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Vía purgativa, iluminativa y unitiva

La vía purgativa, iluminativa y unitiva constituye el esquema clásico de la espiritualidad cristiana que describe el progreso del alma hacia la perfección sobrenatural. Se trata de tres etapas interrelacionadas que, según la tradición patrística y la teología tomista, guían al creyente desde la primera lucha contra el pecado hasta la plena unión con Dios en amor. Cada fase implica una serie de prácticas ascéticas, oraciones y virtudes específicas, y todas ellas están sustentadas por la gracia divina que acompaña al hombre en su camino de santificación.

Tabla de contenido

Orígenes históricos y desarrollo doctrinal

La raíz patrística

El modelo de tres vías se remonta a los escritos de los Padres de la Iglesia y fue sistematizado por San Tomás de Aquino en su Summa Theologiae (II‑II, 163,4)1. Tomás explicaba que el alma debe pasar por tres «deberes» esenciales:

  1. Renunciar al pecado y a la concupiscencia (vía purgativa).

  2. Avanzar en la virtud y el conocimiento de Dios (vía iluminativa).

  3. Descansar en Dios y disfrutar de la unión divina (vía unitiva)1.

Consolidación en la teología escolástica

Teólogos como Francisco Suárez y Bonaventura ampliaron esta clasificación, relacionándola con los dones del Espíritu Santo y las bienaventuranzas. Bonaventura señalaba que la gracia introduce al alma en una serie de «gracias gratuitas» —virtudes, dones y bienaventuranzas— que corresponden respectivamente a las tres vías2. La Enciclopedia Católica también describe la división como heredada del Pseudo‑Dionisio y la adoptada por la tradición ascética occidental3.

Aprobación magisterial

El Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana confirma que la lucha espiritual es el camino primario hacia la divinización, describiendo de forma paralela las tres etapas: purgativa (purificación), iluminativa (iluminación o theoria) y unitiva (unidad con Dios)4. El Concilio Vaticano II y documentos posteriores reiteran que la meta última del cristiano es la unión mística con Cristo5.

La vía purgativa

Características esenciales

Fundamento teológico

Tomás afirma que la primera obligación del hombre es «dar fin al pecado y resistir la concupiscencia»1, mientras que la Enciclopedia señala que la purgación requiere «una continua guerra interior» contra los vicios3. La virtud de la paciencia y la resignación son esenciales para soportar los sufrimientos que acompañan esta fase1.

La vía iluminativa

Características esenciales

Fundamento teológico

En la vía iluminativa el alma «se vuelve más iluminada respecto a las cosas espirituales» y «crece en virtud»1. Bonaventura la vincula con los dones del Espíritu Santo, que «dirigen y fortalecen» al creyente para la vida contemplativa2. La Enciclopedia añade que, aunque la mente se aclara, persisten «luchas violentas» y periodos de desolación que prueban la fe del peregrino3.

La vía unitiva

Características esenciales

Fundamento teológico

Tomás describe la tercera vía como «descansar en Dios y disfrutarle», una condición propia de los perfectos que «desean ser disueltos en Cristo»1. La Enciclopedia subraya que la unión se logra «por amor, que une al alma a Dios» y que el alma «se vuelve una sola con el Señor»1. Bonaventura relaciona esta etapa con las bienaventuranzas, que culminan la actividad sobrenatural del alma2.

Relación y continuidad entre las vías

Aunque tradicionalmente se presentan como etapas secuenciales, los autores patrísticos advierten que las vías no son compartimentos herméticos. Cada etapa contiene elementos de las demás y el progreso no es lineal: «ninguna de ellas está tan distinta que no pueda participar de las otras»1. La gracia actúa en todo momento, y el alma puede experimentar consolaciones propias de la unidad incluso en la fase purgativa, o desolaciones durante la iluminativa3.

La práctica espiritual contemporánea

Oración y sacramentos

Vida ascética

Los padres de la Iglesia y los doctores de la Iglesia recomiendan una mortificación equilibrada según la etapa: mayor mortificación en la purgativa, mayor meditación en la iluminativa y mayor recolección en la unitiva3. La Enciclopedia advierte contra los excesos de la quietud (quietismo) que niegan la necesidad de actividad y energía en todas las vías1.

Críticas históricas y correcciones doctrinales

El quietismo de Miguel de Molinos negó la validez de las tres vías, tachándolas de «absurdas»1. La Constitución Coelestis Pastor (1687) del Papa Inocencio XI condenó estas proposiciones, reafirmando la necesidad de energía y actividad en cada etapa del camino espiritual1. Desde entonces, la Iglesia ha mantenido la enseñanza de que la gracia siempre acompaña al alma, pero que el esfuerzo humano sigue siendo indispensable.

Conclusión

El modelo de la vía purgativa, iluminativa y unitiva sigue siendo una guía esencial para la vida espiritual católica. Ofrece una visión integral del proceso de santificación, integrando la teología sacramental, la ascética y la mística. Al comprender y vivir cada etapa con humildad y confianza en la gracia divina, el cristiano avanza hacia la meta última: la unidad plena con Dios, que es la realización del llamado a la divinización.

Citas

  1. Estado o vía (purgativa, iluminativa, unitiva), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Estado o Vía (Purgativa, Iluminativa, Unitiva). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

  2. Buenaventura. De Reductione Artium ad Theologiam, § 94. 2 3

  3. Teología ascética, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Teología Ascética. 2 3 4 5

  4. Parte tercera - La vida de la Iglesia - II. La persona en Cristo como nueva creación - F. Ascesis que ilumina - 5. La vida espiritual y la divinización, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 852 (2016).

  5. Sección primera la vocación del hombre vida en el espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2014.

  6. Capítulo V - I. Las áreas de la formación sacerdotal - Formación espiritual: En comunión con Dios y en búsqueda de Cristo, Papa Juan Pablo II. Pastores Dabo Vobis, § 48 (1992).

  7. Thomas Joseph White, O.P. La mediación universal de Cristo y las religiones no cristianas, § 17.