliquias se manifiesta de diversas maneras, tanto en la liturgia como en la piedad popular.
Liturgia y Sacramentales
La Iglesia fomenta la veneración de las reliquias como parte de su vida litúrgica. La colocación de reliquias en los altares fijos es una práctica antigua y significativa18. Además, en la Iglesia Católica Ucraniana, la tradición de celebrar la Divina Liturgia sobre las reliquias de los santos continúa, con la práctica de montar reliquias en el altar o coserlas en el antimension (un paño con la imagen de Cristo en el sepulcro)20.
Las reliquias son consideradas sacramentales, es decir, signos sagrados que, a imitación de los sacramentos, significan efectos, sobre todo espirituales, que se obtienen por la impetración de la Iglesia21.
Piedad Popular
La piedad popular ha desarrollado varias formas de veneración de las reliquias, como besarlas, decorarlas con luces y flores, y llevarlas en procesiones14. También es una práctica piadosa llevar las reliquias de los santos a los enfermos y moribundos para consolarlos o para pedir la intercesión del santo para la curación14.
Sin embargo, la Iglesia también advierte contra ciertos abusos en la piedad popular, como la dispersión indebida de reliquias en pequeños fragmentos, la tentación de formar colecciones privadas, el fraude, el tráfico ilícito y la superstición14. La autenticidad de las reliquias expuestas para la veneración es crucial, y las reliquias dudosas deben ser retiradas discretamente14.
Reliquias y Milagros
La historia de la Iglesia está llena de relatos de milagros atribuidos a la intercesión de los santos a través de sus reliquias. Santo Tomás de Aquino observó que Dios honra las reliquias realizando milagros en su presencia8,6. Estos milagros son vistos como una confirmación de la santidad del individuo y de la continua acción de Dios a través de sus siervos22.
Conclusión
La veneración de reliquias en la Iglesia Católica es una práctica profundamente arraigada que honra a los santos como miembros de Cristo y templos del Espíritu Santo. Distinta de la adoración debida solo a Dios, esta veneración es un acto de dulia que reconoce la santidad de los cuerpos y objetos asociados con los santos, y fomenta la esperanza en la resurrección. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha regulado cuidadosamente esta práctica para asegurar su autenticidad, prevenir abusos y dirigir la piedad de los fieles hacia Dios, fuente de toda santidad y gracia. Las reliquias, por lo tanto, sirven como un recordatorio tangible de la comunión de los santos y de la continua intercesión de aquellos que ya gozan de la presencia de Dios.
Citas
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo sexto: Veneración de los santos y beatos - Culto debido a los santos y a los beatos - Las reliquias de los santos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 236 (2001). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Parte segunda - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia —el lugar de la oración de la comunidad - 2. Veneración de las reliquias de los santos, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 617 (2016). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Introducción, Dicasterio para las Causas de los Santos. Instrucción «Las Reliquias en la Iglesia: Autenticidad y Conservación», § Introducción (2017). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Dulia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Dulia. ↩ ↩2 ↩3
Adoración, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Adoración. ↩ ↩2
Reliquias, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Reliquias. ↩ ↩2
Culto cristiano, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Culto cristiano. ↩
Tercera parte - De la adoración de Cristo - ¿Se debe algún tipo de culto a las reliquias de los santos? , Tomás de Aquino. Summa Theologiae, § III, Q. 25, A. 6, co. (1274). ↩ ↩2 ↩3
Andrew Hofer, O.P. y Jonah Teller, O.P. Reordenando la Josefología Tomista: La Gracia Santificante en Cristo, San José y Nosotros, § 19. ↩ ↩2
Lección trigésimo primera. El primer mandamiento —sobre el honor e invocación de los santos, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore No. 3), § 1207 (1954). ↩
Philip Porter. ¿Para qué sirven los cuerpos muertos? : Una Tanatología Agustiniana, § 17. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Parte segunda - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia —el lugar de la oración de la comunidad - 2. Veneración de las reliquias de los santos, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 615 (2016). ↩
Philip Porter. ¿Para qué sirven los cuerpos muertos? : Una Tanatología Agustiniana, § 16. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo sexto: Veneración de los santos y beatos - Culto debido a los santos y a los beatos - Las reliquias de los santos, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 237 (2001). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Parte segunda - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia —el lugar de la oración de la comunidad - 2. Veneración de las reliquias de los santos, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 616 (2016). ↩ ↩2 ↩3
Título IV. La veneración de los santos, de las imágenes sagradas y de las reliquias. Código de Derecho Canónico, § 1190 (1983). ↩ ↩2
Título I. Sacramentales. Código de Derecho Canónico, § 1171 (1983). ↩
Capítulo IV. Altares. Código de Derecho Canónico, § 1237 (1983). ↩ ↩2
Título IV. La veneración de los santos, de las imágenes sagradas y de las reliquias. Código de Derecho Canónico, § 1187 (1983). ↩
Parte segunda - La oración de la Iglesia - III. El tiempo y el espacio de la oración de la Iglesia - B. El edificio de la iglesia —el lugar de la oración de la comunidad - 2. Veneración de las reliquias de los santos, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 618 (2016). ↩
Título I. Sacramentales. Código de Derecho Canónico, § 1167 (1983). ↩
Philip Porter. ¿Para qué sirven los cuerpos muertos? : Una Tanatología Agustiniana, § 22. ↩